(No se encariñen con ningún personaje. Es una advertencia)

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— Chris, amigo mio.

Robert fue el primero en saludarlo de manera demasiado amistosa y muy sospechosa para ser solo amigos, un beso a cada lado de la mejilla, cerca de los labios y un abrazo.

— ¿Stan aun no vino? — preguntó Hiddleston.

Los tres vieron como el más joven abría la puerta sin saludar al rubio y se metía adentro, ignorándolos a todos.

— ¿Ocurrió algo?

— Si, entra que te contamos.

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— ¿No tiene vergüenza?

— Parece que no.

Mientras ambos adultos le sacaban el cuero a Benedict sin culpa alguna, Hiddleston se encargaba de hablar con el joven afectado por sus hormonas.

— Ya te dije que no sé, no sé que me pasa, es como que quiero matarlos a todos y llorar, también siento mucha angustia, es horrible sentirse así.

Confesó con voz aguda, dejando que sus ojos se cristalizaran, de su garganta escapó un pequeño sollozo antes de ser abrazado por el rubio.

— Son solo las hormonas, no te preocupes ¿Si?

— Como si fuera fácil. El que esta embrazado soy yo, no tú.

Frunció el entrecejo para alejarse de los cómodos brazos ajenos, pasando su palma por sus ojos para quitarse las pocas lágrimas que habían escapado sin evitarlo.
Se preguntaba si eso sentían las mujeres cuando estaban embrazadas o si era peor, tenia dudas acerca de su condición.
Llevó una mano a su panza, acariciándola con suavidad para no ser brusco con su bebé.

— ¿Me pasas mi celu? — le pidió el menor.

El de ojos azules asintió, aún callado, para sacar dicho aparato de su bolsillo y dárselo sin objetar en ningún momento, teniendo cuidado de que no se le cayera.

— ¿Por qué tenes que ser tan lindo conmigo?

— Porque te amo, haría todo por ti, aun si no me lo pidieras — susurró llevando su mano a la mejilla del chico, mirándolo con amor.

— ¿No te dolió que.. — carraspeo para poder tomar valor y que las palabras salieran de su boca sin esfuerzo — me acostara con ellos también? Si yo amo a una persona y esta se acuesta con otros me sentiría mal..

Pudo ver la inseguridad en los ojos del castaño, comenzando a culparse por la poca fe que le tenía él.

— No lo niego, si me dolió, pero habíamos dejado bastante claro que era sólo para un raro, ¿Verdad?

— Ese rato se volvió toda una vida.

Ambos llevaron su vista hacia el estómago del menor, riendo por aquel comentario. Al rubio no le molestaba para nada, no esperaba un hijo, pero tampoco lo rechazaba, al contrario, se sentía feliz de que estuvieran por tener un bebé. Deseando que sea de su sangre, eso lo haría mucho más que feliz, sobre todo si era de aquel joven que estaba sentado en medio de la cama de frente a él, sonriendo con inocencia que aun tenia.

— ¿Qué nombre le pondremos?

— Estuve pensando en eso y Noah me pareció lindo, ¿Qué dices? — levantó la vista, observando como él sonreía con sus ojos fijos en su panza, su mano cerca de su rodilla, hecha un puño como si estuviera conteniendo.

— Me gusta, es lindo nombre.

Concordó con la idea de ponerle aquel nombre al bebé si era varón.
Tomó la mano de él, llamando su atención, para apoyarla sobre su panza descubierta, rápidamente una sonrisa aun más grande se mostró en el rubio.

— Aún es muy pequeño, pero cuando tenga un par de meses más podremos sentirlo moverse.

— Pasará rápido el tiempo.

— ¿Y si es nena? — retomó lo de los nombres.

Hiddleston se puso a pensar, los nombres en su cabeza no eran muy bonitos.
En cambio, Holland tenía uní en mente, uno de una película que le gustaba y llegaba al corazón.

— ¿Te gusta Emily?

— ¿Cómo la novia de la película esa? — preguntó el mayor.

Conocía esa película, ya que cada que daba en la tele, el menor tomaba posesión del control para verla y que nadie estuviera cambiando.

— Si, como el de ella, es bonito.

— Ambos nombres son hermosos. Si es varón le pondremos Noah y si es nena, Emily.

— También hay que preguntarle a Sebas.

— ¿Yo qué?

Apareció el recién nombrado en la puerta, con una pequeña sonrisa.