Capítulo 5 Alicia Regresa

<<Alicia Regresa>>

Aquel beso comenzaba a intensificarse, ambos sentían sus respiraciones acelerarse y como uno que otro jadeo salía de sus bocas. Moomin había colocado sus brazos sobre los hombros de Snufkin mientras que el contrario ponía ambas manos sobre la cintura del albino haciendo un poco de presión sobre esta.

Un quejido había salido de los labios de Moomin, fue entonces cuando se habían alejado un poco de la cercanía que tenían. Para Moomin era la primera vez que se sentía extraño, sentía un cosquilleo un tanto raro pero agradable que parecía pedir por más; pero no podía hacerlo, no quería que todo fuera tan rápido.

Snufkin estaba sonrojado a más no poder. Aparto con cuidado las manos de la cadera de Moomin y acaricio los blanquecinos cabellos que parecían estar algo alborotados mientras dejaba un pequeño beso sobre la frente del albino.

Un suspiro escapó de los labios de Moomin aún teniendo su agitada respiración, llevó su mano a su pecho el cual podía sentir como subía y bajaba con rapidez.

– Creo que es mejor irnos.— Recibió un "Si" por parte del castaño.

El trayecto a casa fue extenso pero agradable entre charla y uno que otro coqueteo.

Llegaron a casa al atardecer, antes de que llegar al puente que daba a la casa de la Familia Moomin ambos jóvenes se detuvieron a admirar el río que corría bajo los tablones algo gastados del puente.

Y casi como si estuvieran coordinados, Snufkin quitándose su característico sombrero recargo su cabeza sobre el hombro de Moomin mientras este último recargaba su mentón sobre la cabeza de Snufkin sin poner mucha presión como para lastimarle.

– Muchas gracias por hoy Snufkin... Ha sido un día muy agradable... lo atesoraré siempre.

– No solo atesores este día Moomin, atesora todos los que anteriormente haz tenido y los que vendrán.— Suspiro el joven.

No encontraba palabras que decir ante ese comentario. Sonrió y después cuando al fin estaba por decir algo. Una voz chillona le estaba llamando por su nombre.

– Oh Moomin.— Jalo a Moomin apartándolo de Snufkin para después abrazarle con fuerza.— Tengo todo el día buscándote ¿Dónde estabas?— Se aparto un poco para tomarle de la mano dejando a Snufkin con un semblante de incomodidad.

Al momento en que Moomin sintió la mano de Snorkmaiden entre la suya la aparto con cuidado de no lastimarla.

– Lo siento por preocuparlos... Pero no es necesario que me apartes de él...— Miro por unos instantes como Snufkin apartaba la vista para acomodar su sombrero.

– Oh Moomin, claro que tengo todo el derecho de apartarte de quien yo quiera o no quiera que esté a tu lado, Porque déjame recordarte que soy tu Novia.— Recalcó la palabra "Novia".

– Snorkmaiden, no somos nada y nunca lo fuimos ya te lo he dicho muchas veces. Yo no...— Dudo por momento si decirlo, pero si no lo hacía ahora ella seguiría con esa fantasía que sería imposible cumplir.— No quiero eso para mi; Snorkmaiden entiende éramos muy jóvenes más bien éramos niños, yo no sabía que era el matrimonio por lo que creí que era un juego; ahora he crecido y lo entiendo... y no, no quiero casarme contigo... Yo decidiré con quien formar una familia.

Snorkmaiden estaba hecha una furia, molesta sería corto; como una chica que parecía tener la suficiente madurez podía actuar como una niña encaprichada.

Sin pensarlo mucho la joven de tobillera le había arrebatado la flor que tenía entre sus manos a Moomin.

– Dámela Snorkmaiden no es tuya.— Trato de quitársela a la joven.

– Devuélvela Snorkmaiden.— Intervino Snufkin.

– El asunto es con él no contigo Snufkin.— Lo fulmino con la mirada.— Oh Moomin, ¿Tan importante es para ti?— Sonrió con irritación y de un momento a otro ya hacía arrancando los pétalos de aquella flor.

Lo que quedaba del tallo estaba a punto de tirarlo al río, de no haber sido por Snufkin quien la sujetó de la mano quitándole lo que quedaba de aquella flor que justamente le había gustado para Moomin.

