CAPÍTULO 5:


Vuelvo a mi habitación pero me doy cuenta de que ya no vale la pena intentarlo, la vaca fea está roncando a lo largo de mi cama, son las cuatro de la mañana y el sueño al parecer decidió dejarme. Y yo que pensaba que nos llevábamos bien. Miro por la ventana pero no hay nada nuevo, los edificios se encuentran dormidos, solo algunos están decorados con escasas chispas brillantes que se ven a la lejanía, el cielo azul grisáceo está nebuloso y da la sensación de frío a pesar de que sea verano.

<<Sí, hasta la ciudad duerme a esta hora, solo dos adolescentes rebeldes son capaces de romper con la estructura social, pero, ¿podrán resistir? Véanlo en el próximo capítulo de "La chica y su compañero fantasma súper sexy que maneja autos deportivos">>Imita la voz de un narrador de telenovelas baratas, pero a pesar de todo me roba una sonrisa:

–Y después dices que yo soy la egocéntrica.

<<Sí, tú eres la egocéntrica, yo solo soy honesto>> Por su tono sé que es en broma...en realidad creo que todo lo suyo es en broma.

–Voy a ver una película, ¿vienes o no?–. Señalo hacia atrás con el pulgar y veo a mi derecha, suponiendo que está ahí.

<< No tengo opción amor, no tengo opción>> Espera, ¿me llamo a...? Mejor lo olvido.

Mientras camino decido saciar mi curiosidad que había intentado tragar con respecto a este tema del chico fantasma:

–Oye, de verdad eres un..., ¿espíritu?

<<Y de los originales, nada de "Made in china">>

–Y..., ¿cómo fue que...?, ya sabes–. Esto no es algo que preguntas todos los días, nadie suele poner "¿Cómo moriste?" en cuestionarios estándar.

<< ¿Morí? Esa es fácil, fue por un disparo o algo así. >>Lo dice con tal naturalidad que me asombra.

–Ouch–trago saliva, pero trato de que sea una conversación fluida– ¿Fuiste asesinado?

<<Si crees que fue suicidio estás equivocada, nunca tomaría el camino fácil. >>Ahora su tono es un poco más duro de lo normal.

– ¿Cuánto tiempo tienes?

<<Eh...creo, si no me falla la memoria, aunque en realidad sí ya que no recuerdo ni mi nombre...fue en...en... ¡Ah sí, creo que fue en 1850, sí, creo que fue entonces!>>

–Espera..., ¡¿Tienes 182 años de antigüedad?!

<<Yeah. >>

–Pero si perteneces a la mitad del siglo XIX, ¿no tendrías que hablar formalmente y tratarme como a la dama que soy?–. Le recrimino.

<<El que esté muerto no quiere decir que tenga que congelarme en el tiempo, me gusta el mundo de ahora, incluso cuando podía salir iba a las tiendas de videojuegos y electrodomésticos. En cuanto cerraban me metía en ellos, veía la TV gratis y jugaba sin pagar, interesante ¿no?, soy la envidia de todo hombre. >>

–Oh sí, los tienes a tus pies, –bromeo–no puedes salir ahora ¿no?, por eso es que estás aquí.

<<De hecho ni siquiera puedo alejarme demasiado de ti, por alguna razón sólo soy capaz estar a un par de metros de distancia, no más. Siento como si una cadena me retuviese, si tiro demasiado duele como para no insistir...necesito que me ayudes a saber qué es lo que está pasando, así yo volveré a tener mi rutina solitaria y tú una vida tranquila y normal>> Dudo unos cuantos minutos, pero la oferta me parece tentadora y no tengo nada mejor que hacer ésta semana, así que si acepto.

–Ok, lo haremos en cuanto suba el sol, algo me dice que tendremos una jornada, larga, larga, larga.

<< ¡Al fin haremos algo productivo!, pero primero malgastaremos el tiempo con una película. >>

Busco el control en el mueble que se encuentra debajo de la televisión y allí está, pero inclino mi atención al montón de DVDs que está al lado de éste, reviso un par y todos tienen nombres de películas que no conozco, deben ser de papá o su pareja. Nada parece prometedor así que decido encender la TV a ver que hay. Me tiro al puff izquierdo, que suelta un bufido de aire. Cambio de canal rápidamente, hasta que me detengo en la película más estúpida que encontré, cuando la puse justo en ese instante había una mujer y un hombre besándose apasionadamente, él está de traje y ella con un peinado estrafalario. Se encuentran en una especie de terraza, al fondo hay un campo de vides iluminado por el sol naciente. Me quedo pasmada viendo la imagen como si fuera mi amiga Ann hasta que me sobresalta el sonido de algo desinflándose, veo a mi derecha y noto con asombro que el puff de al lado está completamente hundido, como si instantes antes hubiera estado alguien.

