#16

En la sala del lugar se podía ver a varias personas ahí reunidas, pero la mirada de la mayoría se dirigía a aquellos que estaban en medio de lugar, estos se veían completamente aturdidos y algo mareados.

Un rubio de ojos azules, bandana en la cabeza con pantalones y chaqueta militares, una playera blanca junto con botas negras; miraba con asombro su propia mano, la abría y cerraba como cerciorándose que todo fuera real, todo parecía ser un sueño imposible que de alguna manera se había vuelto realidad.

De la misma manera se encontraba un peli negro de largo cabello amarrado en una trenza que le llegaba hasta la espalda, de ojos marrón-rojizo, vestía un traje simple de maestro kun-fu color rojo con unos pantalones holgados de color blanco junto con unas botas de color café, la apariencia de este, dejo más de sorprendido a uno, por el parecido con cierta nube.

Un hombre de cabello verde junto con unas gafas redondas y una barba corta, vestía una camisa de color verde, unos zapatos junto con un pantalón de color café además de una bata de científico y una corbata de color blanco, la mirada que normalmente solo demostraba frialdad ahora reflejaba asombro, no podía creer lo que había sucedido.

La que parecía ser la única mejer del grupo, a pesar de estar cubierta por completo en una túnica oscura y arriba de esta una capilla con cuatro cotones de adorno, de cuello alto y capucha en su rostro, en la parte que si era visible, dejando ver los mechones de cabello color morado junto con las marcas en sus mejillas del mismo color, se notaba muy claramente lo estupefacta que se encontraba.

Aquel que parecía ser el más joven de todos ellos, vestía un traje de motociclista color negro con detalles del mismo color de su cabello, morado; en su cara se podían ver varios accesorios además de un muy curioso maquillaje. Él se encontraba inspeccionando todo su cuerpo, rectificando que realmente estaba ahí.

A pesar de que todos ellos tenían miradas sobre ellos, había una persona que les ganaba...

Aquel que sostenía en sus brazos a un agotado castaño, este portaba un implacable traje de color negro, una camisa amarilla y corbata oscura. Cabello azabache del cual resaltaban en especial unas muy peculiares patillas, cubriendo gran parte de su cabello se hallaba una fedora negra con una cinta amarilla. Una sola mirada daba a entender que ese hombre era de cuidado, peligroso era quedarse corto con la presencia que daba y más con el chico en sus brazos.

La fedora tenía cubierta la mirada del hombre pero todos sabían que sus ojos no se despegaban del chico que sostenía.

Sin dirigir la vista a alguien más aquel con fedora comenzó a caminar hacia la puerta y salió del lugar. Afuera se encontraban ambos científicos que solo lo miraron con una sonrisa.

- Llevemos al Vongola a su habitación – Fue lo que dijo Spanner con una paleta en la boca.

Shoichi asintió a lo dicho y junto con su amigo comenzaron a caminar hacia el lugar indicado, no necesitaban voltear para saber que el Hitman los seguía.

*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*

Ya había caído la noche en Italia, los no relacionados con la mafia se encontraban en el comedor esperando la cena cuando notaron la ausencia de varios en la mesa.

- ¿Dónde esta Yamamoto-kun y Gokudera-kun? - Pregunto una chica. - A demás, tampoco está el chico con peinado de piña – Señalo

- También faltan Kyoko, Haru y Chrome – Comento un chico.

- Dame-Tsuna tampoco se encuentra – Dijo Mochida.

Ante esto varios sonrieron con malicia, pues rogaban que al castaño le hubiera pasado algo terrible para que les dejara de estorbar en sus planes.

- Pero tampoco esta Kozato-sama – Señalo una chica decepcionada.

Al darse cuenta de ese detalle les empezó a hervir la sangre, pues pensaban que otra vez el inservible castaño estaba siendo mimado por el pelirrojo. No pudieron seguir con sus pensamientos pues la puerta del comedor se abrió, todos esperaban ver entrar a Nono junto con los jóvenes líderes y Boreen-sensei, sorpresa que se llevaron al ver entrar solo a Timoteo junto con Dino.

- Disculpe Nono – Hablo el profesor Nezu. - ¿Sebe donde se encuentran los estudiantes que faltan? – Pregunto lo más educado posible.

- Ellos se encuentran haciendo sus deberes, por ello no bajaran a cenar – Respondió Nono mientras tomaba asiento. – Pido disculpas de parte de mis demás colegas, ha surgido algo totalmente imprevisto y por ellos tampoco nos acompañaran esta noche – Dijo Nono sin entrar en detalles.

No queriendo molestar al Noveno ya nadie dijo nada.

Al transcurrir la cena los estudiantes hablaban entre ellos, haciendo planes para poder conseguir lo que querían. Nono y Dino solamente hablaban entre sí en tono bajo para no ser escuchados por los demás.

- Yo me quería quedar con mi hermanito – Se quejaba Dino, jugando con su tenedor.

- Yo también Dino pero Reborn tiene razón al decir que si no bajamos, por lo menos alguien más y yo, hubiera alertado a los demás – Comento Nono comiendo tranquilamente, aunque en el interior también estuviera haciendo sus rabietas por no poderse quedar a lado de su lindo nieto. – A demás los ex-arcobalenos aun necesitan re acostumbrarse a sus cuerpos y necesitamos pensar que les vamos a decir a los estudiantes – Agrego.

- Sigo sin creer que mi hermanito lo lograra – Dijo Dino con una pequeña sonrisa, realmente estaba orgulloso del castaño.

- ¿Tu ya lo sabias, no es así? – Pregunto Timoteo.

