18
(Hace unas horas)
Jihyo había bajado corriendo las escaleras. No podía quedarse esperando el ascensor.
Cuando salió del edificio, volvió a correr por el campus, hacia donde Yoongi le dijo que estaba.
Iba casi empujando a quien se le atravesaba pero no le importaba. Sus latidos y respiración eran erráticas.
Cuando llegó al área de la fuente, se detuvo de golpe. Giró en su lugar, viendo desesperadamente a todos lados. Quería verlo.
La última vez que lo había hecho, fue dos días antes de que se casara. Inclusive sus padres prácticamente la habían encerrado para que no fuera a lastimarse más viendo de lejos la boda.
Finalmente lo vio. Su mirada se encontró con la de Yoongi.
Jihyo sintió sus ojos aguarse, mientras sus piernas ahora no le respondían. El aroma a miel se hacía cada vez más cercano...aún no olvidaba aquel delicioso olor.
Ambos tenían sus mejillas sonrojadas y no sabían cómo reaccionar. Ahora ya ninguna distancia los separaba.
- Gigi... - susurró Jihyo.
- Ji... - le contestó Yoongi.
Jihyo sentía sus manos picar. Solo quería lanzarse a sus brazos y jamás soltarlo. Pero se contuvo.
- No has cambiado nada - Jihyo tenía miedo de que su voz fallara.
Yoongi sonrió levemente - No ha pasado tanto tiempo.
- Para mi ha sido como una eternidad.
Ambos cuerpos se encontraron en un gran y cálido abrazo. Ninguno se contuvo más. Apretaban sus brazos como si se estuvieran aferrando a su vida. Se negaban a soltarse.
Sus llantos eran silenciosos, pero al mismo tiempo más que evidentes para el otro.
Sus sollozos y expresión corporal lo decía todo, sin necesidad de más palabras.
Sus cuerpos temblaban como si la temperatura fuera extremadamente fría. Sus corazones lo estaban.
- Esto se siente fugaz y efímero - pronunció Jihyo cerrando sus ojos y acurrucandose en el pecho de Yoongi. Los ronroneos voluntarios de Yoongi la relajaban.
Yoongi apretó más sus brazos y sus labios. Abrazó el muslo de Jihyo con su cola.
- Te extraño...
- Yo también lo hago, y mucho.
- ¿Él esta aquí contigo verdad?
Yoongi sollozó y asintió. Pegó su frente en la cabeza de Jihyo.
Jihyo apretó más la chaqueta de Yoongi.
- Mi corazón sigue siendo tuyo - dijo Yoongi dejando un besito en su frente. Jihyo apretó más sus ojos.
- Nuestro amor y dolor es recíproco - sonrió Jihyo amargamente.
- ¿Qué haces aquí?
- Necesitaba mantener mi mente ocupada para no perder la cordura, a mis padres les pareció que la universidad era la mejor idea. A mi ya me daba todo igual.
- ¿Y tu sueño?
Jihyo sollozó más - Mis sueños nunca se harán realidad Gigi.
Yoongi la apartó un poco, y tomó sus mejillas. - Yo siempre quiero pensar en ti como la chica que logra lo que se propone - Yoongi le sonrío como pudo.
- No logré estar contigo, aunque me lo propuse mil veces.
- Viviremos con ese fracaso, pero no tiene que ser el fin de tus otros sueños.
Jihyo lo quedó viendo. Subió su mano hasta su mejilla, la cual estaba enrojecida y la acarició. Su vista después cayó en su labio lastimado.
- Uno de ellos es que tu estés bien, ¿lo estás? - su dedo delineó su labio inferior lastimado.
Yoongi sonrió. - Lo estoy, solo sigo siendo un poco torpe.
Jihyo suspiró negando, y se aferró a su cuello y lloró más fuerte. Ella sabía muy bien lo que en realidad eran las heridas de Yoongi. Tanto las externas como las internas.
- Quédate, no tienes porque seguir viviendo así.
Yoongi enterró su cara en el hueco del cuello de Jihyo.
- Te amo..
Jihyo apretó sus dientes para no gritar de la impotencia. Sabía que este encuentro no haría ninguna diferencia para su triste situación, pero lo necesitaba, tanto.
¿Eran unos masoquistas? No importaba.
- Te amo Gigi...
(Presente)
Las orejitas de Yoongi dolían. Su padre las había apretado y lastimado mucho.
Lágrimas corrían por sus mejillas enrojecidas.
- Ya quítate esa estupida idea de la cabeza, ¡Por dios Yoongi! Mañana es tu boda, ¿cómo puedes estar pensado algo así?
- Si se lo digo a Jimin, él quizá lo comprenda, él es un alfa bueno - dijo entre sollozos.
- Es un alfa bueno - repitió el señor Christopher, su padre - ¡Claro que lo es Yoongi! ¡es tu compañero de vida! La mejor persona para ti, así que ya olvidate de una vez de esa omega.
