Capítulo 11
Febrero, 2016
****
—¡Oh, deja de quejarte, el asignó este proyecto y ya está!
Luke pone los ojos en blanco cuando el señor Stevens no está mirando, captando la mirada de Ryan desde el otro lado de la habitación y haciendo una mueca. Ryan se da la vuelta para ocultar su sonrisa.
—Va a ser un proyecto por parejas —continúa el señor Stevens, y una oleada de murmullos se apodera de la clase, los ojos de la gente se levantan cuando se giran para hacer contacto visual con sus mejores amigos y empiezan a aceptar en silencio ser compañeros. Luke le lanza una mirada interrogativa y Ryan asiente. Se acomoda en su asiento, satisfecho; los proyectos de pareja con Ryan siempre son los mejores, aunque nunca consigan hacer mucho trabajo-. Pero no se emocionen demasiado, porque esta vez yo voy a asignar a sus compañeros.
La clase empieza a gemir de nuevo, y Luke hace un mohín. No.
—Su proyecto consiste en elegir a cinco de los personajes más destacados e influyentes de la historia de Estados Unidos, desde la época revolucionaria hasta la reconstrucción posterior a la guerra civil, y escribir un artículo sobre ellos. Hay más información en el folleto que he colocado en el taburete junto a la puerta; asegúrense de coger uno al salir.
Suena el timbre en cuanto termina la frase, y Luke suspira, guardando sus cosas.
—¡Mañana se les asignará a sus compañeros! —grita Stevens por encima del crujir de papeles, las cremalleras de las mochilas y el parloteo de los alumnos.
Cuando Luke recoge sus cosas, Ryan ya está esperándole en la puerta. Luke se echa la mochila al hombro con un sonoro suspiro. Alguien le da un codazo en el costado, y se da la vuelta con una sonrisa ya dibujada... porque, ¿quién iba a ser si no?
—No te deprimas tanto, Luke. Si suspiras demasiado, te desinflarás.
—Eso no ha tenido gracia, Jamie.
La sonrisa esperanzada que había en el rostro de Jamie cae en una mueca, aunque la luz de sus ojos no se desvanece.
—Al final te hare reír.
Luke pone los ojos en blanco y sonríe, a su pesar. —Sigue intentándolo -le dice por encima del hombro mientras se dirige hacia Ryan.
—¡Oh, lo haré, es una promesa!
Sigue sonriendo mientras Ryan y él salen por la puerta.
—¿Sabes? —dice Ryan en voz baja mientras se dirigen a las escaleras, con Jamie y Cara detrás de ellos—. No parece tan mala idea que te guste este chico.
—Te lo dije —dice Luke con suficiencia, y Ryan se burla.
—Eres repugnante.
—Pero me quieres.
—Eh.
****
—Ahora, pasemos al siguiente punto del orden del día: las parejas. —Luke se sienta más recto en su asiento—. Tengan en cuenta, esto fue completamente al azar, literalmente cerré los ojos y señalé nombres en mi lista de clase. Así que no se enfaden si no los emparejé con sus mejores amigos.
Luke se cruza de brazos y se echa hacia atrás en la silla, intentando por todos los medios no lanzarle a Stevens su mirada sucia. Es bastante difícil mantener la cara seria. Se conforma con mirar la superficie de su pupitre.
—Como soy un profesor muy generoso, he decidido darles toda la clase de hoy para que se preparen con su compañero y elijan las personas sobre las que van a escribir y el tema común que las une. Puede que incluso tengan tiempo para empezar, y les aconsejo que no lo malgasten; este proyecto se entregará el próximo viernes, así que no tendrán demasiado tiempo para terminarlo.
Jamie se da la vuelta en su asiento, inclinándose hacia Luke. Abre la boca como si estuviera a punto de decir algo, pero luego pone cara de confusión y no lo hace.
—¿Qué? —susurra Luke.
Jamie ladea la cabeza. —Se me ha olvidado.
—Idiota.
—Para nada.
—Si
—No.
—Demasiado en realidad.
-Que no.
—Muy estúpido.
—Basta.
—Adiós.
—Oh.
—¡Sr. Stone! —Stevens lo llama, y Jamie se revuelve en su asiento.