- Si, el día que le regale a mi hermanito el auto, en el camino al colegio me hicieron prometer que no diría nada, en el trayecto estaban hablando de la máquina y de los últimos detalles – Respondió el rubio, viendo como comenzaban a traer el postre.

- Ahora solo queda que mi nieto descanse bien, espero que nos diga como lo logro, según Verde eso no se podría sin tener efectos secundarios – Dijo Nono viendo con detalle el pastel de chocolate con fresas que tenía en frente.

*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*

Timoteo no estaba mintiendo cuando dijo que los chicos estaban haciendo sus deberes.

Los guardianes de la décima generación junto con el décimo Simón se les olvido por completo la tarea que tenían y a pesar de querer quedarse a lado de su amigo castaño se les fue negado por cierto Hitman que los hecho a patadas de cuarto, con la amenaza de que si volvían sin haber acabado sus deberes el mismo les daría una "Tutoría especial". Ninguno de ellos era tan estúpido como para ignorar al sicario así que con mucho pesar habían ido a sus cuartos a hacer lo que debieron hacer desde la tarde.

En el cuarto del décimo cielo Vongola se podía ver a un castaño recostado en la gran cama que se hallaba en el lugar. Dispersados en la habitación se encontraban los ex-bebes junto con los dos ingenieros.

Después de dejar al castaño en la cama el Hitman de había sentado al lado de su alumno y no se había movido de ahí, los ingenieros llamaron a Shamal que suponiendo que se trataba del castaño fue sin decir palabra alguna, llego al mismo tiempo que los demás ex-arcobalenos y reviso al castaño confirmando las palabras de los genios, solo tenía que descansar.

Aprovechando que todos estaban ahí, Shamal reviso que todos los recién adultos se encontraran bien ( Claro después de salir del shock cuando los vio en sus verdadera forma ), haciendo preguntas que si les dolía algo o si sentían mareados y de esta manera paso la tarde hasta el momento actual.

Ya Shamal se había ido, solo les había dicho que necesitaban re acostumbrase y ya, al parecer Reborn lo logro en tiempo record pues era el único que camina normal pues no parecía venado recién nacido que a cada tres segundos las piernas les temblaban y caía.

Por respeto ( Y para no arriesgar su vida si se les llegaba a escapar una risa ) los ingenieros se retiraron, pidiendo que se les avisa cuando el cielo despertara para poder explicar adecuadamente lo que había sucedido.

Los ex-arcobalenos a excepción de Reborn estaban tratando de caminar o de mantenerse en pie, pasaron horas y con a cada intento iban mejor. Nadie decía nada,  al parecer eso estaba bien para todos.

No supieron cuánto tiempo paso cuando las puertas de la habitación fueron abiertas, dejando ver Timoteo.

Nono al entrar a la habitación vio a su amigo sentado en la cama de su nieto que aun dormía; Colonello estaba brincando ( Por qué, solo él sabe ), Mammon ya se encontraba levitando, Fong se hallaba recargado en una pared con un libro en mano, Verde sentado en el suelo con su computadora y a Skull curioseando en los peluches del castaño.

Sonrió ante la escena, al parecer los ex-bebes ya se habían acostumbrado a su nuevo cuerpo, no por nada eran los más fuertes del mundo.

- Me alegra ver que ya pueden caminar bien – Comento Nono acercándose a la cama del castaño. - ¿Cómo se sienten? – Pregunto.

- Bien Nono, ¿Por quién me tomas? No soy como ese estúpido que callo más de diez veces al intentar caminar – Dijo el Hitman mirando al rubio en la habitación.

- ¡Cállate, kora! ¡¿A caso eso es un reto?! – Le grito Colonello al de patillas.

- Cuando quieras, ya sabemos quién será el ganador de todas maneras – Respondió con burla Reborn.

- ¡¡Ya veras, kora!! – Grito Colonello, solo para terminar siendo apuntado con una pistola color verde.

- Cállate imbécil, si lo llegas a despertar terminaras como coladera – Advirtió Reborn serio.

Ante la amenaza del Hitman todo volvió a quedar en silencio, siendo roto por el poseedor de la llama de la tormenta.

- Ya todos estamos mejor, Timoteo-san, solo esperamos que Tsunayoshi-kun despierte – Comento Fong con una ligera sonrisa.

Con un asentimiento general el silencio volvió a reinar, los minutos pasaban y pronto estos se trasformaron en horas. Ya pasaban de las cuatro de la mañana cuando el castaño comenzó a dar signos de despertar, alertando a su tutor que jamás se separó de su lado y con ellos a los demás en la habitación.

Después de unos segundos el cielo logro abrir sus ojos dejando ver aquellas joyas color caramelo que todos amaban; sus ojos reflejaban algo de cansancio pero sobre todo curiosidad.

- Ya era hora que despertaras Dame-Tsuna – Se oyó de parte del Hitman.

Aun algo confundido Tsuna giro su mirada solo para toparse con una figura que era conocida para el pero que al mismo tiempo lo confundía, miro atentamente al hombre por unos segundos solo para abrir los ojos con gran sorpresa al saber dónde lo había visto ¡Era el hombre que lo ayudo en la batalla con su padre! Sentándose de golpe el castaño no dejaba de mirar al hombre a su lado el cual tenía una sonrisa burlona que le sonaba de otra persona

- Dame-Tsuna hoy, Dame-Tsuna siempre – Dijo Reborn sabiendo lo que estaba pasando en la cabeza del castaño.