<< ¿Qué? >>Pregunta.

Mis ojos aumentan su tamaño:

–No...no me digas que estás sentado ahí.

<< ¿A caso puedes verme?>>Se escucha interesado

–No–me levanto lentamente y me acerco con precaución–pero veo la marca que dejas.

<< ¿Qué haces?>>

–Quiero comprobar algo–. Voy directo al asiento y sin previo aviso meto la mano en el aire y la agito.

<< ¡Qué rayos!, ¿estás loca?>>

Es increíble, como si sumergiera mi brazo en agua, pero menos denso. Sé que hay algo allí, algo distinto al resto, pero no distingo donde empieza y termina, igual a una nube invisible.

<< ¿Podrías dejar de atravesarme, por favor?>> Aparto la mano rápidamente.

–Lo siento.

Vuelvo a mi lugar sin dejar de ver el otro sitio, anonadada.

–No puedo creer que puedas sentarte.

<<Hago muchas cosas, pero se supone que la gente no puede verme o sentirme, bueno, al menos la mayoría. >>

– ¿Por eso me hablaste en el baile, sabías que podría oírte?

<<Eh...en realidad lo supuse, siempre quise saber si era verdad que si te concentras lo suficiente puedes hablar con los vivos, aunque contigo surgió de forma natural. >>

– ¿Has conocido gente que te vea?–. Y ya me metí en el tema, hasta sostengo mi barbilla con la mano apoyando el brazo en la rodilla. Bien por mí.

<< No, bueno, los animales y los niños pequeños pueden verme, pero nadie les cree cunado dicen que vieron a un chico transparente, en fin, yo tampoco lo haría. >>

–Una cosa con respecto al edificio donde te encontré, ¿era tu casa o algo así?

<<No lo recuerdo, pero sí creo que era importante. >>

–Bueno–digo mientras cambio de canal–ya tenemos algo por lo que empezar.

Al final nos decidimos por una película plagada de explosiones, narcotraficantes y autos deportivos, no es mi género ideal, pero es lo que hay. Escucho un par de bostezos ocasionales que me sorprenden, pero honestamente, aunque no quiera admitirlo, la película logró atraparme. Malos actores, pero tiene una buena trama para ser sobre armas y narcos: La película va sobre un hombre de barba que tiene una esposa y un hijo que fueron secuestrados por un hombre musculoso, el hombre musculoso trabaja junto con la chica rubia que resulta ser cuñada del hombre gordo, y el hombre gordo vendría a ser el ex-novio de la esposa del de barba que vendría a ser tía segunda del hombre musculoso... ¿O era al revés?, bueno, está bien igual. Solo pude verla una media hora porque la encontré tarde, cuando ya no quedan ni los créditos decido hablarle:

–Hey, ¿quieres que cambie?–espero unos minutos y no escucho nada– ¿te quedaste dormido?–murmuro. Más silencio, lo que tomo como un sí, la vedad es que no sabía que los muertos necesitaran dormir, pero ¿quién soy yo para discutirlo? Hecho una mirada a su asiento, continúa hundido pero ha tomado una forma diferente, como quieto, supongo que su cabeza está inclinada hacia un lado por el rastro.

Me levanto lentamente de mi sitio con sonrisa socarrona:

–Si me dejas atravesarte no digas nada–y como me esperaba, silencio–eso pensé.

Voy despacio y sin hacer ruido hacia él, trato de ubicarme de manera que no me tope con su cuerpo, lo cual no es difícil por las marcas. Y por fin, cuando estoy lo cerca meto mi mano en la parte del centro. Con sonrisa triunfante comienzo a moverla por todos lados, sintiendo de nuevo esa extraña sensación que me fascina, pero entonces su voz me sobresalta:

<<No querrás saber dónde pusiste la mano>> Un poco se ríe y otro poco me advierte, yo solo río desafiante:

–Seguro, ¿dónde?

Por el tono sé que está sonriendo:

<<Digamos que si pudieras verme morirías de vergüenza, y más con lo pudorosa que eres. >>

Mi rostro pasa de blanco a rojo y de rojo a morado, ni siquiera sé por qué fui tan estúpida como para preguntar.

