Epílogo

Una fría mañana se siente en el bosque. Ideal para los shifters que les encanta estar en su forma animal y disfrutar de la naturaleza.

Hoseok y Hikaru están relajados sentados sobre una pequeña sábana frente al río. Ambos llevaban ropa abrigada y tomaban café con leche tibia.

Decidieron pasar su día libre de esta forma.

- Me siento nostálgica y feliz

- ¿Por qué? - pregunta Hoseok, mirando a unos lobos shifter bañarse en la fría agua del río.

- Desde que conocimos al hijito de Yoongi hace dos días - rió - Es hermoso.

- Si verdad, es un gatito tan bonito, una pequeña masita con orejas y cola, a ambos se los veía muy emocionados.

- Aquello me puso a pensar que, yo también quisiera tener una familia, aún si nunca encuentro a mi destinado, quisiera...

Hoseok sonrió y amasó el hombro de Hikaru. - Tranquila, ya nos tocará, ya llegará nuestro momento idóneo. Nuestro alfa, o beta está por ahí en algún lado, y de seguro lo encontraremos.

- Siempre tan positivo - sonrió - ¿Que haría sin ti, ah?

- Pues nada, caer en depresión supongo - rió

- Tonto - Hikaru tomó el termo y se sirvió más bebida. - Sabes, ayer me encontré con una omega que me comentó algo acerca de aquel híbrido que fue a nuestro local hace un tiempo.

- Oh Hikaru, es un bello día como para que lo arruines así. Recordar lo que le ocurrió a Seon Yo me espeluca el cuerpo.

- No solo a ti, a todos.

- Bueno, pero ya termina de contar

- Dijo que él no era de por aquí, le había escuchado confirmar a la policía que era de Seúl, así que si estaba aquí de turista, como lo pensábamos

- Ay que feo, venir a divertirte, y que te pase algo así - Hoseok hizo el amago de sacudirse - se lo veía tan entusiasta por conocer el bosque, ahora dudo mucho que quiera volver.

- Pues yo de él jamas vuelvo a pisar este lugar, pero decía la beta que él no ha sido el primer caso de secuestro. Las personas y shifters desaparecidos siguen sin ser encontrados, por eso a todos les sorprendió que Seon Yo si haya aparecido, y más de esa manera tan fortuita.

- Si, esta todo raro.

- Según lo que le dijo Seon Yo a la policía, no pudo identificar ningún aroma ni nada, solo les pudo escuchar las voces, pero aquello no servía, la voz hasta se puede fingir.

- ¿La beta también sabía eso? - Hoseok estaba sorprendido

- Si

- ¿Cómo? Se supone que es algo entre la policía y la víctima.

- No lo sé Hoseoki, tal vez es una persona muy chismosa y tuvo los medios para enterarse, que se yo.

- Como sea, espero que Seon Yo se encuentre bien en Seúl, y que jamás vuelva a vivir una experiencia así.

- Así es, a nadie se le desea un secuestro.

- Oye Haru, creo que debimos haber traído galletas o algo más para acompañar la bebida

- Ash tienes razón.

- Aquí cerca hay una tienda de víveres, voy y vengo rápido ¿si?

- Ve, ve.

Hoseok se levantó y comenzó a caminar al lado contrario, alejándose poco a poco del lugar.

- Ay rayos, espero que traiga galletas dulces, odio las saladas - con un mohín Hikaru se volteó, pero Hoseok ya estaba varios pasos lejos.

Aún así vio alrededor suyo, la mayoría eran shifters y solo una que otra persona caminando por ahí, así que rápidamente se levantó y fue tras Hoseok para gritarle que comprara galletas dulces.

Casi lo alcanzaba cuando estaba saliendo a la calle principal, donde terminaba un poco el bosque. Hikaru se detuvo cansada sosteniéndose de un árbol, estaba lista para gritarle, pero...

Abrió los ojos en grande cuando una camioneta que no sabía de donde había salido, con vidrios oscuros, se puso delante de Hoseok y rápidamente fue tomado en contra de su voluntad y subido al auto.

Todo pasó tan rápido.

Hikaru corrió tras de la camioneta, mientras gritaba y lloraba.

- ¡HOSEOK¡ ¡HOSEOK!

Corrió y corrió, aunque sabía que era en vano.

Su cara estaba roja y sus pulmones no daban más. Llorar, correr y gritar, más la impotencia que sentía al ver que la camioneta se había alejado de todo, hizo que cayera de rodilla en la carretera.

- ¡Hoseok!...Dios mío, dios mío...

La incertidumbre la inundó y un miedo voraz llenó todos sus pensamientos.

Vio a su alrededor asustada y sin saber cómo actuar. No había nadie alrededor, la mayoría estaba en el río.

Con su mano temblorosa sacó su celular para llamar a la policía, mientras se levanta del rocoso suelo.

👀👀











La felicidad dura poco...o casi nada en esta historia.








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