XXI: ¡Qué te atrevas conmigo!

Después de la charla con Martín y Ed, mesiento un poco mejor, aunque el alivio solo llegará cuando encuentre a Feli.Regresamos a casa entre pláticas, mamá nos recibe con una sonrisa amable,saluda de beso y abrazo a mi primo y su novio, a mí me regala una caricia albrazo.

—Hijo, te ves más animado. ¡Qué bueno!

Compartimos una sonrisa.

—Horty dejó tu alcoba bonita y organizada.No debiste romper esos juguetitos, cielo, pudieron servir para Floren.

Ladeo la cabeza, confundido. Sé que siemprehan menospreciado mis sentimientos, mis emociones y básicamente cualquier cosaligada a mí; pero incluso ahora es como si fuese más importante un juguete queyo.

—Ma-mamá, lo te-tendré en cue, cuenta...—Suspiro, pesaroso, y cierro los ojos—. No, no es cierto... ¿Si-siquiera teimporta por qué lo hice?

Observo con atención a mi madre, pero nodice una sola palabra, paso la vista a mi padre, tratando de obtener unarespuesta en él, sin éxito.

—¿Qué? —contesta con indiferencia—. Elmundo no gira a tu alrededor, pero ya que saliste de tu miseria, comienza abuscarte una novia. Hortensia se casa en Navidad y no puedes ser el únicopendejo sin pareja.

Lo contemplo, perplejo. Mi mamá se suma.

—Sí, hijo, lo importante es que ya pasó yque ahora puedes hacer algo bien por una vez en la vida —habla en tono risueñoy bromista, pero solo ella ríe de su... ¿Chiste?

—De nada te sirvió ese viajecito,regresaste igualito, más solo que la una —añade el viejo.

Comienzo a sentir una mezcla de rabia,ansiedad y frustración, aunque trato de mantener la calma, no creo lograrlo.Pienso en Feli, cada una de las veces que intentó convencerme de salir de aquíe incluso, la forma en que se enfrentó a papá y le cerró la boca con respectoal estúpido negocio familiar.

—Es que yo sabía, Horty estaba muyemocionada por ese muchacho, pero nunca me dio buena espina y todo por nobuscarse una niña buena y de su casa como Corde.

—¿Cómo Corde? —pregunto incrédulo y mamáasiente—. ¿Hablas de la loca, posesiva y obsesiva que intentó quemar parte demi colección, me celaba de Feli, me insultó de mil formas, me suplantó ante miscontactos y encima apareció aquí disfrazada de tortuga ninja erótica pararecuperarme? ¿Esa niña buena y de su casa?

—Cariño, ni que hubiese sido tan malo, almenos no estarías solo...

—¿Nunca seré suficiente para ustedes,cierto? —hablo bajo, decepcionado, con la vista en el suelo; ninguno responde—¿Alguna vez les ha importado si estoy bien o mal, feliz o triste?

—Por favor, ahora vienes con eso —respondemi padre con hartazgo—. ¿Hablas de felicidad? ¿Qué puedes saber sobre eso? Eresun soltero, solitario, que debería estar casado y con hijos, pero no, prefiereencerrarse en su cuarto con muñequitos y una computadora.

—¡Deberías morderte la lengua, viejo!—respondo, alterado—. Gracias a lo que hago en mi cuarto, con esa computadorade la que tanto reniegas, es que cubro tus gastos y los de esa estúpidaflorería que ni siquiera has sabido administrar.

Siento hiperventilar, pero no me detengo,camino rumbo a mi alcoba, con él detrás en su silla de ruedas, exigiendo unadisculpa por mi terrible comportamiento, mientras me recuerda cómo ese negociofamiliar ha dado de comer a toda la familia, de generación en generación.

—¡Basta! —Me giro para encararlo—.¡Despierta de una vez! Daría lo mismo si la estúpida florería siguiera abiertao cerrara para siempre porque en la actualidad no sirve, solo genera gastos.

—¡Retráctate!

—¡No! ¡Estoy harto de sus críticasdisfrazadas de consejos y preocupación! ¿Crees que no sé cuánto te jode que seabi? Se te nota, por eso prefieres cien veces que vuelva con Cordelia, aunqueeso atente contra mi propia seguridad, pero ¿qué podría pasar? Es una chica.

—¡Hijo, por favor, no digas esas cosas!—mamá suena angustiada.

—¿Por qué no, mamá? ¡Es la verdad! Estoycansado de sus comentarios de mierda.

«Sé que temes estar lejos de casa...»,escucho las palabras de Feli y afirmo, en silencio, «vas a estar bien». Decidoaferrarme a esa idea.

—Me largo.

Mi padre ríe a carcajadas, se burla.

—¿A dónde vas a ir?

—¡Prefiero estar bajo un puente que seguiraquí!

Me encierro en mi alcoba de un sonoroportazo mientras escucho el mundo arder afuera. Papá vocifera, mamá llora,Martín y Ed intentan calmar las llamas.

Desmonto la computadora, empaco lasconsolas y después de un rato, perdido en lo que hago, Martín toca a la puertay me apresuro a abrir.