– ¡¿CÓMO PUDISTE?!— Dijo Snufkin.— No debes hacer ese tipo de cosas, era algo importante para él.

Empujó a Snorkmaiden claro sin fuerza como para hacerla caer al suelo, pero estamos hablando de ella una reina del drama. Camino hacia atrás dejándose caer como si realmente la hubiera agredido el castaño. Sus falsas lágrimas no tardaron en salir mientras gritaba que le dolía.

Moomin por su parte estaba irritado por la actitud de la rubia, no era algo propio de él y definitivamente ella había cruzado la línea.

– Moomin...— Dijo entre sollozos.— Viste lo que hizo, es ¿Qué no vas a hacer algo?

Miro por unos instantes como Snufkin aún tomaba entre su puño lo que quedaba de aquella flor. Se acercó a él ignorando por completo a Snorkmaiden.

Snufkin lo miro para después tomar su mano e irse del sitio con el albino.

¿Cómo un día tan agradable podía acabar tan mal?

Después de todo lo que habían hecho ese día ¿Por qué debía terminar así?

Moomin se encontraba decaído, sentía como un nudo se formaba en su garganta y las lágrimas amenazaban con salir. Y de un momento a otro los hipidos no tardaron en hacerse presentes junto con los sollozos.

Había amado esa flor desde que Snufkin se la había entregado y ahora el pensara que no le había gustado pensó el joven de ojos azules.

Snufkin solo había caminado sin un rumbo alguno terminaron llegado hasta la pradera donde solían jugar con sus amigos, tomó en sus brazos a Moomin. No le gustaba verle así; las palmadas en la espalda no se hicieron esperar.

– Ya... ya... ya...— Le acarició su cabello.— No te dire que no llores, saca todo lo que estés guardando en tu corazón.

– E-es que...— Sollozos.— No quiero que pienses que no me gusto esa flor si tan solo no nos hubiéramos topado con Snorkmaiden... Tal vez y la flor no hubiera terminado así.

– En primer lugar: Yo nunca pensaría eso de ti Moomin. Tu reacción al recibir esa flor me dijo lo mucho que te había encantado. En según lugar: Los hubiera no existen Moomin aveces son cosas que no se pueden evitar así es la vida y solo nos queda seguir adelante. Escucha Moomin, no te preocupes todo estará bien, respira hondo y nos iremos de aquí hasta que estés listo para llegar a casa.

La noche se hizo presente y las luciérnagas salían de su escondite para iluminar aquel campo de flores. Snufkin se había quedado todo el tiempo con Moomin. En ese momento se encontraban sentados entre las flores, en la zona donde no habían las suficientes flores como para lastimarlas o pisarlas.

Moomin ya hacía recargado sobre el hombro de Snufkin.

– Snufkin...— Recibió un ¿Si? Por parte del castaño.— Quiero plantar aquí el tallo... Mi madre dice que aveces *los tallos pueden producir raíces y una nueva planta puede salir.

– Está bien ¿Dónde te gustaría plantarlo?

– Aquí está bien donde estamos.

No tardaron en enterrar aquel tallo en la tierra. Moomin tardo en estar tranquilo aún se encontraba decaído, sus ojos estaban ligeramente hinchados por el llanto.

Snufkin se había agachado para cargar a Moomin en su espalda puesto que él estaba somnoliento.

– ¿Qué haces?— Bostezo.

– Sube yo te llevo.— Dijo firmemente el joven de ropas verdes.

– Pero te cansarás, ademas de que mi casa queda algo retirada.— Dudo el joven.

– No importa, lo único que importa es de que lleguemos a tu casa sino tus padres estarán preocupados por ti haz estado afuera de casa todo el día.—Dijo el joven.

El de cabellos blancos suspiro y subió a la espalda de Snufkin.

El trayecto a casa fue algo rápido. Cuando Snufkin había llegado a la casa de los Señores Moomin's. Estos suspiraron con alivio era cierto que era raro que Moomin saliera por tanto tiempo y claro que llegara a tan altas horas de la noche.

– ¿Están bien?— Mamá Moomin se aparto de la entrada para dejar pasar a Snufkin.

– Sí Mamá Moomin y Papá Moomin.