Tsuna sabía que solo una persona decía eso con el mismo tono que acababa de escuchar: Un tono burlón pero que al mismo tiempo tenía algo de cariño ( O eso creía el ), no podía creerlo, ¡Esa persona era Reborn! Tan asombrado estaba que su boca no se cerraba lo cual provoco unas risas de los otros presentes y de esta manera alertando a Tsuna de su presencia, el castaño al verlos a todos ahí solo se sonrojo solo para esconderse debajo de las cobijas nuevamente.

- Dame-Tsuna comete tus píldoras para que después nos expliques todo – Ordeno Reborn, lanzándole la caja naranja, por lo que rápidamente el castaño salió de sus escondite.

El cielo logro atrapar la caja y rápidamente se comió dos píldoras ante la mirada atenta de todos los presentes.

- Tsuna-kun, dinos, ¿Cómo lograste regresar les sus cuerpos a los ex-arcobalenos? – Pregunto Nono suavemente.

- Fue por accidente que lo descubrimos – Comenzó a explicar Tsuna. – Estaba con Spanner y Shoichi viendo uno de sus inventos, estábamos comiendo una naranja y al ver las semillas nos dio curiosidad ¿Que pasaría si se le exponía a las llamas de la última voluntad? en mi dedo hice aparecer una pequeña llama y la deje caer en la semilla, imaginen nuestra sorpresa al ver que comenzó a cambiar hasta quedar una naranja perfecta, en buen estado y dulce. Quedamos asombrados, les pregunte a los chicos si se podría hacer eso con los ex-arcobalenos, que mis llamas los regresaran a sus cuerpos, fueron meses de investigaciones y experimentos; hace dos semanas me dijeron que probablemente ya tenían los planos ideales para lograrlo, estuve en contacto con ellos y me avisaban de todo progreso o contratiempo – Narro el castaño.

- ¿Pero cómo lo lograron? Según mis investigaciones no eran posibles sin tener efectos secundarios ya sea para el que portaba las llamas o para nosotros – Pregunto Verde seriamente.

- Los chicos me dijeron que se logró porque son mis llamas – Respondió Tsuna con una pequeña sonrisa. – Las llamas del cielo son todas las llamas reunidas en una: La tranquilidad de la lluvia, la sanación del sol, la protección del rayo, la propagación de la nube, la "creación" de la niebla, la defensa de la tormenta y la armonía del cielo; la razón por la que logro fue porque mis llamas son extremadamente puras, la maquina trabajaba con llamas del cielo y esta al ser la representación de todas juntas se cargó la maquina con la misma cantidad de llamas con la misma pureza, la maquina las concentro y las disparo a sus cuerpo logrando que estos volvieran a ser lo que debían sin dolor o alguna consecuencia, solo algo de cansancio para mí por tener que entregar demasiadas llamas – Hablo Tsuna.

- ¿Por qué no nos dijiste nada? Estoy seguro que Giannini le hubiera encantado ayudar- Pregunto Nono.

- Se supone que fuera una sorpresa, solo nosotros tres lo sabíamos y no queríamos dar falsas ilusiones por si no se lograba – Explico el castaño.

El silencio reino por unos momentos, todos analizaban las palabras dichas por el castaño y aun así no creía que este allá hecho tanto por ellos.

- Bueno será mejor irnos a descansar – Dijo de repente Nono. – En unas horas Tsuna-kun tiene escuela y hay que pensar que les diremos a los demás – Agrego parándose de su lugar.

Nono se acercó a Tsuna para darle un abrazo y salir de la habitación, los ex-arcobalenos se despidieron e igual se retiraron, solamente Reborn se quedó dónde estaba; Tsuna comenzaba a preocuparse cuando sintió una mano en su cabeza, revolviéndole un poco el cabello, levanto su mirada asombrado solo para toparse con el rostro de su tutor siendo escondido por su fedora pero Tsuna podía jurar que había una ligera sonrisa en su cara.

- Buen trabajo, Tsuna – Fue lo que dijo Reborn para después también salir de la habitación.

Tsuna quedo en shock por lo sucedido, pasaron unos segundos y una sonrisa se colocó en su rostro, dejándose caer nuevamente en la cama y abrazando con fuerza el peluche de Natsu sonrió como si no hubiera mañana, dejando salir unas pequeñas risas de la emoción que sentía, con toda esa felicidad Tsuna durmió con tranquilidad el resto de la noche.

Entre tantas emociones del día, nadie noto a una figura que estaba escondida entre los árboles, mirando con atención al décimo cielo para después desaparecer entre las sombras de la noche.

*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*

Una nueva mañana llego y con ello un nuevo despertar para los civiles de una manera que no olvidarían.

Unos extraños paneles salieron de las paredes, en una habitación lejana un hombre bebiendo un expreso sonrió con malicia para oprimir un botón verde, inmediatamente una descarga eléctrica cayó sobre los ignorantes a la mafia, los gritos solo hicieron sonreír mas al Hitman que disfrutaba de ese "hermoso" sonido.

Ajenos del despertar de sus compañeros, la décima generación Vongola disfrutaba de sus camas siendo despertados por su reloj interno o su alarma; alistándose para un nuevo día de escuela se dieron una rápida ducha y colocaron sus uniformes, al salir de sus habitaciones y encontrándose con los demás saludaron para después empezar a caminar al comedor.

En el trayecto el castaño tuvo que asegurar demasiadas veces que se encontraba en perfecto estado además de no haber problema alguno con presentarse a la escuela ese día; Spanner y Shoichi de encontraron con ellos a mitad de camino donde comenzaron a regañar al castaño por haber explicado el procedimiento sin ellos presentes; al mencionar esto los demás guardianes quisieron saber y los ingenieros con gusto explicaron en palabras sencillas para que pudieran entender ( Una explicación más detallada para Gokudera que se encontraba fascinado por lo que decían ). Pronto llegaron al comedor donde solo se hallaba Nono, Enma y Dino; estos últimos aun bostezando pero toda señal de sueño se fue al ver al castaño entrar.

