Sólo un poco
Pov Miguel
Mi cuerpo no se movía, pero es que tenía la imagen más bonita del mundo frente a mí, a mi chino con el rostro rojo, ojitos brillantes y lo mejor, aún seguían mis manos en su rostro.
No sé quién seas, pero gracias por gritar, me has dado la escena más linda de mi chino.
—Hiro...—miré sus ojos, sentía nuevamente el nerviosismo en mi estómago, miré sus labios, los cuales eran delgados y estaban resecos —, perdón —susurré abrazándolo con fuerza, ¿Qué tal si la había cagado al verlo así?, no, no, debía arreglar las cosas.
Dejé cualquier mal pensamiento en cuanto sentí sus manitas en mi espalda, el que fuese tan chaparrito me gustaba bastante, podía envolverlo por completo, a mi chinito.
—No sé porque pides perdón, se supone que el que lo debe pedir por venir todo golpeado y después de varios días a casa, soy yo—escuché su pequeña risa, sin duda alguna quería escucharla todo el tiempo—, gracias Miguel.
Lo estreché más escondiendo mi rostro en su cuello, olía muy bien, bastante bien, acerqué más mi nariz rozando con su cuello, sentí el temblor de su cuerpo separando un poco mi nariz y besar donde antes había rozado.
—Miguel—me separé mirando su bonito rostro el cual estaba todo rojo, sus ojitos seguían con ese brillo, no iba a aguantar mucho con esas escenas —, ¿puedo..., puedo usar tu sudadera?—sin pensar ni un poco me la quite colocándosela, le quedaba grande y cubría bien su cuerpo, me gustaba verlo así—, a-ah, de-debo ir a la escuela...hum...¿el viernes en la noche?—asentí mirando como se iba.
Mis pensamientos solo fueron tres:
El primer, ¿cómo se vería con una playera mía?, el segundo ¡¿Por qué desaproveche la oportunidad de oro de besarle? y el tercero, ¡VOLVERÍA A SALIR CON HIRO!.
Bendito fue el momento en el que él quiso regresar a mitad de semana, solo debía esperar dos días, solo eso.
Fin pov Miguel
Pov Hiro
Salí corriendo de la cafetería, sentía mi cara roja, la sudadera de Miguel resbalaba un poco por mi cuerpo y ¿debía decir que las mangas iban colgando?, corrí lo más rápido que pude llegando a mi laboratorio, no me importaba la clase ahora, necesitaba calmarme, la mejor solución fue comer las donas mientras me escondía en la sudadera del moreno.
—Hiro Hamada... ¿Qué demonios te pasa? —susurré para mí mismo mirando la gran ventana, ahora mismo Baymax debía estar con los chicos en el otro laboratorio—estúpido y guapo Miguel ...—miré al suelo, ¿Qué me pasaba?, ¿Por qué actuaba así?
—Oye, genio—di un brinco abrazándome, buscaba esconderme, no quería mostrarme hasta saber una respuesta—. ¿Te encuentras bien? —miré a Gogo quien se sentó a mi lado mirándome.
—¿Dona?—ella negó, supongo que debía hablar, pero no sabía como—, no... no sé qué sucede, es muy raro, es la primera vez que me siento de esta manera, se supone que somos amigos, pero siento muy diferente a lo que siento por ustedes, y actúo muy diferente a lo que es con ustedes, por más que quiera evitar actuar diferente, no sé, me molesta su forma de ser, pero al mismo tiempo me siento raro y no quiero separarme de ahí, me gustan sus ojos, sus abrazos son cálidos y no había sentido uno así desde Tadashi, además de que ahora tengo su sudadera puesta y me gusta su olor—me oculté en mis brazos aspirando el aroma de Miguel buscando calmarme.
—Llevo dos años en una relación con Wasabi—escuché su suspiro, ahí me giré confundido e indignado.
—¿Cómo que dos años?, ¿Por qué no dijeron nada? y además ¿Qué tienen que ver con esto? —me abracé más mirando el suelo.
—Te dije que el día que tuvieras una situación amorosa, yo hablaría de la mía, aquí estamos genio— la miré de reojo sintiendo la cara roja—, ¿qué? ¿enserio no llegaste a esa conclusión por ti mismo? —negué con mi cabeza escondiéndome de nuevo—, bueno..., esto será largo ¿Quieres preguntar algo?
—¿Cómo..., cómo se dieron cuenta de que se querían más que amigos? ¿Desde cuándo?—dejé la caja de donas aún lado mirando a mi amiga mientras olfateaba la prenda que me cubría.
