Epílogo

Por supuesto, el caos no se ha acabado. En Cambalache, nunca acaba. Este es, quizás, uno de los aspectos en que más se asemeja a la Tierra. Suponemos que ya conocen este mundo lo suficiente como para no necesitar semejante aclaración, pero nunca está de más.

La magia no ha vuelto a estabilizarse aún, y no creemos que vaya a hacerlo pronto. Después de todo, es como si Mágica hubiera llegado al fin de la infancia... y todos sabemos qué etapa viene después. No hay manera de saber lo que puede traer la adolescencia de esta fuerza natural, sin embargo, apostamos a que será algo digno de ver.

Mientras tanto, la gente tendrá que acostumbrarse a recibir nieve como respuesta a un hechizo de lluvia y a invocar accidentalmente al vecino de su pareja al usar magia de comunicación. Hemos oído incluso acerca de dragones avergonzados porque les creció una cola de mono cuando intentaron tomar forma humana.

Pese a todo, la gente sigue con su vida. Los nuevos habitantes han aprendido a quejarse de Cambalache con la misma habilidad que un nativo, lo que es un rasgo indispensable y a la vez el mejor indicio de que se han integrado. Con toda su confusión, la magia resultó ser buena eligiendo.

En cuanto a Leona, probablemente no quiera saber acerca de Mágica por un buen rato. Más allá de eso... Bueno, ¿por qué explicar cuando podemos mostrarles?

Nuestra mujer se encuentra de pie frente a la Universidad Nacional de Longevia, donde ha terminado su día de trabajo ayudando a los historiadores compartiendo datos sobre su mundo natal. Hoy tomará un pequeño desvío antes de regresar a casa, por lo que ya a la mañana se encargó de dejar a Eli con sus nuevas tías postizas. No hay duda de que en este momento la niña se encuentra molestando a TR para que le cuente una extraña leyenda tradicional o le enseñe alguna receta de cocina estrambótica...

Una cabecita de cabello blanco se acerca a paso apurado, casi corriendo entre la multitud. Los reconocemos en seguida a él y a unos ojos amarillos que muestran la pena de saber que está llegando tarde al encuentro. Leona lo recibe sin reproches, con un cálido abrazo y un amistoso beso en la mejilla.

Etka revisa su bolso con la serenidad de un chihuahua amenazado hasta sacar de allí un papel, luego explica apresuradamente que ha hecho una lista de cafeterías posibles. ¡Una lista! ¡A quién se le ocurre! Que se lo lleve la brisa y a nosotras también...

Sin embargo, Leona solo ríe y propone leerla juntos. De verdad admiramos, hasta el final, su gran paciencia. Se sientan ambos, entonces, en las escaleras de la facultad, mientras charlan y revisan las opciones. Así se quedan, uno muy cerca del otro, ignorantes respecto a la gente alrededor que los considera un obstáculo para subir y bajar pero que no se atreve a interrumpirlos. Se ganan sin saberlo algún insulto silencioso de los transeúntes, pero ¡ah! ¿Qué sería una primera cita sin semejante cosa?

Esperamos que estos días, tan bulliciosos como felices, sigan para ellos por mucho tiempo.

Sin más que decir, nos despedimos de la misma manera que nos saludamos: con una cita de nuestro optimista poeta.

"Si la magia fuera una persona, sería una niña caprichosa e inexperta. Una que vive de las travesuras, que gusta de vernos bailar a su ritmo. Sus juegos se vuelven crueles en ocasiones, como suele suceder con los niños, ¡pero vaya que no nos aburren jamás!

Y, al final del día, cumplen el cometido de todo juego: unirnos en la adversidad de una manera que la paz nunca sería capaz".