𖥻075

Jimin esperaba en la puerta del lugar, habían acordado con sus amigos verse ahí, así todos podrían llegar a la fiesta juntos.

Recostaba su cabeza en la pared, de vez en cuando compartiendo mensajes con su cita de los anteriores días, riendo por los chistes que surgían. Levantó su cabeza para fijarse si alguno de sus amigos ya llegaba, encontrándose a lo lejos con el grupo de Jungkook, todos ellos compartían una conversación mientras se dirigían al salón.
Ninguno había cambiado mucho, todos mantenían aquella vibra jovial.

Sobre todo Jungkook, quien aún conservaba esas pequeñas arrugas formadas en la comisura de sus ojos al sonreír, haciendo que su sonrisa le restara unos años.

Fijó su mirar en él, mirándolo con cierta nostalgia desde su lugar.

—Minnie.—Dijeron al unísono Seokjin y Yoongi, haciendo que Jimin saltara en su lugar.

—Ah, se tardaron mucho.—Reclamo Jimin.

—Este look no se consigue rápido.—Rió Seokjin mostrando su outfit.

—Seokjin se durmió, escogió su ropa minutos antes de llegar.—Sonrió Yoongi recostando su cabeza en el pecho de su novio.

—Aún así me queda de maravilla.

Jimin rió, siempre era gracioso hablar con Seokjin a pesar de verlo todos los días en la universidad.

Los minutos pasaban y los tres amigos aún esperaban a que las demás llegaran, hablaban sobre cosas banales mientras mecían sus pies incómodos de esperar tanto. Cuando menos se lo esperaron sus amigas llegaron riendo, pero recibiendo un sermón por parte de Jimin, no le gustaba esperar, mucho menos esperar en el frío de la noche.

Ya todos reunidos se adentraron al salón.
La fiesta había empezado.

La música zumbaba por sus oídos, bandejas de bocadillos rondaban y una mesa repleta de botellas de diferentes tipos de alcoholes siendo la gran atracción. Sus hígados se retorcieron.

Se sentaron en un rincón en donde habían sofás mientras hablaban un poco y se daban ánimos para beber los vasos de vodka que les habían dado al entrar, mentalizándose de no saborearlo mucho, porque así sabía peor.
Entre ellos brindaron y terminaron el líquido agrio de sus vasos.

Como en su grupo había dos parejas—una formada por Seokjin y Yoongi, otra por Miyeon y su novia—Jimin se quedó bailando con Sooyoung mientras buscaban más de beber.

Divirtiéndose aún más, la noche era joven y el tiempo estaba a su favor.

Al otro lado del salón se encontraban Jungkook y sus amigos bebiendo mientras reían, haciendo chistes estupidos por el alcohol que ya se les había subido a la cabeza. A todos menos a Jungkook, quien hablaba con Yeri por mensaje, ella le mensajeaba cada paso que daba para no perderse y encontrar el lugar de la fiesta, Jungkook muy gustoso le indicaba cada paso a dar.

Hasta que el mensaje que tanto esperaba llegó.

"Ya estoy aquí."

Sonriendo guardo su celular en sus bolsillos mientras avisaba que saldría, sus amigos le silbaron en cuanto les dijo el nombre de quien iba a recoger a la puerta.

Camino en medio de la gente que bailaba en el lugar, sin darse cuenta, pasando de largo a Jimin quien bailaba de forma muy alegre en la pista, siendo consumido por la euforia del momento.

Al llegar a la puerta salió para buscar a Yeri, ella estaba ahí parada enfrente de él con una sonrisa, logrando que Jungkook sonría al verla.

—Por un momento creí que me perdería, nunca había venido por estas calles.

—No lograste perderte por tu gran guía.

—Mi gran guía que se equivocó más de dos veces.

—No es mi culpa que no te sepas explicar.

—Deberías de saber mis códigos.

—"Hay un pino y al lado un buzón".—Hizo comillas mientras imitaba la voz de Yeri.

—Son buenos códigos, tú no aprecias mis códigos.—Rió.

—Ya, entremos que está empezando a hacer frío.—Dijo extendiendo su brazo para que lo tomara.

Yeri asintió tomando el brazo de Jungkook y apegándose más a él para adentrarse al lugar.

Un vaso de vodka los recibió a pesar de ya haber recibido a Jungkook, ambos enroscando sus brazos tomaron juntos del líquido, haciendo muecas y riéndose por la cara graciosa del otro, todo mirándose a los ojos.

Con ese pequeño brillar en el orbe del otro.

La música se metía a su piel, sentía cada vibrar en los vellos de su brazo, embriagado en el ambiente perdiéndose entre el sonido.
A Jimin le gustaba bailar, le gustaba sentir ese sentimiento de satisfacción al mover su cuerpo en sincronía a la música, sobre todo cuando las personas lo observaban.

Pasando sus manos sobre su cuerpo mientras se acercaba más a Sooyoung y bailaban juntos,
sonriendo y riendo.

