Capítulo 18
Todo el mundo sabe lo que pasó.
—Me siento mal —le murmura Parker a Luke mientras caminan hacia clase dos días después—. Es un capullo y se lo merecía, pero nunca habia hecho daño a nadie. No sé qué me pasó, simplemente... estaba siendo horrible contigo y tenía que hacer algo. Estoy agradecido de que nadie se lo dijera a ningún profesor ni nada, porque mis padres me matarían si me suspendieran.
No responde, solo se encoge de hombros y aprieta un poco más su libro de matemáticas contra el pecho.
—Lo que me hace sentir mejor —continúa su amigo—, es que Nick sigue sin sentirse mal por ninguna de las cosas terribles que ha hecho. Cualquier persona normal se sentiría culpable por besar a alguien con pareja, o por ser grosero con alguien en su cara como hizo contigo. Pero aún así se niega a disculparse. Va por ahí, hablando mierda, incluso después de todo. Si tuviera que pegar a alguien, me alegro de que fuera a él.
Le da a Parker una pequeña sonrisa. —Te das cuenta de que en realidad no tenías que hacer nada de eso, ¿verdad? Podría haber...
—No, no podrías haberlo hecho.
—¡Ni siquiera sabes lo que iba a decir!
—Fuera lo que fuera, no podrías haberlo hecho.
—¿Y por qué no?
—Porque, estabas... para ser honesto, estabas herido. Después de todo lo que ha pasado, y Nick siendo un idiota contigo encima de todo... no creo que tuvieras la energía para decir o hacer algo.
Tiene razón. —Como sea.
Parker suelta una breve carcajada y pasa un brazo por sus hombros. —Te dije que te cubriría las espaldas.
Pone los ojos en blanco y lo dejan así.
***
La situación con Jamie es totalmente distinta. No ha intentado ponerse en contacto con él desde la pelea, y no sabe cómo se siente al respecto. Está un poco avergonzado, en realidad, porque lo echa mucho de menos. Mucho más de lo que le gustaría admitir. Y no ha hablado con nadie de ello, lo cual es extraordinariamente extraño porque normalmente le gusta hablar, al menos con Parker, de estas cosas. Pero no sabe lo que le diría. 'Oye, Parker, te agradezco mucho que le pegaras a un tío por mí, pero todo va a ser en vano porque lo único que quiero es reconciliarme con Jamie.' Y no cree que Parker lo entienda.
Siempre que ha visto a Jamie en clase o por el campus, el chico se ha limitado a mirarle con ojos tristes antes de agachar la cabeza y apartarse de su camino. Eso hace que se sienta confundido y triste, un cúmulo de emociones que no quiere ni empezar a intentar descifrar.
Se siente cansado, eso es lo que hay. Está agotado. No quiere pensar, no quiere hablar con nadie, no quiere hacer nada. Es desagradable y terrible y quiere cambiarlo, de verdad, pero no encuentra la voluntad, la fuerza. Sigue deprimido como siempre, esperando que una mañana se despierte sin sentirse prácticamente muerto.
***
Se arrastra por el pasillo de taquillas cuando se encuentra con una sorpresa inesperada: Cara, de entre todas las personas, esperando en su taquilla. Arruga las cejas confundido y camina más deprisa. ¿Por qué está ahí? ¿Cómo puede saber dónde está su taquilla? ¿Jamie la ha metido en esto?
Cuando se acerca a su taquilla, aminora la marcha y mira a Cara con recelo. Ella sonríe ligeramente cuando lo ve, y se adelanta cuando él empieza a dar vueltas a la combinación de su taquilla.
—Hola, Luke —dice despreocupadamente, y él se detiene un momento. Se vuelve para mirarla.
—Hola —responde con cautela.
Saca sus libros en silencio, con ella de pie y sin decir nada. Está guardando su carpeta de inglés cuando ella vuelve a decir algo.
—Quería disculparme.
Se queda de piedra. Se cuelga la mochila y cierra de un portazo la puerta de su taquilla, volviéndose hacia ella y apoyándose contra la pared de taquillas. —¿Por qué?
Ella se inquieta y se coloca un mechón de pelo detrás de la oreja. —Por ser grosera contigo. Por no darte una oportunidad. Por suponer cosas.
Luke traga profundo. —Oh —murmura —, bueno. Vale. Gracias.
Cara no se va. Luke levanta las cejas.
