Especial: Jimin y Yoongi se conocen

En aquella tienda de conveniencia había encontrado lo que tanto buscó.

Sonrió entusiasmado mientras pagaba en caja.

Ahora ya estaba todo listo. En dos días podría huir con Jihyo.

Oh, y hablando de ella, su celular sonó. Sonrió aún más, al ver su nombre en la pantalla. Contestó.

- Hola Gi - su dulce voz le encantaba - ¿encontraste lo que te pedí de favor?

- Si cariño, ya lo tengo - la cajera le sonrió entregándole su compra en una bolsa. Yoongi la tomó y salió del local aún hablando por celular.

- Ya le dije a mis padres que no contaran conmigo para aquel día, ellos creen que estaré en casa de Jeonyeong - rió en complicidad.

- Mis padres también creen que estaré con Jin. - los dos reían.

Al fin lograrían estar juntos, lejos de sus asfixiantes familiares.

Yoongi iba prácticamente caminando en las nubes, tanto así, que un gutural gruñido lo sacó de base.

- ¡Oh! - Yoongi giró su cuerpo rápidamente.

- ¿Gi?¿Estás bien? - preguntó Jihyo preocupada ante el grito imprevisto de Yoongi.

El perro frente a él le comenzó a gruñir más fuerte entre agudos ladridos. Su pelaje se erizó, y sus sensibles orejitas le dolían.

- ¿Yoongi?¿Qué sucede?

- Uhhh.... - el omega de Yoongi hizo que gruñera mostrando sus pequeños colmillos a aquel perro. Pero su parte humana comenzó a retroceder despacio mientras mantenía su mirada en el animal.

Se alejó el celular de la oreja sin colgar.

El perro ladró más fuerte, y se lanzó sobre él, tratando de quitarle la bolsa. - ¡Ahh! - Yoongi alcanzó a levantar la bolsa, mientras salía corriendo despavorido.

- ¡Yoongi! - le gritaba Jihyo desesperada.

El animal lo siguió, tan solo a unos pasos de alcanzarlo. La gente que estaba alrededor de la acera, se apartó asustada de que el perro también los atacara.

Yoongi sabía que correr era peor, pero su instinto felino no le permitía parar.

El perro estaba a solo unos pasos. Y estaba a tan solo dos días de irse con Jihyo, así que era el peor momento para salir herido.

Respirando erraticamente dio la vuelta a la cuadra, y lo único que su vista vio, fue un auto estacionado a un lado de la acera.

Sin pensarlo tanto, logró subirse en el capó, a tiempo, pues el perro estuvo a punto de morderle el tobillo. Yoongi tragó grueso y sintiéndose aún desprotegido subió al tejado. Colgó la llamada y guardó su celular.

El perro seguía ladrandole y tratando de alcanzarlo mientras se ponía en sus dos patas y rasgaba una de las puertas del auto.

Yoongi retrocedía por inercia, tratando de mantenerse en medio del tejado. Sus orejitas decayeron del susto, y su cola erizada se envolvió en una de sus piernas.

La gente que miraba toda la escena, trataba de buscar una manera de hacer que el perro se fuera y dejara al pobre híbrido felino en paz. Pero no encontraban manera de hacerlo sin salir lastimados.

Yoongi se preguntaba de dónde había salido este perro tan salvaje. Tenía collar así que tenía que ser de alguien.

- Ya, ya vete por favor - susurraba, mientras daba leves brinquitos y gruñidos del susto.

Escuchaba los murmullos de la gente, y como algunos estaban con sus celulares llamando quizá a la policía o a los encargados de este tipo de situaciones random.

Jimin había terminado de sacar dinero del cajero automático que se encontraba del otro lado de aquella cuadra. Se dirigió tranquilamente a su auto acomodando su chaqueta, pero los murmullos y tumulto de gente cerca de aquella zona le hizo fruncir el ceño y acelerar su paso.

Una "o" se dibujó en sus labios ante aquella escena.

En el tejado de su auto había un híbrido felino, que estaba siendo atosigado por un salvaje perro. Sin pensarlo fue caminando en esa dirección, pero una señora lo detuvo.

- Oiga, ¿qué hace? Podría salir lastimado.

- Es mi auto

- Oh - la señora soltó su brazo. Los dos volvieron a ver hacia allí. Las uñas del perro habían creado varios rayones en la puerta de copiloto.

Jimin suspiró estresado y sin saber que hacer. Para cuando alguien que supiera manejar la situación viniera, el chico podría salir lastimado y su auto seguiría siendo dañado.

Entrecerro sus ojos, al observar con más detenimiento al asustado híbrido.

Él era el híbrido por el cual casi se estrellaba contra un poste por estar viéndolo hace algunos minutos atrás.

Jimin mordió su labio inferior, y sacando las llaves del bolsillo, suspiró. Calculando los pasos hacia el auto y el tiempo que tenía para lograr entrar en este antes de que el perro lo atacara, asintió.

La gente soltó un jadeo y varios murmullos, cuando Jimin corrió hacia el auto, y logró desbloquearlo y entrar rápidamente antes de que el perro le hiciera algo.

Una vez dentro, Jimin suspiró varias veces. El perro comenzó a ladrar y arañar la puerta de piloto. Él retrocediendo por inercia.

- ¿Cómo llegué a esto? - respiró hondo.

Bajó un poco la ventana de copiloto, para que su voz pudiera ser escuchada.

- ¡Hey! ¡¿Me escuchas?!- gritó golpeando el tejado por dentro.

Un tembloroso Yoongi devolvió el golpe en el tejado - ¡S-si! - los ladridos del perro estaban a punto de romperle los tímpanos.

- ¡Avanzare un poco el auto para darnos tiempo de alejarnos del perro, sostente bien de las barras que están allí!, ¡Cuando pare, tienes que saltar y entrar por la puerta de copiloto lo más rápido que puedas! ¿¡Entendiste!?

- ¡S-si, si, si! ¡Solo ayúdame por favor! - Yoongi volvió a golpear el tejado en señal de que estaba listo.

Jimin prendió el auto, y mirando de reojo al perro que seguía ladrando y arañando su auto, arrancó.

Ni tan lento ni tan rápido. A la velocidad ideal para alejarse unos considerables pasos de aquella zona y del perro.

Yoongi se sostuvo de las barras cuando el auto se movió, sus entumecidas piernas de tanto estar arrodillado, temblaban y dolían. Vio de reojo como el perro seguía el auto.

- ¡Ahora! - gritó Jimin, golpeando el tejado y abriendo la puerta copiloto un segundo después de frenar.

Con la adrenalina y el miedo al cien, Yoongi saltó del tejado, sus rodillas decayendo en el proceso, pero logrando pararse y entrar brusca y rápidamente al auto, antes de que el perro lo alcanzara.

- ¡Ah, ah, ah! ¡Me muerde, me muerde! - gritó Yoongi mientras pataleaba y Jimin se estiraba a cerrar la puerta.



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