–Oh, yo...lo siento, eh...ah...

Estalla de risa, incluso veo como la marca del puff desaparece y se escucha un leve golpe en el suelo, debe de estar revolcándose en él, apuesto que sí.

<<Rayos, ¡menos mal que ya estiré la pata porque si no...si no moriría ahora!–termina la frase con voz aguda al no soportar las risotadas, ya hasta me lo puedo imaginar arqueándose...yo, sigo morada como una uva– Hubieras visto tu cara, –sigue riendo– ¡vamos, ríete conmigo, fue una buena broma!>>

– ¿Broma?, ¿quieres decir que no?..., ¿que yo no?–. Balbuceo mientras trato de deshacer mi cara de "oh por Dios".

<< ¡No, claro que no!...oye, eres más mente sucia de lo que pareces>> Sigue riéndose como tonto mientras mi gesto se contrae:

– ¡Fuiste tú el que lo mencionó, no yo!

<<Ooh, ven aquí–soy capaz de saber que se acerca–voy a mostrarte lo que se siente>> Comienzo a sentir cosquillas por todo mi cuerpo llenándome de euforia, algo que creo que nunca experimenté. Me arrojo al suelo con risa descontrolada y me retuerzo enloquecida con lágrimas en los en los ojos, no puedo respirar.

–Basta–. Logro mustiar, pero la sensación no desaparece, continúo riendo, acompañada por la suya, que también inunda la habitación.

<<Tienes la risa de una niña>>Ambos seguimos riendo por unos segundos más hasta que la luz se enciende súbitamente:

–Nena, ¿estás bien?–. Papá se pone cuclillas a mi lado con los ojos como platos mientras me levanta.

Tengo que esperar hasta que la risa se vaya para poder respirar y buscar una excusa.

–No es nada pa–inhalo lentamente–es solo que vi algo muy gracioso en la película–. Señalo la tele, que afortunadamente se encuentra en una especie de comedia...creo. Para mi sorpresa papá sonríe.

–Nunca te había visto así de feliz, estás radiante–. Luego hace algo completamente predecible, me abraza.

Un momento después nos despedimos, él vuelve a dormir pero yo simplemente no puedo hacerlo porque son las cinco de la mañana y mis ojos están abiertos como faroles, así que veo la televisión otra vez.

<< ¿Sabes?, tú padre tiene razón>>Menciona de la nada.

– ¿Mmm?–. Casi no le presto atención mientras observo un dibujo animado darle una paliza al otro.

<<Tus ojos brillan cuando ríes>>Agrega se forma tímida. Me parece algo..., ¿tierno?

–Ah, tal vez deba decir gracias–. Creo que me sonrojo un poco, no sé decirlo con exactitud.

<<Sí...tal vez. >> Luego calla.

Estoy en la misma situación, sólo que ésta vez hay oscuridad y todo se deja ver de forma súbita. Al igual que en el otro sueño, está borroso. Tengo un espejo de cuerpo entero adelante, me devuelve la imagen de un bulto rosa que se mueve cuando yo lo hago, así que supongo que es mi reflejo. Aquí todo es raro, como una secuencia de imágenes desdibujadas que se van a rasgar en cualquier momento, como una cinta antigua. Doy la vuelta y veo que hay alguien más en la habitación, un hombre, debe serlo por su altura. Dice algo que no entiendo, una vez deja de hablar me siento furiosa, realmente furiosa. Corro hacia la salida, sé que tengo que irme, sé que odio a ese hombre y sé que debo encontrarme con alguien. Estoy ahogada en este cuerpo, trato de hacer otra cosa pero mi mente se consume, soy prácticamente una espectadora rememorando lo de otra persona... Continúo bajando una escalera, al hacerlo noto que tengo puesto una especie de vestido de puntilla con miriñaque, como el que traía la de la película del beso. Definitivamente debo de estar soñando con algo que tenga que ver con ella, no lo sé. Siento que alguien grita detrás de mí, pero es como si lo hiciera dentro de una bolsa de papel, todo es lento, borroso, y eso me desespera. Tras unos inaguantables minutos por fin llego al pie de la escalera. Hay una luz cegadora y al atravesarla me encuentro con el baile al que fui hace un par de días, las personas están bailando como si nada, intento gritar pero no parecen escucharme. Corro entre la multitud, ¿dónde está?, tengo que encontrarlo, ¡tengo que encontrarlo!

