Juego macabro del destino

Capitulo 7

Hoy todo puede arruinarse.

Estoy llegando a mi instituto. Para empezar un nuevo, y por suerte, un último año escolar.

Siempre que llegaba al cole, lo primero que hacía era buscar a mis dos mejores amigos, para sobrellevar el martirio de tener que estar aquí. Pero hoy hago todo lo contrario, me escondo de ellos. Tener que ver a la cara a Kamo y Rara después de todo lo que mentí, e intentar solucionarlo, es algo a lo que no estoy preparada.

Todo en el cole sigue igual que el año pasado, horrible.

Por un lado, tenemos el grupo de chicas populares, que critican a todo lo que se mueve. Por el otro, el grupo de chicos deportistas, también populares, que se creen superiores. Y por dónde quieras que mires, hay personas juzgándote por tu aspecto.

Un par de chicas pasan al lado de mí, mirándome de arriba abajo, con desaprobación. Que las jodan.

Aunque lo admito, hoy no me veo nada bien. Mi cabello está como un remolino, que intenté atrapar en una cola. Tengo unas ojeras de muerte. Y este uniforme espantoso que nos obligan a usar en este instituto no ayuda en nada. Consiste en una aburrida falda larga azul marino, y una chemise beige con el logo de la institución en la esquina superior derecha. El logo es aún más espantoso: En el centro hay un cactus rodeado de rosas, con el nombre de la institución arriba, "Prof. Pastor Cortes Vasquez", llamada así en honor al fundador del colegio. Cómo lo odio señor Pastor Cortes.

Odio todo.

Tal vez sea porque no dormí nada. Anoche cuando llegue de mi cita, Sami me obligó a contarle con detalle todo. Cuando le conté que nos besamos, casi se desmaya. Terminamos de hablar como a las cuatro de la madrugada. Intenté dormir, pero no lo logré, mis pensamientos no me dejaban descansar.

No quiero cruzarme con nadie, en especial a dos personas, que ya se imaginaran quienes son. Así que voy casi que corriendo por el pasillo en dirección al baño de chicas. Es el único lugar donde ellos no pueden estar. Tal vez consideré pasarme ahí el resto del día para no ver a ninguno de los dos.

-¡Hey! -alguien a mis espaldas me grita, y de inmediato supe de quién se trataba.

Rara.

Tengo una suerte única, y no en el buen sentido.

Entre más deseas que no pase algo, con más seguridad va a pasar.

Detengo mi andar. Y me volteo, para quedar frente a él.

-¿Estás emocionada por nuestro último año? -pregunta en un intento de actuar normal, pero le sale fatal.

-La verdad no. No lo estoy.

Una extraña comezón invade todo mi cuerpo. La ansiedad me está consumiendo.

Él está igual que yo. Su sudor corre por su cara llena de pecas. Se nota a leguas que está nervioso, y que quiere decirme algo.

-¿Has hablado con Kamo? -le pregunto de la nada. Es una de las dudas que no me dejaron dormir anoche.

-No, no he hablado con él. -Su mirada divaga, y recuerda algo-. De hecho me escribió ayer. Pero borro los mensajes antes que los leyera.

Qué suerte. Si ellos dos hablaban, todo se hubiera complicado, aún más.

Quiero, no, tengo que decirle la verdad. Debo decirle que no me gusta, que le mentí. Pero no tengo ni idea de cómo empezar a hablar, ni de cómo voy a justificar lo que le dije.

-Sobre lo de ayer... -él se me adelanta a hablar.

-Yo también quería hablarte de eso.

-Lo pensé bien y...

-Escúchame primero -lo interrumpo a media oración- debo decirte algo importante...

-Solo quiero decirte que... -continuó.

-¡Calla y escúchame!

-Tú también me gustas

Lo soltó. Lo dijo así sin más. Un balde de agua fría cae en mi cabeza. Todo lo que tenía pensado decirle se esfumó de mi mente. Mi expresión de confusión es imposible de esconder.

Si algún día veo a Cupido, prometo matarlo. Por mí, y por todas esas personas a las que les jodió la vida.

-¿No querías que dijera eso? -Rara se queda viendo mi cara, extrañado- ¿Qué quieres que diga? ¿Qué quieres que haga? -Respira muy rápido, creo que se está hiperventilando- ¡Dime qué quieres que haga para que estés feliz!

Todo esto es muy extraño. Ya no entiendo nada de lo que está pasando.

¿Rara perdió la cabeza? ¿Cómo puede decir que le gusto? Bueno, yo no puedo opinar nada. A mí me gusta Kamo, aun sabiendo que es gay. Y a Kamo le gusta Rara, aun sabiendo que es hetero.

Cierro mis ojos por un momento. Para respirar, calmarme, y pensar en una solución prudente, porque lo primero que se me ocurrió fue lanzarme de un puente.

En eso, Rara hace lo que jamás en toda mi existencia pensé que haría.

Me besa.

Pero no es un beso, es un choque de labios. Él solo empujó su boca contra la mía. Es más como un golpe en mi boca con la suya.

Con la misma rapidez que lo hizo, lo dejo de hacer. Apartó sus labios de los míos. Retrocede un poco, con la mirada perdida en un punto fijo detrás de mí. Como si estuviera viendo un fantasma.

Giro mi cabeza, y me doy cuenta que es lo que está viendo. No, no es un fantasma, ojalá lo fuera. Pero no, es Kamo.

Está parado al fondo del pasillo. Viéndonos, con una mueca de entre rabia y decepción.

La bomba que yo misma construí está a punto de explotar. Y el impacto será en mi cara.

Mis piernas tiemblan, mi boca se agrieta, y respiro con dificultad. Estoy a poco de tener un ataque de pánico.

Cupido me está haciendo una broma pesada, y se ríe de mí. Tal vez sea Dios, o el universo. O todos ellos en conjunto. Se ríen de mis desgracias.

Esto debe ser un juego macabro del destino.

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Nota del autor: holisss gente. Este es un cap intenso. Se viene lo bueno, se viene el drama.

Se esperaban que Rara gustará de Theslya? Y que opinan de su fugaz beso?

Díganme aquí cuál es su shipp favo.

Comenta aquí si alguna vez has estado en una situación tan retorcida y alocada cómo está.

Y comenta aquí si alguna vez te ha gustado un amix.

Les mando love del bueno, hugs and kisses soñadores.

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