—Lo siento —chilla en voz baja, y Stevens lo fulmina con la mirada un poco antes de volverse hacia la clase.
Luke hace todo lo posible por disimular sus risitas. No lo consigue. Cuando Stevens se da la vuelta, Jamie se gira para darle una bofetada en el brazo.
—Cuando llame a su compañero, por favor, siéntense con él. Abrams, Goldstein.
Luke empieza a juguetear con el dobladillo de su camiseta, temiendo el momento en que digan su nombre. Odia los proyectos de pareja, es decir, cuando no puede elegir a su pareja.
—¡Jones, Patterson!
Y esta es la razón. Traga saliva y se da la vuelta hacia donde Nick se sienta, y este le da una pequeña inclinación de cabeza en reconocimiento. EW.
—¡Stone, Adams!
Oh. Hum. Bueno. Luke hace contacto visual con Ryan, que tiene una sonrisa de comemierda en la cara. Joder. Jamie ya está arrastrando sus cosas hacia donde se sienta Ryan, y Luke quiere darse un puñetazo en la cara.
Puede ver a Nick mirándole expectante por el rabillo del ojo, pero no, Luke Jones no se mueve para complacer a los Nicks del mundo, muchas gracias. Para cuando Nick por fin ha sumado dos más dos (sí, sorprendente, ¿verdad?) y se ha acercado y sentado en el asiento de al lado de Luke, la estruendosa voz de Stevens vuelve a resonar en el aula.
—¡Lo siento, parece que me he equivocado! Leí mal las asociaciones; Adams, eres compañero Patterson. Jones, tú eres con Stone. Mis disculpas por el error.
Ya puede sentir los ojos de Jamie sobre él, y está haciendo un gran esfuerzo para no sonrojarse. En lugar de eso, agacha la cabeza y escribe "Proyecto de Historia" en la línea superior del trozo de papel que había sacado para esbozar ideas.
—Lo siento, Nick, este asiento está ocupado —retumba la voz de Jamie desde algún lugar demasiado cerca de su oído, y el corazón de Luke tartamudea. ¿No se supone que ya debería haberlo superado? Empezaron a hablarse con regularidad hace casi un mes. Son amigos desde hace un mes. Ya no debería reaccionar con tanta fuerza ante estas cosas, piensa mientras envía rápidamente un mensaje de texto a Parker. Ya debería estar acostumbrado a la presencia de Jamie
《asofijwioefjeijfioejfe》
Responde Parker a su mensaje...Luke sonríe. Parker lo conoce tan bien.
—Ejem.
—Oh, lo siento Jamie, Hola.
Jamie aprieta los labios, como si intentara contener una carcajada. —Hola Luke.
Silencio.
—¿Qué te parece este proyecto? —dice y luego se encoge mentalmente. ¿Por qué de repente se siente tan incómodo? Lleva semanas hablando con Jamie sin hacerse ver imbécil. Ahora no es el momento de traer de vuelta al estúpido Luke gracias. Contrólate, Lucky Luke.
—Sí, es todo un proyecto.
—Mmmm, yo diría que sí.
Jamie sigue sonriéndole así, como si intentara no reírse, y se está volviendo bastante irritante.
—¿Te estás riendo de mí? —La sonrisa de Jamie se hace más amplia.
—No, ¿por qué piensas eso?
—Porque... porque eso —dice señalando la cara de Jamie con el dedo índice y agitándolo.
Jamie parece inmensamente divertido.
—¿Por qué demonios iba a reírme de ti, Luke? —dice agitando las pestañas.
Luke se encoge de hombros. —Eso es espeluznante. No lo hagas.
Jamie hace un mohín. —No soy espeluznante.
—Cuando agitas las pestañas como un niño lo eres.
—No agito las pestañas como un niño. Mi aleteo de pestañas es muy maduro, muchas gracias.
Piensa que podría morirse. —No sabía que el aleteo de pestañas 'maduro' existiera, Stone.
El teléfono de Luke zumba en su mano.
《Vamos Lucky Luke, no seas así, tienes que contarme qué ha pasado ¿te ha profesado ya su amor eterno? 》
Se sonroja, a punto de contestar a Parker cuando la mano de Jamie sale disparada y le arrebata el teléfono. Mierda.
