22

Como la edad de Luke, jeje.
Ya, pues. Las dejo leer tranquilas.

—...y cuatro —terminó de contar la paca de billetes que acabábamos de darle.

Yo había insistido en pagar la mitad, y no sólo por cortesía, sino porque estaba segura de que la de la idea había sido la ridícula de Fiorella; así que si yo la había "invitado", era mi responsabilidad.

Luke terminó aceptando, a pesar de no estar de acuerdo del todo. Pa' mí que lo hizo pa' que yo dejara la insistencia.

Hay que ver que yo cuando quiero soy burda 'e terca.

—¿Ya? —pregunté al señor, queriéndome ir pa'l hotelito a recargar las pilas.

—Sí —contestó—; pueden irse.

Levanté los codos, despegándome de la barra. Caminé hacia la salida junto con el rubio, y mientras este me abría la puerta, dije al mesero:

—Perdone la actitud de mis amigos.

Será de los mamaguevos esos.

Él asintió, restándole importancia. —No se preocupen. Hasta luego.

Yo salí del local, y Lukrecio detrás de mí, antes despidiéndose del carajo.

La arrechera me consumía horrible, aunque trataba con todas mis fuerzas no dejarla escaparse de mí. No quería salpicar a aquel niño con mi mal humor.

—¿Te sabes la dirección? —le pregunté, echándole un vistazo con las manos metidas en los bolsillos de mi suéter.

—Nope —fue lo que respondió—. Te diría que Google Maps, pero dejé el teléfono sobre la mesa y se lo llevaron ellos.

—No me jodas. —Si antes estaba arrecha, en ese momento empezaba a hervir de la rabia con los imbéciles de Calum, Fiorella, Mike y Ashton, que nos habían dejado ahí solos y de paso sin saber cómo coño regresarnos al hotel—. Yo tengo dos por ciento de pila.

Él al principio pensó que le estaba echando broma, pero al ver mi cara entendió que estaba hablando en serio.

—¿Y cómo se supone que vamos a hacer? —me preguntó, preocupado.

Pensé un poquito, y me quedé con dos ideas: 1. Pedirle direcciones a extraños. 2. Pedir un taxi.

El peo era que con los cuarenta y pico de dólares que habíamos tenido que pagarle cada uno al tipo, nos habíamos quedado limpios. Literal, lo que me quedaba en la billetera eran como ochenta centavos.

Me eché pa' alante' en la acera, viendo pa' los lados a ver si aparecía alguien.

Pero no; por ahí no pasaba ni alma en pena. Esa vaina 'taba más sola que yo en el amor.

Menos mal que no era Venezuela, porque si no estaría cagadísima.

Pensé en devolverme al local a pedirle la dirección al carajo de antes, cuando como por arte de magia apareció un tipo en la esquina de esa cuadra.

Yo por dentro en ese momento:

Por fuera también:

Nawerere 'e suertuos'.

—¿Lucía? —me preguntó Luke, al ver que me acercaba al chamo.

Yo le hice una seña de que se quedara tranquilo, y así hizo, viendo cómo me llegaba hasta el otro man.

—Hola —le dije cuando estuve lo suficientemente cerca, logrando llamar su atención. El tipo se quitó los audífonos, deteniéndose frente a mí, así que proseguí—. Sorry por la molestia, bro, pero es que un pana y yo nos echamos senda perdía' y andamos cero pila. ¿Nos puedes decir dónde queda el hotel Hampton Inn & Suites?

El tipo me miró de arriba a abajo un momento, kike sorprendido, analizándome.

Marico —dijo por fin, en español—, podría jurarte por un bulto 'e harina P.A.N. completico que eres venezolana.

No si. Los que invaden el mundo. Primero me encontraba a Nicole y su combito, y entonces a ese menorsito. Como que nos multiplicamos, marico.

Verga, te ganaste el Kino Táchira —le contesté, sonriendo—. Lucía, un gustazo.

Cuando dije mi nombre, el chamo como que repitió su acción anterior, pensando por un momento para luego decir:

De paso la clon de Sheryl Rubio. Si le digo a mi hermana que me conseguí contigo en la calle le da una vaina.

