CAPÍTULO 27:
Cuatro espectros delante, con todas y cada una de sus cuencas clavándose en nosotros. Están a un par de pasos, tan cerca que ya comienzan a afectarme. Estos son diferentes a los que he visto antes, no generan angustia o tristeza, sino violencia, una sed de sangre endemoniada; sus retorcidos cuerpos desprenden repudio y oscuridad a tal punto que me hacen querer rogar por mi vida. Están tan deformados y rotos que no se sabe que fueron en un principio, simplemente espantoso.
<<Juliet, debemos irnos...ahora. >>
Asiento y trago saliva, recuerdo todo lo que me dijo sobre no mirarlos a los ojos y simular su inexistencia, pero es como si supieran que estamos aquí y esperan a que uno reaccione para atacar.
Nos incorporamos muy lentamente sin apartar la vista del grupo.
–Kevin –susurro algo angustiada– nos observan, no creo que sea tan simple.
<<Lo sé...pero hay que largarnos, un paso a la vez. Estoy a tu lado, ¿de acuerdo?, te protegeré. >> Afirma lo último con una expresión tan seria que parece inhumana.
Y yo a él, sin importar como.... Por suerte para nosotros es un bosque relativamente pequeño y las casas cuentan con algo de luz, tal vez la suficiente como para que no se nos acerquen.
No sé con qué milagro pero consigo dar el primero, luego el segundo y el tercero. Siempre teniendo mis sentidos al máximo, tan tensa que los músculos podrían desgarrárseme.
No los veo a la cara, aunque es imposible no fijarse en ellos, son una monstruosidad. Trato de no hacer el más mínimo ruido, despacio, despacio.
Llega el momento de pasarlos y por estar a tan poca distancia me siento enferma, pero no tengo otra opción, doy un paso más y al otro los atravieso... Por todos los cielos, que mal. Me tambaleo de un lado al otro debido al mareo y las náuseas son tan grandes que podría vomitar aquí mismo si no fuera por el apretado nudo de garganta. Además, mi pecho está a punto de colapsarse y el cuerpo me pesa como si tuviera una mochila de piedras.
Kevin me lanza una mirada significativa pero le hago saber que estoy bien, al menos nos alejaremos más fácilmente de aquí en adelante.
Bueno, me equivoqué.
La oscuridad me jugó una mala pasada, haciendo que mi pie pisara una rama y liberara un crujido. Ese fue el detonante para que se lanzaran a nosotros.
Salimos disparados con los monstruos pisándonos los talones, tan cerca que puedo sentir su
aliento pútrido y hasta los ronquidos que vienen antes de los alaridos salvajes. Es como aquella vez en la pesadilla, solo que ahora sí estamos jodidos.
Kevin podría correr más rápido que yo pero se retiene, ¡maldita sea, no debería frenarle! Aumento la velocidad arriesgándome a no ver todos los obstáculos, un par de ramas se quedan con trozos de mi piel provocándome algo de ardor en brazos y rostro.
Cuando creo que por fin tendríamos posibilidades, algo me agarra del cabello y tira hacia atrás con increíble fuerza. Me atraparon. Kevin se da la vuelta mientras su rostro se pone en modo de lucha, los ojos se le oscurecen cubriéndose de negro y noto que tiene colmillos afilados llenando su boca, al igual que garras. La piel se le envejece y rasga volviéndose violácea. Todo en su conjunto forma una versión retorcida de él, incluso da miedo...cuando un espectro me quiso poseer en el hospital, había hecho algo parecido, pero comparándolo como se encuentra ahora, la primera vez era atractivo. Lanza un chillido impresionante y se arroja al que me sostiene. Pero los otros tres lo interceptan, por un momento se forma una maraña nubosa hasta que Kevin los hace retroceder con una especie de onda energética. Luego, sin basilar, toma a uno de ellos y comienza a desgarrarlo como en una pelea de animales, lo inmoviliza con sus dientes y continúa rompiéndolo. La cabeza empieza a dolerme por estar colgando solamente del cuero cabelludo, me zarandeo para liberarme pero el espectro grita en mi oído y me sujeta la cara con sus desagradables dedos huesudos, para girarla directamente hacia la pelea, obviamente quiere que vea esto...ellos no son puro instinto, más bien inteligentes y sádicos.
