Una situación vergonzosa

Chris entró en la habitación, y se sorprendió al encontrarla vacía. Supuso que Greace seguía fuera en alguna parte, y no se había topado con ella por el camino. Estaba exhausto, los viajes en barco siempre lo agotaban el doble, y necesitaba un baño para relajarse. Caminó hasta el vestidor y eligió una prenda refrescante para cambiarse de atuendo, se dirigió al baño y abrió la puerta sin percatarse de que estaba ocupado.

Greace estaba envolviéndose en una toalla y no pudo evitar gritar cuando notó la presencia de su esposo en la puerta.

–Aaahhh.

Chris se cubrió los ojos inmediatamente y gritó molesto –¿Por qué no pusiste el seguro? –se retiró del lugar dando un tirón a la puerta.

–Lo olvidé, no creí que regresarías tan pronto –contestó Greace, pero ya él había salido.

Pasó un largo rato antes de que Greace se decidiera a salir de baño. Cuando reunió el valor suficiente para hacerlo abrió la puerta sonrojada y con la cabeza gacha, sus dos camisones ya no le parecían suficientes, se moría de vergüenza de que él la haya visto en esa situación. Trató de decir algo, pero Chris la interrumpió.

–Lo siento, no dejes nunca de poner el seguro, así nos evitamos estos sustos –él también estaba avergonzado, en parte era su culpa lo que había sucedido. Debió imaginarse de que ella estaba allí.

–Sí, no volverá a suceder –respondió Greace sin mirarle a la cara y se acomodó en la cama envolviéndose entre la sábanas buscando seguridad y abrigo.

Chris entró al lavado sin nada más que decir. Al cabo de media hora salió vistiendo unos pantalones y camiseta de lana, era la primera vez que dormía totalmente cubierto frente a ella, ya que las anteriores noches solía dormir con el torso desnudo. Se recostó en su lado de la cama y miró por encima del muro de almohadas. Greace estaba de espaldas, por lo que no estaba seguro de que estuviera dormida.

–¿Estás despierta? –ella asintió, pero no se giró para verle. Permaneció inmóvil por un instante hasta que él comentó.

–Te vi jugando con los niños, pasé a verlos antes de entrar y están muy contentos contigo, sobre todo Ashely. Quizá sea porque es la que más necesita una figura materna en su vida –su tono era dulce –Gracias, ellos son lo más importante que tengo y verles feliz me llena, hace mucho que no los veía así.

Ella quiso decir algo, pero no podía olvidar lo sucedido hacía un rato. Era probable que la haya visto desnuda y ella estaba muriendo de vergüenza.

–¿Estás molesta conmigo por lo de antes? Mira, sé que fue mi culpa, debí imaginar que estarías allí, pero te juro que no vi nada, no tienes de que preocuparte, vale – preguntó Chris compasivo.

–¿De verdad no viste nada? –ella seguía preocupada.

–Greace, yo no miento, así que si digo que no te vi, no te vi.–respondió Chris con voz firme.

Greace se quedó más tranquila con su confesión y contestó –Los niños son muy inteligentes, es bueno pasar tiempo con ellos, hace mucho que no me divertía tanto.

–Mañana quiero que cenemos todos juntos, si te apetece, desde que nos casamos nunca hemos comido como una familia y hay que irse adaptando –propuso Chris aún con con tono dulce y relajado.

–Está bien –accedió la princesa.

–Buenas noches – se despidió él por primera vez desde que se conocían.

–Buenas noches.

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