- ¡Buenas días abuelito, Dino-san, Enma-kun! – Saludo el castaño con una radiante sonrisa.

Los más jóvenes reaccionaron a la voz del castaño y corrieron a abrazarlo, alegres de que este se encontrara bien.

Mientras que Nono y los guardianes veían todo con una gran sonrisa, en eso, entraron Byakuran junto con Yuni; quienes al ver al castaño también corrieron para unirse al abrazo.

Para su mala suerte, el momento fue arruinado por el sonido de los estudiantes acercándose al lugar, con mucho pesar se separaron del abrazo y cada uno se sentó en sus respectivos lugares. Ya una vez en su silla, Tsuna tuvo que calmar a Gokudera pues este quería matar a Byakuran por tocarlo.

Cuando la puerta de abrió, se pudo ver a los civiles un poco chamuscados y algunos aun con algo de electricidad en sus cuerpos.

- Esto tiene la marca de Reborn por todo lados – Susurro Tsuna, siendo escuchado solamente por Enma que había ido a sentarse con su amigo como de costumbre.

Enma solo pudo mover la cabeza en señal de afirmación, todos los demás relacionados con la mafia pensaban lo mismo que el castaño por lo que algunos ( Byakuran, Dino, Yamamoto y Mukuro ) tuvieron que morderse la lengua para evitar soltar la risa que les daba.

- Nono – Lo llamo Tsuna, ganándose las miradas de todos en el lugar pero no les dio importancia, tenía que saber la respuesta a la duda que le había surgido. - ¿Dónde está Re... Boreen-sensei? – Pregunto el castaño, casi equivocándose de nombre pero logrando corregirlo a tiempo sin levantar sospechas.

Timoteo ante la duda de su nieto sonrió, pues el chico le había dado la oportunidad perfecta para iniciar con lo que había acordado con los ex-arcobalenos en la madrugada.

- Boreen-sensei ya no estará con nosotros – Comenzó Nono con una sonrisa calmada. – Por un asunto que surgió de manera imprevista se tuvo que retirar – Informo, sorprendiendo a la mayoría.

El silencio reino en el lugar, los civiles procesaban la noticia dada mientras que los relacionados con la mafia no dejaban de pensar que eso había sido muy rápido, no creyeron que comenzaran al día siguiente de haber recuperado sus cuerpos, a veces se les olvida que no por nada ellos eran las personas más fuertes del mundo.

- En ausencia de Boreen-sensei – Volvió a tomar la palabra Timoteo, sacando a todos de sus pensamientos. – Le eh pedido ayuda a unos viejos amigos míos, por favor pasen y preséntense a nuestro huéspedes – Pidió mientras se paraba para después mirar hacia la puerta.

Esta se abrió dando paso a cinco hombres y una mujer, nadie era tan estúpido como para no notar el aura peligrosa que esas personas soltaban.

- Un gusto, kora – Comenzó el rubio de ojos azules. – Mi nombre es Colonello – Se presentó aquel que vestía como un soldado y tenía una pase relajada además de una sonrisa confiada, que Tsuna juraba vio sadismo en ella.

- Es un gusto, me llamo Fong, espero que nos llevemos bien – Saludo el maestro de artes marciales con una sonrisa. Más de uno se quedó sin aire al ver el parecido con el demonio de Namimori, otros por poco y se desmalla, mientras que Tsuna y sus amigos ahora si casi estallan a carcajadas ante las caras de sus compañeros.

- Mi nombre es Verde, será un placer expe.. Perdón, será un placer tratar con ustedes – Se presentó el hombre con bata blanca, la sonrisa sádica que le mostraba a los alumnos provoco que más de uno tuviera escalofríos.

- Mammon – Fue la única palabra de la chica cubierta con una capa, a pesar de no ver sus ojos, todos juraban que estarían muertos si las miradas mataran. Mientras que ella misma ya imaginaba las millones de maneras en las que ganaría mucho dinero con los idiotas que tenía en frente.

- ¡Yo soy el gran Skull! – Grito el chico con cabello morado, perforaciones y maquillaje raro, por extraño que parezca él era el único que no parecía una amenaza para los civiles, que equivocados estaban.

Al ver que todos estaban embobados con el motociclista, el sicario tomo a su fiel compañero el cual se transformó en su arma favorita y disparo hacia el techo.

- Chaos – Saludo el hombre con fedora negra y cinta amarilla, esta cubría su mirada pero dejaba ver una sonrisa sádica que heló la sangre de más de uno. – Yo soy Reborn- Al terminar de decir esas tres sencillas palabras sonrió con gran malicia viendo a sus próximas presas, perdón, a sus próximos alumnos.

El lugar volvió a quedar en un silencio helado, por alguna razón desconocida, los civiles comenzaron a temer por sus vidas.

- Aun hay otro anuncio – Dijo Nono, rompiendo la atmosfera llena de tensión. – Por un junta directiva, hoy no tendrán clases -

Mientras que Timoteo hablaba, los ex-arcobalenos tomaron asiento en los lugares vacíos ( Los estudiante se preguntaron cómo es que no habían notado tanto lugar libre ), mientras que Reborn tomo el lugar que le partencia a Boreen-Sensei los demás se sentaron a su lado.

- ¿Qué haremos hoy, Nono? – Pregunto el profesor Nezu una vez que el Noveno terminara de hablar.