—¿A quién le mandas un mensaje? —pregunta, a punto de mirar la pantalla cuando Luke agarra el teléfono, cubriendo la pantalla con la palma de la mano e intentando arrancarlo del agarre de Jamie—. Es un secreto, ¿verdad? —dice burlonamente—. Ahora si o si tengo que leerlo.
—No, no tienes que hacerlo —dice apretando los dientes—. Devuélvemelo.
-Mmmm, no lo creo.
—¡Jamie! —El de ojos verdes aprieta el teléfono con más fuerza y siente que se le llenan los ojos de lágrimas—. Jamie, por favor -dice enfadado, y su voz se quiebra y wow, es tan vergonzoso, pero hace que Jamie afloje su agarre. Coge rápidamente su teléfono y se lo acerca al pecho, asegurándose de bloquear la pantalla mientras lo hace.
—Oh... Luke, yo... lo siento. No sabía que... ¿era para tanto? -Luke levanta las cejas—. Quise decir... Lo siento. Sólo estaba bromeando. En realidad, no iba a leer tus mensajes, son privados por supuesto y.... y no quería enfadarte.
Luke suspira, porque Jamie parece sincero y algo asustado y él intenta ignorar cómo le hace sentir el estómago.
—No pasa nada, de verdad. No te preocupes.
—¿Seguro? Lo siento.
—Sí, estoy seguro.
—Vale. Guay.
Luke no sabe muy bien qué responder, pero le salva el toque del timbre. Mira la hoja en blanco que tiene sobre el escritorio y luego vuelve a mirar a Jamie con una pequeña sonrisa.
—Somos muy productivos.
Jamie se ríe, la tensión incómoda entre ellos se desvanece en cuestión de segundos.
—Uy, ¿por qué no lo hacemos esta noche?
—¿Esta noche? —chilla, y Jamie asiente lentamente.
—¿A menos que estés ocupado? En ese caso, podemos trabajar en ello en otro momento. Es que hoy no tengo entrenamiento de waterpolo después de clase. Así que... Pensé que sería bueno sacarnos esto de encima para no sufrir más tarde.
Luke intenta ralentizar la respiración. No pasa nada. Jamie le ha pedido que trabaje con él en un proyecto, eso es todo. No es como si salieran después de clase o algo así, como si fueran amigos fuera del colegio. Ja. No. Para nada. Son como, amigos de clase. Es sólo para un proyecto. No debería estar flipando con esto.
—Hum —dice tan pronto como puede pensar—. No, esta noche está bien. ¿A qué hora te viene mejor?
Jamie hace una mueca contemplativa, antes de encogerse de hombros.
—Sinceramente, no tengo ni idea. ¿Por qué no me das tu número para que pueda mandarte un mensaje?
No puede respirar. —Sí. —Se las arregla para ahogarse—. Sí, está bien.
Le dice los números a Jamie, que al mismo tiempo los teclea y lo guarda en su lista de contactos. Sonríe mientras guarda el teléfono en el bolsillo, se levanta y se estira.
—¿Tienes carné de conducir? —Le pregunta cuando llega a su punto máximo de estiramiento, con la voz más baja de lo habitual y la camisa peligrosamente subida sobre el bajo vientre. Está tan cerca que si moviera la cara hacia delante unos centímetros...Wao. Para. Pensamientos peligrosos.
—¿Perdona? —pregunta, sonrojado.
—¿Licencia? —Jamie se limita a mirarle—. Sí. Permiso. Como mm, ¿puedes conducir?
—Oh. Eso. Hum, no, no puedo. Llevo un poco de retraso con todo eso.
Jamie sacude la cabeza con fingida decepción. —Me estás jodiendo, Luke.
Luke, siendo Luke, interpreta esa frase de una forma totalmente distinta y casi se atraganta con el aire.
—Entonces te mando un mensaje con la hora y voy a recogerte. Podemos ir a una cafetería o algo así —dice Jamie
Sólo asiente, apenas capaz de darle un débil. —Suena bien —antes de que Jamie asienta y se vaya.
Se queda sentado un rato más, aturdido por todo lo que ha pasado en los últimos quince minutos, antes de darse cuenta de que la clase ha terminado. Y de qué tiene que ir a inglés. Su teléfono vuelve a sonar en el bolsillo, lo saca y ve otro mensaje de Parker en la pantalla.