—Tengo sed, iré por algo a la barra.—Susurró Jimin en la oreja de Sooyoung.

—Tráeme algo.—Pidió.

Jimin asintió mientras sonreía a su amiga y se percataba que llegara bien hacia los sofás donde habían dejado sus cosas.

Caminando entre las personas, llegando a la barra y sentándose para apoyar sus codos en ella. Hizo sus cabellos atrás mientras llamaba a un bar tender.

—Dos sangrías, por favor.—Sonrió al ordenar, tal vez coqueteando un poco, a veces le servía hacerlo pues conseguía rebajas.

Tamborileo sus dedos contra la madera esperando por sus bebidas.

Escuchando a su lado una voz que conocía demasiado bien, una voz que ciertas noches sonaba en su cabeza.

La voz de Taehyung.

Miró de reojo y confirmó su sospecha, con una sonrisa y un buen peinado pedía alguna bebida, llevó sus manos contra sus mejillas esperando formar algún buen escondite, en el estado de ebriedad en el que se encontraba lo menos que quería era ver a la razón de sus noches en vela cuando tenía dieciocho.

Pero la vida no es como la deseamos.

—Jimin, ¿no me vas a saludar?—Escucho a su lado.

Soltó un suspiro y tragándose los mejores insultos que su etílica cabeza le soltaba lo encaró.

—Hola.—Se forzó a sonreír.

—Wow, tanto tiempo sin verte.—Recostó sus brazos en la barra.—Sigues siendo tan lindo como antes, tal vez más.

—Gracias.

—Me agrada volver a verte, después de tanto.—Dirigió su dedo índice hacia la mejilla de Jimin para acariciarla y sonreír de medio lado.

—No puedo decir lo mismo.—Se alejó del toque de Taehyung, su tacto en su piel quemaba.

—Que triste. Después de haber pasado tanto...

—Después de haberme arruinado en tantas formas, mejor dicho.

—Oh, vamos, Minnie, te dije muchas veces que lo sentía, nunca fue mi intención lastimarte, hasta ahora me arrepiento.—Se acercó más a Jimin.—Aún me arrepiento de haberte hecho daño.

—Realmente no quieres hacer esto otra vez.—Rió.—No salgas con que me extrañas también.

—Lo hago.—Se encogió de hombros.—A pesar de tener a alguien nuevo, nunca nadie será como tú, nadie logrará lo que tú lograste en mi.

—Pobre de quien esté contigo, me da mucha pena.—Sus bebidas habían llegado.—Nadie tampoco podrá hacer lo que tú hiciste en mi, romperme desde adentro. Siéntete orgulloso de tener ese logro tan ruin.

Jimin buscó en sus bolsillos su billetera, quería pagar por sus bebidas y estar lo más lejos posible de Taehyung, le molestaba respirar su mismo aire. Cuando tuvo los billetes en sus dedos, la mano de Taehyung lo interrumpió a pagar, él se adelanto a hacerlo.

Jimin acepto que pagará, que sirviera para algo.

—Es lo menos que puedes hacer, supongo.

—Me gusto verte, Jimin. Espero volverte a ver luego.

—Yo no, no quisiera verte en ningún lugar.

—Bien.—Rió.—Eso dolió.

—Me alegro. Ahora me tengo que ir y te advierto que si quieres acercarte a mi durante la fiesta, no lo hagas, porque aún tengo ganas de patearte en los huevos.

Dicho lo último Jimin tomó los vasos en sus manos y le dio la espalda a Taehyung.

Dando unos cuantos pasos para voltear, solo por curiosidad, sintiendo pena de la persona que abrazaba a Taehyung de la cintura mientras reposaba su cabeza en su pecho.

Hizo sus propias conclusiones y en todas se reflejaba lo bien que la había pasado Taehyung, muy diferente a cómo había estado Jimin.
Uno riendo en los brazos de diferentes personas y el otro llorando mientras abrazaba una almohada a su pecho.

La vida era así, no todos pasaban por el mismo arrepentimiento, no todos pasaban por el mismo dolor, a pesar de haber hecho daño a otras personas. No todos recibían la lección que se merecían.

Porqué las cosas nunca son como esperamos, no todo el mundo aprende su lección, es una suerte para algunos y una desgracia para otros.

Jimin se encogió de hombros, tenía que aceptar lo desgraciada que era la vida.

Yendo con pasos firmes a donde estaba sentada Sooyoung, mostrando los vasos de sangría y sonriendo por el pequeño baile de celebración que había hecho su amiga al beber la sangría.

Misma sangría que Yeri y Jungkook tomaban en el balcón del salón, habían salido para tomar aire ya que el ambiente les había hecho sudar.

—Si seguíamos más tiempo ahí dentro nos íbamos a desmayar.—Hablo Yeri.

—¿Desmayar?

—Por la presión.

Ambos rieron.

Jungkook mordió sus labios en signo de nervios, había elegido hablar sobre sus sentimientos con Yeri en la noche con las estrellas mirándoles para hacerlo aún más romántico. Era un cursi.