Aaaaws, pensé. Me encantaba que la gente me reconociera. Eso me subía un chin el autoestima que tenía por el piso. No te voy a caer a coba.

Epa, ubicatex, Sheryl es mi clon, no yo el de ella. Y por mí le grabo un saludo a tu sis encantada —le dije, queriendo devolverle el favor—, pero por fa dime cómo llego al bicho hotel.

Claro, vale. —El chamo sacó su celular.

—¿Todo bien? —preguntó la voz del papi de Luke, acercándosenos por detrás.

—Es venezolano —expliqué, echando la cabeza pa' atrás y mirándolo con una sonrisa. Que no se notase mi emoción—. Nos va a ayudar a encontrar el hotel.

Aquí es la vaina —dijo el chamo, pasándome el teléfono para que viera el camino que marcaba el Google Maps.

—Cuatro cuadras a la derecha, una a la izquierda, y giramos otra vez a la derecha —pensé en voz alta—. Acuérdate, Luke, que yo de vaina y recuerdo cómo me llamo.

—Cuatro derecha, una izquierda, giramos a la derecha —repitió, pa' que se le quedara en el coco—. Ok.

—Bueno, mano. —Le devolví el teléfono al carajo—. Te hablo en inglés pa' que este no crea que lo estamos insultando. —Él se rió—. Si quieres me grabas ahí.

Luke nos miró tipo wtf mientras el man aquel buscaba la cámara y levantaba su teléfono para grabarme.

—¿Cómo se llama tu hermana? —le pregunté, poniéndome frente al celular.

—Edymar. —Levantó la cabeza por sobre su vaina para poder verme.

—¿Y tú? —Me arreglé el pelo y me acomodé la ropa. Tampoco la que sale burla.

—Ángel. —Me sonrió, y yo le sonreí de vuelta, mientras Luke seguía sin comprender qué estábamos haciendo—. A la one, a la two, a la one, two, three...

Hola, Edymar. Soy Lucía Rodríguez. A que no adivinas a quién me conseguí en plena oscuridad y penumbra aquí en Pensilvania... Al panita de tu hermano, Ángel. Así que bueno, chama, espero que todo ande fino por allá. Te mando saludos. ¡Besos! —Le lancé un besote, exagerándolo con las manos...

...y luego, Ángel cortó el vídeo.

Luke todavía seguía analizando la situación, no entendiendo ni jota del español.

—Muchas gracias, Lucía —me agradeció el chamo, en inglés, cuando me llegué a su lado.

—A ti, vale. —Me despedí de él con un beso en el cachete—. Y ya me voy, a ver si algún día llego al hotel.

—Dale, chamix. —Ángel sacudió su mano en dirección a Luke—. Cuida esa novia famosa que tienes, que cualquier venezolano te la va a querer vacilar; y como ahorita andamos por toas' partes...

Luke le sonrió, algo confundido, pero aunque se notara que le había entendido, fui yo la que aclaró las cosas.

—No si la famosa y tal —dije—. Y Luke y yo no estamos juntos. —Poco a poco, el rubio y yo nos fuimos alejando hacia la calle que teníamos a la derecha.

—Si es así, pues entonces mejor que se ponga las pilas —se le escuchó decir—. ¡Un gusto!

—¡Igual!

Luke se me quedó viendo mientras yo me despedía con la mano, hasta que giramos hacia otra calle, y Ángel desapareció de nuestra vista.

El poste andante y yo caminábamos en silencio, ya por la tercera calle. Yo llevaba las manos metidas en el suéter, porque tenía más o menos friito, y al parecer no era la única, porque a mí acompañante también se le veía muy apegado a su chaqueta, la cual le cubría la manchada camisa.

No nos faltaba mucho para llegar cuando decidió romper el silencio.

—Oye —llamó mi atención, volteando a mi mirarme.

Yo también dirigí mi mirada hacia él, profiriendo un ¿mmm? a forma de pregunta.

—Perdón por haberte dicho que eras una acosadora —dijo, sin dejar de verme.