Ella se rasca la nuca. —También quería decirte que creo que fue una super mierda por parte de Nick hacer lo que hizo. Y que tienes todo el derecho a estar enfadado con él. Pero creo que deberías hablarlo. Con Jamie, quiero decir.
Luke suspira, se levanta de la pared y empieza a alejarse. —Sí Jamie te metió en esto, no me interesa.
Entonces siente que una mano le agarra el codo y se gira rápidamente, sorprendido. La mirada triste en los ojos de la chica es genuina más allá de lo creíble. No puede entenderlo.
—Pero no lo hizo —dice en voz baja, soltando lentamente el brazo de Luke. Esboza una sonrisa—. Estoy harta de que se sienta miserable por ello, para ser sincera. —No se mueve. Está congelado, en estado de shock—. Realmente se preocupa por ti, Luke.
Se da la vuelta y se aleja.
***
Había pensado que este día no podía ser más extraño. Se equivocaba.
Se ve acorralado por Nick después de su clase de Ciencias, lo que le aterroriza, porque cree que Nick podría intentar pegarle o algo así para vengarse de Parker. Pero para su sorpresa, Nick simplemente parece cansado... tan cansado como Luke se siente, en realidad.
—Escucha, Luke —dice—, lo siento mucho. Me pasé totalmente de la raya al decirte lo que te dije, y lo digo completamente, cien por cien, en serio. Y también, creo que deberías saber, que... que Jamie no hizo nada.
Levanta las cejas. —¿Otra vez?
—La noche de la fiesta. Jamie no... no me besó. Yo le besé a él.
Luke se burla. —Besar es una calle de doble sentido, por si no lo sabías.
Nick sacude la cabeza rápidamente. —No, no lo entiendes. Fue culpa mía —dice suavemente—, le besé porque estaba borracho y llevo meses enamorado de él. Y, no sé. Me dejé llevar por los celos y actué de forma infantil y ridícula. Prácticamente me empujé sobre él. Él no me devolvió el beso, simplemente me apartó, se sorprendió y se enfadó mucho conmigo. Me sentí fatal y no valió la pena, así que... Lo siento.
Luke se siente como el mayor idiota del maldito planeta, porque ¿cómo no lo ha tenido en cuenta? Él sabía, en ese momento, que Nick sentia algo raro por Jamie, lo sabía. Sacó conclusiones precipitadas, como suele hacer. Sacó conclusiones precipitadas y lo jodió todo.
—Además —dice Nick, mientras empieza a alejarse—, lo pensé, y me di cuenta de que te preocupas por él mucho más de lo que yo nunca podría. Deberías hablar con él.
Y con un pequeño saludo, Nick sale del aula.
***
Ese día, espera junto a la piscina después de las clases. Es casi como si estuviera en piloto automático, incapaz de pensar en lo que está haciendo. Le manda un mensaje a Parker diciéndole que su madre le recogerá hoy del colegio, cuando está claro que no es así. Y nunca le miente a Parker.
Se apoya en la pared de ladrillo de la entrada de la piscina y echa la cabeza hacia atrás. No tiene ni idea de lo que va a decir, ni siquiera sabe si Jamie quiere hablar con él, después de todo. Lo único que sabe es que va a intentarlo.
Su teléfono zumba en su mano y lo consulta, agradecido por distraerse de sus nervios. Es una respuesta de Parker.
《oki doki :)》
Hace un mohín, pero no tiene tiempo de sentirse culpable, porque...
—¿Luke?
Da un respingo, casi dejando caer su teléfono. Clava sus ojos en los de Jamie durante el mayor tiempo en días, el verde parece brillante y confundido. Sus ojos de se dirigen hacia abajo, porque no puede evitarlo: Jamie lleva un short gris, bajo, salpicado de manchas oscuras del agua de la piscina que aún le corre por el pelo y la piel. No lleva camiseta, sólo una toalla azul claro echada sobre el hombro. Sus chanclas parecen mojadas por la piscina y lleva el pelo echado hacia atrás, con los mechones empapados creando un pequeño charco alrededor de sus pies.
—¿No has intentado secarte? —Es lo primero que es capaz de soltar, e inmediatamente después se maldice, porque ha sido una auténtica idiotez.
—¿Sí? Las duchas están llenas, así que pensé en irme a casa porque no está lejos y... —Deja de hablar, parece adorablemente confuso y nervioso, y está muy dolido por todo lo que ha pasado entre ellos. Sinceramente, no tiene ni idea de qué decir ahora, no estaba bromeando; está completamente en piloto automático, no tenía ningún plan para esto, así que Jamie se aclara la garganta—. ¿Necesitabas algo, o...?