<< ¡Juliet, despierta!>> Lo escucho gritarme.

– ¡¡ ¿DÓNDE ESTÁ?!!–. Chillo en respuesta

<< ¿Qué?, ¿quién?, ¿qué pasa?>>

Me había quedado dormida con el control remoto en la mano. Ahora son las seis de la mañana, el sol ingresa tímidamente por la ventana atravesando los muebles y entibiando el ambiente, el apartamento entero se encuentra en silencio, Henry está sentado tomando agua en su envase y no hace nada más. No sé cómo pero la TV se apagó. Estoy más cansada que antes, diría que agotada, parpadeo un par de veces para despejarme y juro que por un instante vi un busto borroso frente a mí mientras entornaba los ojos. Extraño. Mi aspecto no debe ser precisamente bonito, porque el fantasma me lo deja en claro:

<<No es por ofender, pero luces fatal. >>

–Me siento igual–farfullo.

<< ¿Qué ocurrió?, vi como te sacudías, así que decidí despertarte. >>

Tardo en captar la pregunta:

–Nada...yo, solo voy a ducharme.

<<Huy, ¿puedo ir contigo?>>

–Ni lo sueñes–. Siseo

<<Bueno, no perdía nada intentándolo>> Ríe.

Antes de irme doy una vuelta en la habitación, la pared sigue siendo blanca, la ventana continúa debajo de Henry, las lámparas están en el techo, el suelo es de madera, los puff están inflados y la TV continúa siendo un Sony de 50 pulgadas, todo está en orden, ningún bulto borroso, ni alucinaciones. Toco mi boca para comprobar que no hay espuma, sin espuma, genial.

Voy a mi cuarto a buscar ropa, pues no pienso pasar todo el día vestida con mi ya muy sudado pijama (definitivamente tendré que hacer algo con las pesadillas si no quiero quedarme sin ropa limpia).

Hoy vamos a movernos mucho para encontrar el problema de este chico, creo que lo mejor sería empezar por donde lo conocí, al menos eso hacen en CSI, aunque nunca vi un especial de

fantasmas. Revuelvo en los cajones para encontrar algo cómodo, por fin tengo un juego deportivo gris que casi nunca uso, un manga corta violeta y unos Converse negros que suelo dejar para el invierno en mis manos. Por más que me disguste tengo que comprender que las sandalias no son muy prácticas para casos como éste, menos si es necesario llevar a cabo una persecución o algo así...o lo que se conocería como allanamiento de morada. Tomo mis cosas de baño y me dirijo hacia allí. Ahora que lo pienso, mi único viaje de exploración del apartamento fue cuarto, baño y living, nunca me detuve a observar las otras dos puertas...me pregunto que habrá, una de ellas debe ser el cuarto de papá, pero... ¿Y la otra?

Espera, ¿acaso estoy sintiendo curiosidad?, ¿qué me pasa, tengo cinco años o qué? Oh no, oh no, estoy abriendo una de las puertas, detente Juliet, sabes que no eres así, tú eres la chica a la que, sin quererlo, todo le importa un pomo, sí, la que se la pasa todo el maldito día filosofando sobre lo tontamente monótona que es tu vida. No la abras, sé una buena chica deprimente, es lo que eres... ¿Es lo que soy?

Abro la puerta de golpe, hay un póster de la banda de mi padre en la pared del frente, ingreso casi sin pensar. Es una habitación bastante acogedora pero llamativa, sus paredes están cubiertas de papel azul con explosiones de comic y efectos especiales como POW o ZAZ, sip, esto debe ser obra de papá. Hay un escritorio simple lleno de partituras y la papelera está a desbordar de papeles arrugados.

En una esquina se encuentra su querido bajo, junto con unos cojines con forma de pata de pollo, papá de nuevo. Entonces noto un pequeño interruptor debajo del escritorio, lo activo y de la nada surgen unas luces LED en la pared que forman la oración "PIENSA FRED,PIENSA", apuesto a que las usa cuando la cabeza se le estruja. Así que éste es su cuarto de inspiración, no está mal, no está nada mal, al menos él tiene su sitio.

Decido que es mejor bañarme de una vez, así que apago el sencillo mensaje inspirador y voy a lo mío.

Mi última vez en el baño para ducharme no me detuve siquiera un momento a ver el lugar, pues ni el más curioso y observador de todos sería capaz de soportar sentirse como inodoro para perro, nadie, en serio. Doy una vuelta al rededor para ver que tal, uhm...un baño corriente. Repaso mentalmente lo que debe tener uno normal: Inodoro, sí, lavabo, sí, espejo...lo demás, sí.