- Mi querido amigo Reborn junto con algunos de nuestro invitados les contaran un poco de la historia de Vongola oalgunas cosas relacionadas a ella – Respondió Timoteo mirando con atención la reacción de su nieto, el cual se había puesto pálido.

Al escuchar eso los estudiantes junto con el profesor Nezu se alegraron por la nueva actividad, mientras que la décima generación y aliados se encontraban curiosos por lo que sucedería, bueno, a excepción de cielo que no entendía nada de lo que estaba pasando.

¿Qué estaba pensando Nono al hacer eso? Si se les contaba la historia de Vongola a sus compañeros se enterarían de la verdad y se armara el caos total ( No quería saber que haría Bermuda si eso pasaba ). Tsuna miro fijamente a su abuelito el cual solo le sonrió, asegurándole de esta manera que todo saldría bien, a pesar de aun tener sus dudas el castaño confía en su abuelito, así que lo dejo ser.

El desayuno después de esto transcurrió de manera "normal" y al terminar todos fueron a cambiarse de ropa, mientras que Nono hablaba con sus invitados.

- ¿Todo listo, kora? – Pregunto Colonello.

- Listo, mientras que ustedes hablan Tsuna-kun debe estar distraído – Soltó Nono.

- De eso no se preocupe Timoteo-san – Dijo Yuni con una sonrisa.

- Exacto, nosotros nos encargamos que Tsunayoshi-kun no se entere de nada – Comento Byakuran con una sonrisa comiendo sus malvaviscos.

Reborn solo asintió a lo dicho, aunque algo le decía que mantendrían ocupado a su alumno con más dulces, realmente necesitaba encontrar una manera de controlar al Dame con tanta azúcar a su alrededor.

- ¿Ya saben que harán con ellos? – Pregunto Nono curioso.

- Claro que si Timoteo-san – Respondió con calma Fong.

- Necesitamos a los guardianes de Tsuna – Comento Skull jugando con un tenedor.

- ¿Para qué? – Volvió a indagar Nono.

- Hay que dejarles en claro algo sin que Dame-Tsuna este presente – Contesto seriamente Reborn dando por terminado el asunto.

Después de eso el silencio volvió a reinar por unos minutos, solo siendo roto cuando un mayordomo les informo que los chicos ya los esperaban frente a la escalera principal. Dando una última mirada al Noveno cielo de Vongola, los ex-arcobalenos se retiraron del lugar.

Al llegar al sitio donde los esperaban,  los chicos se encontraban hablando entre ellos, cada uno en su grupito.

- ¡Muy bien, kora! – Grito Colonello llamando la atención de todos. – Los separaremos en seis grupos, kora – Comenzó a explicar el rubio.

- Los grupos serán: Amarillo, Azul, Índigo, Morado, Verde y Rojo – Continuo Fong junto con una cajita en manos de manera tranquila, realmente los civiles comenzaban a dudar que fuera familiar de Hibari, aunque el parecido fuera alarmante.

- Los amarillos con Reborn, los azules con Colonello, los índigos con Mammon, los morados con Skull, los rojos con Fong y los verdes conmigo – Aclaro el hombre con bata.

Rápidamente la caja paso en mano en mano de toda la gente reunida y "sorpresivamente" la décima generación junto con Mochida y tres de su grupito además de unas chicas que odiaban al castaño, terminaron en el grupo amarillo.

Una vez que cada quien supo a que grupo pertenecía, cada grupo se fue por un camino diferente para aprender algo sobre Vongola. Cuando el grupo amarillo estaba por partir, alguien o mejor dichos dos personas aparecieron de repente.

- ¡Tsuna-kun/Tsunayoshi-kun! – Exclamaron felices Yuni y Byakuran acercándose al castaño.

- ¿Qué pasa? – Pregunto Tsuna con una sonrisa.

- ¡Ven con nosotros! – Dijo Yuni tomando de la mano al castaño para después jalarlo hacia la puerta.

- ¡Espera Yuni...! – Intento negarse el castaño, cuando sintió que alguien también lo empujaba por la espalda.

- Vamos Tsunayoshi-kun, ya tiene tiempo que no nos divertimos solamente nosotros tres – Comento el peli blanco, empujando al castaño hacia la puerta.

- Pero... - Dijo Tsuna, pensando en una forma de declinar la propuesta que sonaba bastante tentadora.

- Ya vete Dame-Tsuna – Ordeno Reborn, viendo como su pupilo buscaba que decir.

El castaño se giró para ver a su tutor el cual solo lo miraba seriamente, dejo salir un pequeño suspiro para después sonreírle al Hitman y asentir con su cabeza, luego miro a sus guardianes que ya estaban listos para seguirlos.

- Los veré después chicos, no destrocen nada, ¡Nos vemos después! – Dijo el castaño.

Una vez dicho esto se volteó para ver a Yuni que lo miraba con alegría y ansias de salir, de la misma manera Byakuran lo miraba, ambos al ver a los ojos del castaño supieron su respuesta y de esta manera los tres salieron riendo del lugar.

- Caminen – Ordeno Reborn una vez que los tres cielos se perdieron de la vista.

Los no relacionados con la mafia miraban con odio la puerta ¿¡Cómo era posible que el inservible de Dame-Tsuna pasara tiempo con personas tan geniales!? Deseaban que desapareciera de la faz de tierra, que muriera de la peor forma posible y así ellos tendrías lo que por derecho era suyo.

Los relacionados con la mafia simplemente sonrieron y desearon que su cielo se las pasara bien.

