XV: ¡Qué no sé qué pasó!

Desde que regresé a la recámara no paro de pensar en Iván, he tomado mi teléfono tantas veces para intentar comunicarme con él, sin atreverme a marcar su número o teclear un mensaje. No hay duda de que soy un tonto. Vuelvo a buscar mi celular.

Contemplo el WhatsApp, el chat abierto con Iván, las fotos que hemos compartido en nuestras salidas y vuelvo a sentirme como el peor de los pendejos por arruinarlo. Una notificación ingresa, se trata de mi hermana Hortensia, que saluda efusiva en su nota de voz, lo que me saca una sonrisa; sin embargo, esta muere enseguida cuando escucho la parte final: "ya estoy ansiosa por conocer a Iván".

Suspiro con pesar. Ahora me arrepiento de haberle contado acerca de él, porque no sé si logre enmendar mi idiotez y reparar lo que teníamos.

Hortensia: Florecita, ¿por qué no dices nada?

Me quedé ensimismado tanto rato que olvidé contestar y dejé el chat abierto, lo que de seguro le dio a mi hermana la sensación de que algo pasa por dejarla en visto. Suspiro.

Florisvaldo: Horty, de nuevo, lo hice. 😮‍💨

Hortensia: ¿Qué? 😮 Pero ¿cómo? Florecita, la última vez que hablamos, estabas emocionado por irte de cita con Iván...

Florisvaldo: 😮‍💨 soy un pendejo.

Hortensia: No hables así, eres muy lindo. ¿Quieres contarme lo que pasó? Quizás tu hermana pueda brindarte una solución. 👀

Una risita boba se me escapa. Tras un nuevo suspiro, decido empezar a contarle la situación, incluido mi caos mental con Deshojo y cómo arruiné las cosas con Iván la noche anterior. En cada momento pienso que no ha sido buena idea hablarle acerca de él, mucho más cuando me interrumpe para confesarme que le dijo a nuestros padres acerca de él. Quizás por eso el interés que ha tenido mamá por hablar conmigo estos últimos días.

Florisvaldo: ¿Por qué hiciste eso? 😮 Horty, yo quería tener algo seguro primero. 😮‍💨

Hortensia: Lo siento. 🙈 Florecita, no era mi intención molestarte, estabas tan feliz cuando hablamos y me enojó que el tonto de Nardo dijera que no me hiciera ilusiones contigo.

Hortensia: entonces, le dije: "¿Estás seguro? Floris podría sorprenderte". Así que me miró raro y nuestros padres también, empezaron a insistir, querían saber si yo sabía algo, si tú salías con alguien y ni modo, les hablé de Iván.

Hortensia: Lo siento, Florecita. 🙈

Suspiro con pesar. Ahora me siento el triple de presionado para resolver las cosas con él y ni siquiera sé si sea posible.

Hortensia: Florecita, tranquilo, intentaré ayudarte. Lo primero que debes hacer es calmarte y reflexionar sobre lo que pasó. ¿Qué sientes por Iván? ¿Es solo atracción física o hay algo más?

Florisvaldo: Horty, él me gusta, de verdad, me gusta. Disfruto estar con él. Sin embargo, no puedo evitar sentirme dividido.

Hortensia: Bueno, eso es un buen punto de partida. Ahora, creo que debes darle espacio a Iván. No lo presiones para que hable contigo, si no está listo.

Florisvaldo: ¿Y si ya no quiere saber nada de mí?😔

Hortensia: no puedes controlar lo que Iván sienta o haga. Solo puedes controlar cómo reaccionas tú. Aprovecha este tiempo para reflexionar sobre tus sentimientos y lo que quieres en realidad.

Florisvaldo: Lo que en realidad quiero es que él me escuche. 😮‍💨

Hortensia: dale tiempo, Florecita, es muy reciente la situación. Podrías enviarle un mensaje de disculpas, pero no esperes ni presiones por una respuesta. Concéntrate en reflexionar tú también.

Florisvaldo: creo que tienes razón, Horty. Gracias. 🙂

Hortensia: No hay de qué. 😉 Ahora te dejo meditar mientras le pego Carlos por la gritadera que tiene afuera, apresurándome. 😤

Florisvaldo: jajajajajaja. ¿Van a salir? 😆

Hortensia: Sí, iremos a esquiar con su familia. No entiende que las chicas necesitamos más tiempo para producción, mírame.

