01
Una semana había pasado desde que llegaron a la casa en el bosque.
Entre arreglos, decoraciones y demás labores, pasaron aquellos primeros días.
La verdad es que Yoongi no quiso hacer casi ningún cambio, le gustaba la casa así como estaba, y a Jimin también.
Yoongi estaba más que agradecido, de que aquellos días fueron tan laboriosos, que terminaban cansados y sin ganas de más nada. Aunque era obvio que Jimin siempre estaba tras él, dándole mimos y muchos besos. Prefería lidiar con eso, a tener relaciones íntimas con él.
Aquellos días les habían servido para arreglar su casa, más no le habían servido a Yoongi para terminar de adaptarse a su nuevo estilo de vida.
El siempre había sido amante de la ciudad, solo iba al bosque de paseo, para escalar árboles y dejar que su lado animal disfrutara abiertamente por unas horas. Pero ahora, formaba parte del bosque.
La casa, era una herencia por parte de la familia de Jimin, la cual solo la obtendría el día que se casara, y pues ese día llegó. Así que sin tener oportunidad a objeción, tuvo que resignarse a su nuevo lugar.
Tenía la leve ilusión de poder persuadir a Jimin de vender o alquilar la casa y seguir viviendo en la ciudad, pero al escuchar por accidente a la familia de Jimin, decir que aquella casa era parte de su patrimonio, Yoongi descartó aquella idea.
La casa tenía de todo, electricidad, internet, agua potable, como cualquier otra, con la diferencia que alrededor solo había pura naturaleza. Cero centros comerciales, carreteras cercanas, cafeterías, ect. Definitivamente un cambio de 180 grados.
Pero nada de aquello se lo expresaba a Jimin. ¿Para qué? se decía él. Jimin jamás lo entendería.
Se encontraba en la cocina, cortando algunas verduras. Las habían comprado a un vecino que vivía a unos metros de ellos, el cual tenía un pequeño huerto y vendía sus productos. Parecía buena persona.
Aquel detalle era algo más a lo que tenía que acostumbrarse. En esta parte del bosque, vivían algunos "shifter". Los shifters son cambiaformas que prefieren la naturaleza y este tipo de vida, pues tienden a dar más rienda suelta a su forma animal constantemente.
Yoongi nunca había tratado con shifters. Tenía algo de nervios y miedo al tener que convivir diariamente con ellos. Jamás querría hacer algo que los ofendiera por así decirlo.
Terminando de cortar las verduras, tomó la siguiente canasta de zanahorias. Su mente divagaba entre tantas cosas, tratando de no ceder al llanto.
Pero no pudo.
Sus ojos comenzaron a aguarse. Apretó sus labios para no dejar salir un sollozo, pero la tristeza e impotencia le ganó. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.
Recordar todo lo que había pasado antes de su boda, antes de terminar en este lugar, le causaba un fuerte dolor en su corazón.
A causa del llanto, el cuchillo se le resbaló y se cortó el dedo pulgar. El ardor de la herida solo hizo que su llanto aumentara.
Fue hacia el baño, y enjuagó su dedo. Aún sollozando se sentó en el suelo, mientras apretaba el dedo en una toalla desechable.
Dejó caer su cabeza en las rodillas, mientras se seguía desahogando.
"Desearia haber puesto más de mi parte para impedirlo", se repetía Yoongi.
Minutos después, se levantó y miró al espejo. Su cara era un desastre. Mejillas sonrojadas, ojos dilatados, sus orejas estaban decaídas.
Limpió su cara, y trató de calmarse. En cualquier momento llegaría Jimin - quien había ido a comprar en su auto, cosas que no habían allí -,y lo último que quería era tener que dar explicaciones. Colocó una bandita en su herida, dispuesto a volver a lo que hacía.
Cuando iba saliendo del baño, supo que había llegado Jimin. Podía sentir su aroma, chocolate y menta, desde antes de que entrara.
Jimin atravesó la entrada, sonriente y con unas bolsas de comprado en sus manos. Cuando sus ojos se encontraron con los de Yoongi, frenó en seco.
Su ceño se frunció, y dejando las bolsas a un lado, corrió hacia Yoongi.
- ¿Amor que sucede? - preguntó preocupado, tomándolo de los hombros.
Entonces Yoongi cayó en cuenta que sus feromonas de tristeza estaban regadas por toda la casa. ¿Cómo pudo olvidar ese detalle?
- Uhn...yo, estoy bien, no es nada - dijo por lo bajo.
- ¿Cómo no va a ser nada? Yoongi... - se detuvo cuando notó la bandita en su pulgar. Lo tomó en sus manos. - Te lastimaste.
- Si, me corté con el cuchillo mientras rebanaba las verduras, pero no es nada grave.
Jimin lo quedó viendo un poco dudoso, para luego llevar el dedo a sus labios y darle un suave beso - ¿Esta fue la causa por la que estabas llorando?
No servía de nada mentir, se notaba a leguas que estaba llorando, y además sus feromonas hablaban por si mismas. Suspiró - Si, es que, si me dolió un poco.
- Aww, mi pequeño - habló Jimin con voz tierna, mientras envolvía a Yoongi en sus brazos y acariciaba sus orejitas. - que bueno que no pasó a mayores - dejó un beso en su sien.
Yoongi asintió sin decir mas nada.
Entonces, Jimin lo llevó hacia una de las sillas del comedor e hizo que se sentara. - Te quedarás aquí, mientras yo termino de hacer la merienda. - Jimin le sonrió dándole un besito en los labios.
Yoongi estaba a punto de decir algo, pero Jimin negó con el dedo - No amor, sin objeciones. - asintió y no dijo nada más.
Jimin comenzó a moverse por la cocina, haciendo quien sabe que, Yoongi lo veía pensativo. Jimin de vez en cuando le regalaba guiños y sonrisas tiernas dejando sus colmillos a la vista. Yoongi suspiró y apartó la mirada.
Bajó la cabeza viendo su dedo pulgar. Aquella pequeña herida no se comparaba con la herida de su corazón. Miró de reojo a Jimin.
Park Jimin. Su predestinado. Y ahora su esposo.
Jimin era un hombre tan excepcional, aún siendo un alfa de vampiro, nunca lo miraba como algo de bajo nivel o inferior, es más, su cara de anhelo y amor era hasta insoportable para Yoongi, por el simple hecho de que jamás podría corresponderle.
Aceptar aquello lo hacía sentir peor, pues una persona como Jimin no se merecía esto, más bien debería recibir el mismo amor que él daba.
Dejó de verlo, y suspiró profundo para no ceder a las lágrimas, su cola se movía ansiosa y sus orejas querían decaer.
Más aún al recordar a aquella persona, sin importarle que Jimin estuviera frente suyo.
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