El espejo tiene un gabinete detrás que no me resisto a abrir, lo hago y me encuentro con una cantidad de envases, jarabe para la tos, pastillas para dormir, aspirinas, crema de afeitar, cepillo de dientes, antidepresivos...espera, ¿antidepresivos?, papá es todo menos eso, tal vez sea de su pareja...sí, acabo de acordarme que no le he preguntado nada sobre ella, ni su aspecto... ¡Pero que me importa! Cierro de golpe la puertita. Algo me pasa, no era tan metiche ni cuando tenía tres años. ¿Será cierto que la conducta de la gente es contagiable?, ¿por qué justo hoy siento deseos de inspeccionarlo todo?, vamos, sé una buena chica, tienes que bañarte, nada de tonterías por hoy.

Por fin me meto en la ducha con la curiosa cortina de flores y me sumerjo en mis pensamientos nuevamente:

Esto es raro, los sueños que tengo, el fantasma que habla, conductas inexplicables, ¿no estaré volviéndome loca?, mi madre vio un programa sobre diversas psicopatías una vez, esas que a la gente les hace oír voces y ver cosas que no son, incluso actúan extraño cuando les pasa, sí...definitivamente estoy perdida, ya, pónganme la camisa de fuerza, me harán un favor.

Alguien golpea la puerta:

– ¡Princesa, ¿tardas mucho?, tu papi necesita evacuar!

– ¡No!–. Grito para que me escuche por encima del agua.

Tomo la toalla, me doy una secada rápida y me visto. Al abrir me encuentro un papá muy agitado dando saltitos con las piernas bien cerradas.

–Buenos días nena–.Entra como si no hubiese un mañana.

<<Bien, ¿comenzamos con la investigación?, compañera Juliet..., ¿cuál es tu apellido?>>

–Bronson, Juliet Bronson.

<<Ok señorita Bronson, manos a la obra.>>

–Eh, sí, primero desayuno, permiso de papá y luego los asuntos turbios, ¿claro?

<<Como el agua. >>

Busco en las repisas superiores en la cocina, allí hay varios envases de contenido dudoso, tomo lo que me parece té y lo abro, sí, es té. Luego localizo las tazas y elijo una con lunares revueltos, me parece interesante como las figuras que socialmente se consideran perfectas pueden entremezclase en una desordenada armonía que...bueno, la taza es linda.

<<Pareces esas de los infomerciales pero con rostro perturbador. >>

Coloco la taza en la mesada, y observo a la nada:

– ¿Qué?

<<Sí, ya sabes, es como las que sonríen para vender, sólo que tu expresión da a entender que te gustaría lanzar agua hirviendo a la cara del televidente. >>

No puedo evitar una mueca, mi cara ya de por sí es amargada, y si le sumas los factores:

1) Había dormido horrible.

2) Tuve uno de esos sueños que fatigan más que hacer ejercicio.

3) El yogur de durazno no era precisamente "fresco".

4) Hoy va a ser uno de esos días en los que lamentas haber despertado.

–Sé que no soy hermosa, pero admite que tengo mi encanto–. ¿Yo haciendo una broma de este tipo? Definitivamente me fumé algo.

<<Wow, Bronson, no te tenía por bromista. >>

–Más vale que no me tengas.

<<Y vuelve a ser ella>> Dice con tono aburrido.

Mi cereal favorito pero con una portada espantosamente infantil, consumista y lava cerebros con su mono de parálisis cerebral ya está en su envase (papá ya sabe que si quiere una buena convivencia debe tenerlo en la alacena, siempre) y el agua se está calentando en el fuego, bien.

<<Oye, ese mono me da mala espina. >>

– ¿Por qué?–. Me pica la curiosidad sobre que opinión podría tener acerca de este alimento tan polémico y profundamente estúpido.

<<No sé, la sonrisa engañosa, es esa misma que tiene la bruja de la casa de dulce, podría tener oscuras intenciones. Imagínate, observándolo todo desde esa inofensiva caja...como un pedófilo o depredador. >>

–Tienes razón–escupo–maldito mono pedófilo depredador con parálisis cerebral.

