CAPITULO 16; Ella quiere estar con usted

Era un hermosos día, tan tranquilo y acogedor. La brisa fresca de la mañana jugaba con sus rubios cabellos y el sake acariciaba sutilmente su garganta. El sillón finamente bullido y agradable, que amortiguaba los brincos bruscos del camino y las fallas de sus pésimos choferes. Que sin precaución y a propósito dieron un brinco haciéndola saltar para caer duramente contra el sillón. Pero eso no fue lo peor, no, desperdiciar su sake sí que era un pecado mortal y juraba por Kami que de esta no salían vivos.

-¡¡¡¡Malditos mocosos impertinentes, no sirven ni como caballos, no corran van a hervir, no, van a carbonizarse lentamente en las llamas del infierno!!!!

Todos corrieron despavoridos sin dirección alguna, estaban totalmente perdidos y lo peor de todo ¡No sabían a donde tenían que ir! Todos tomaron diferentes, tenebrosos o misteriosos caminos que nos daban igual, excepto el de un rubio energético y un emo sexi que andaban sin rumbo, pero con curiosidad.

El camino del emo sexi conocido como Itachi Uchiha, sí que nos interesaba su camino, para violarlo quizá, bueno, eso será después. El huyo al ya conocer bien a la quinta Hokage, quien en su disfraz de pan de dios mataba millones de moscas y no quería ser una de esas moscas. Miro con curiosidad la pequeña urbanización frente a sus ojos que se dejó descubrir tras la vegetación. Había mucha gente alegre y tranquila, platicando y conviviendo, pero sobre todo ¿unida? Si, esa era la palabra correcta, era una población reducida, por lo cual no era de extrañarse que todos se conocieran.

Al dar un paso en la tierra trabajada, sintió un gran alivio combinado con curiosidad. Algo había ahí que lo llamaba, algo tan fuerte que lo motivo a correr, a mirar por todos lados, desesperado. Sin encontrar nada. La decepción se apodero de sus pensamientos y miro el suelo decepcionado mientras respiraba cansado. Era un idiota, no sabía bien quien era él. Esa aldea solamente lo impresiono, eso era todo. No había nada ahí para él. Toco e hombro de una anciana que pasaba con cajas, al parecer muy pesadas y le ofreció ayudarle, la cual, sorprendida, comenzó a negarse.

-No, no. Como cree señor, alguien tan importante como usted, debe estar agotado, no se preocupe y valla con su hermosa esposa. Ella quiere estar con usted.

Ella quiere estar con usted. Aunque todo era extraño, una: porque no era un apersona importante, según él y dos; porque no estaba casado. Pero esa lo de menos al recordar las palabras de la anciana; Ella quiere estar con usted. Ella, ¿quién será la hermosa señora, porque al parecer estaba casada, de la que hablaba la anciana?

-No señora, debe estar confundiéndome. Yo - Se señaló - no estoy casado. Ya estoy viejo para eso...

Sonrió de la manera más convincente, para que la señora se estuviera tranquila. Pero ella solo lo miraba con más determinación. Hasta que suspiro y soltó una leve carcajada.

-Perdona, tienes razón. Me encantaría tu ayuda. - El comprendió rápidamente y tomo todas las cajas entre sus brazos y siguió en silencio a la señora - Disculpa por confundirte, pero parecen dos gotas de agua. Mi nombre es Carlota, me gustaría que me llames de tu ¿Cuál es tu nombre?

-Itachi

Dijo después de unos segundos de duda. No parecía una anciana mala, pero la mayoría de las trampas empezaban así.

-Hay mucho movimiento ¿no crees? - el asintió mirando alrededor, no se había dado cuenta de ello - pero como no, hoy nos visitara la Hokage y lo más seguro es que la señora este por aliviarse. Espero no te moleste, pero ¿cuántos años tienes tu Itachi?

Era una anciana muy simpática y se sentía a gusto con ella, y al parecer los aldeanos pensaban igual. Todos la saludaban alegremente y se atrevería a decir que con cariño.

-No se mi edad, solo se mi nombre. Perdí mis memorias hace tiempo, pero no me intereso saber de mi pasado, porque sabía que había algo esperándome en el futuro, en este presente.

-Suenas como el, me gustaría llevarte a que conocieras a la cabeza de la aldea. Ustedes dos se entenderían mucho y también con su esposa, esa señora es todo lo contrario a su esposo. Se llama Sakura, su esposo no es malo, solo es solitario y duro, ni siquiera la dulzura de Sakura ni su bondad lo han hecho cambiar. Tan cerrado al mundo, tú te pareces mucho a él y nunca me cansare de recalcarlo. Deben vivir, abrirse, no quieran solamente sobrevivir, es el peor error que podrían cometer. - Paro frente a una casa pequeña pero con aires hogareños y reconfortantes. - Muchas gracias muchacho, esta es tu casa, cuando guste. Pero como agradecimiento me gustaría invitarte un vaso de agua mientras preparo la comida.

Él se negó sin importar haber sido grosero. Quería pensar tranquilamente. Caminaba entre la agitada gente. Parecían emocionados por la llegada de la Hokage. Todo estaba quedando perfecto, tiras de papeles de todos colores colocaban de casa en casa y la música tocada por distintos grupos daba mucha alegría al lugar. Pero al través del ruido, un grito de dolor capto su atención. Busco alrededor de la gente, al parecer nadie mas había oído el grito. Hubiera pensado que eras figuraciones suyas si no lo hubiera vuelto a escuchar. Pero esta vez con certeza se dirigió dentro del bosque, tras haberse alejado más de la aldea se encontró con una pelirosa, con unos hermosos ojos jade cristalizados por las lágrimas. Un hermoso cuerpo albino adornado con un pequeño bulto en su panza. Y con una tierna voz salvaje que le pedía ayuda.

-Ayúdame por favor, se me ha roto la fuente


b

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top