Lo siguiente que recibo es una foto de mi hermana con un ojo maquillado y el otro al natural mientras hace puchero. Resulta inevitable reír al ver sus mejillas hinchadas como globos.

Florisvaldo: Ya veo, pero Horty, estás chateando. 🤨

Hortensia: ¡Pero eso él no lo sabe! 🙄 Así que déjame terminar el maquillaje para ir a gritarlo. 😤 Disfruta tu viaje, dale tiempo a Iván y no te obsesiones con Deshojo. Te quiero. 😘

Florisvaldo: disfruta tu paseo, yo también te quiero. 💛

Vuelvo a suspirar. «No te obsesiones con Deshojo», sus palabras son como una bofetada. Quisiera no pensar en ella, tal vez así sería más sencillo y ni siquiera estaría pasando por todo esto con Iván, pero no puedo evitarlo.

Agarro el celular y pese a la sensación vertiginosa alojada en la boca de mi estómago, decido escribirle a Iván una sincera disculpa. Aunque siento miedo, también le hablo de Deshojo y esta maldita confusión.

Florisvaldo: No voy a presionarte a nada, sé que la cagué. Si no quieres responder, también lo entiendo, soy un pendejo. Cuando sientas que estás listo para hablar, estaré disponible.

Y con eso, vuelvo a lanzar el celular a un lado. Abrazo a la almohada y me sumerjo en una marea de pensamientos. «¿Qué me está pasando?», me pregunto, una mezcla de confusión y ansiedad me invade. «Nunca me había sentido así antes». Iván me gusta, me hace reír, me siento cómodo con él... pero Deshojo... es como si hubiera una conexión instantánea, una sensación de que la conozco desde siempre y al mismo tiempo es todo un misterio.

Es como si mi corazón tirase de dos direcciones opuestas. La parte lógica de mi cerebro me dice que debo resolver las cosas con Iván, que debo pedirle disculpas y tratar de arreglar lo que estropeé. Pero una parte de mí, mucho más emocional, no puede dejar de pensar en ella.

-¿Es posible que esté confundiendo el interés con la curiosidad? -murmuro- ¿Acaso ese misterio que la envuelve es responsable de todo esto?

El rostro afligido de Iván retorna desde mis borrosas memorias «apagué su risa y ese hermoso brillo tan presente en su mirada». Me duele saber que lo lastimé. No creo poder recuperar su confianza.

«No quiero arriesgarme a perderte también», las palabras de Deshojo retornan y siento un nuevo golpe en el pecho.

¿Por qué no puedo dejar de pensar en ella? ¿Es su sentido del humor, su forma de ver el mundo...? Me siento perdido, sin saber qué hacer ni qué decidir. Me pregunto si estaré cometiendo un error al considerar la posibilidad de conocer mejor a Deshojo.

¿Qué pasaría si, tras un encuentro con ella, resulta no ser como creo? ¿Y si Iván no me perdona? ¿Podré vivir con la culpa de haberlo lastimado?

Me siento atrapado en un torbellino, quisiera saber cómo salir de esta situación.


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Un par de días transcurrieron desde aquella confusa y dolorosa mañana. Felipe dijo que me ayudaría con Iván, pero la realidad es que se ha comportado bastante distante conmigo, cuando le pregunté el motivo solo me observó, extrañado, y dijo: "¿enloqueciste, Flo?", luego sonrió y se dirigió al ascensor para irse a trabajar. Sin embargo, dejó de meterse a mi recámara, tampoco me invitaba a la suya; de hecho, me enteraba de que estaba en el juego cuando lo encontraba allí, ya ni siquiera me retaba, aun así decía que todo seguía en orden. Las cosas entre él e Iván también parecían tensas, pude notarlo cuando su asistente vino a dejarlo después de trabajar y apenas compartieron una despedida formal en la entrada del hotel.

-Feli -le dije en cuanto ingresó-, ¿has hablado con Iván?

-Flo, ¿me esperabas?

Afirmé con la cabeza, él blanqueó los ojos y negó en silencio.

-Lo siento, no hemos tenido tiempo de socializar...

Continuó su camino hacia el elevador, me tocó seguirlo y guardar silencio mientras subíamos. Al salir en nuestro piso, lo jalé por la muñeca para detener su andar.

-¡Qué pesado estás, Flo! -se quejó en cuanto estuvo frente a mí.