《?!?!?!?!?!?!?》
Pone los ojos en blanco. No cree que haya nada de malo en hacer que Parker espere un poco más por una explicación. No, nada de malo.
****
No se sonroja cuando recibe un mensaje con un emoji de una ballena de un número desconocido durante la clase de inglés. Ni siquiera un poco. Tampoco se le agita el corazón en el pecho cuando responde con un emoji de mono. O cuando guarda el número como Jamie en sus contactos (sí, sabe que es un nombre de contacto aburrido, pero qué otra cosa iba a hacer, sinceramente) y se queda mirándolo un rato mientras el profesor se distrae con una discusión en clase sobre Las aventuras de Huckleberry Finn.
Porque él no es un niño, esto no le importa, está totalmente bien. De verdad.
****
Parker le da un ligero golpe en un lado de la cabeza cuando lo ve durante el descanso matutino.
—Eres un idiota.
Se encoge de hombros y Parker le vuelve a pegar.
****
《estoy aquí, ven fuera :)》
El corazón se lr detiene al leer el mensaje, y luego se sobresalta de nuevo cuando su teléfono suena con un texto de un emoji de gato. Sus emociones se retuercen en una mezcla de cariño y terror absoluto.
—¡Me voy! —le grita a su madre, cargándose la mochila al hombro mientras se dirige a la puerta.
Espera a que ella le responda: —Diviértete, mándame un mensaje cuando lleguen. —Antes de salir.
Luke vislumbra borrosamente el pelo alborotado de Jamie a través de la ventanilla de su coche, un viejo Toyota Corolla destartalado con el que se queda prendado nada más verlo, y casi se olvida de cómo respirar. Cálmate, Jones. Sólo es Jamie. No importa.
Abre la puerta y se desliza en el asiento, cerrando la puerta tras de sí.
—Hola —dice un poco jadeante, y Jamie le devuelve la sonrisa.
—Hola tú —le contesta. Luego se limita a mirarlo tan fijamente, que se siente incómodo.
—¿Y bien? ¿No nos vamos?
—No.
Enarca una ceja y Jamie lo mira expectante, como si esperara algo. —¿Qué?
Jamie suspira. —Tu cinturón de seguridad, Luke. Dah.
—Oh —pone los ojos en blanco—. Eso —Rápidamente se abrocha el cinturón, y luego se vuelve hacia Jamie—. ¿Mejor?
Jamie sonríe mientras pone el coche en marcha. —Mucho.
Cuando se alejan de la acera, el móvil de Luke zumba en su bolsillo y él se mueve en el asiento para sacarlo. Abre la pantalla y ve que es de Parker.
《buena suerte esta noche 7u7 aha》
Se burla de la burla de Parker, guarda el teléfono y lo mete en el bolsillo delantero de la mochila mientras Jamie lo mira con curiosidad por el rabillo del ojo. Le dedica una pequeña sonrisa, que Jamie le devuelve vacilante, antes de girar la cabeza hacia un lado con la excusa de arreglarse el flequillo, cuando en realidad solo se está sonrojando como un loco y tratando de ocultar su bochorno ante el chico guapo en cuyo coche está ahora mismo y que le va a llevar a una puta cafetería a estudiar historia, y vaya, respira, respira.
Ves, incluso ha llegado al punto en que está divagando en sus pensamientos porque está muy nervioso. Otra oleada de calor arde en sus mejillas mientras suspira en voz baja.
¿Suerte? La necesitará.
***
Le gustan mucho los viajes en coche. De hecho, le gustan tanto que, a veces, se siente decepcionado cuando por fin llega a su destino, porque tiene que apagar la música y salir del acogedor y confortable vehículo para relacionarse con la gente de fuera y es mucho trabajo.
Esta vez, sin embargo, es diferente, está en el coche de Jamie, y se siente claustrofóbico. Sí, siente claustrofobia y muchas náuseas, necesita salir del coche.
¿Intenta hablar con Jamie? ¿Debería seguir evitando el contacto visual? ¿Sería raro mirarle un segundo? ¿Y si Jamie cambia de opinión y se da la vuelta para llevarle de vuelta a casa porque no es lo suficientemente guay para él? ¿Y si sólo finge querer ser su amigo?
