9 cap. 2
*varios años después*
Mi hermano estaba de visita junto a mi pequeño sobrino, Usper y yo estábamos con ellos y con mis padres
- ¿quien es el niño más lindo de todo el mundo? Claro que tú -le decía a mi sobrino que reía sin parar, Usper me miraba cariñosamente, él de vez en cuando tocaba la cabeza de mi sobrino y sonreía
- ¿y cuando me das un nieto? - me preguntó mi papá mientras reía, yo no supe que responderle
- yo... no quiero tener hijos - dije, todos se quedaron en silencio, sobre todo Usper
- ¿Por qué no? - me preguntó Usper tomando mi mano
- ay no... no quería decir eso, me refería que no quiero tener uno ahora - dije, el ambiente dejo de ser pesado y volvimos a conversar animosamente.
Más tarde, en casa de Usper
Estaba recostado en la cama mirando el techo, Usper estaba en la cocina haciendo quien sabe que cosa, solo lo escuchaba silbar y hacer ruido con las cucharas o los sartenes. Rato después él me gritó desde el primer piso que la cena ya estaba lista, yo bajé mientras pensaba si decirle o no lo que me había pasado en el baño.
Mientras comíamos tranquilamente, hablé:
- estoy embarazado - dije, Usper no esperaba que le dijera eso y se atragantó con un camarón
- ¿es broma? - me preguntó emocionado cuando pudo dejar de toser
- no... ¿Recuerdas que desde hace un tiempo me estoy levantando casi todas las noches al baño a vomitar? - le pregunté, él asintió
- pensé que era porque no te gustaba la comida que hacía -me dijo riendo, logrando hacerme reír
- ay amor, estoy hablando en serio... pensar que hace rato dije que no quería tener hijos y ahora estoy embarazado
Un tiempo después
Usper se estaba poniendo muy cariñoso conmigo desde que le dije que estaba embarazado, mientras los meses pasaban mi vientre comenzaba a hacerse más grande... más grande de lo normal.
Preocupado por el porte de mi vientre le dije a Usper que deberíamos ir al hospital a ver que todo estuviera bien, él aceptó enseguida, pues él también creía que el porte era un poco grande para solo tener 4 meses; al llegar al hospital me atendieron después de un rato, me hicieron una ecografía
- no deben preocuparse, el porte es normal considerando que estás embarazado de trillizos - me dijo el doctor, yo me quedé helado, en cambio Usper estaba más feliz que nunca.
Cuando volvimos a casa estaba un poco cansado y Usper me acompañó hasta la cama, no se cansaba de decirme lo feliz que lo hacía que fueran trillizos, yo le repetía que se callara, pero se callaba un momento y volvía a hablar de lo mismo todo el rato
- ¿Usper te puedes callar? - le pregunté, él se quedó callado...solo un rato
- ¿que nombres les vamos a poner? - me dijo emocionado, yo con un poco de esfuerzo me senté en la cama y lo miré fijamente
- ¡¡ya cállate!! - le grité enojado, él me miró un poco sorprendido y puso su mano en mi vientre
- no te enojes, les hace daño - me dijo seriamente, yo ya estaba que me tiraba de la ventana.
Mis padres también se emocionaron al saber que eran trillizos, creo que yo era el único que no estaba tan contento, pues tener que sacar 3 bebés de mi trasero no era emocionante ni divertido, de por sí ya me dolía cuando se movían, sobre todo en la noche, mi ojeras eran terribles pues apenas dormía.
Los meses pasaron rápido, estaba a punto de terminar el octavo mes, cuando comencé a sentir fuertes dolores, gracias a Dios, Usper estaba conmigo y llamó una ambulancia mientras me calmaba y me decía como respirar para relajarme.
Ya estaba en la camilla, listo para tener a mis trillizos, mis padres estaban allí, pero al otro lado de una gran ventana, Usper tomaba mi mano.
*narra Usper*
Chexico estaba gritando mucho, apretaba mi mano fuertemente, él ya estaba llorando de dolor y en ese momento deseé ser yo quien estuviera en esa camilla. Después de un rato el primer bebé salió, pero apenas pude verlo un segundo, un enfermero lo llevó, pues debían bañarlos o eso me dijeron, luego salió el segundo y el tercero salió aferrado de el cordón umbilical de el segundo, Chexico se quejaba en voz baja y mantenía la cabeza ladeada con los ojos cerrados, nuestros bebés llegaron y los pusieron delicadamente sobre el pecho de Chexico, sus padres pudieron entrar a la sala y ver a sus nietos.
Los padres de Chexico se habían ido y los bebés estaban en otra sala, Chexico aún no abría los ojos y estaba respirando débilmente, puse mi mano sobre su cara y noté lo frío que estaba, me asusté un poco
- ¿mi amor?... mi amor - le dije mientras lo movía insistentemente, él abrió los ojos asustado y me miró
- me había quedado dormido - me dijo, yo me reí y me incliné para besar su frente y luego sus labios
- ¿duele mucho? - le pregunté, él asintió y me miró a los ojos
- oye amor
- ¿si?
- ¿me prometes que cuidarás bien a los niños? Serás un buen padre - me dijo cerrando los ojos lentamente
- ¿Chexico? ¡Oye no te mueras! - le grité, él me miró enojado
-¡¡no estoy muerto idiota!! - me gritó de vuelta, yo me enojé, pero luego me alegré, lo que había dicho sonó como una despedida y me había asustado bastante su tono de voz.
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