– Déjame ayudarte.— Dijo el Señor Moomin agarrando a su hijo quien ya hacía dormido.— Lo llevaré a su habitación.— Dijo papá de Moomin.

– Muchas gracias Snufkin, ¿Gustas una taza de té?

– No hay de que Mamá Moomin...— Dudo por un momento pero asintió el joven.— Si me gustaría, gracias.

– Teníamos todo el día buscándolo. Es que se fue sin decirle nada a nadie.— Dijo Mamá Moomin sirviendo tres tazas una para Snufkin, una para su esposo y una para ella. Era té de Litchi y mandarina.

– Sí Snorkmaiden nos dijo eso, perdón por causarles problemas...— Dio un sorbo al té.

– No te preocupes por eso, lo importante es que están en casa.

Papá Moomin bajo las escaleras y se sentó aún lado de su esposa.

– Snufkin...— Habló el Moomin mayor.— Note que Moomin tenía los ojos llorosos e hinchados ¿Paso algo?

– Sobre eso.— Suspiro con pesadez el joven.— Es que... Bueno...

– No te preocupes Snufkin no pasará nada si no quieres contarnos.— Dijo Mamá Moomin con su tono de voz calmado.

– Bueno... Lo que paso es que yo... Yo le di una flor a Moomin de hecho cuando veníamos de camino Moomin estaba emocionado por mostrarles la flor porque era algo inusual para nosotros dos y también por si ustedes sabían qué tipo de flor era, era blanca con tonos marrón y el pistilo era de color azul cielo como sus ojos.— Sintió la mirada atenta de ambos adultos, esta acción lo hizo sonrojarse al instante carraspeo con nerviosismo.— Cuando estábamos por llegar Snorkmaiden y él se podría decir que discutieron y ella le arrebató la flor y le arrancó los pétalos y yo intervine pero yo no hice lo suficiente como para que se sintiera seguro.

– Oh por...— Mamá Moomin se veía sorprendida.— ¿Están bien?

– Sí... bueno... Moomin está muy afectado por la flor y yo... estoy molesto por la acción de Snorkmaiden pero es algo que no se puede cambiar... Aunque si tan solo le hubiera guardado dicha flor, tal vez y él ¿estaría feliz?— Apoyo su mano sobre su frente... Se sentía frustrado.

– Escucha Snufkin... Aveces podemos sentir que no hacemos lo suficiente pero al menos hacemos algo y no nos quedamos con los brazos cruzados... Tal vez tu sientas que no hiciste nada pero estuviste a su lado e interviniste y eso es mucho... Hiciste lo suficiente. Gracias Snufkin.— Dijo Papá Moomin.

Después de eso no se podría decir que transcurrieron los días con normalidad, Moomin no quería ver a Snorkmaiden a pesar de que ella seguía conviviendo con Sniff y My.

El primer mes de primavera había pasado casi en un abrir y cerrar de ojos.

Y con ello Alicia apenas regresaba al Valle Moomin. My fue quien les había dicho cuando la joven aprendiz de bruja había vuelto.

– Entonces tengo que ir a verla.— Mencionó Moomin quien jugaba con nerviosismo con su rabo.

– Bueno no creo que sea necesario...— Snufkin estaba preparando una taza de café para ambos pues en ese momento estaban fuera de la casita de acampar del castaño.

– ¿Por qué?— Preguntó el chico.

– Porque mira va llegando a la puerta de tu casa.— Miro en dirección de la Joven que ya hacía aterrizando con su escoba.

– Bueno me iré.— Dijo Moomin.

– Te acompaño.— Se levanto de donde estaba para apagar la fogata para después irse en dirección de la casa junto a Moomin.

Se podía escuchar la delicada voz de la joven a través de la puerta, estaba hablando con sus padres.

<<¿Y dónde está Moomin? Me dijo My que tenía algo importante que decirme>>

<<O bueno no creo que tarde en llegar dijo su madre>>

Moomin abrió la puerta para entrar.

Se dio cuenta de la cara de asombro de la joven es que era algo inusual verle así.

– Hola Alicia...— Dijo el albino.— Es bueno ver que estás de regreso.

– ¿Moomin?— Dudo la joven.— ¿Q...qué fue lo que te paso?— Se levantó de donde estaba sentada para acercarse a ambos jóvenes.

– Es una larga historia.