—Claro. En realidad no, sólo quería hablar. Contigo. Si quieres.
Los ojos de Jamie se abren de par en par. —¡Oh! ¡Sí, quiero, eso sería realmente genial! ¿Quieres...? —Jamie mira brevemente a los grupos de gente que los rodean, que no es probable que estén escuchando, pero aun así, esta sería una conversación que deben tener en privado—. ¿Quieres venir a mi casa y hablamos? —Luke respira entrecortadamente. No está seguro de sentirse cómodo con eso, y está a punto de decirlo, cuando Jamie empieza a hablar de nuevo—. No pretendo... no pretendo nada, de verdad. Sólo creo que sería más conveniente así... Podemos ir a otro sitio, si tienes miedo de que...
—Oh, Dios, Jamie —le interrumpe, porque ¿de verdad cree que eso es lo que le preocupa?—. No, está bien, ni siquiera estaba pensando en eso.
El cuerpo de Jamie se relaja. —Ah, vale. Genial. Entonces, mi coche está por allí, ¿quieres ir?
—Sí, claro.
El camino hasta el coche es silencioso, y Jamie camina ligeramente por delante de él, lo que da la oportunidad de admirarlo en su gloria sin camiseta, porque sí, incluso cuando las cosas no son necesariamente buenas entre ellos, no puede negar que es jodidamente atractivo. Debería demandarlo.
Un par de amigos de Jamie se acercan a él y le dan rápidas palmadas en la espalda, felicitándole por un buen entrenamiento, y no puede evitar observar cómo se ondulan los músculos de la espalda de Jamie mientras se mueve. Se retrae cuando se da cuenta de que está siendo baboso, con la cara al rojo vivo. Es todo muy irritante.
Finalmente, llegan al coche, y no puede respirar en todo el trayecto hasta su casa. Todo le resulta tan familiar, pero a la vez completamente extraño, por todo lo que ha pasado. Jesús, se dieron su primer beso aquí, ellos...
—¿Estás bien Luke? —Jamie le mira con curiosidad y Luke aprieta los labios.
—Sí, supongo.
Jamie asiente como respuesta. El silencio se apodera del coche.
Apenas consigue dejar de suspirar mientras mira por la ventanilla del coche. Le tiemblan las manos en el regazo. Cuando por fin llegan a la entrada de la casa de Jamie, el corazón le late a mil por hora. El chico de ojos verdes sale rápidamente del coche y mira hacia atrás un momento para asegurarse de que él le sigue antes de abrir la puerta y dejarla abierta para que entre.
Agacha la cabeza al entrar y se niega a mirar a Jamie a los ojos, porque es realmente ridículo. A pesar de que, con toda probabilidad, lo odia ahora mismo, sigue abriéndole las puertas e invitándole a entrar en su maldita casa y no puede soportarlo, esa es la cuestión. Va a llorar. Si no dice o hace algo rápido, va a llorar.
Jamie le sigue al interior de la casa y cierra la puerta con cuidado. Espera torpemente a que Jamie le lleve a donde quiere hablar, y Jamie le mira brevemente a los ojos antes de hacerle un gesto para que le siga. La casa está extrañamente silenciosa, más silenciosa que siempre ha venido, mientras suben las escaleras.
—¿Está tu madre? ¿O Gabe? —pregunta en voz baja, y Jamie casi tropieza con uno de los escalones—. Woah —dice Luke extendiendo rápidamente la mano delante de él y colocándola en la espalda de Jamie antes de que se dé cuenta conscientemente de lo que está haciendo—. Cuidado.
No puede ver la expresión de la cara de Jamie, pero se ha quedado quieto bajo el contacto. —Gracias —murmura, empezando a moverse lentamente. Luke deja caer la mano patéticamente a su lado mientras le sigue, con las piernas temblorosas—. Y no, no están —continúa una vez que están arriba, dirigiéndose por el pasillo a su habitación—. Mi madre está en el trabajo, y Gabe se fue a algún sitio con sus amigos o su novia, o algo así.
Luke no dice nada en respuesta, sintiéndose incómodo, pero qué más da. Jamie abre de un empujón la puerta de su habitación, se sienta en el borde de la cama y le hace un gesto para que coja la silla de su escritorio. Aún no se ha sentado cuando Jamie empieza a hablar.
