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- Mi amor, tu aroma a leche a incrementado - le dijo un día entre semana Jimin.

Yoongi también se había dado cuenta, pero estaba tranquilo, puesto que se había hecho una prueba de embarazo, y salió negativa, y en sus últimos encuentros íntimos, Jimin usó condón.

Ambos sabían que su celo no era. Este había pasado hace unos días.

Entonces, las dudas de Yoongi habían sido aclaradas, cuando recibió una llamada del doctor con el que había ido a realizarse la prueba de embarazo.

En ese momento, lo que tenía en su mano resbaló rompiéndose en mil pedazos. Se encontraba en la cocina, Taehyung en el comedor preparando la mesa para cuando llegaran los alfas. Iban a tener una comida amena.

Taehyung se había asustado al escuchar la bandeja romperse, y corrió hasta la cocina, quedándose paralizado, al ver a Yoongi en una especie de shock con el teléfono en la mano. Lo primero que pensó es que había recibido una mala noticia, quizá de su padre, quien a pesar de que ya estaba mejor, uno nunca sabía cuando podía volver a recaer, pero gracias que no fue así.

Había ayudado a Yoongi, haciendo que se fuera de la cocina, mientras él limpiaba, ya que el omega seguía sin reaccionar.

Aquella noche, se tuvo que cancelar la cena, pues Yoongi se encerró en la habitación y no quería saber de nada ni de nadie..

Jimin podía sentir claramente la tristeza de su omega. Estaba muy preocupado y desesperado por saber el porque estaba así.

A su gatito se lo veía muy feliz y tranquilo hace unos momentos, por eso le consternaba verlo de esa manera.

Taehyung y Jungkook se habían ido hace dos horas. Obviamente preocupados por Yoongi, pero sabían que era algo que tenían que hablar entre los dos.

Jimin también se había quedado en shock cuando Yoongi le contó entre lágrimas lo que ocurría, y el porque del incremento de su aroma a leche tuvo sentido.

Aquello había ocurrido hace tres meses.


Jimin miraba desde el marco de la puerta a su hermoso omega, quien se veía en el espejo de cuerpo entero.

Yoongi tocaba su leve brotado vientre, mientras mantenía la cabeza gacha. Su mirada estaba un poco perdida. Jimin podía sentir las fuertes feromonas del omega. Feromonas de estrés, ansiedad, mezcladas con el profundo aroma a leche por su bebé.

Su gatito había quedado consternado totalmente con la noticia del embarazo. A decir verdad, él también, porque no esperaba que tuvieran un hijo tan pronto. Pero Yoongi, es a quien más le chocó y aún después de tres meses, le costaba aceptarlo.

Pasaba muy deprimido y aislado del exterior, por lo cual Jimin a pesar de estar muy ansioso y preocupado, trataba de ser paciente en todo sentido, y estaba ahí para él cuando presentaba náuseas, mareos o tenía algún antojo.

Debido a la situación, todo este tiempo había estado trabajando desde casa, creando un pequeño escritorio para realizar las labores de su puesto en la empresa. Él mismo quería y necesitaba ser quien cuidara de Yoongi. Su alfa se había vuelto más protector y posesivo ahora que el omega llevaba a su hijo.

Jimin tocó levemente la puerta.

- ¿Se puede? - preguntó con voz baja.

Yoongi alzó la mirada, viendo a Jimin por el reflejo del espejo. Bajó su camiseta y asintió.

Jimin entró y se acercó a él, abrazandolo por detrás.

- ¿Cómo te sientes hoy?

- Aún siento muchas ganas de seguir durmiendo - susurró

Jimin sonrió levemente y dejó un besito en su mejilla. - Nuestro bebé te está haciendo más dormilón. - llevó sus manos hacia el vientre de Yoongi y lo acarició delicadamente.

- No quiero quedarme en la cama hoy.

- ¿Deseas que salgamos a caminar un rato?

El doctor de cabecera les había dicho que descansar era bueno, pero también debía caminar y tomar aire fresco por el bien del omega como del bebé, además de que todo lo que Yoongi sentía se lo transmitía al bebé, es decir influía en su embarazo. Por eso Jimin quería que Yoongi se animara y dejara de aislarse.

- No lo sé

Jimin se movió delante de él.

- ¿Puedo? - preguntó Jimin poniendo sus manos en el borde de la camiseta de Yoongi.

Yoongi asintió.

Jimin se arrodilló y levantó levemente su camiseta, dejando a la vista el vientre del omega.

Sonrió y se acercó a este, dejando un tierno beso, causando que la cola de Yoongi se moviera contenta.

- ¿Quieres salir a pasear con papi omega? - le habló Jimin - Será un momento, papi omega necesita relajarse para que tu crezcas y nazcas sano, ¿si corazón?

Yoongi se sonrojaba cada vez que Jimin le hablaba al bebé que aún estaba formándose en su vientre. Él todavía no había tenido el valor de hacerlo.

Recién después de meses, estaba comenzando a aceptar su realidad. Aceptar que estaba esperando un bebé. Iba a tener un hijo con Jimin.

Estaba consciente que el bebé no tenía la culpa de todo lo que él estaba viviendo, pero aún así no pudo evitar sentir mucha rabia e impotencia cuando se enteró.

Su negación y enojo había sido tanto, que hasta llegó a pensar en causarse un aborto "accidental", para no tenerlo.

Ahora, cada vez que veía los ecos de su bebé, no sabía como es que pudo llegar a querer terminar con la vida de su hijo.

Su estado de ánimo seguía decadente, y más con los síntomas normales que trae consigo el embarazo, pero más le podía la vergüenza y decepción de si mismo al saber que quería matar a su bebé.

Por eso y por más, aún no se atrevía a demostrarle a su bebé todo el cariño y las ansias por conocerlo como lo hacía Jimin.

- Esta bien Jimin, deseo salir un rato - Yoongi trató de sonreír.

Jimin besó por última vez su vientre y se levantó.

- Gracias Yoonie, esto le hará bien a los dos, mis dos amores. - Jimin besó en la frente a Yoongi.

Yoongi sintió sus ojos llorosos. Su sensibilidad estaba en todo su apogeo ahora.

- Jimin...

- ¿Si Yoonie?

- Es que... - apartó la mirada - ...tengo muchas ganas de comer helado de café con duraznos.

A Yoongi le daba mucha vergüenza sus antojos, pero a Jimin le parecían tiernos y con mucho gusto lo complacía.

- No te preocupes, pasamos por el puesto de helados y frutas y listo, ¿algo más que quieran mis gatitos?

Yoongi negó, sintiendo el impulso de su omega por aferrarse al aroma a chocolate y menta del alfa. Aquello era algo más que Yoongi tuvo que aceptar. Sus ganas de estar y tener cerca a Jimin eran inmensas, y él al negarse esto, su ansiedad y estrés crecían.

Abrazó a Jimin, pegando su nariz en su pecho, aspirando su aroma, lo cual lo tranquilizaba mejor que cualquier otra cosa. Jimin lo acercó aún más y soltó muchas feromonas que hicieron ronronear al omega.

"Aunque no te ame, ahora tengo que quedarme"















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