Los papás de Moomin decidieron salir por un momento para darles privacidad dando la excusa de que no salían a pasear por la playa.

Moomin se sentó en la sofá y Snufkin aún lado de él. Alicia al ver esa acción de ellos ya se sospechaba que pasaba pero no quería adelantar sus conclusiones.

Moomin empezó a hablar de cómo le dieron de beber algo similar al jugo de moras pero de otro color, y él como al día siguiente terminó así.

– Okey... ¿Tienes a la mano la botella?

– Deja voy por ella la deje en mi habitación.— Dijo el joven.

A los dos minutos ya estaba de regreso con la botella que le había dado Snorkmaiden, se había dado cuenta de que estaban platicando Snufkin y Alicia; él supuso que fue algo casual de cómo les fue en sus viajes.

– Perdón que les interrumpa pero aquí está la botella Alicia.— Le entregó la botella aún con un poco de su contenido.

Alicia lo miro por unos instantes percatándose que la etiqueta que sí decía Jugo de moras silvestres pero el color era muy inusual. Retiró el corcho de la botella dándose cuenta de la sutil aura que salía de esta eran corazones diminutos de color magenta que no podían notar las personas que no practicaban la magia. Era una "poción de amor".

Su sospecha era correcta.

– Vaya... Moomin y Snufkin. Lo que ustedes tomaron es nada más y nada menos que una poción de amor que es conocida como *Ius Amoris...—Tomo un poco de la limonada que le había ofrecido Mamá Moomin antes.— Es un poco raro ese brebaje pero nada que se pueda solucionar... de hecho es parecida a una pócima que hice antes de irme y desapareció de la casa de mi abuela.

– ¿Y para qué necesitarías tu una pócima así?— Moomin estaba confundido.

– Pues eso es porque he estado practicando para hacer pociones, lo único raro aquí es que lo hayan bebido esto solo era necesario olerlo para que hiciera efecto. Miren; esto tiene solución solo siempre y cuando no se hayan besado.

Automáticamente ambos jóvenes estaban sonrojados por la pena de confirmar eso.

– Oh... bueno solo fue un beso ¿Verdad?— No recibió respuesta alguna.— Vaya... Entonces va ser complicado bueno denme un mes para arreglar esto...

– P-pero ¿Por qué estoy así?, digo deje de ser un troll escandinavo de la noche a la mañana.– Y casi como un balde de agua fría se tratase recordó lo de Snorkmaiden.— Cierto si es una pócima de amor ¿Por qué a Snorkmaiden no le hizo nada al olerla?

– Eso puede ser que sea una reacción por beberla Moomin aunque puede que esté revuelto con alguna otra poción por el color inusual normalmente tiene un color rojo o magenta... Y sobre Snorkmaiden tal vez sea porque estaban juntos pero quien tuvo más contacto con la botella fue ella no los dos aparte de que no es tan fuerte esa pócima si la hueles...— Dudo por unos minutos.— Mira no quería preocuparlos porque los quiero son mis amigos desde que era una chiquilla, pero escuchen chicos la solución que tengo para esto es lo siguiente tendrán que beber otro brebaje será algo así como un antídoto... Y lo difícil es que probablemente Moomin no vuelva a la normalidad y es seguro que recuerden todo lo que han vivido como un sueño... Bueno también los ingredientes no puedo conseguirlos aquí por lo que tengo que irme de inmediato a conseguirlos antes de Mayo. En verdad lo siento chicos. Ustedes díganme si quieren que lo haga para tomar mis cosas e irme de inmediato.— Sonrió la joven para tratar de calmarlos.

– Pero...

Solo se resignó a aceptar la solución que le daba su amiga. No le molestaba quedarse así; lo que le molestaba era el hecho de olvidar todo lo que estaba viviendo con Snufkin ¿Y si no era producto de la poción? ¿Y si solo les dio el empujón para revelar lo que sentían?

Miro por unos instantes a Snufkin quien parecía estar pensativo ¿entonces a él también le estaba preocupando esto?

– Oye... ¿Estás bien?— Pregunto Moomin a Snufkin.

– No lo sé, es que ¿Y si por esa poción dejo de amarte?— Lo miro por unos instantes.

– Yo tengo miedo de que realmente eso pase pero no me perdonaría el que me estés amando por obligación y no porque realmente me quieras.— Tomó de la mano al castaño.

