❄️Especial de Noche buena 🎁

Era la tarde del 24 de Diciembre, Moomin recorría las calles del Valle donde vivía. Pues su mamá le había hecho un encargo de algunos ingredientes que le habían hecho falta para la cena de Noche buena.

El frío calaba sus huesos pero no podía negar que hasta en cierta parte le agradaba, era la primera vez que disfrutaba de un clima tan helado y esperaba que esa noche fuera su primera nevada. Tanto para su famila como para él sería la primera vez que les tocaría mirar caer nieve pues ellos antes vivían en un sitio con clima cálido.

Mientras caminaba se repetía que debía comprar y no confundir el Cilantro por Perejil. Y los arándanos con tomate Cherry. Y tampoco confundir el polvo para hornear con la levadura.

Cuando al fin había llegado al pequeño establecimiento que era propiedad de los padres de Sniff. Entro por aquella puerta haciendo sonar aquella campanilla que se encontraba sobre la puerta.

Miro al joven de test canela quien se encontraba tras el mostrador.

– Ey Moomin, ¿les faltó algo para la cena?— Sonrió el joven.

– Sí, mi mamá me mando por algunas cosas.— Se rasco la nuca con nerviosismo.

– Toma lo que necesites ya sabes dónde están cada cosas.— Dijo el castaño.

Moomin no tardo en ir tomando lo que le había pedido su mamá y colocarlo sobre el mostrador. Mientras Sniff colocaba los ingredientes en bolsas de papel.

– Oye por cierto...— Se dio cuenta de que había captado la mirada del joven de ojos azules.— Me dijeron que te diera un mensaje...

— ¿Así?, ¿De quién?— Dudo el muchacho.

— No lo sé.— Se encogió de hombros.— Solo me pidieron que pasara el reporte. Ve al parque de Keiju. A las 10pm. Ve directamente al estanque que hay. Allí encontrarás a ALGUIEN.— Dijo recalcando la palabra Alguien.— te estará esperando allí así que suerte.

– ¿Por qué tengo un mal presentimiento de esto?— Agarró las cosas que debía llevarle a su mamá y pagando en la acción.

– ¿Qué?, No Moomin...— Suspiro cansado.— Tu solo ve, yo ya cumplí con mi parte ahora te toca a ti decidir sí vas o no vas. Feliz Noche buenas para ti y tus papás.

– Igualmente Sniff.

Salió del establecimiento, no era como que le emocionará el hecho de que alguien lo había citado en el parque Keiju donde muchos enamorados pasaban los días de verano.

De tan solo recordar eso último le hizo sonrojar, sus mejillas ardieron por un instante pensando que posiblemente alguien se le declararía pero la única persona que parecía querer hablar con él a esas horas era Snorkmaiden. ¿Y si se trataba de Snorkmaiden tratando de confesarse?

Negó la cabeza repetidas veces. Es que simplemente no sabría como rechazarla sin herir sus sentimientos. Pues no era correspondido la quería pero solo como a una amiga y nada más.

No le agradaba que se tratase de ella aunque era lo más probable. Ya que Snufkin no se encontraba allí. Él se había ido al sur como todos los años junto a su familia.

Cuando llego a su casa, sacudió sus botas para dejarlas a un lado y entrar cómodamente a la casa.

Se colocó las pantuflas que usaba dentro de casa y caminó hasta la cocina encontrándose con su madre y padre tomando un café.

– Oh ya llegaste cariño.— Su madre le quito de los brazos las bolsas de papel que tenía en llevaba cargando.

– ¿Quieres una taza de café o chocolate?— Ofreció su padre a lo que él afirmó diciendo "Café, por favor".

– Hijo... te dije que necesitaba arándanos...— Rió por lo bajo la mujer.

– Perdón, deja voy a que me lo cambie Sniff.— Estaba por tomar los tomates cherry pero su madre los aparto.— No te preocupes, esto podemos usarlo para otra cosa. Hace un rato tú padre encontró una lata de arándanos.

Las platicas no se hicieron esperar, a pesar de que solo ellos tres estarían conviviendo ese día tan especial. Aún quedaba pendiente la cena.

Su Padre les ayudó haciendo unos ñoquis de papa rellenos de queso mozzarella, su madre estaba haciendo su tradicional tarta de arándanos y él estaba habiendo salmón en salsa de limón con mantequilla y especias.

Moomin estaba al tanto del reloj pues aún seguía pensando en lo que le había dicho Sniff. ¿Y si iba a aclarar las cosas con Snorkmaiden?

A su mamá no se le escapaba nada; se daba cuenta cuando a su hijo le molestaba algo después de todo era su madre.

–Cielo... — Moomin posó su vista en ella.— Si tienes cosas por hacer no hace falta que estés aquí.— Sonrió la mujer mayor.— Puedes irte si gustas.

Moomin asintió disculpándose con sus padres. Él no acostumbra hacer cosas tan impulsivas el prefería que sus planes siguieran al pie de la letra.

Faltaban unos minutos para la hora acordada se encontraba corriendo no sabía porque había recurrido a eso pues si realmente se trataba de solo una charla común no había necesidad de apresurarse pero algo le decía que debía llegar a tiempo.

