El primero en llegar fue Sebastian ya que venia en auto y fue el que salió primero, desesperado por ver al joven.
Aunque no sabia quienes estaban con él aún, así que pueden imaginárselo a él huyendo de Evans para no ser golpeado, corriendo por todo el departamento. Ni siquiera logró saludar a alguna antes de que el rubio lo comenzara a perseguir con un aura de furia rodeándolo.

— ¡Vuelve, cobarde! — gritaba mientras trataba de alcanzarlo.

Mientras que Robert y Tom reían por tal escena, la puerta fue tocada otra vez, eran golpes fuertes y repetitivos, los cuatro en aquella habitación se quedaron callados, ya sabían quien era, ahora la corrida que hizo Stan por salvar su vida quedó terminada, ahora otro tendría que huir de las garras de Evans.
Y este mismo fue hacia la puerta, el castaño quiso detenerlo, pero tanto su "amigo, por así decirlo, y su casi padre lo detuvieron, eso era algo de adultos.
Chris tronó los dedos de su mano antes de girar la perilla y abrir la puerta, observando que fuera de esta estaba aquel hombre que temblaba de nervios por esta situación, cuando en realidad el que tendría que estar así seria Holland.
Lo hizo pasar a la fuerza, agarrándolo del brazo y tirando su cuerpo hacia dentro, cerrándola de un portazo, el ruido sobresaltó a todos en la habitación, menos al que lo provocó.

— Chris, amigo..

— No me digas amigo — el tono de voz asustó hasta a Robert, sintiendo un escalofrío correr por todo su cuerpo — Los amigos no se acuestan con los hijos de otros.

— Bueno, en realidad no es tu hijo, él.. — fue interrumpido rápidamente.

— ¡Pero yo lo veo así, soy como su figura paterna temporal, lo estoy cuidando como si fuera mío y ahora, tú, maldito irresponsable, pedófilo, infiel! — comenzó a enumerar las razones para matarlo mientras se acercaba al cuerpo del mayor.

Sebastian abraza la cintura del menor, desde que entró Benedict o mejor dicho, fue entrado, él se había apegado al menor como cucaracha voladora a tu piel (:'v es horrible que se te peguen, le das manotazos y no se quitan), sus manos tocaban la panza del chico que aun conservaba sus músculos, imaginándolo con pancita de embarazado, sonriendo por lo tierno que eso sería.

— Te amo — le susurró en el oído, apoyando su pera en el hombro del joven, pronto las manos del castaño se posaron sobre las suyas haciendo presión para que no lo suelte.

— Yo también — se giró unos centímetros para darle un pequeño beso en la mejilla.

Iban a ponerse más cariñosos, si no fuera por el golpe seco que se escuchó al caer el cuerpo de Benedict. Chris lo noqueó de un golpe o era muy fuerte o Ben necesitaba hacer más ejercicio y recuperar fuerza.

— ¿Dónde hay bolsa para cadáveres? — preguntó Robert pateando de forma leve el cuerpo que estaba en el piso para asegurarse si estaba despierto, pero no.

— Dejemos lo ahí, en algún momento se va a despertar — Evans se acercó a la puerta para abrirla, no necesitaban que toque la puerta.

Todos ya conocían esas pisadas, eras las de Scarlett y parecía enojada.
Cuando abrió la puerta pudo confirmar que efectivamente era ella, estaba por una mano arriba hecha un puño, lista para tocar la puerta, atrás de ella estaban Hiddleston y Chris, uno con una sonrisa de niño en juguetería, mientras que el otro estaba cruzado se brazos e igual que serio que la chica.

— ¿Dónde esta mi bebé? — preguntó el de ojos azules mirando hacia adentro.

Stan apretó el agarre de forma posesiva, no quería compartir al menor con nadie.
Robert solo reía, esto era mejor que una novela mexicana.
Evans se irritó más aun por esa sonrisa, definitivamente le bajaría los dientes.
Y Benedict, él seguía inconsciente.