Suspirando apoyó su espalda contra los barandales mientras veía cómo los cabellos de Yeri eran agitados por la tenue brisa.

Bebiendo el último trago de su vaso, llenándose más de valor para empezar a hablar.

—¿Recuerdas como nos conocimos?

—Como olvidarlo.—Rió.—Jamás me olvidaré que te pareció mejor idea cantar que pedir ayuda.

—Siempre quise hacerlo.—Se encogió de hombros riendo.—Nos conocimos de una forma peculiar.

—Vaya que si, no conoces a personas por haberlas atropellado y después coincidir en tus clases de arte todos los días.

—Fue especial.

—Muy especial.–Yeri sonrió mientras lo miraba.

Llenando el estómago de Jungkook de mariposas, sintiendo la necesidad de soltar una pequeña bocanada de aire para seguir.

—Desde que coincidimos en la clase de artes te volviste alguien muy especial para mi.—Dijo.—Siendo alguien que me traía felicidad cuando creí que esta no existía, fuiste la persona que me dio los ánimos que necesitaba. En poco tiempo te volviste una de mis mejores amigas.
Te volviste una parte de mi que no me podía faltar.

Yeri se giró, para poner más atención a todas las palabras que Jungkook decía.

—Incluso una vez me dijiste que me iba a volver a enamorar, que iba a volver a sentir todas esas mariposas y toda esa emoción. Ahora siento todo eso.—Tomó las manos de Yeri para mirarla a los ojos.—Siento todo eso cuando te veo sonreír, cuando haces ese sonido al comer papas, cuando miras algo que te gusta y cuando me encuentro con tus ojos.

>>—Yo me he enamorado de ti, Kim Yerim.—Sonrió.—Y quisiera saber si mis sentimientos son correspondidos.

Jungkook no necesito una respuesta verbal, los brazos de Yeri alrededor de su cuello y sus labios junto a los suyos se lo confirmaron. Ambos juntaron sus frentes después de su beso y se sonrieron mientras se miraban a los ojos.

—Yo también estoy enamorada de ti, Jeon Jungkook.

Otro beso fue dado mientras la luna iluminaba sus rostros. Entrelazados de la mano volvieron a entrar al salón, la sonrisa en sus rostros reflejaba lo felices que estaban.

Fueron atacados por el gozo de sus amigos quienes silbaban y aplaudían al verlos tomados de la manos, se pusieron más escandalosos cuando Jungkook pasó su brazo por la cintura de Yeri para acercarla a él y plantar un beso en su frente.

Pero el gozo de sus amigos se vio interrumpido por la vejiga llena de Jungkook, quien tuvo que ir al baño a descargar todo lo que había bebido, no sin antes darle otro ligero beso a su novia.

Después de hacer sus necesidades lavó sus manos y las pasó aún húmedas por su rostro, viéndose al espejo y sonriendo aún más sin poderse creer lo que había pasado hace un par de minutos atrás, se sentía el hombre más afortunado de la tierra.

Con la intención de salir del baño fue hacia la puerta, encontrándose en ella a aquellos finos ojos que alguna vez le hacían sentir algo.

—Oh, hola Jungkook.—Hablo Jimin sorprendido.

—Hola.—La respuesta fue de la misma forma.

Se quedaron un par de segundos sin saber que decir, hasta que Jimin acabó con esa tortura.

—¿Cómo has estado?

—Bien, no me quejo.—Sonrió.—¿Y tú?

—Igual, las cosas han ido bien.

Y nuevamente, no sabían que decir, tanto que ya se ponían algo incomodos.

—Bueno, me tengo que ir, pásala bien, Jimin.—Jungkook levantó sus cejas y metió sus manos en sus bolsillos, rodeando a Jimin para salir.

—Espera.

—¿Pasa algo?—Se detuvo girándose.

—Yo...quería hablar contigo de algo importante.

—¿Ahora? no creo que sea un buen lugar hablar en un baño.—Sonrió.

—Tienes razón.—Soltó una risilla.—Entonces...¿podríamos acordar algún día para vernos y hablar?

—Claro, te doy mi número.

—¿Lo cambiaste?

—No, me robaron el celular en una fiesta y prefería cambiarme el número a hacer todos esos trámites para recuperar mi número.—Rió.

Jimin acompañó esa risa y extendió su celular para que Jungkook escribiera su número en el.
Al finalizar aquello se lo devolvió.

—Entonces, nos vemos luego.—Se despidió Jungkook.

—Nos vemos.

Sintiéndose al despedirse por última vez antes de que la puerta sea cerrada a espaldas de Jungkook.

Jimin miró el número en su celular y suspiro.

Posponer más lo que tanto había querido hacer hace mucho no estaba en sus planes.

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la vida no es justa y las personas que alguna vez nos hicieron daño no reciben lo que merecen, me costo entenderlo a la mala, lección de vida xd

bueno, mañana el final🤧🤧🤧🤧

nos vemos <3

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