Se va a poner enfermo. Y lo que es peor, la cafetería a la que Jamie quiere ir no está precisamente cerca de la casa de Luke. Así que les espera un viaje de quince minutos, quizá veinte, dependiendo de cuántos semáforos en rojo se crucen, hasta que pueda salir de esta asfixiante trampa mortal de metal.
Vale, puede que esté exagerando un poco. Pero está teniendo un ataque de pánico, así que cree que está justificado.
—Así que, Luke —dice Jamie con una sonrisa, y traga saliva—. He oído que el equipo de debate de nuestro instituto tuvo una gran competición el fin de semana pasado. ¿Fuiste?
Luke se remueve en el asiento, intentando ponerse más cómodo. —Sí, fui. Fue genial, ganamos el premio al mejor colegio, lo cual fue más que emocionante.
A Jamie se le ilumina la cara y sonríe de oreja a oreja, y siente que el corazón se le llena de un cariño inexplicable por ese chico, porque se preocupa por el equipo de debate, un equipo del que ni siquiera forma parte. Se alegra de verdad por ellos. Con todo el mundo hoy en día a la defensiva cuando se trata de cualquier cosa y sólo se preocupan por sí mismos, es muy difícil encontrar personas genuinas y solidarias. Pero ha encontrado oro.
—¡Es fantástico, Luke! He oído que son muy buenos, ¡uno de los mejores equipos del país!
Se ríe un poco, mirándose los pies. —Sí, podría decirse eso. Pero nuestro equipo está lleno de gente con mucho talento, todo es un esfuerzo de equipo y es el hecho de que nos hayamos apoyado tanto unos a otros a lo largo de todas nuestras conferencias lo que nos ha dado ese título. Así que... Sí.
Jamie se gira para dedicarle otra sonrisa cegadora antes de centrarse en la carretera.
—Sí, soy muy amigo de mucha gente del equipo. Tu novio Tom, por ejemplo —dice, intentando contener la risa.
Está mirandole por el rabillo del ojo de una manera que probablemente piensa que es disimulada, pero que en realidad es tan descaradamente obvia que él quiere darle un puñetazo (leve) en el brazo. Y lo hace.
Jamie se ríe. —Vale, vale, lo siento. Sólo son amigos. —Y vuelve a darle un puñetazo—. De todas formas —continúa, ignorando la irritación de Luke—, hay gente bastante guay en el equipo de debate. Will es simpático. Y George también parece un tío guay. No lo conozco mucho, pero he hablado con él un par de veces. Es muy tranquilo.
Se pone un poco rígido y se gira para mirar por la ventana, negándose a mirar a Jamie a los ojos. Cierra la mano en un puño debajo de la pierna, para que Jamie no lo vea, y no dice nada en respuesta.
—¿Conoces a Will? ¿O a George? —dice Jamie después de una pequeña pausa, claramente intentando mantener la conversación.
Espera un poco antes de responder, eligiendo cuidadosamente sus palabras. Está bastante seguro de que parece muy incómodo.
—Sí, podría decirse que sí.
Jamie no se da cuenta de su incomodidad, o es muy buen actor. A juzgar por el hecho de que es Jamie, va a asumir que es lo primero.
—De hecho, hoy he estado hablando con Will —continúa—, sobre ser socios en un proyecto. Me ha dicho que son muy buenos amigos.
Se relaja visiblemente, el corazón le tartamudea porque Jamie estaba hablando de él con otras personas. Eso tiene que significar algo, ¿no?
—Sí, Will es un gran tipo. Nos conocemos desde hace mucho, desde que teníamos diez años o algo así.
—Realmente lo es. Lo conocí el año pasado. Ojalá lo hubiera conocido antes. Parece el tipo de chico con el que puedes contar de verdad, ¿sabes?
Asiente. —Así es.
—Sin embargo, no consigo entender a George —reflexiona Jamie, y vuelve a ponerse rígido, con ganas de arrojarse a través del parabrisas del coche—. Parece bastante simpático, pero me da la impresión de que es un poco... no sé. No lo sé. ¿Extraño? No en el mal sentido, sólo, no es un tipo muy sociable, ¿verdad?
