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El primero de los tres en enterarse.
Sebastian reposaba en su cómoda cama después de haberse bañado para quitar el asqueroso olor a transpiración, estaba algo cansado también, había hecho ejercicio y eso lo agotó.
Agarró el control de su televisión y la prendió con desgana estirando el brazo para llegar al aparato ese, cuando lo consiguió y este se prendió ya estaba en un canal fijo, iba a cambiar de no ser que en esta aparecía una foto de Tom junto a las palabras de "¿Tom Holland embarazado?"
Se sentó rápidamente en su cama, como si esta fuera de clavos y se haya pinchado con uno, escuchó todo lo que decía esa mujer, según ella, un periodista estaba en el medico en el mismo momento que le daban la noticia al menor, él sacó fotos y gravó parte de la conversación, no todo, pero lo más que pudo.
— No, no, no — buscó con su mirada la mesita de luz que estaba al lado de la cama, allí arriba estaba su celular, lo agarró sin mucho cuidado, desenchufando a lo bestia el cargador.
Puso la clave equivocándose varias veces por sus nervios, hasta que por fin la colocó bien y se dispuso a marcarle a una persona en especial.
•
Loa tres estaban en la mesa de la cocina, sentados en una silla mientras comían pizza que había traído Chris.
Mantenían una conversación sobre el bebé, ¿Cómo se iba a llamar? ¿Qué te gustaría que fuera? 'Seguro tendrá los ojos de su padre' 'Tendrás pancita'. Entre otras.
Así hasta que el tono de llamada irrumpió su conversación, Tom agarró su celular leyendo el nombre de quien estaba llamando.
— Es Sebastian..
— Sabia que alguno te iba a llamar, era cuestión de tiempo — dijo Robert antes de darle una mordida a su pizza.
El castaño tragó saliva antes de contestar y poner en altavoz, apoyó el celular en la mesa, creía que si lo tenia en sus manos se le iba a caer por los nervios o porque estaban transpirada y podía resbalarse.
— ¿Es cierto? L-lo de las noticias, dime la verdad.. ¿Estas..
— S-si — tartamudeó, estaba asustado, sintió la mano del mayor de los tres acariciar su espalda como gesto cariño, pero eso lo tensó más aun.
— ¿Es mío? — su voz se oía algo emocionada, él estaba feliz por un bebé que puede y sea suyo.
— No lo sé.. — se le agudizó la voz, iba a llorar otra vez, ya sentía el ardor en sus ojos y como estos se nublaban por una cortina de lágrimas.
— Cierto.. Ojala sea mío, me gustaría mucho formar una familia juntos — en su voz sólo se podía notar ternura y esperanza.
Robert sólo hizo una lista mental.
Hasta ahora era algo así.
•Primera impresión.
Sebastian
√ |
Ahora faltaban los otros dos.
Mientras que Chris tensaba su mandíbula, él quería cortarle el pene a los tres por pedófilos, pero como eso esta mal sólo bajaría un par de dientes.
— Tengo miedo — le confesó Tom a Sebastian.
— Me imaginó, pero todo va a salir bien, si no llegó a ser yo el padre y el muy infeliz no quiere hacerse cargo, lo haré yo, si es que me lo permitís.
El castaño sonrió con ternura, de los tres con los que se acostó, el único que hacia latir su corazón era él, el hermoso Sebastian Stan.
— Tom..
— ¿Si? — preguntó secándose las lágrimas, manteniendo la sonrisa en su rostro.
— Te amo, no lo dudes — y cortó, dejando a un chico más enamorado que antes y a unos adultos algo confundidos, pero aun furiosos.
— Bueno, el pasó esta prueba, yo no le voy a romper nada — comentó con burla el castaño oscuro.
— Conmigo no hay pruebas, a los tres les voy a bajar los dientes a penas los vea.
— No, no podes hacer eso, por favor — rogó Tom, no quería que nadie lastimara a nadie.
— Sólo sera un diente, ellos tienen muchos — dijo con tono cómico el rubio, el mayor levantó su puño para que lo chocaran y eso hizo, mientras que el menor lo miraba con reproche — Y usted jovencito no esta en posición de pedirme algo.
— Ya parecen mis padres.
— Obvio que Chris seria la mamá — se apresuró a decir el oji marrón.
— ¿Eh? ¿Por que yo?
— Sos muy sobreprotector, atento, nos cuidas demasiado, nos alimentas — fueron enumerando los dos castaños.
— Solo soy caballeroso y cuidadoso con ustedes.
— Si mamá — se burló Tom.
— Tú no te burles que pronto seras una mamá de verdad.
Ahora era turno de los mayores reírse del joven, este sólo negó divertido. Eran su familia, los quería demasiado y ellos a él.
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