- Eso es antinatural Yoongi, un omega no puede estar con un omega, además nadie preferiría a otra persona en lugar de su compañero. - mencionó Kazuha, quien hasta ahora se había mantenido al margen de lo que decía su esposo.
- Pero a mi no me gustan los hombres, no quiero casarme con él - susurró.
- Sea tu mate un hombre o una mujer, es algo que va más allá de tus gustos. Lo aceptas y ya - respondió su padre. - Dejate de tus inmadureces de una vez, y comportate como el adulto de 22 años que eres.
- Mañana es tu matrimonio, ten un poco de respeto por Jimin. - dijo Chaewon, su hermana mayor, entrando a su cuarto. Yoongi la miró con fastidio. - ¿Crees que él te va a dejar ir solo porque le digas que prefieres a esa omega? No seas ridículo, él es tu alfa, su instinto posesivo es más fuerte de lo que piensas.
- Tu hermana tiene toda la razón. Deja de pensar y creer estupideces, espero que mañana no cometas una tontería y hagas quedar mal a nuestra familia. - el señor Christopher jaló de la oreja otra vez a Yoongi, causándole dolor y agudo quejido. - Te vas a casar con tu compañero destinado y punto final.
Lo soltó bruscamente y viéndolo unos segundos más, salió de su cuarto.
- Mañana te tienes que levantar temprano para los arreglos, así que descansa. - Kazuha también se retiró.
- Por primera vez tienes la oportunidad de no ser la oveja negra de la familia, no lo arruines - Chaewon salió, cerrando la puerta.
Yoongi se hizo bolita en su cama, envolviendo su cola en sus tobillos. Su llanto fue silencioso y duró casi toda la noche.
Yoongi recordaba aquella vez, en la cual se dejó llevar por la presión y maltrato de su familia. Y la recordaba, porque le estaba pasando precisamente lo mismo ahora.
Después de volver a la habitación del hotel en donde se estaba quedando, se dejó caer en la pared al lado de la puerta.
Desahogó todo el llanto que tenía comprimido en el trayecto de la universidad al hotel.
Sus mejillas le dolían, y su labio le ardía. Pero ningún dolor se comparaba al de su corazón.
Si, la forma en la que trató de librarse de todo esto no fue para nada la correcta, pero, ¿qué más podía hacer? Él había intentado detener esto, antes de casarse con Jimin, de verdad quiso. Pero al igual que ahora, todo había salido mal.
Sus orejitas a veces le dolían. Un dolor fantasmal, que le recordaba todas las veces que su padre se las lastimó.
Le costó toda su fuerza de voluntad alejarse de Jihyo. Su interior y brazos se sentían vacíos y fríos.
Sus irritados ojos miraron la ventana, estaba anocheciendo. Había estado con Jihyo casi toda la tarde.
- Ji... - susurró
Su familia y la "naturaleza" lo habían obligado a quedarse aún cuando no amaba a esa persona. Todo en contra de sus sentimientos. A nadie de sus cercanos le importaba lo que Jihyo y él sentían en realidad.
Claro, solo importaba los sentimientos de su familia y los de Jimin.
Jimin.
De verdad empezaba a odiar ese nombre
Sus ojos se seguían viendo irritados. Pero no creía que eso fuera relevante. Se dio una última mirada al espejo antes de salir del baño.
Su expresión era neutra y distante. Sus orejitas y cola seguían un poco húmedas.
Tomó su celular y vio la hora. No tardaría en llegar.
Se sentó en la esquina de su cama y tragó grueso. No. No debía llorar, tenía que calmarse.
Mordió su labio inferior sin importar que aquello le lastimara más.
Cerró los ojos al sentir aquel aroma a chocolate y menta. La puerta sonó.
Tembloroso se levantó y fue hacia allí. Lentamente abrió la puerta.
El alfa de vampiro estaba frente a él. Su expresión demostraba, ansiedad, confusión, emoción, anhelo...
- ¿Yoonie...?
Yoongi retrocedió unos pasos. Jimin entró a la habitación.
La cola de Yoongi golpeaba el aire, y sus manos se apretaban en puños. Enojo, impotencia y dolor llenando todo su ser al tener a Jimin cerca de él otra vez.
No era justo que el dolor de Jimin tuviera solución.
Definitivamente lo odiaba.
Antes de poder detenerse, fue hasta el alfa y se aferró a su cuello, inclinandolo a su altura y uniendo sus labios en un necesitado beso.
Jimin no tardó más de dos segundos en atraerlo aún más a su cuerpo, y fundirse en aquellos finos labios. Quería y necesitaba ahogarse con el dulce aroma a leche y miel.
Tenía a su gatito entre sus brazos otra vez.
Lágrimas de felicidad e ilusión surcaron sus mejillas.
Ay el Yoongi...😥. Tampoco la ha tenido fácil gente. Aunque no es justo que se desquite con Jimin.
Y aún más, con sexo.😫😑.
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