Kevin sigue atacando sin pausa hasta que los otros dos lo embisten arrojándolo contra el suelo. El que él cazó desapareció sin dejar rastro. Rápidamente se incorpora, lanza un gruñido y corre con increíble velocidad hacia el de la izquierda esquivando un golpe del de la derecha. Justo cuando está por clavarle garras y dientes en un salto brutal, el otro lo golpea haciéndolo caer. En ese instante lo atrapa entre sus brazos. Kevin se retuerce enloquecido pero antes de poder zafarse el espectro le inserta sus amarillentos dientes en el hombro y sacude la cabeza como si fuese a arrancarle un pedazo. Suelta un alarido de dolor mientras intenta arañarle alguna parte, incluso trata de usar energía pero le es imposible. El segundo llega y también lo muerde, no para de gritar y tratar de patearlos o morderlos, pero a medida que el tiempo pasa lo noto más débil, más flácido. Incluso su rostro se está volviendo normal, por un momento no sé qué es lo que pasa hasta que me concentro más en la imagen...ellos están absorbiendo su vitalidad.
La desesperación me carcome, pruebo liberarme de mi captor pero el esfuerzo no basta, debo hacer algo rápido si no quiero que se esfume.
– ¡Malditos, juro que si no lo sueltan lo van a pagar!– Escucho una especie de risa por parte del espectro, y no lo culpo, ¿cómo, con que poder?, lo único que puedo hacer es esperar a que terminen con nosotros.
Mi mente trae a la superficie el recuerdo del duelo...las manos de la otra Juliet brillaron y hasta fue capaz de borrarle la memoria. Además de que las mías lo hicieron en el manicomio....tiene que funcionar. Cierro los ojos para concentrarme, tratando de ignorar los agónicos gritos de Kevin. Vamos Juliet, llegó el momento...sé que es difícil pero tienes que brillar...más gritos de él...Juliet, hazlo...sigue gritando...hazlo...ahora oigo gemidos...¡¡MALDITA SEA, HAZLO!!
–No..., lo volverán a tocar.
Rebozo de poder, ambas palmas brillan con la fuerza de dos estrellas, la determinación está estampada en mi ser. Antes de que el muy desgraciado quiera soltarme le atravieso el vientre de lleno con la luz, haciendo que explote en una nube oscura.
Corro hacia los otros dos pero no alcanzo siquiera a rozarlos cuando uno de ellos lo suelta para tirarme al suelo. Me sostiene por los hombros de forma que no pueda moverme y con una de sus manos toma mi cabeza y la golpea contra la superficie una y otra vez. Mis huesos crujen al contacto dándome un dolor intenso, la vista se me vuelve borrosa y para empeorar las cosas mi luz comienza a perder intensidad, si no respondo pronto nos va a ir mal.
Afortunadamente al momento que va a clavarme sus sucios dientes en la carne consigo liberar uno de mis brazos y ponerle el resplandor en la cara. La bestia chilla furiosa y se hecha hacia atrás. Me incorporo con dificultad puesto que todo me da vueltas, pero no puedo esperar así que termino de incrustarle la mano en su maldito cuerpo y estalla en pedazos.
