02: Una noche loca
Changbin
Desperté en el suelo, bastante desorientado. Me levanté y empecé a observar a mi alrededor, notando que estaba en la suite. Me dirigí a la pequeña sala y me senté en uno de los sofás, encontrando a Hyunjin dormido.
Comencé a sacudirlo, intentando despertarlo, hasta que finalmente reaccionó.
Desde el sofá, vi cómo Jackson también se levantaba del suelo, tropezándose de nuevo con unos vasos de plástico que estaban esparcidos por todo el lugar. Se incorporó rápidamente y comenzó a balbucear.
— Aquí ando... mamadas... — decía, mientras se dirigía al baño.
Lo observé caminar y cerrar la puerta tras de sí, cuando apareció Chan.
— Mierda, me duele la puta cabeza. — dijo mientras se recostaba en el sofá.
Me reí de su sufrimiento, pero al instante sentí una punzada en la cabeza y un sabor metálico en la boca, sangre.
— ¡Carajo, Changbin, mírate la boca! — exclamó Hyunjin, señalándome mientras se reía.
Tomé el primer espejo que encontré y vi que me faltaba un diente. ¡Un diente! Grité al ver aquello, y en ese instante se escuchó otro grito proveniente del baño, Jackson.
— Oigan, no lo van a creer, pero acabo de ver un tigre en el baño. — dijo asustado. — ¡Hay un puto tigre en el baño!
— Ponte un pantalón, — le dijo Chan.
— Cálmate, ya voy a revisar. — agregó Hyunjin, levantándose lentamente del sofá.
Hyunjin se dirigió al baño bajo la atenta mirada de todos. Abrió la puerta con cuidado y la cerró rápidamente al comprobar que Jackson no mentía.
— Sí, hay un jodido tigre.
Nos miramos todos con pánico, y terminamos observando a Jackson, que seguía gritando. Chan le lanzó un pantalón y le dijo que se lo pusiera. Jackson obedeció y luego se sentó junto a nosotros en la sala.
— Dios, ¿qué carajos pasó anoche? — preguntó Hyunjin, masajeándose el rostro.
— No lo sé, pero alguien vaya a despertar a Minho. — dijo Chan.
Jackson se levantó para buscarlo por toda la suite, pero no había señales de él.
— Oigan, no está... — dijo Jackson.
— ¿Revisaste todos los cuartos? — pregunté.
— Sí, todos. Además, no está su colchón...
— Carajo, esto no puede ser peor. Primero, no recordamos nada; segundo, no tengo un maldito diente; y para colmo, este dolor de cabeza me está matando. ¡Y ahora Minho ha desaparecido! — exclamé, agotado de todo.
— Cálmate, Changbin. Todos nos sentimos igual de mareados. Es probable que Minho haya ido a la alberca a comer algo. — sugirió Hyunjin, y tras mirarlo, decidimos bajar a comprobar su teoría, además de desayunar algo.
Pero antes, decidimos arreglarnos un poco y revisar bien si Minho no estaba por alguna parte, ya que tal vez Jackson no había revisado bien. Y claro, lo que faltaba, Chan encontró un bebé en un carrito en una de las habitaciones.
— Esto debe ser una broma.
— ¿Qué vamos a hacer con él? — pregunté.
— Changbin, no tenemos tiempo para esto. Tenemos que buscar a Minho. Luego solucionamos lo del bebé. — dijo Hyunjin.
— Hyunjin, no vamos a dejar a un bebé en la habitación. ¡Hay un maldito tigre en el baño! — le grité.
— Esta vez, Changbin tiene razón. — apoyó Jackson mi idea.
— Okay, tráiganlo.
— ¿Por qué no recordamos ni un carajo de anoche? — preguntó Chan, tocándose la cabeza.
— Porque obviamente la pasamos de puta madre. — respondió Hyunjin.
— Deberían estar felices. Seguro que anoche la pasamos bien... — dije, tocándome la herida del diente y buscando una toalla húmeda para colocarla sobre ella.
Ya todos listos, nos dirigimos al ascensor, esperando encontrar a Minho desayunando abajo. Mientras esperábamos que las puertas se cerraran, una señora entró y nos preguntó el nombre del bebé que Jackson llevaba en un canguro.
— Se llama Ben. — dijo Hyunjin.
Pero Jackson lo contradijo.
— Carlos, su nombre es Carlos.
La señora nos miró extrañada y luego salió del ascensor. Bajamos a la recepción y mandamos a Chan a buscar en las distintas áreas del hotel, mientras nosotros pedíamos el desayuno y tratábamos de recordar algo de la noche anterior.
Mientras esperábamos la comida, Jackson empezó a jugar con el bebé, fingiendo que el pequeño se masturbaba. Todos nos reímos.