- Dije ¡Caminen! – Grito el Hitman disparando hacia el techo nuevamente. Rápidamente todos corrieron hacia la puerta que se les había indicado, no querían hacer enojar más al sicario.

Después de caminar por varias puertas llegaron a una un poco más grande las otras con detalles grabados en lo que parecía plata, el sicario abrió la puerta para entrar primero y los más jóvenes le siguieron solo para quedar con la boca abierta al ver todas las pinturas que se hallaban en el lugar.

- En este lugar se encuentran las pinturas de las antiguas generaciones de Vongola – Explico Reborn acercándose a un lugar vacío. – Como se había comentado con anterioridad, la Décima generación Vongola aún no cuenta con el retrato que le corresponde pero estará listo para antes de la ceremonia – Agrego.

Los chicos miraban con atención el lugar, pues cada cuadro se veía que fue creado con dedicación y mucho cuidado dando de esta manera una idea de todo el esfuerzo impuesta en ellas.

- Profesor Reborn – Llamo alguien del grupo de Mochida, al ver que tenía la atención del mencionado prosiguió.- ¿Quiénes son las personas que están junto a los jefes? – Pregunto.

Pregunta que tenía más de un civil, Reborn al escuchar solo sonrió un poco para sí mismo, sin saberlo le acababan de dar la entrada perfecta a lo que quería tratar con los guardianes de su Dame-Alumno.

- Ellos son los guardianes del jefe de Vongola – Respondió el ex-arcobaleno mirando el cuadro de la Novena generación.

- ¿Guardianes? – Pregunto Mochida con alguno de entusiasmo.

- Exacto – Dijo Reborn mirando fijamente a los miembros de la Décima generación. – Los guardianes del jefe Vongola son aquellos que tienen la completa confianza de este, son aquellos que sin importar la situación estarán a su lado apoyándolo y velando por él. Los que portan este deber deben saber que el jefe siempre será lo primero ante todo; ¿Tienen una cita? La olvidan si su jefe los necesita en una aburrida junta ¿Tienen un importante torneo en el que participar? Lo dejan si se les necesita en una fiesta de gala ¿Tienes algún asunto familiar de urgencia? Lo ignoraras si tu jefe necesita ayuda con el papeleo ¿Quieres irte por ahí a hacer lo que quieres? Te quedaras si tu jefe a si te lo ordena y no volverás a insistir en el tema. No importa que este te diga que puedes retírate para seguir con tu vida, una vez que entras a Vongola, tu jefe es lo más importante en tu vida y será colocado ante todo, los guardines deben hacer su elección antes de la ceremonia si es que realmente desean seguir con lo que iniciaron o se retiraran ya que no podrán hacer lo que les dije anterior mente. Los guardianes tienen que cumplir su deber de cuidar y estar ahí siempre que su jefe los necesite –

La atmosfera en el lugar había cambiado, ahora se sentía demasiado pesada y algunos les costaba respirar por lo mismo, no podían creer a todo lo que se comprometían aquellos guardianes: ¡Era dejar su vida y dársela al jefe!

- Aun así, ¿Ellos son los mejores pagados en Vongola? – Volvió a preguntar Mochida después de un momento de silencio.

Los demás civiles también comenzaron sus preguntas y aunque solo la primera fue escuchada por el Hitman, este se encontraba más ocupado mirando severamente a los únicos que se mantenían callados...

Ellos sabían a la perfección a lo que se metían desde el inicio, sabían que desde el momento en el que habían aceptado los anillos sus vidas le habían pertenecido a su cielo, ninguno se arrepentía de sus decisiones y aunque algunos no lo demostraran, estaban más que listos para seguir de la misma manera por mucho tiempo, por su cielo darían todo solamente por ver esa sonrisa una vez más. Sabían de sobre manera que el castaño jamás los encadenaría a Vongola y era por lo mismo que el Hitman había decidido decir todo eso sin el castaño presente, este callaría al sicario al darse cuenta de sus intenciones. Aun así sabiendo a lo que sujetarían muy pronto ninguno se alejaría de su lado, habían jurado quedarse junto a su cielo aun si eso les costara dejar atrás todo lo que tenían hasta el momento, si eso significaba poder permanecer a lado del castaño entonces no había nada de que arrepentirse.

Reborn solo sonrió un poco al ver la determinación y voluntad de cada guardián, realmente su alumno había elegido a los mejores guardianes para él.

- Cállense – Ordeno el Hitman, los civiles no habían dejado de preguntar cosas. – Tu – Señalo a Mochida que tenía la mano levantada.

- ¿Ellos son los mejores pagados de Vongola? – Volvió a preguntar.

- Si, ellos tienen el mejor salario – Contesto con una sonrisa que prometía dolor para la gente cosa que los civiles ignoraron pero a los relacionados con la mafia los hizo estremecerse ( SI, eso incluye a Hibari y Mukuro aunque ellos sí lograron disimularlo ).

- ¿Están disponibles los puestos? – Pregunto uno de los amigos de Mochida.

Ante esa pregunta los que había permanecido callados hasta ese momento sintieron una gran ira ¿Realmente habían dicho eso? ¿Enserio consideraban pedir ser un guardián del Décimo cielo Vongola? ¿Querían sus puestos? ¡Ellos no cumplirían con lo que acababa de decir Reborn! Sabían porque decían eso y por lo mismo cada guardián ya tenía su arma en mano, no dejarían que esos malditos se le acercaran al castaño más de lo necesario, no los dejarían...

El ex-arcobaleno del son solo sonreía con sadismo al ver las auras de muerte que comenzaban a emanar los guardianes, realmente quería ver cómo reaccionarían antes esa pregunta que el ya sabía harían, sería divertido...

