Pendejos
Había pasado una semana completa desde que todo había concluido, los grandes héroes ahora mismo eran un símbolo de paz en la ciudad, todos teniendo gratitud hacia ellos.
Al saber las identidades de los jóvenes héroes, muchos se sintieron torpes al no saberlo, en su forma de civil eran realmente nobles y siempre ayudaban al prójimo, ¿Cómo no lo habían notado?
La noticia de que un miembro de los grandes héroes ya no estaba fue duro, para toda la ciudad, principalmente para los amigos cercanos a los jóvenes y sus trabajadores. El cuerpo de chica había quedado cerca del mayor de los Hamada, no tenía ningún significado para los adultos, pero suponían que para los jóvenes sería diferente.
El resto de los jóvenes héroes tardaron en despertar, empezando por el moreno y terminando por el Hamada menor.
Los primeros tres chicos tenían heridas graves, pero con el tiempo iban a ir mejorando, estaban llenos de vendajes y yeso.
Con el menor del grupo de héroes, la historia podría decirse que era diferente, al ser el que estuvo más cerca de la muerte, a pesar de ya estar consciente, se le mantenía monitoreado en todo momento, teniendo suero, vendajes, oxígeno, una imagen la cual ninguna persona que conociera al joven, le gustaría mirar.
Los ojos cansados y sin brillo del más joven daba un aire de que se encontraba muerto en vida, que podría ser así.
Al enterarse de la muerte de la rubia, el brillo en los ojos del menor se había apagado, las visitas aún no estaban permitidas, a ninguno de los héroes, salvo sus padres.
Baymax quién después de que lo alejaran de la isla comenzó a funcionar con normalidad, no se separaba del menor de los Hamada para nada.
—Hiro ¿necesitas algo? —la voz robótica hizo que el menor negará, sólo quería descansar un poco, cada diez minutos iban a revisar signos, presión, oxígeno, suero y más, así que el más bajo realmente si quería descansar—, ¿Hiro?
—Sólo quiero dormir un poco ¿Está bien? —murmuró el azabache a su inflable amigo, su tía debía abrir el café, así que el adorable robot cuidaba al menor, a veces incluso los padres de Fred venían a verlo, los jóvenes al no poder moverse mucho menos verse, se mandaban vídeos para comunicarse, era divertido y se sentían menos solos en aquellas habitaciones blancas—, ¿Puedes mandar un mensaje a Miguel?
.....
—Aquí está su orden —entregó el moreno sonriendo, apenas había pasado una semana y el café debía abrir debido a algunos gastos que se tenían que hacer, las personas al conocer la identidad del "Capitán encanto", había logrado que el café empezara a llenarse de chicas, muchas chicas, entre ellas Karmi.
—Oye, ven —el moreno se acercó a la joven —debes cuidar a tú novio o te lo van a intentar quitar —eso causó un enojo en el moreno, eso no iba a pasar, Hiro era su chino, además, él se había enamorado de Hiro Hamada, no se una sub-identidad.
—¿Qué no es a ti a quien le gusta el "Capitán encanto"?
—Sí, pero ahora el saber que es Hiro me da un poco de cosita —eso hizo al moreno sonreír y reír un poco—, no te burles Rivera, pero bueno, al menos soy su amiga, eso es más genial que un noviazgo.
—Lo dirás por celos —sonrió de forma de burla el moreno recibiendo un golpe en el hombro por parte de la castaña.
El celular del moreno sonó, al revisarlo su sonrisa creció más, un mensaje de Baymax, así que era en teoría de su novio.
—Con permiso—sonrió el moreno caminando dentro de la casa y ver el vídeo, aún le dolía demasiado ver a su chino de esa forma, además de que le enojaba, tanto el verlo, así como el que no lo dejaran verlo, al ser menor de edad, no podía pasar.
.....
Dos semanas después, tres de los jóvenes héroes habían sido dados de alta, se encontraban mejor, ellos empezarían de inmediato con su trabajo en la empresa, los trajes de los héroes, la base, esperaría un poco más.
El joven capitán seguía en el hospital, tal vez unos días más y podría irse, ya se encontraba sólo con suero, aun así, la mirada en el menor no había cambiado para nada, los únicos momentos donde parecía que se sentía bien era cuando veía los vídeos que el moreno le enviaba.
Se sentía culpable, debió ser más inteligente y darse cuenta de que el cliente que tanto los presionaba, era el mismo que estaba lastimando y matando inocentes. Si lo hubiese notado, todo habría sido diferente.
Algo que en el mayor se había quedado fue una frase en uno de los vídeos del moreno "Honey ahora debe estar tranquila, al lado de tu hermano, tienen muchas cosas que contarse en este momento"
Para el joven no era más una frase para calmarlo, no era posible eso, ni siquiera se sabía que había más de la muerte, no podía decir el mexicano eso, menos así de confiado. Pero una parte del japo-americano le creyó por completo, ese día logró sentirse tranquilo.
......
Unas semanas después, el azabache por fin fue dado de alta, sus heridas estaban controladas, muchos de los golpes estaban desapareciendo, ahora sólo quedaban dos cosas, la primera pasar por toda esa prensa y en segunda sobrevivir al regaño de su tía, Miguel, Kyle y los demás padres.