— El bebé se está haciendo un rapidín. — comentó Jackson, pero yo le dije que parara.
— Oigan, hay que concentrarnos. Minho no aparece. — les recordé.
— Tienes razón. Ya lo busqué en todos lados gimnasio, casino... Nadie ha visto a Minho. No está aquí. — dijo Chan, sentándose.
— Tranquilo, Changbin. Minho es mayorcito. Sabrá qué hacer. — dijo Hyunjin, pasándome una botella de agua. En lugar de agarrarla, me incliné a un lado de la mesa para vomitar.
— No puedo tomar... — le respondí. Hyunjin dejó su comida, frustrado.
— Oigan, debemos deducir qué pasó. — dijo, tomando una servilleta y una pluma. — ¿Qué es lo último que recuerdan? — preguntó.
— A ver, lo primero fue ir a la azotea y tomar unos shots. — contestó Jackson mientras yo seguía vomitando.
— Es verdad, y luego cenamos. — recordó Chan. Hyunjin estaba anotando todo.
— Luego... jugamos dados en el Hard Rock, y creo que Minho estaba ahí. — terminó de decir Jackson.
— Exacto... espera, sí, él estaba ahí. — confirmó Hyunjin.
— Sabes, ni siquiera recuerdo si fuimos a cenar. — comenté.
— Ya sé... — dijo Chan. — Qué mierda con esos shots.
— Después del Hard Rock, mi mente se quedó en blanco. — dijo Jackson entre risas.
— A ver, entonces recordamos hasta las diez de la noche... eso significa que hay doce horas que perdimos. — dijo Hyunjin mientras revisaba lo que había anotado.
— ¿Y esto? — dijo Jackson, revisando sus bolsillos.
— Es mi diente. — se lo quité. — ¿Por qué lo tenías tú?
— ¡Eso es! Revisen sus bolsillos, podría haber alguna pista. — dijo Chan. Todos comenzamos a revisar lo que teníamos, pero no era de mucha ayuda.
— Solo tengo un recibo del cajero a las once y cinco de la noche... — me quedé sorprendido por la cantidad. — ¡Ochocientos dólares! — grité, enojado. — Estoy jodido.
— Yo tengo un boleto de ballet del Caesar's. — dijo Jackson, mostrándonoslo. — Parece que llegamos acá a las cinco de la mañana.
— ¿Carajo, manejamos anoche? — preguntó Chan, mientras Jackson se reía.
— ¿Manejar borrachos? Clásico. — mencionó Jackson, bebiendo su jugo. Lo miré con desagrado y dejó de reírse. — ¿Y esto qué? — dijo mirando a Hyunjin, que tenía una pulsera de hospital en su muñeca.
— Órale, Hyunjin, estuviste en un hospital anoche. — dijo Chan, observando la pulsera.
— Sí, creo que sí...
— ¿Estás bien? — preguntó Jackson.
— Sí, Jackson. Estoy bien. — le respondió Hyunjin, claramente estresado.
— Qué mierda con esto... — empecé a tocarme la cabeza, estresado y frustrado, deseando irme a casa. Hyunjin intentó calmarme.
— Bin, tranquilo. Esto podría ayudarnos a encontrar a Minho. Es una pista.
Después de escuchar eso, terminamos de desayunar y todos nos dirigimos a buscar el coche, con algo de miedo al recordar que habíamos manejado borrachos. Mientras esperábamos, me acerqué a Jackson, que estaba distraído con el bebé.
— Oye, Jackson, ¿estás seguro de que puedes hacerte cargo del bebé? — le pregunté.
— Claro, ya había encontrado otro antes. — me contestó, y lo miré extrañado. Este tipo se volvía cada vez más raro. — En una cafetería, una vez. — continuó. Decidí no contestarle, ya que en ese momento Hyunjin y Chan se acercaron para observar a unos hombres que estaban quitando un colchón de encima de una estatua en la azotea.
— ¿Es el colchón de Minho o qué? — dijo Chan. — No mames. — continuó, mientras se acercaba a una pareja de jóvenes. — Disculpen, ¿saben qué pasó? — les preguntó, señalando el colchón.
— Sí, un imbécil lanzó su colchón por la ventana anoche.
— ¿De veras?
— Sí, hay pendejos que no pueden con Las Vegas. — dijo el joven y se fue. Nos miramos entre nosotros, luciendo destrozados.
De repente, una patrulla de policía se detuvo frente a nosotros.
— Aquí tienen su coche, oficiales. — nos entregó las llaves y se fue. Nos lanzamos unas miradas, pero nadie dijo nada hasta que entramos al coche.
De camino, nos quedamos atrapados en el tráfico. Decidí reprocharles a los chicos sobre la situación.
— Esto es ilegal. — comenté.
— ¿No puedes verle el lado divertido? — dijo Chan.