Estaba en la entrada del parque Keiju, sino mal recordaba el estanque quedaba exactamente en el centro del parque.

Camino con pasos temblorosos pues estaba nervioso.

Mientras caminaba pudo divisar como alguien más estaba esperándole allí. Esa cabellera castaña podía distinguíla sin problema alguno, cuando al fin su mano se posó sobre el hombro ajeno sintió como el joven se tensaba mientras se daba la vuelta para mirarle.

Noto como la cara de nerviosismo se apoderó de aquel joven que siempre en su rostro se reflejaba calma.

– Snufkin— Lo abrazó no podía creer que él estaba allí justo frente a él en invierno. El abrazo no tardo en ser correspondido. Era como un sueño del que no querían despertar. Tal vez era algo exagerado pero siempre que Snufkin se iba dejaba un enorme vacío en el corazón de Moomin.— ¿Qué haces aquí?

Sintió como su amigo lo apartaba un poco para empezar a hablar.

– Vine porque me dijeron que alguien quería verme nunca pensé que fueras tú.— Sonrió el joven.

– Pero yo no fui, ni siquiera sabía que estabas aquí. Pensaba que estabas en el sur como siempre.

– No de hecho antes de irnos me enferme y estuve en cama por mucho tiempo.— Tomó de la mano a Moomin.

– Entonces ¿Quién nos llamó para estar aquí?— Miro él como inconscientemente entre lazo su mano con la del castaño.

– No lo sé ven... caminemos por un momento.

Caminaron rodeando el estanque posándose debajo de un árbol.

– ¿Entonces te enfermaste? Pero, ¿Duró tanto la enfermedad?— Cuestionó Moomin.

– Sí ya sabes que en invierno soy más propenso a resfriarme hasta el punto de que se me dificulta respirar... pero ya me encuentro mejor.

– Ajá... entonces será mejor que nos vayamos ¿No crees?— Jalo de la mano a su acompañante.

Siendo rodeado por sus brazos.

– Oye solo espera por favor... No te vayas aún...— Susurro en el oído ajeno haciendo estremecer al rubio.— Por favor mira arriba.— Dijo el de ojos miel.

Moomin miro arriba entre las ramas del árbol... Dándose cuenta de que se trataba de un árbol de muérdago con luces.

Moomin miro crédulo él como el muérdago colgaba fácilmente de las ramas del árbol. Eso parecía que había sido planeado y no se equivocaba, estaba en lo cierto todo fue planeado por Sniff y My pero Snufkin ya tenía sus sospechas al respecto.

Moomin volvió su vista a su acompañante... quien parecía estar muy sonrojado. A lo que rió por lo bajo el joven de ojos azules.

De un momento a otro las luces o bueno los focos navideños se habían encendido dando un ambiente más reconfortante para ambos jóvenes.

Moomin sentía su corazón latir con más fuerza el lo aceptaba amaba a su buen amigo de infancia... Lo amo desde muy jóvenes y hasta ahora lo seguía haciendo.

La mano dominante de Snufkin; su mano izquierda la colocó sobre la rosada mejilla de Moomin comenzando a acariciarla. Mientras que su acompañante cerraba sus ojos con lentitud y paciencia.

La distancia entre ambos comenzaba a reducirse, ambos unieron sus labios en un pequeño pero al mismo tiempo tierno beso. Era su primer beso, algo que ambos habían deseado desde hace tiempo.

Snufkin por su parte había vuelto a besar a Moomin esta vez en ambas mejillas mientras el de menor estatura reía. Ambos se abrazaban ahora mientras el mayor lo cargaba para darle una vuelta.

– Me gustas desde hace un tiempo.— Dijeron al mismo tiempo.

– ¿Y por qué nunca me lo dijiste?— Volvían a hablar al mismo tiempo.

– Bueno... — Titubeó Moomin.— Eso es porque siempre jugábamos con decirnos o tratarnos como pareja y asumí que solo era por nuestra amistad no por algo más.

– Yo nunca te dije por lo mismo... Sentía que si te lo decía empezarías a apartarme... Por eso seguí con ese estúpido juego.— Suspiró Snufkin.

– Oye eso me ofende.— Se colocó una mano sobre su pecho fingiendo estar ofendido.— Si ese hubiera sido el caso nunca te hubiera dejado solo... Al contrario siempre te hubiera apoyado... Hubiéramos sido tú y yo en contra del mundo.— Dijo firmemente Moomin.

–¿Y por qué no hacerlo ahora?— Snufkin tomó ambas manos del más bajito.— Seamos tú y yo solos en contra del mundo Cielo.

Moomin se había sonrojado a más no poder era un hecho que sus sentimientos eran mutuos.

– Por supuesto Cariño.— Sonrió para después ser besado una vez más en los labios ahora un poco más duradero.

Mientras ambos jóvenes disfrutaban de su momento, se podía divisar a dos personas a lo lejos observando todo con binoculares para ver si misión había sido un excito.

– Bueno trabajó.— Dijeron ambos mientras chocaban sus manos dándose los 5.

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