Se habían esperado hasta que todos los chicos hubiesen sido dados de alta, para regañarles a todos, en ese regaño estaba incluido Marco, ambos robots y los padres de Fredy, que gracioso e incómodo sería eso.
—¿Listo cariño?— la castaña sonrió acomodando un poco del cabello del menor quien asintió—, vamos.
Ambos salieron de la habitación, luego al bajar con mucho trabajo salieron del hospital, demasiadas fotos y vídeos para cinco minutos. Además de preguntas que por tantas voces, ni siquiera se entendían.
—¿Quién está en el café? —la voz de azabache estaba aún ronca y débil, con los días eso iba a mejorar, eso en palabras de los médicos.
—Están Miguel, Marco, Kyle, Baymax y los chicos, están ansiosos por verte—la mayor sonrió mirando a su sobrino, se sentía feliz que estuviese ahí con ella, más después de sentir que casi lo perdía.
El trascurso a el hogar de los Hamada fue en silencio, un silencio cómodo y tranquilo, el menor miraba toda la ciudad, tranquila, así quería que estuviese, por siempre.
—Listo cariño— el azabache asintió bajando del auto con su tía, estaba emocionado, quería tanto volver a su vida normal, lo primero que hizo fue ir a abrazar a sus amigos, el grupo de héroes se abrazaba con fuerza, las lágrimas salían de ellos, quedaba un espacio, eso les dolía.
—¿Cómo te sientes niño genio? —la voz de la coreana hizo sonreír al menor, estaba en casa.
—No me duele nada —sonrió ahora acercándose a Marco, ambos se mantenían abrazados con fuerza—Gracias..., realmente gracias.
—Chingas a tu madre cabrón, les dije que por más lastimado que estuvieran les iba a meter un vergazo, pero ahorita no tengo ganas—sonrió aún más, sintiendo más fuerte el abrazo del moreno.
—¿Y los otros dos?—la voz del azabache hizo sonreír a los demás—. ¿Qué?
—Miguel ha intentado todo el día que ningún fan de capitán encanto se acerque al café, Kyle estaba ayudando a Miguel hasta que los amarraron, fue graciosa la escena, así que hicimos una publicación falsa diciendo que iríamos todos al parque ecológico, así que todos creen que estás ahí—la risa del menor resonó causando una alegría en el grupo de jóvenes, Hiro estaba mejorando.
—¿Tienen fotos? —murmuró en burla mirando a sus amigos.
—Hay videos amigo—habló un animado Fredy mostrando su celular, ahora Hiro tenía de que burlarse.
Al entrar en la casa, lo primero que el azabache vio fue a su novio intentando quitarse lo que parecía ser cinta de todos lados, mientras el asiático simplemente limpiaba el desastre de cinta que entre los dos habían hecho
—¿Entonces sólo puedo abrazar a Kyle? —la voz del menor hizo que ambos voltearan con rapidez, como lo había dicho, abrazo al asiático con fuerza, quien le dio un pequeño golpe en el hombro—. Ya en un rato te desquitas—habló dejando la burla de lado, realmente a todos les esperaba un buen regaño.
El moreno logró quitarse lo último y correr a abrazar a su chino, había extrañado tanto la sensación de sentirlo a su lado, el poder envolver al mayor con sus brazos, había necesitado mucho a Hiro.
—Pinche chino culero— la voz del México hizo soltar una leve risa al mayor, quien estaba aferrado a la playera del moreno.
Sus amigos miraban con gracia la escena, al final si hubo alguien que había logrado domar por completo a Hiro Hamada.
Un mexicano y un asiático salieron de la casa, irían a comprar algo para el recién llegado, mientras también aprovechaban para pasar tiempo a solas.
—Hiro, ven un momento —el mencionado se separó del moreno y fue tras su tía, eso hasta llegar a su habitación, la cual estaba totalmente ordenada, esa no parecía la suya—, quiero que hablemos antes de que vengan los demás, quiero que me cuentes todo, por favor.
—Es una historia larga, muy larga—susurró el azabache sentándose en la cama junto a su tía y acariciar la gorra de su hermano.
—Quiero escucharla —murmuró la castaña abrazando a su sobrino, sin importar cuán grande fuese, seguiría siendo su niño genio.
Sin tener de otra, el más joven empezó a contar la historia, de principio a fin, cada una de las veces que estuvo en peligro, cada una era un sentimiento de enojo en la castaña, no sólo porque el menor arriesgara su vida, si no de ella misma, nunca noto nada en su sobrino, jamás pensó en que su pequeño y sus amigos cómo los héroes de la ciudad, por ese error de no notarlo, casi lo perdía.
—Tadashi debe estar muy orgulloso de ti, así como yo lo estoy—la sonrisa de la castaña causó una en el más joven, una hermosa y sincera sonrisa, la mayor beso la frente de su sobrino levantándose de la cama—. Aún así jovencito, no creas que te salvaste de ese regaño, ahora baja, hice pastel— al perder de vista a su tía el más bajo subió su mano donde fue depositado el beso de su tía, se sentía bien.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top