— Exacto, cálmate un poco, Changbin. — agregó Hyunjin, aunque yo no encontraba nada divertido en la situación.
— Estamos atrapados en el tráfico, en una patrulla robada, con un niño perdido en la parte de atrás... — suspiré. — ¿Cuál es la parte divertida?
— Creo que la parte de la patrulla. — dijo Jackson.
— Sí, esa misma es la parte divertida. — dijo Hyunjin, enojado, golpeando el volante y haciendo sonar la bocina.
— Minho lo amaría. — añadió Chan.
El tráfico no avanzaba, así que Hyunjin decidió ir por la acera y tomar el megáfono para ordenar a la gente que se apartara.
— ¡Atención por favor! Muévanse a los lados. — decía a través del altavoz.
— Me quiero bajar. — repetía constantemente, mientras veía a Chan y Jackson disfrutar del caos. — Detén el coche.
Chan tomó el megáfono. — Chico de la camiseta estampada con felinos, si chocamos, nos matamos. — dijo, y se rió junto con los demás. Mientras, yo estaba aterrado.
— Ya bájate de la acera. — grité, y Hyunjin me hizo caso.
— Hubiera sido buen policía, ¿sí o qué? — dijo Hyunjin, para luego continuar hacia el hospital.
Al llegar, estacionamos el coche y corrimos en busca de un doctor que pudiera ayudarnos. Lo encontramos, pero la situación era algo incómoda.
— Oigan, ya se los dije. Llegaste al hospital con una pequeña contusión, golpes en las costillas... nada grave. — dijo el doctor, mientras seguía atendiendo a un señor mayor, semidesnudo. — Aunque ninguno pudo explicar cómo pasó.
— ¿Y recuerdas cuántos éramos? — preguntó Hyunjin.
— Ehm... no lo sé, creo que solo ustedes... bueno, ustedes y el bebé. Ah, y otro hombre. — comentó el doctor, mientras seguía atendiendo al señor.
— ¿Era Minho? ¿Y estaba bien? — preguntó Chan.
— Sí, estaba bien, aunque se veía hecho mierda, como ustedes. — respondió el doctor, bajándole los boxers al hombre mayor, haciéndonos voltear.
Después de terminar de atender al hombre, el doctor se dirigió hacia la salida.
— Oigan, debo irme. Tengo una cirugía. — nos dijo.
— Sí, claro, pero denos un par de minutos más. — dijo Chan, mostrándole un billete de veinte dólares.
— Bien, ponlo en mi bolsillo. — indicó el doctor. — Ya estoy esterilizado. Síganme.
Lo seguimos hasta la recepción, donde tomó unos papeles de una carpeta.
— A ver... nombre del paciente: Hwang Hyunjin, ingresado a las 2:45 AM. Pequeña contusión, como ya les dije, muy común...
— Disculpe, ¿puedo ver? Yo también soy doctor. — lo interrumpí, pero me miró incrédulo.
— Lo sé, lo mencionaste varias veces anoche, pero solo eres dentista. — dijo, mientras revisaba las hojas. — Aquí hay algo, tu análisis de sangre llegó esta mañana y muestra una gran cantidad de rohypnol.
— ¿Qué? — preguntó Hyunjin.
— Rohypnol, también conocido como la droga de la violación. — nos explicó.
— ¿Insinúa que me violaron anoche? — preguntó Hyunjin, aún en shock por la información.
— No lo creo, pero alguien te dio esa droga. — concluyó el doctor. Jackson se empezó a reír, pero Hyunjin seguía pasmado.
— Hyunjin no recuerda nada de anoche, ¿recuerdan? — dijo Jackson.
— Sí, pero ¿cómo nos pudieron drogar? — preguntó Hyunjin.
— No me preocuparía. Ya está fuera de tu sistema. — dijo el doctor, a punto de retirarse, pero Chan lo detuvo.
— Espere, doctor. ¿Hay algo más? Tal vez algo que dijimos... ¿a dónde íbamos? — preguntó Chan, pero el doctor negó con la cabeza.
— No... bueno, esperen, sí mencionaron algo sobre una boda.
— Claro, mañana es la boda de nuestro amigo. — dijo Chan, tocándose el cabello.
— No, hablaban de una boda a la que asistieron anoche. No paraban de repetirlo. Algo sobre una capilla pequeña. — Hyunjin sacó la servilleta y comenzó a anotar.
— ¿Tiene la dirección? — preguntó, esperando para escribir.
— Claro, está en la esquina de "vete al carajo" y "no me jodas". — dijo el doctor con seriedad. — De verdad debo irme. Soy doctor, no guía de turistas. Búsquenla ustedes solos, ¿okay? — dijo, y se fue.
Sabíamos que encontrar a Minho sería difícil, pero estábamos seguros de que lo lograríamos.
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