—Primo, me dejaste en shock.

—Perdón por tod...

—No te disculpes, creo que ya era hora,Floris —interrumpe con una sonrisa que replico—. Escucha, ningún primo mío va amudarse bajo un puente sin que yo lo ayude a llevar las cajas.

Mi sonrisa muere y él se suelta a reír.

—¡Debiste ver tu cara! Vente a mi casa ycompartamos gastos, ¿te parece?

Afirmo, sonriente.

—Gracias, primo. —Chocamos puños.

Empaco con ayuda de Martín. Estoy listopara empezar por mi cuenta, una vez instalado en mi nuevo hogar, me lasarreglaré para hallar a Feli. Siempre tuvo razón, hace mucho tiempo que debítomar esta decisión, solo espero no retractarme.

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Faltan justo dos semanas para la boda deHortensia y, Martín, acaba de llevarse la última caja. Con un bolso al hombro yuna maleta a mis pies, permanezco parado en el centro de la habitación vacíaque se siente tan fría y sola como nunca antes. Solía ser mi refugio, el lugardonde me sentía a salvo y ahora, más bien, parece una jaula que me impidedesplegar las alas y alzar el vuelo.

—Hijito, no te vayas... —la súplica de mamáse hace eco en la recámara, aunque ni siquiera ha terminado de ingresar, sigueparada en la puerta. Levanto la maleta y camino hacia ella.

—Esto debí hacerlo hace mucho.

Mamá se deshace en lágrimas. Acaricio suafro con mis dedos mientras le beso la frente. A pesar de la discusión quetuvimos hace un par de días, yo no quiero alejarme de ella o mi familia, perosí, necesito poner límites por mi paz mental y aunque me sienta demasiadonervioso, esto es algo que debo hacer.

—Te amo, sé que fui un poco rudo o grosero,pero, mamá, puedes venir a visitarme cuando gustes, también papá.

—Perdóname, cariño.

Hablamos en susurro mientras permanecemosabrazados, hasta que Martín se asoma y con una seña de su mano indica que todoestá listo. Me despido de mamá en medio de lágrimas y sigo mi camino hacia la camionetablanca que trajo mi primo de su trabajo.

Mi madre llora desconsolada en la puerta,pero ya no hay vuelta atrás. Le digo adiós con la mano, a través de laventanilla, en el justo momento que Martín inicia la marcha.

La casa de mi primo tampoco es que quedemuy lejos, en realidad, se ubica a dos manzanas de distancia; pero ese espacioque nos separa, sin duda, hará la diferencia. Estamos por llegar y ya me sientomás tranquilo, no echaré en falta las críticas, pero quizás sí, el hecho desentirme acompañado y es que sé que Martín no para en este lugar. Aun así, sialgo disfruté de la aventura en San Sebastián fue esa sensación de hacer lo quequería sin tener a alguien señalándome todo el tiempo.

Mi primo y yo llevamos cada cosa a la habitación grisácea y vacía que esperaba por mí. Tras acabar de descargar, sedespidió para irse a trabajar, así que estoy solo. Un largo suspiro se me escapa. Comienzo a organizar mi nueva recámara con la única intensión de ocupar la cabeza y reducir las ganas de dar marcha atrás.

En cuanto termino de arreglar el escritorio con la computadora, abro otra caja donde se encuentran las cámaras, toda mi indumentaria de DarkSoul... y Polqui. Siento un golpe en el pecho cuando Feliaparece en mi cabeza: «Eres genial, bro, todos deberían conocerte».

—Tú también lo eres... —murmuro—. E incluso,más.

Decido sacar una cámara, la mascarilla de calavera y mi chaqueta con capucha. Conecto y preparo todo para una transmisión improvisada, luego tomo mi celular para anunciarlo en redes: "Hola, Almitas, hevuelto y les tengo chisme. Conéctense en cinco". No pasa ni un minuto cuando empiezo a recibir comentarios y reacciones.

Hago el aparato a un lado. Suspiro larga y sonoramente con la mascarilla en mi barbilla. Agarro mi celular de nuevo, estavez abro el correo laboral y le escribo un mensaje a Feli: "No sé si te tragóla tierra, espero que no porque me sentiría mucho más miserable, conéctate a latransmisión". Pego el enlace y envío el correo.

—Por favor, Feli... —murmuro una vez apareceen la pantalla la notificación de enviado.

Acomodo mi mascarilla de calavera, también la capucha e inicio la transmisión con música y el fondo típico junto a mi escuadrón, dando tiempo a los seguidores para conectarse y así ver si DeathGarden se asoma. Suspiro con pesar, tras cinco minutos de espera.

—¡Hola, hola, Almitas, qué bueno saludarlos! —Presiono un botón en el teclado y enseguida suenan trompetas—. Losé, ha pasado algo de tiempo desde la última transmisión, pero como recordarán, he estado desconectado, viajando y reencontrándome conmigo mismo.