Se encoge de hombros, sin confianza para hablar. Las uñas se le clavan en la palma de la mano e intenta concentrarse en leer los nombres de las calles para distraerse. Necesita a Ryan. De verdad, de verdad necesita a Ryan.
Él sabe cómo se pone cuando se trata de George. Él sabría cómo cambiar de tema ahora mismo. Jamie asiente y permanece en silencio un rato, mirándolo de vez en cuando.
—Hum —dice en voz baja después de un rato—. ¿Te... te he molestado?
Los ojos de Luke se abren de par en par porque no, no quiere que Jamie sienta que está enfadado con él y ¿podría una persona ser más preciosa? Se gira para mirar a Jamie
—¡No! ¡No lo has hecho, para nada!
Jamie se mete el labio inferior en la boca, royéndolo con los dientes. —Oh. Vale. Bien. Por un momento parecías enfadado. —No dice nada—. ¿Así que estabas enfadado? —Luke se enfadaría con Jamie si fuera cualquier otra persona, por hacer tantas preguntas y ser entrometido. Pero sabe que sus intenciones son puras, y por eso es imposible enfadarse lo más mínimo con él—. Voy a tomar eso como un sí.
Tal vez siempre ha sido así de entrometido. Sin embargo, no le importa demasiado, porque a Jamie le gusta ser entrometido.
—No tienes que decirme por qué —dice Jamie en voz baja—, si no quieres. Mientras no te enfades conmigo, estoy bien.
Se ríe un poco aquí, porque bueno, aww. —No estoy enfadado contigo, lo prometo.
Jamie sonríe, y cuando levanta la vista, ve que están entrando en el aparcamiento de la cafetería. Por fin. En cuanto detiene el coche, sale a empujones en un santiamén, respirando el aire fresco del atardecer y tirando de las mangas de su jersey. Al instante se siente más tranquilo, mucho menos tenso de lo que había estado durante todo el trayecto en coche. Espera a que Jamie se acerque a él y caminan juntos hasta la entrada de la cafetería.
Probablemente debería haberse preparado para lo que ocurre a continuación, porque sabe que suele tener muy mala suerte en las peores situaciones posibles. Y sabe que esta cafetería en particular es un lugar popular entre los estudiantes de su escuela para reunirse y hacer los deberes. Tendría que haber sabido que esto le pasaría a él, sobre todo después de aquel viaje en coche y la insulsa conversación que acababan de tener justo antes de llegar allí.
Jamie le abre la puerta, y él se sonrojaría como una niña de trece años, pero está demasiado distraído con lo que tiene delante como para comprender lo que Jamie acaba de hacer por él, o incluso para darle las gracias.
—¡Oh, mira! —dice Jamie, en cuanto la puerta se cierra tras él—. ¡Es George! Hola, George —Le saluda alegremente, y George levanta la vista de donde había estado tecleando en su portátil en una mesa de la esquina. Su rostro se descompone y sus ojos se oscurecen en cuanto ve a Luke. Está seguro de que el universo se la tiene jurada.
****
Sentado en una mesita apartada (Luke la ha elegido, por supuesto, para estar lo más lejos posible de George), Jamie parece desconcertado. No pidió esta mierda, de verdad.
—Luke ¿estás bien? ¿Quieres que te lleve a casa o algo?
—¡No! —responde un poco demasiado rápido y un poco demasiado alto, y prácticamente puede sentir los ojos de George en la nuca—. Quiero decir, no. Estoy bien. Sólo estoy un poco incómodo, eso es todo.
—Oh. Hum. Vale entonces. ¿Puedo... puedo preguntar por qué?
Jamie parece genuinamente desconcertado, y algo molesto también, y suspira. Supone que le debe a Jamie algún tipo de explicación, por breve que sea.
—Sí, es... es por George. No nos hemos llevado exactamente... bien. En el pasado. Así que... Así que...
Jamie parece ligeramente aliviado de no ser la causa de su incomodidad, pero aún más curioso.
—Oh. ¿En serio? —Luke puede ver a Jamie mirando a George por encima de su hombro.
—¡No le mires! —sisea en voz baja, y Jamie se sobresalta, con los ojos abiertos de par en par.
—Perdona —chilla, y no puede contener su sonrisa de respuesta.