Con decisión vierto todo el cereal en un taper y luego apuñalo al despreciable personaje de cartón hasta que se hace picadillo, mientras él me anima detrás:

<< ¡Eso es, nunca nos doblegaremos ante ti, maldito mono dictador!>>

En eso entra papá:

–Buenos días, nena, ¿dormiste bien?, te levantaste muy temprano.

–Estoy bien pa.

Lo veo girarse no tan disimuladamente a la ex-caja de cereal mutilada con el cuchillo aún clavado en el mono.

–Eh..., ¿debo preocuparme por eso?–. Lo señala con ojos abiertos.

–No, solo decidí acabar con la soberanía del mono del cereal–. Me encojo de hombros.

Papá sonríe:

–Eres tan revolucionaria como tu padre, yo una vez intenté acabar con la monotonía de la comida en mi escuela pero me suspendieron por dos semanas, ¡solo porque a la directora se le ocurrió que estaba mal esconder el pastel de carne en el baúl de su auto!

–Hummm...papá–. Me siento en la silla y le doy un sorbo a mi té.

– ¿Sí, nena?

Supongo que esto lo sorprenderá, es la primera vez en la historia que yo le pediré para salir de casa, si sigo actuando así yo misma me voy a internar.

– ¿Puedo salir hoy?

Como esperaba lo tomo desprevenido, pero acepta.

–Claro, bebé. ¡Eres joven, debes disfrutar!, estoy tan feliz de que lo hagas. – me da uno de sus sofocantes y nada seguros abrazos– Yo que pensaba que serías tan aburrida como tu madre, ¡vamos, ataca al mundo fiera!–. Me propina un leve puñetazo en el brazo, está bien, las frases alentadoras de papá no se consideran "alentadoras", pero hace su esfuerzo.

–Yupi...–. Digo en forma monocorde mientras hago girar mi dedo índice.

Él sigue expresando sus sentimientos hacia mi repentina independencia adolescente, yo por mientras devoro el cereal como si fuera lo único que tengo que hacer, y ojalá lo fuera.

Pongo las cosas en el fregadero, me cepillo los dientes y voy a despedirme.

–Nos vemos, pa.

Está sentado viendo la TV, voltea a verme y se queda así.

– ¿Qué?–. Oh no, solo hace eso cuando empieza a hablar de como soy la nena de papá y cuanto crecí y bla, bla, bla.

–Eres tan grande y bonita bebé, todavía recuerdo cuando eras una cosita de dos centímetros en la panza de tu mamá, ahora estás creciendo y pronto vas a dejas de ser la nena de papá–ya lo dije, la nena de papá–y no quiero que eso pase.

–Siempre vas a ser mi papá–. Digo, y es cierto, a pesar de que sea un niño de diez años lo quiero, y sé que estará aquí para mí....aunque justo es este momento no lo necesito. – Pero ahora debo irme, ¿tú que vas a hacer?

–Iré con los chicos, nos invitaron a tocar en otro Club dentro de una semana y debemos estar preparados.

–Está bien, suerte papá.

–Tú también, nena–. Sonríe.

Cuando voy a la puerta, el chico me asalta:

<<Me sorprende lo sentimental que puedes llegar a ser. >>

–Cállate.

– ¿Qué dijiste?–. Habla papá desde el living.

–Nada, pa–ahora bajo la voz un poco– ¿Ves lo que me haces hacer?

<<Eres tú la que grita, no yo. >>

Bufo por lo bajo mientas giro el pomo de la puerta.

<<Oye genia, ¿piensas viajar ligero?>>

– ¿Qué quieres que lleve?, ¿eh?–. Farfullo.

<< ¿Qué tal una linterna, un celular, comida, agua, ropa de abrigo, una mochila, dinero para el transporte?, ¡vamos a investigar, no a saludar al vecino!>>

No sé qué me molesta más, que me lo restriegue en la cara....o que tenga algo de razón.

–Está bien, juntaré un par de cosas ¿de acuerdo?–. Veamos, ya tengo el dinero para el transporte de la mesada de mamá, siempre en el bolsillo por si algo pasa, mi celular también, solo necesito una mochila y la linterna.

Doy media vuelta y me meto en mi habitación, revuelvo en los cajones y allí está la linterna.

<< ¿Tienes una linterna entre tu ropa?>>

–Por si acaso–me encojo se hombros y la meto en la mochila negra que uso durante las clases– vamos.

Vuelvo a la salida:

– ¿Te olvidaste de algo?–. Pregunta papá desde el puff.

–Sí, pero ya está–. Respondo en el mismo tono.

Y salimos.

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