No obstante, algo en esas palabras funcionó como un interruptor y una confusa imagen apareció desde lo más profundo de mis memorias. El vello de la nuca se me erizó al ver a Feli forcejear y luchar por liberarse, debajo de mi cuerpo. Solté su brazo enseguida, asustado.

La preocupación apareció en los ojos de Felipe ante mi reacción, pero yo caminé hacia atrás para alejarme, no paraba de ver esa imagen suya, molesta y repleta de nervios por mi nefasto comportamiento.

-Flo...

-¿Qué te hice, Feli? -Se me aceleró la respiración.

-Flo, ¿de qué hablas?

-Feli, esa noche, ¿qué pasó? Tú-tú ha-has estado di-distante y raro conmigo...

-Osvaldo, tranquilo, todo está bien, neta que sí...

-¡No mientas! -exigí, alterado- Felipe, acabo de recordar.

Feli abrió los ojos, sorprendido y asustado. Su reacción decía mucho, aunque no se atrevía a contarme, resultó evidente que le hice algo horrible.

-Flo, ¿qué recordaste? -indagó en bajo con cabeza gacha y los puños pegados a ambos lados del cuerpo. Lucía muy tenso.

Un aura demasiado sombría envolvió a mi amigo y me sentí mucho más horrible.

-Feli, tú... di-digo, yo...

-¡Ya te dije nada pasó! -contestó en voz alta, su tono me produjo un sobresalto, aunque luego de tragar con dificultad, continuó con aparente calma-: Estabas ebrio, hiciste tonterías, es todo.

Lo vi girarse y caminar en dirección a su habitación, pero su actitud me decía que algo ocultaba, por eso, lo seguí.

-¡Felipe, dime la verdad!

Feli se detuvo, parecía sopesar qué decir. Tras un largo silencio respondió sin voltearse.

-Flo, ya te dije que nada pasó. Estabas ebrio y te traje de regreso, es todo.

-No mientas, Feli. Acabo de recordar algo -insistí con la voz llena de desesperación. Él tembló-. Tú forcejeabas, luchabas por liberarte... -Me estremecí. Esa espantosa imagen no salía de mi mente desde que decidió retornar-. ¿Qué hice? ¡¿Qué cosa tan horrible te hice?!

Feli se giró, aunque lucía algo pálido, la preocupación se notó en sus ojos. Ubicó su mano en mi brazo y dio un pequeño apretón.

-Flo, por favor, cálmate. Fue solo una noche loca -dijo en un intento por tranquilizarme.

-Pero recordé algo. Algo que me hizo sentir terrible.

Feli me observó con cuidado y habló con voz suave.

-Flo, confía en mí. Nada malo pasó. Te ayudé a llegar al hotel y listo -insistió con una débil sonrisa-. No te preocupes.

-¿Seguro?

Feli asintió con convicción.

-Absolutamente, bro.

A pesar de sus palabras, seguí confundido, pero ni modo, si él lo decía, tocaba creerle. Tal vez solo fue una noche loca, aunque esa terrible imagen se negara a abandonar mi cabeza.








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Hola, mis dulces corazones multicolor, 💛 💚 💙 💜 💖 un placer volver a leernos, espero hayan disfrutado del capítulo. 😊💖

¿Creen que pasó algo esa noche? ¿O acaso será Floris armándose ideas en la cabeza? 🤔

¿Qué pasará con Iván?

Si tienen teorías, pos suéltenlas🤣

Les haré una confesión: hace días pensaba pausar la novela porque no lograba escribir. Además tenía a Cory aquí al frente, dando gritos y exigiendo celeridad con su libro; así que, ajá, no podía escribir aquí, pero sí allá. 😅 Sin embargo, el mismo día que decidí tirar la toalla, logré escribir escribir lo necesario para llegar al punto del cambio de enfoque y conoceremos la historia de Deshojo que desde hace tanto comencé a escribir y les quería mostrar. Entonces, pos no, ya no hay pausa, señorxs, esto es hasta que el cuerpo aguante. Jeje 😂

Este capítulo sale con dedicatoria para una linda personita que viene siguiendo mis historias, olvidé desde cuál, 😅 pero cumplió añitos el 2 de octubre. Me habría gustado obsequiarte un capítulo ese día, pero no se pudo. 🙈 Sin embargo, espero que la hayas pasado genial y, aunque retrasado, te deseo feliz cumpleaños, @Angel7es 💖

Gracias por el apoyo y pos nos leemos la semana que viene. 😘

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