- Claro que las puestos ya están ocupados –

...Si la gente dejara de aparecer e interrumpir los mejores momentos.

Lamentablemente ( Para el sicario ) los guardianes y los civiles voltearon a ver a la persona que había llegado, siendo nada más y nada menos que el Noveno jefe de Vongola.

- Nono – Saludo Reborn con una ligera inclinación al recién llegado.

- Solo venía a ver que hacían – Comento Nono con una sonrisa, sabía que había interrumpido al Hitman con su diversión, pero no quería a los civiles muertos o aún no.

- ¿Los puestos ya están ocupados Nono? – Pregunto Mochida con algo de disgusto pero con respeto.

- Por supuesto, no podrían hacer la ceremonia sin ellos, mi nieto realmente eligió a los mejores para ocupar esos lugares – Respondió Timoteo con una sonrisa.

- ¿Qué puestos ocupan los guardianes? – Pregunto una chica mirando el cuadro del Noveno.

- Desde el inicio de Vongola los guardianes son llamados con un elementos del cielo – Comenzó Nono, para luego mirar a Reborn y pedirle que continuará.

- Cielo, Tormenta, Lluvia, Sol, Rayo, Niebla y Nube; esos son los puestos de Vongola – Inicio Reborn acercándose al cuadro de la primera generación, siendo seguido por todos. – La tormenta que arrastra con todo a su paso, la lluvia que se lleva los pesares, el sol que brilla ante todo, el rayo que recibe el daño, la niebla que oculta, la nube que sigue su camino pero aun así protege y sobre todos ellos el cielo bendito que los guía – Los civiles escuchaban con atención cada palabra que decía el sicario, mientras que los guardianes miraban por una ventana que había cerca. – La décima generación Vongola decidió que la nueve se hará cargo de una parte independiente de Vongola pero aun así estarán aliados a ella siendo los encargados de la seguridad del cielo, la niebla tiene el deber de no dejar que nadie manche el nombre del Vongola, el rayo estará encargado de vigilar la competencia e informar sobre los sucesos por venir, el sol se concentrara en el área de medica de Vongola, la lluvia es la mano izquierda del cielo ayudándolo en todo pero al mismo tiempo asegurándose que este descanse lo suficiente y la tormenta es la mano derecha del jefe asegurándose de que la competencia no sea problema además de estar siempre a lado del cielo –

A pesar de no entender algunas de las cosas anteriormente mencionar, para los civiles el ser guardián del cielo del Vongola ( Como al parecer se dirigían al jefe ) sonaba algo fabuloso, lastimas que los puestos ya estaban ocupados, tal vez podrían conocer al jefe antes y demostrarle que ellos eran mejores que los que tenía actualmente.

Los guardianes solo recordaban una de las tantas juntas que habían tenido hace algunos meses con el castaño sonde se habían decidido los deberes de cada uno y aunque hubo algunos problemas con la nube todo había salido a la perfección al final.

- Aun hay un puesto más en Vongola – Comento Nono, sacando a todos de sus pensamientos.

- ¿De qué hablas Nono? – Pregunto Reborn mirando al noveno cielo.

- Este puesto es poco conocido por que solo tres jefes de Vongola lo han querido solicitar – Comento Nono mirando la pintura del primer cielo. – Primoy Terzo fueron algunos de ellos – Dijo en un tono bajo, solo siendo escuchado por Reborn.

- ¿Cuál es el puesto? – Pregunto una de las chicas.

- El consejero personal interno del cielo – Dijo el Noveno en tono firme, dirigiéndose hacia ellos.

*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*

Mientras que en la mansión Vongola se llevaba a cabo una plática seria y algo inesperada, los tres cielos del tri-ni-set se encontraban disfrutando en la ciudad.

Después de salir de los territorios de Vongola, el peli blanco junto con la pequeña había arrastrado al castaño a una de las mejores pastelerías de Italia, ya llevaban rato en el lugar y solo había sido puras risas entre ellos.

- Me alegra que te diviertas Tsunayoshi-kun – Comento Byakuran comiendo su rebanada de pastel e malvaviscos.

- Cierto Tsuna-kun, ya era justo que pasáramos algo de tiempo juntos – Comento Yuni bebiendo de su jugo de naranja.

Tsuna solo rio un poco ante los comentarios, realmente se la estaba pasando bien en compañía de ellos dos, tal vez debía considerar escaparse un poco y pasar más tiempo de calidad los tres juntos.

- Me alegra que se estén divirtiendo – Se escuchó detrás de ellos.

Los tres cielo miraron hacia atrás solo para encontrarse al ex-arcobaleno de la tormenta, Fong tenía un pequeña sonrisa y tenía las manos ocultas detrás.

- Mouuu, lo lamento pero esto solo es tiempo para cielos – Comento el peli blanco haciendo pucheros, no quería que nadie más les robara la atención del castaño.


- Byakuran – Regaño suavemente el castaño al peli blanco, el cual solo hizo un puchero más grande haciendo reír a los presentes. - Creí que estabas con los estudiantes – Dijo Tsuna con curiosidad.

- Fue rápido mi recorrido, yo solo les hable de cómo la empresa había surgido a petición y planificación del décimo Vongola – Contesto Fong con una pequeña sonrisa al ver como el castaño se sonrojaba un poco. – No te preocupes Byakuran-kun, solo vine a darle mi presente a Tsunayoshi-kun – Soltó la tormenta viendo con alegría como el castaño lo miraba sorprendido.

Fong extendió sus manos al castaño, en ellas se hallaba una caja mediana de color blanco con un maño naranja, aun si saber exactamente qué hacer, Tsuna tomo la caja con algo de duda.