– Entonces ¿no crees que realmente lo hago?— Apretó con suavidad el agarre de Moomin.— Moomin nunca haría eso... Pero si es lo que quieres te prometo que haré lo posible para enamorarnos de verdad.— Llevo la mano del albino hasta sus labios y dejo un pequeño beso en el dorso ajeno.

– Ejem... Aún sigo aquí.— Dijo la joven.— Bueno ¿entonces?— Alargó la "S".

Está bien esperaremos hasta entonces Alicia.— Dijeron ambos al unísono.

– Muy bien entonces...— Se levantó de su asiento para chasquear sus dedos para hacer aparecer su bolso y su escoba.— Nos veremos hasta entonces... Ojo por favor se que va ser algo difícil para ustedes por lo que he visto pero procuren no estar solos porque si se les ocurre hacer algo más entonces tardaré más en poder hacer el antídoto.

– ¿Algo más...?—Pregunto Moomin.

– No puedo decirte que es Moomin... Perdón.— Se sonrojó la joven.— Así que no se queden solos los dos procuren estar acompañados.— Salió por la puerta seguida de ambos jóvenes.— Nos vemos chicos.

Tal vez sería agradable decir que el tiempo paso rápido para ellos pero no lo fue, al contrario el tiempo pasó muy lento demasiado lento a su ver la opción que optaron para no permanecer juntos todo el tiempo fue que My y Sniff estuvieran cerca de ellos lo cual para ese par fue algo incómodo. Pues My siempre buscaba sonsacar a Sniff y Sniff siempre terminaba peleándose con My.

En una ocasión decidieron que estaría bien hacer un picnic cerca de un río que estaba cerca del bosque. Terminó no mal pero Sniff acabó mordisqueado por My y solo porque este último no le hacía caso de que fueran a nadar.

– Ya mañana regresa Alicia ¿No?— Dijo Snufkin sentado afuera de la casa Moomin en el pórtico.

– Sí o eso fue lo que dijo en la carta que nos envió.— Suspiro Moomin.— Snufkin ¿Cómo te encuentras hoy?

– Bien no me quejo.— Tomó de la mano a Moomin por unos minutos.— ¿Y tú?

– Estoy nervioso... Por el futuro que nos deparará después de esto. ¿Y si no estoy haciendo lo correcto?

– No digas eso. Todo estará bien tú confía.

El joven mumrik de cabellos blancos recargó su cabeza sobre el hombro de Snufkin quien solo se limitaba a rodear con uno de sus brazos la espalda de Moomin.

Cuando por fin había llegado Alicia con todo lo necesario para hacer aquella poción les pidió que fueran juntos a tomar ese antídoto de noche, se pasó toda la noche preparándola. Las ojeras se podían notar por encima de las rosadas mejillas de la joven.

Les dejo entrar a la casa donde vivía ella y su abuela. Sirvió las dos porciones necesarias para ambos jóvenes, la consistencia era pastosa como mezcla para Hotcakes y el color era un alquitrán, el olor no era algo agradable olía a huevos podridos y el sabor era tan desagradable que Moomin no pudo evitar las arcadas.

– Perdón pero tienen que tomarse hasta la última gota del vaso.

Ambos jóvenes tragaron saliva de una forma ruidosa eso les iba a costar. Cuando al fin lo habían conseguido Alicia los miro y les dijo.

<< Oh, antes de que se me olvide ahora tienen que irse directamente a dormir cada quien en su casa y hasta la mañana siguiente tendrá que hacer efecto. Así que Buenas noches Moomin y Snufkin>>

Termino por decir la joven antes de que ambos jóvenes se perdieran por la oscuridad del bosque.

Mañana sería un nuevo día.

<<Continuara>>

Holiwis :3

Una disculpa por el retraso, es que dude mucho si subir esto o mandarlo a la papelera.
Pero bueno lo hecho hecho esta.

*Es curioso no tengo dudas de esto y es que tanto mi mamá como mi abuela materna aveces plantan tallos de algunas plantas y con el tiempo sacan raíces (Yo no, yo todo lo que toco se seca x'd).

*Ojo esto no existe eso me lo invente para la historia es del latín Elixir de amor perdón por no inventarme un nombre algo más épico para la poción.

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