Jamie es tan mono, y hace que sienta todas esas cosas y parece tan intimidante al principio, pero en realidad es básicamente un conejito rizado, y le encanta. Y le encanta estar con él, y estar cerca de él... mucho más de lo que nunca le había gustado estar cerca de George.
Jamie arquea las cejas en una mezcla de confusión y enfado.
—¿Llevado exactamente bien? ¿Qué se supone que significa eso?
—Bueno, más o menos. Salimos juntos hace un tiempo. —Jamie se queda con la boca abierta. Continúa—. Y, no sé, no funcionó... Pero después siguió mandándome mensajes y llamándome, queriendo quedar y cosas así. Yo siempre le decía que no, y él se enfadaba y me decía cosas...
La expresión de Jamie ahora es de incredulidad. —¿Pero ¿qué coño...? ¿Me estás tomando el pelo?
Se limita a negar con la cabeza, apretando los labios en una especie de sonrisa amarga.
—No. No bromeo. Esas cosas me las dice todo el tiempo. He aprendido a ignorarlas porque nada de eso es verdad. Además, es una forma de llamar la atención de todos modos. No importa.
—Luke, eso es jodidamente estúpido, deberías ponerlo en su sitio y decirle que se calle de una puta vez porque es sólo un capullo celoso, eso es todo, y...
La voz de Jamie está aumentando de volumen con cada palabra que dice, y se mueve para poner suavemente su mano sobre su antebrazo, y está sorprendido por su propia audacia al hacerlo, honestamente, y lo hace callar.
—No pasa nada. De verdad. Me importa una mierda.
Se pregunta lo transparente que es ahora mismo. Se pregunta si Jamie puede ver a través de él, ver a través de esto, ver que realmente le duele y que a veces, George es realmente molesto, incluso después de todo este tiempo. Está enfadado consigo mismo, de verdad, y por cómo en un momento parece estar completamente bien y es capaz de manejarse en presencia de George, pero luego pasa algo como esto y casi pierde la cabeza... toda esta noche en la cafetería es prueba de ello. Realmente necesita a Ryan.
—Creo que deberíamos irnos. —Es todo lo que puede decir después de unos minutos de silencio.
Jamie se muerde el labio y asiente con la cabeza. Recogen sus cosas y salen de la cafetería, Jamie vuelve a sostener la puerta abierta para él antes de acercarse y tomar su mano, su agarre de alguna manera suave y firme al mismo tiempo.
Jamie le dio la mano. En la puerta de la cafetería. Al otro lado de la puerta de cristal transparente. Da un grito ahogado, deja de andar y mira a Jamie, que le sonríe tímidamente. Están ahí de pie, fuera, y le sonríe de una forma tan amable y tranquilizadora... de una forma que demuestra que le importa un carajo lo que George piense de él y que él le cubre las espaldas.
—¿Está... estás bien? —Pregunta Jamie tímidamente, y sonríe feliz a sus pies.
—Sí —dice en voz baja, con las mejillas encendidas—, estoy muy, muy bien.
Jamie parece más que contento con esa respuesta y lo guía por el aparcamiento hacia su coche, y él... bueno, se da cuenta de algo, una especie de epifanía. Sí, puede que George le hiciera daño cuando salían hace un año o así. Sí, su ruptura realmente le afectó, ya que su relación con George era la primera relación real que había tenido. Pero ahora... ahora, ya no tiene que dejar que el miedo a George le controle. Lo que pasó en el pasado no significa que tenga que hacer todo lo posible por evitarlo.
No significa que George pueda arruinar su humor simplemente por estar en la misma cafetería. No significa que pueda impedir que haga lo que quiera. Y ciertamente no significa que no pueda ser maduro al respecto, que no pueda tomar el camino correcto y ser civilizado en lugar de actuar como un niño de secundaria tratando de evitarlo todo el tiempo. George es irrelevante. Y puede seguir siendo un capullo o lo que sea con quien quiera; no importa.
Lo único que importa ahora mismo es que ha ido esta noche con Jamie a una cafetería, a trabajar en un proyecto de historia. Y que Jamie le está cogiendo de la mano ahora mismo, después de regañar a su exnovio mientras compraba una magdalena. Así que sí, en general, está bastante contento.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top