Aún me tambaleo pero me acerco lo suficiente como para rozar al último, al hacerlo este se percata de mi presencia y con una fuerza bestial me lanza hacia un lado como si fuera una peste, volando por los aires. A medida que bajo al suelo y reboto las piedras y las ramas hincan en mi piel al igual que toscas cuchillas, pero lo peor es el impacto, mi espalda entera da contra un tronco en un golpe seco tan fuerte que me quita el aire, incluso creo que mi columna casi se rompe al curvarse tan violentamente hacia atrás. Siento profundos pinchazos a lo largo de mi cuerpo...esto se puso feo, muy feo. Trato de incorporarme pero mi brazo izquierdo no responde, al verlo me doy cuenta de que en realidad no puede hacerlo porque me disloqué el hombro. Me voy a desmayar, mi vista se nubla otra vez y el dolor es insoportable, pero aún escucho los últimos gemidos de Kevin que está unos metros más adelante. No puedo dejarlo así, no quiero y no lo haré. Con gran esfuerzo logro moverme un poco, un puntazo agudo en la espalda me detiene por un segundo pero intento ponerme en pie. Lo cual es inútil porque en cuanto quise llevarlo a cabo mis piernas flaquearon, deslizándose nuevamente a la tierra. Bien, si no colaboran me arrastraré, aunque sea con un solo brazo. Y así lo hago, lentamente me acerco ignorando el suelo que se empeña en hacerme heridas nuevas y profundizar las ya existentes.
–Suel...talo–. Escupo con rabia hacia la cosa que continúa succionando hasta lo último. Ya es casi un borrón, maldición. Para mi sorpresa el espectro se incorpora, patea el cuerpo de Kevin más lejos y viene hacia mí. Me levanta por el cuello haciendo que el dolor sea aún mayor. Otra vez presiento que voy a perder el sentido pero no lo permitiré, no mientras él no esté a salvo.
Me clava sus "ojos" y yo lo fulmino con la mirada de la peor manera, cargada de odio. El monstruo parece reírse de mi actitud, maldito bastardo, ¡¿qué quiere de nosotros?!
En eso abre su asquerosa boca torcida y semi desdentada:
<<Tú...eres débil. >> Lanza una especie de risa siniestra y sin forma.
Su voz suena como un pozo, vacío, oscuro. Se me eriza la piel y siento que podría lanzar un grito o vomitar si no estuviera presionando mi cuello así. A pesar de todo no aparto la vista y hasta le sonrío con sorna:
–No...como tú, imbécil–. Sin pensarlo dos veces clavo mi mano iluminada en su pecho y veo con satisfacción como antes de desaparecer, en su rostro, tan deformado como lo tiene, hay un destello de miedo y admiración.
En cuanto se evapora caigo de bruces al suelo sin dejar de toser debido a la espontánea falta de aire. Una vez mi respiración se estabiliza me arrastro hacia Kevin de nuevo, ahora sin nada que me detenga más que mi propia incapacidad para moverme.
Está tieso y es casi invisible, como si se esfumara con tan solo una brisa...tan, tan frágil.
–Kevin...–. Comienzo a sollozar, ¡maldita sea!, ¿esto era lo que lo iba a proteger?, ¡no sirvo para nada!...ha sido tan bueno conmigo y yo lo eché de mi vida como una idiota, ¡si no hubiera actuado de esa manera él no estaría así! Debo calmarme y enmendar el error; la luz elimina espectros y borra memorias, tal vez, tal vez también pueda curar, por favor, por favor, por favor...
Coloco mi mano derecha suspendida sobre él y espero, no ocurre nada... ¡Vamos!, cierro los ojos para reunir fuerzas, esto no es cuestión de tratar, debe funcionar, Kevin tiene que estar bien, lo va a estar, lo va a estar.
A medida que los minutos pasan la angustia traga mis esperanzas poco a poco junto con el brillo que desprendo, hasta apagarlos por completo.
Las lágrimas comienzan a brotar, liberando la amargura que tengo dentro...no puede ser, no, ¡NO!, tengo que ser fuerte, tengo que ser capaz..., ¡tengo que intentarlo!
Entonces, entre todo el abatimiento, siento algo. El torrente luminoso renace, con mucha debilidad al principio, fuerte después. Abro los ojos sorprendida para ver como lo invade, luz amarillenta es vertida a su cuerpo como agua y lo nutre, haciéndolo visible otra vez. Algunos destellos se salen de la línea y salpican hacia los lados iluminando el suelo, tengo que entrecerrar los párpados porque brilla demasiado. Me mantengo firme hasta que mi brazo tiembla y simplemente no puedo más, ya...él estará bien y eso es todo lo que importa.
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