En el chat veo de todo: risas, reacciones,emojis, stickers y hasta comentarios preguntando por DeathGarden, ya que tampoco han sabido de él desde aquella transmisión que realizamos juntos.Volteo el rostro a un lado y por un segundo veo a Feli sonriente, sentado en elescritorio con su ridículo gorro plateado y la enorme sudadera turquesa. «Yo también deseo saber su paradero», me digo en cuanto la imagen se desvanece.

«Queremos ver acción», comenta un seguidor,resulta inevitable reír. Otra pregunta acerca de la boda y si ya conseguí pareja, de lo contrario ella está disponible.

—Almitas, los eché muchísimo de menos, pero bueno, les dije que hoy habría chisme y así será. De hecho, ChicaGamerX, la boda, es uno de los temas que tocaré, pero vamos por parte. Primero, notarán la ausencia de mis neones típicos y eso se debe a que estreno casa, ¡yeeeei!—Desmonto la cámara del trípode para mostrar el caos—. A esto le llamo: estilo indigente, pero les prometo que pronto vendrán cosas buenas.

Devuelvo la cámara a su posición. Entre risas les voy contando, por un momento, comparto pantalla para mostrarles algunas fotografías de los lugares que visité en San Sebastián y varios seguidores enloquecen conforme reconocen su localidad, unos desean haber coincidido, mientras que otros aseguran reconocerse en algunas tomas.

—¡Vaya, que tienen buen ojo! En las del Ignis no reconozco ni mi sombra.

Así seguimos largo rato y cuando no me quedan más fotografías aptas para compartir, dejo escapar un pesaroso suspiro. Feli jamás se conectó. Ni modo, es tiempo de pasar al otro tema.

—Bueno, Almitas, hemos revivido juntos mi aventura en la ciudad del pecado, aunque sí, admito que fue bastante sana. Asíque, vamos con la boda. ¡Tenemos fecha!

Presiono una tecla y suenan fanfarrias.

—Mi hermanita se casa en Navidad, lo que me deja dos semanas para solucionar mi soltería.

"¡Noooo! DarkSoul sigue solo", dice el comentario de un chico; "no lo pienses más y tómame", es el de una chica... Me cuesta no reír todo el rato.

—A ver, a ver, ¡orden! —hablo entre risas—. Aguanten, el storytime, ahí les va.

Me aclaro la garganta, acomodo mejor el micrófono, hago pruebas como si se tratase de un ASMR, el chat se llena derisas y peticiones de una transmisión especial así, pero acompañado por DeathGarden; si supieran que yo también quisiera tenerle aquí ahora mismo.

—La cosa va así, Almitas: conocí a una persona maravillosa, lo juro, es especial. Tiene tantas cualidades que sería imposible enumerarlas todas...

"¿Es chico o chica?", preguntan por el chat, junto a un emoji con ojitos esperanzados.

—¿Realmente importa su género, Almitas? —les digo en tono risueño y continúo, aunque algunos comentarios dicen que sí, porque necesitan saber contra quién compiten, eso me hace más gracia—. El asunto es que, para mí, no importaría, aunque se tratase de un alienígena.

"¿Qué pasó con tu cita misteriosa?", pregunta una chica con corazones en los ojos de su emoji y sonrío.

—Bueno, Almitas, pasa que en el mundo real,a veces metemos la pata o, en mi caso, solemos meter ambas; también, algunas personas tienen miedos profundos y hacen tonterías guiadas por eso. Sin embargo, mi personita misteriosa, quizás esté viendo esta transmisión, quiero creer que es así.

»Necesito decirte, Deshojo, que no te hace falta un disfraz para ser la persona maravillosa que eres. Comprendo tu miedo y quiero acompañarte, por eso no he parado de buscarte como un loco, este es mi último recurso y no es por presionarte, pero me sentiré terrible si no apareces para la boda, porque quiero tenerte a mi lado, aunque decidas vestir de zapato.

Un montón de "¡Aaawm!", y corazones, inundan el chat.

—Estos días he tomado varias decisiones importantes y cada una de ellas ha sido porque tú me inspiraste. Mudarme fue una, querer tenerte conmigo es otra y...

Inhalo aire en profundidad muchas veces antes de continuar. El número de espectadores es aún más alto de lo que esperaba, en el chat se nota el suspenso, a través de comentarios y emojis ansiosos por otra palabra. No hay vuelta atrás.

Tuve claro este momento desde que anuncié la transmisión. Llevo mi mano al mentón y jalo la mascarilla hacia abajo. Muestro mi cara por primera vez ante las cámaras, en los años que tengo realizando esto. Me quito la capucha, todos en el chat se han quedado perplejos.

—Ya no más disfraz. Este soy yo, Almitas. Este soy yo, Feli, y no pienso seguir escondido. Ahora soy yo quien te dice: atrévete conmigo.




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Hola, mis dulces corazones multicolor, 💛 💚 💙 💜 💖 espero que estén disfrutando la obra hasta este punto. Y pos, nos juimos y nos sacamos la máscara. Ya no está chiquito mi muchacho. 😭

Nos leemos luguito, los loviu so mucho. 💖

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