—Después de nuestra graduación, nos graduamos de la universidad, pero continuamos nuestra maestría aquí, así que como nunca nos alejamos cada vez se volvió más...incomodo al inicio, ambos nos empezamos a preocupar más por el otro y empezábamos proyectos juntos, creo que sólo pasó, me empecé a dar cuenta cuando Fred lo hizo acompañarlo a la fiesta, donde una chica lo besó y que tuvimos que sacarlo porque estaba en pánico, ahí me di cuenta que me gustaba, solo tuve que sentir celos y la sensación de que podría perderle para notar que me gustaba —miré a mi amiga quedando en silencio, su rostro era completamente diferente, estaba sonrojada y tenía una sonrisa—, ¿Algo más?
—¿Quién se declaró primero? —miré sonriendo a mi amiga—, ¿Quién dio el primer paso?
—Fui yo, ¿En serio lo preguntas?—solté una risa escuchando una por parte de ella—, hace tiempo no te escuchaba reír, es bueno oírte —sonreí recordando, me había encerrado en mi mismo, en el dolor de la perdida de mi hermano, y ahora recordaba ¿En que momento se rompió mi barrera?, ¿Cuándo la traspasaron?, todo había empezado con la llegada de dos mexicanos, uno principalmente—. Sólo un día lo hice, estábamos programando uno de los sistemas de seguridad, sólo lo hice y ya, luego ambos hablamos y bueno, aquí estamos, dos años...—sonreí mirando a Gogo, al menos mis amigos habían crecido y encontrado paz y felicidad en el camino, una diferencia en mí.
Y siendo sincero no me importaba, me alegraba por ellos, y estaba bien con ello.
—¿Por qué no dijeron nada? —pregunté comiendo otra dona, necesitaba el azúcar en mi organismo.
—Porque ninguno de los dos se sentía seguro, además de que las cosas hubieran cambiado y habría sido incomodo—sonreí, era cierto—, pero ahora estamos más estables entre todos.., sólo faltas tú, niño genio.
Miré la puerta de mi laboratorio y ver Baymax junto a Wasabi "que oportuno"
—¿Pasa algo?—sólo negué levantándome y ayudar a mi amiga—, bien, porque nos necesitan y pronto, al parecer hay que terminar el proyecto de ya, quieren ver los avances de los nuevos robots. Y del proyecto de seguridad.
—¿Saliendo de la escuela? —suspiré cansado y tomar otra dona —será mejor que anote las nuevas ideas —susurré frustrado —. Iré al jardín, los veo en la salida, me fui junto con Baymax.
—Hiro tus niveles de dopamina, feniletilamina y norepinefrina están aumentados, también presentas altos grados de estrés e insomnio, necesitas descansar un poco, el estrés e insomnio pueden causar aún más daños físicos y psicológicos.
—Ya te dije Baymax, hasta que no atrapemos al responsable, no voy a descansar además de que no puedo...y lo de que mis niveles de hormonas están elevados ¿qué significa?—pregunté sentándome en el mismo árbol de siempre.
—Significa que las monoaminas se están presentando en tu cerebro, dando lugar a sentimientos de placer que te motivan a hacer ciertas actividades, la feniletilamina contribuye a una sensación de estar feliz o a gusto y la norepinefrina induce euforia en el cerebro, excitando al cuerpo dándole una dosis refuerzo de adrenalina natural. Esto causa que el corazón lata más fuerte y la presión sanguínea aumente.
—¿En resumen eso es? —pregunté viendo la pantalla la imagen del cerebro.
—Es a lo que comúnmente se le conoce como atracción romántica o apasionada, también puede ser algo más en concreto conocido como enamoramiento, muchos de los síntomas que se llegan a presentar cuando se entra en esta nueva etapa es pérdida de apetito, dificultad para conciliar el sueño o para concentrarse, sudor en las manos, nervios que muchos humanos relacionan con "mariposas en el estómago".
Miré a mi amigo con la cara roja, no, no podía estar pasando, menos ahora, ¡menos con él!
—¿Y el tratamiento? —dije a mi amigo esperanzado, en primera no sabía nada de este tema y en segunda, no iba a poner en riesgo a nadie más, en eso estaba incluido Miguel.
—Afrontar el sentimiento, halando con la persona la cual produce que se eleven tus neurotransmisores, el entablar una relación, en eso también entra el amor sexual, donde...
—¡SUFICIENTE BAYMAX!—hablé fuerte antes de que continuara, no tendría otra platica de sexualidad, no otra vez, menos en el campus de la universidad, sentí un abrazo con palmaditas—, ¿ahora qué haces?
—En los amores no correspondidos o en el miedo a expresarlos, el consuelo y apoyo son de ayuda para olvidar dichos sentimientos y a la persona —sonreí con cariño correspondiendo.
—Gracias Baymax, las palmaditas me van a ayudar—susurré sintiendo el aroma de Miguel, no podría verlo a los ojos en un largo tiempo.
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