—Yo no lo hice —suelta, y Luke lo mira con curiosidad, sentándose en la silla.
—¿Qué?
—Es que pensé —dice Jamie, con las mejillas enrojecidas—, que debía decírtelo ahora mismo, antes de que nos interrumpan otra vez o algo así. Eso es lo que quiero que sepas que yo no hice nada. Él... simplemente se dio la vuelta, me agarró y me besó, yo no tuve nada que ver. Estaba borracho y mis reflejos eran lentos pero lo empujé, lo juro, él...
—Lo sé.
La cara de Jamie se arruga. —¿Lo sabes? ¿Y no me hablaste de ello?
—Yo... me enteré hoy. Nick me lo contó todo, yo... en todo caso, debería ser yo quien te pidiera disculpas, porque. No sé, saqué conclusiones precipitadas, y estaba siendo una mierda. Dudé completamente de ti, lo que no debería haber hecho, pero estaba tan asustado, Jamie. Tú eres tú, con todos tus amigos guays y fiesteros, y yo soy sólo yo, la persona a la que casi nadie presta atención. Pensé que era cuestión de tiempo que pasara algo así. No sé.
Jamie hace un mohín, juntando las cejas. Da unas palmaditas en la cama y Luke se acerca, sentándose con cuidado, más cerca de lo que debería. Jamie pone los ojos en blanco, se mueve para que sus piernas se toquen y le coge de la mano.
—Luke —dice, aún haciendo pucheros—, me gustas mucho, ¿vale? No me importa que no estés en un equipo deportivo, o que salgas con gente diferente a mis amigos, o que no te gusten las fiestas. Lo que me importa eres tú. Me importas tú y lo feliz que me haces, y lo bien que me siento cuando estamos juntos. Me gusta que seas diferente de mis amigos, me gustan tus amigos y el hecho de que prefieras acurrucarte y ver una película un viernes por la noche que salir, porque muchas veces yo me siento exactamente igual. Me gusta que contigo no haya presión por estar a la altura de una reputación, como ocurre con mis amigos. Y no quiero dejarte. Independientemente de lo que pienses, no soy tan superficial como para dejarme influir por la definición de mis amigas de que no tienes el 'material para ser mi novio'. No quiero salir con alguien que depende de salir de fiesta para divertirse cada puto fin de semana. Quiero estar con alguien como tú, porque me gusta todo de ti. Me haces feliz — respira hondo y sonríe antes de continuar—. Así que no, nunca te dejaría por algo así. Nunca querría que pensaras que soy así, porque eso es algo que George haría, y te juro que no soy como George. Nunca seré como George. Me importas demasiado. Como dije... me haces feliz, Luke.
No sabe qué decir. Podría decir que a él también le gusta todo de Jamie, podría decir que se siente aliviado y agradecido de que no le odie, podría decir que es todo lo que ha querido durante toda su puta vida, pero no encuentra las palabras adecuadas para transmitir todo eso en este momento. Así que lo besa. En cuanto sus labios se tocan, Jamie se acerca y le coge la mejilla con la mano, mientras enreda la suya en sus rizos. Se besan durante un rato, antes de que él se separe, aflojando el agarre del pelo de Jamie pero sin soltarlo del todo.
—Siento haber supuesto cosas —dice en voz baja—. Siento haber sido el mayor idiota del mundo. Siento haber sido malo contigo y haber permitido que esto se interpusiera entre nosotros. Siento haberte tratado como si fueras alguien como George, cosa que sé que no eres y que siempre he sabido que no eres, en el fondo. Sólo estaba siendo estúpido. Confío en ti, de verdad. Te prometo que, a partir de ahora, no seré así, no dudaré de ti y te demostraré que confío en ti... si me aceptas de nuevo, claro.
Y a Jamie se le ilumina la cara como el sol, la luna y las putas estrellas, con una de las sonrisas más grandes que ha visto jamás.
—Claro que quiero que volver, idiota —dice en voz baja, inclinándose para besarlo de nuevo.
Se echa hacia atrás y rodea los hombros de Jamie con los brazos, hundiendo la cara en su cuello. El chico le devuelve el abrazo con fuerza, su cálido cuerpo hace que se sienta tan seguro y feliz y afortunado de tener a alguien tan increíble como Jamie.
—Gracias —dice en voz baja, y Jamie lo abraza con más fuerza.
—No hace falta que me lo agradezcas, mi amor —dice en voz baja—. No hace falta que me agradezcas nada.
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