- Desde hace un tiempo te lo iba a dar, pero fue hasta hoy que encontré el momento – Comento Fong.

Tsuna con una pequeña sonrisa abrió el regalo y lo que vio dentro lo sorprendió.

- ¡Un traje de Kung Fu! – Exclamo Yuni con alegría, después de acercarse a ver el contenido de la caja.

- Y uno de muy buena calidad, ya no se ven de esos – Comento Byakuran con una sonrisa.

Tal y como lo habían expresado los cielos en la caja se hallaba un traje para practicar Kung Fu de color blanco con los bordes naranja y unas cintas a la altura de la cintura del mismo color. Se veía a simple vista que la tela era una de las mejores, si Tsuna tuviera que adivinar ( A pesar de no conocer mucho sobre telas ) podría decir que el traje estaba hecho con seda o con satín las cintas parecían estar hechas del mismo material aunque por el brillo que tenían Tsuna dudaba un poco eso, aun lado del traje se hallaban unas zapatillas color negro, al parecer de un material resistente pero ligero.

- A demás de eso el traje esta cubierto con un capa de llamas para protección – Comento Fong llamando la atención de los cielos.

Tsuna se quedó callado unos momentos mirando la caja con cariño para después sonreír y mirar al ex-arcobaleno de la tormenta.

- Muchas gracias Fong – Dijo Tsuna y para los otros dos cielo junto con la tormenta a su lado, el mundo se detuvo unos momentos por aquella hermosa sonrisa.

- No me des las gracias, espero poderte dar unas clases – Comento Fong.

- Creo que tendrás que pelear con mi tío para poder enseñarle algo a Tsuna-kun – Dijo Yuni entre risas.

- Eso es cierto, el ex-arcobaleno del sol no deja que nadie más entrene a sus alumnos, es muy posesivo – Le siguió el peli blanco con burla.

- Eso se puede arreglar – Contesto Fong con una sonrisa, Tsuna jura que vio algo de sed de sangre en la tormenta, ahora sabia de donde había sacado Hibari esa sonrisa terrorífica.

Antes de que Tsuna pudiera decir algo, su intuición le alerto de algo, mirando hacia todos lados para saber de qué se trataba pero no hallaba nada, eso no le estaba gustando.

-¿Tsuna-kun/Tsunayoshi-kun? – Preguntaron al mismo tiempo las otras tres personas con él.

De la nada algo exploto y el caos comenzó. 

*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*

El consejero personal interno del cielo.

Eso era lo único que resonaba en sus mentes después de escuchar las palabras del Noveno.

- ¿De qué se trata Nono? – pregunto Reborn después de unos momentos.

- Tal como lo dice su nombre, es el consejero personal del jefe, a pesar de que existe la CEDEF esta persona está ligada de manera especial al jefe y su palabra vale más la de otra persona por su puesto a excepción del mismo jefe. Si el jefe ya tiene a su mano derecha el consejero personal se puede decir que es la voz en su cabeza que siempre escucha antes que todo, es la persona que pueda hacer que Vongola caiga o crezca a lado del cielo – Explico Nono.

- ¿Por qué no se había escuchado antes de ese puesto? – Volvió a indagar el sicario.

- Debido a que todos temen al poder que se le otorga a esa persona, mi madre fue una de los tres cielo en tener un consejero personal y recuerdo claramente lo unidos que estaban; a pesar de todo yo no logre encontrar a alguien para confiarle ese puesto – Comento el Noveno. – Además es opcional el tenerlo o no – Agrego.

- ¿Y porque lo mencionas hasta este momento? – Reborn realmente quería saber a lo que quería llegar su viejo amigo.

- Siento que mi nieto puede que necesite un consejero personal – Contesto Nono con una sonrisa.

El lugar volvió a quedar en silencio pues la nueva información que acaban de recibir era demasiado valiosa como a para ignorarla, duraron de esta manera unos minutos más solo se rompió el silencio hasta que alguien toco la puerta y después de obtener el pase del Hitman, entro uno de los mayordomos el cual se acercó al Noveno para susurrar algo a su oído que pudo tenso a cielo.

- ¿Qué ocurre Nono? – Pregunto Reborn, algo le decía que no le gustaría la respuesta, además que desde hace unos momentos tenía una extraña sensación recorriendo su cuerpo.

- Tenemos un problema – Dijo Nono dándole una orden silenciosa al mayordomo el cual asintió solo girarse y pedirle a los civiles que lo siguieran. Estos aun confundidos asintieron y salieron del lugar sin notar que algunos se había quedado, ahora que solo quedaban ellos Nono los miro seriamente con algo de preocupación. – Alguien está atacando el lugar donde se encuentra mi nieto –

Sabía que no le iban a gustar esas palabras...

*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_* 

Solo diré esto por mi ausencia: Maldita universidad y malditos terremotos.

Lamento mucho la demora pero con lo de arriba creo se dan una idea del porque mi atraso, por eso les dejo este capítulo que creo es un poco más largo de lo habitual, ¿Qué les pareció?

Muchas gracias por todos sus comentarios y votos, realmente me animaron a seguir escribiendo después de un maldito bloqueo, pronto regresare a la universidad y a ver cómo me va esta vez. Les recuerdo que aún estoy esperando sus sugerencias para los demás regalos de los ex-arcobalenos, de la décima generación y porque no, también de la novena. Una cosa, ¿Qué regalos le darían los civiles al Décimo Vongola?

Bueno sin más que decir me despido, ¡Hasta la próxima!

.n/


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top