8 cap. 2

Aún sentía ese horrible pitido en mis oídos, mi pelo se sentía húmedo y olía a sangre al rededor de mi cabeza, escuché la voz de el tío Rusia y otra voz que no reconocí, supuse que era el doctor.
Apenas podía abrir mis ojos, sentía los párpados pesados y no podía abrir la boca, sentía todo tan tranquilo...

*narra Rusia*

Cuando llegué a la casa de Chile, me sorprendí de que no hubiera nadie y de que la puerta estuviera abierta,tan pronto como llegué a la sala, escuché unos débiles quejidos que salían desde el baño, entré solo para encontrarme con Chexico tirado en suelo, de su frente corría mucha sangre que ensuciaba su pelo, el espejo estaba roto y algunos pedazos de el cristal estaban clavados en su cara, apenas procesé lo que pasaba, tomé a Chexico en brazos mientras le repetía que todo estaba bien, pero él parecía tener la mente en otro lado, lo senté en el asiento de el copiloto de mi auto y le puse el cinturón de seguridad, luego subí a mi auto y lo llevé al hospital.
Él ya estaba en la camilla, el doctor me explicaba como le habían sacado los cristales de la cara y que pronto estaría recuperado, quizás lo iban a dar de alta en 2 días, pues la grieta de su frente debía cerrar un poco más.

*narra Chexico*

El tío Rusia se fue después de un rato, el pitido había dejado de molestarme, me puse a pensar si es que Usper de verdad estaba muerto como esas noticias decían, me sentía fatal con solo pensar que mi Usper podía estar muerto.
Me reí en mi mente al pensar que Usper me molestaba mucho de pequeño y ahora se había convertido en el amor de mi vida y yo el de la suya...
Mientras pensaba eso alguien entró a la habitación, con esfuerzo abrí los ojos y pude ver a ¡Usper! Era de verdad mi Usper y estaba sonriendo mientras se acercaba a mi camilla, mi corazón comenzó a latir muy rápido, me sentía demasiado emocionado de verlo, un doctor y un enfermero entraron rápidamente a la sala al oír la rapidez de mis latidos

- ¿que pasa? - preguntó Usper preocupado, el doctor lo miró
- por un momento pensamos que estaba comenzando una taquicardia... él necesita relajarse un poco - dijo el doctor, de a poco me relajé y mi ritmo cardíaco volvió a la normalidad, nos dejaron solos nuevamente

- mi niño... estás tan hermoso como el día en que me despedí de ti - me dijo Usper acariciando lentamente mi cara, nuevamente me emocioné y la maquina comenzó a sonar muy fuerte, Usper me dijo que me calmara y mientras él acariciaba mi cara y mis manos, logré calmarme un poco.

Cuando los 2 días pasaron, revisaron por última vez mi grieta y me dieron de alta, me recomendaron unos remedios por si me dolía y unas cremas para que la grieta cerrara rápido.
Usper me acompañó hasta casa

- ¿que te pasó? - me preguntó luego de caminar en silencio por un rato
- un... ataque de nervios - dije con algo de vergüenza mientras sostenía su mano, él me miró preocupado
- pero... ¿por qué? 
- un día, dejaste de aparecer en la tele y me apareció una noticia de que según habías muerto en un accidente de auto junto con algunos de el equipo de producción y no pude controlarme, solo recuerdo haber golpeado el espejo, luego caer y golpearme la cabeza contra el lavabo -le dije, él se quedó en silencio pero parecía preocupado, al llegar a mi casa, él se despidió de mi y cada uno entró a su respectiva casa, mis padres me ofrecieron de comer y beber, pero me negué y dije que estaba cansado, subí a mi habitación siendo seguido por mi gato, Limón.

Me había quedado dormido, estaba soñando que besaba a Usper, pero me estaba quedando sin aire, desperté angustiado por la falta de aire, resulta que Limón se había quedado dormido en mi cara, lo quité de mi cara y por fin pude respirar nuevamente, miré por la ventana mientras Limón se acurrucada entre mi cuello y mi brazo derecho, la ventana a mi lado izquierdo me permitió ver el atardecer en la Cordillera de Los Andes, me encantaba que mi ventana tuviera vista hacia aquella Cordillera tan hermosa, mientras pensaba, me di cuenta de que siempre estamos en el territorio de mi papá Chile y que casi siempre hay muchos otros countrys aquí y además también pensé en que nunca he ido al territorio de mi padre México ni al de el tío Rusia; mientras pensaba eso, el atardecer había desaparecido y las estrellas se preparaban para dar su show nocturno junto a la luna, recordé el telescopio que Usper me había regalado hace algunos años y me puse a mirar la luna con el, la luna siempre ha sido mi cosa favorita de el mundo y mirarla me emocionaba mucho y la vez me daba una calma inmensa.

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