Eso me gustaba de él: que a pesar de que llevara poco tiempo conociéndolo, se veía que era un tipo que reconocía sus errores, y tenía el valor necesario para afrontar las vainas a la cara.

—Xs. —Negué con la cabeza, levantando un chin una de las comisuras de mis labios—. Admito que me coñaceaste el ánimo en ese momento, pero no le pares.

—¿Segura? —inquirió.

—Segura —respondí, ladeando la cabeza hacia él.

Por un momento pareció que íbamos a volver a aquel silencio que tanto me había estado molestando durante esos últimos diez minutos, pero gracias a Dios, Lucas agregó:

—Y ¿cómo es eso de famosa? —Me sonrió con picardía, enarcando una de sus rubias cejas.

Me reí inevitablemente ante su cara. —Es que digamos que en Venezuela soy medio conocida —me limité a responder, aunque en el fondo sabía que no sólo en Venezuela, sino a un nivel más Latinoamericano en general. Tampoco me la iba a dar de la última Pepsi-Cola del desierto, porque no, pues.

—Por lo que decía ese chico —insistió Lukrecio—, yo creo que más que sólo eso.

—Bueno... —acabé admitiendo, alargando la "e", y mirando pa' otro lado—. Puede que sea un poco más que en Venezuela solamente...

—Si te va también allá en Latinoamérica —dijo, acercándose más a mí—, ¿por qué te fuiste a Nueva York?

Coño 'e la pepa, pensé, echándole sal a la herida.

—La situación de Venezuela está jodía' —empecé a explicar, sin buscar de alargarme mucho, porque lo que nos quedaba para llegar era una cuadra nada más—; por cualquier mariquera te roban, te secuestran, te violan y te matan. Además de los colones que hay que hacer para poder comprarte cosas tan gafas como un cepillo de dientes. La gente no vive, sobrevive. Y todo por culpa del maldito gobierno.

Su rostro se tornó entre preocupado y molesto, con el cejo fruncido.

Yo continué. —A principios del año pasado nos atracaron en la casa. Nos robaron televisor, teléfono, toa' verga. Gracias a Dios habíamos salido a comprar unas cosas y no nos agarraron adentro, así que no nos hicieron daño. —Suspiré—. Desde ahí decidimos que teníamos que salir del país. Y aquí estamos, aunque todavía andamos con trámites a ver si algún día nos logramos mudar con mis tíos.

Él se quedó pensativo por un momento, hasta que luego los ratones le devolvieron la lengua.

—Había escuchado que la cosa allá estaba mal, pero no sabía que tanto. —Se me quedó viendo, sin saber qué decir. Normal. Como cualquiera ajeno a la situación que escuchara esos horrores por primera vez.

—La verdad es que yo me siento afortunada. —Sonreí de medio lado, intentando olvidarme de la vaina de Venezuela—. Tengo que dar gracias por estar aquí en este momento.

—No eres la única que tiene qué agradecer. —Bajó la cabeza, mirándose los zapatos.

—Ah, coño —le eché vaina, riéndome—, verdad que estoy hablando con la estrella australiana de rock, punk, o lo que sea que sea, Luke Hemmings. Ni me acordaba; mala mía.

—Te ruego que no vuelvas a decir eso —pidió, riéndose, a la vez que regresaba sus ojos a los míos—. Y aunque suene egocéntrico, lo sé... la verdad es que me gusta poder hablar contigo como una persona normal.

Nawebona de bello.

Cucardio.

—Epa, cuidado. —Le señalé con una mano, levantando ambas cejas—. Aquí la famosa soy yo. No se te olvide.

Los dos nos reímos ante mi sarcasmo, mirando hacia un lado para no hacer que la tensión que estaba segura había entre ambos resultara incómoda.

Con esa sonrisa, Luke de pana quería que a mí me diera un cucaterremoto.

Por fin creí que podría llevarme bien con ese carajito, por mucho que aún siguiera aquel recuerdo de sus palabras hacia Sierra en lo profundo de mi memoria.


Estábamos a pocos metros del hotel, echando vaina por un beta ahí que me había estado contando Luke, cuando los vimos.

Primero, al chino mamaguevo; después, a Miguel en idioma gringo, que por cuchi que fuera, era igualito de culpable que los demás; y por último, al rancho con Directv chanceándole a alRighT LoS AnGelEs.

Yo, que era la que estaba hablando en ese momento, me calle la boca al tiempo en que me detenía frente a ellos, y me les quedé viendo, con una arrechera...

—Epa, L... —empezó a saludar Fiorella —como si no acabara de dejarme botada, la mardita—, pero yo la interrumpí.

—ROLITRANCO DE MAMAGUEVA —le grité en la cara.

—TE VOY A ESGREÑAR, BECERRA —le advertí, preparándome para abalanzarme encima de ella, siendo detenida por los brazos de Luke, que me jalaron de la cintura hacia atrás, así evitando que le cayera a coñazos a Ranchos—. ¡Coño, Lucas Roberto! ¡Déjame coñacear a la perra esa!

—Bájale dos, Isabella —me dijo ella, levantándose del murito sobre el que había estado sentada—. Solamente estábamos echando vaina. No tienes por qué ponerte así.

—¡Marica, no! —Intenté zafarme del agarre de Luke, pero al ver que era imposible, dejé de tratar, quedándome entre sus brazos—. Siempre es la misma paja con tus bromitas de'r coño. Me arreché.

—Perdón, pues —se disculpó, sinceramente, añadiendo en español...—. Marica, tú sabes que yo lo hacía: uno, pa' joderte la paciencia, porque sin bullying no hay amistad; y dos, pa' dejarte sola con el chamo este. No te arreches conmigo, chamita.

Los cuatro se quedaron analizando lo que acababa de decir Ranchos, y yo, mirándola con más arrechera todavía, aún agarrada por Lukrecio.

Sólo para tu información —le contesté—, yo no le estoy cayendo, por muy bello que esté. Yo vine a trabajar, no a cuadrarme al catirrusio. Y, marico, yo te quiero mucho, Fiorella, pero no voy a dejar que me jodas este trabajo, porque lo necesito en serio. Así que deja la webonada y ensériate si quieres que me invente una para que vengas conmigo.

Ella se quedó calladita, pensando en lo que dije. Mientras, hablaron los otros pajuos.

—¿Por qué siento que planean la destrucción del área limítrofe cada vez que hablan en español? —preguntó Michael, levantando una ceja.

Admito que me reí, sobre todo cuando Ashton agregó:

—Yo estoy orgulloso por haber entendido "marico".

HABÍA DICHO MAURUICOU. NPS. ME IBA A MEAR. Veri gud pronuncieshon.

—Tienes razón, Lu —acabó admitiendo Fiorella mientras todos nos reíamos de lo que había dicho Ashton—. Perdón, de verdaita. Te prometo que voy a intentar no joderte más la paciencia.

La miré de arriba a abajo, como No lo sé, Rick. Parece falso, pero acabé abriendo mis brazos y rodeándola en un abrazo, por fin logrando que Lucas me soltara.

—Aaaaaaw —soltaron al unísono los machos aquellos, a lo que yo rodé los ojos con una sonrisa.

—Y te tengo una buena noticia —dijo Fiorella con la jeta entre mis cabellos.

—¿Cuál? —le pregunté.

—Yo...

El regreso de la tijera.
Tan clar@s que la extrañaron.

Quería decirles que ya son un montón de capítulos, y nunca me esperé que tantos de ustedes siguieran aquí acompañándome en la gran aventura que es esta historia para mí, así que les agradezco muchísimo por estos 10k, y por estar siempre ahí apoyando. Un agradecimiento especial a todos los que comentan y me hacen reír burda con sus comentarios. A todos, los amo❤️.

Ik, la sentimental.

Btw, ¿han visto algún crecimiento en la relación de L1 y L2? Porque yo sí.

🤷🏼‍♀️
Btw, escúchense Make You Remember de Lazy Weekends ft. Your Friends. Estoy obsesionada.

~Camula🥰

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top