Que me creas

El miedo se apoderó de su cuerpo y algo le dijo que nada bueno estaba por suceder. Greace pudo ver como Chris recuperaba la compostura, mientras que la mujer embarazada abrazaba a Ashley. Los gemelos no se movieron, estaban igual de asombrados que Greace. Después de unos minutos de mirarse los unos a los otros, Fernando corrió hasta donde estaba su padre y Antoine hizo lo mismo, lo agarraban del traje con fuerza y no lo dejaban moverse. El Rey consoló a los dos pequeños que habían comenzado a llorar, los cargó a cada uno en sus brazos y caminó hacia dentro del castillo. La mujer los siguió, llevando a Ashley de la mano y la pequeña no podía estar más contenta.

Greace los perdió de vista y decidió subir a su recámara, tomar un baño deprisa y bajar hasta el salón en busca de su esposo .

Lo único que se escuchaba en el palacio eran los murmullos de los sirvientes y esto hizo que se pusiera aún más nerviosa. Caminó por el pasillo con desespero y se sorprendió al encontrarse con los pequeños frente a la puerta del despacho de su padre. Antoine y Fernando estaban sollozando y Ashley trataba de calmarlos como podía.

–Hola –la garganta de Greace se cerró y no pudo decir nada más.

Los gemelos al verla se abrazaron a ella y le pidieron con los ojos llenos de lágrimas.
–No dejes que nos lleven –chilló Fernando.

–Ashley dice que es mamá, pero yo no le creo –terminó diciendo Antoine y cuanto deseaba Greace que no fuera cierto, pero sabía que tenía razón porque la reacción de Chris al verla lo decía todo.

–Antoine, si es mamá lo que tú no te acuerdas, vino a volver con papá –Ashley estaba feliz y Greace no pudo evitar que el alma se le rompiera en pedazos. A veces sin darse cuenta los niños pueden llegar a ser muy crueles.

–Greace ¿eso es verdad? –Le preguntó Fernando aterrado.

–No lo sé cariño, tenemos que esperar a ver que dice tu padre –No supo como pudo siquiera hablar, pensó en eso como una posibilidad, después de todo cuando comenzó su matrimonio el plan de Chris era recuperar a Erika y ahora sus deseos se cumplirían.

–Papá quiere a mamá y no dejará que se vuelva a ir –Las palabras de la niña resonaron en su cabeza y por un momento creyó perder el equilibrio. Se apoyó en la pared para no caer y se quedó mirando a la puerta fijamente.

Pasaron 3 horas por lo menos antes de que Chris saliera del despacho acompañado de su ex-mujer. El rostro de él mostraba lo dolido que estaba, se asombró al ver a Greace esperándolo junto a los niños. Se acercó a ellos y anunció.

–Erika se quedará con nosotros –Chris ni siquiera tuvo el valor de mirar a su esposa mientras habla, y ella esperaba que le diera alguna explicación, algo que demostrara que era importante su presencia en el lugar –¿Por qué no podía ir a otra parte?– pensó, pero el Rey no dijo nada. La decisión estaba tomada y ella no tenía ni voz ni voto. Ashley saltó de alegría y se acercó a su madre para decirle algo al oído. Fernando y Antoine se escondieron tras el vestido de Greace y no tenían ningún tipo de interés en salir de allí.

–Niños ¿no piensan venir a saludarme? –preguntó la mujer de cabello rubio y ojos color miel, era guapísima y Greace se sintió insegura con su presencia.

Los gemelos negaron con la cabeza y trataron de esconderse aún más tras la reina.

–Es que son algo tímidos –Greace trató de salvarlos de la situación, pero lo que logró fue empeorarla.

–¿Quién eres tú para hablar por ellos ? –La mujer embarazada le regaló una mirada fulminante y Greace pudo ver en sus ojos el odio que sentía hacia ella, cosa que le sorprendió porque ellas no se conocían.

–Es mi esposa –justificó Chris con firmeza, pero sin mirar a ninguna.

–Creí que era una sirvienta –el comentario provocó que a Greace se le hirviera la sangre y antes de decir cualquier barbaridad Chris se adelantó.

–Erika ...no lo hagas –le advirtió mirándola amenazante.

–Yo solo estaba siendo sincera, mírala, si saliera a la calle nadie sabría que es la reina. –Ahora si Greace perdió los papeles y le aclaró bien alto para que todos la pudieran oír.

–La Reina en este reino soy yo y mientras estés aquí me debes respeto. Chris dejó que te quedaras, pero eso no significa que todos estemos de acuerdo –miró a su esposo con rabia con su última frase, pero este no dijo nada.

–Me preocupa el ejemplo que puedan estar recibiendo mis hijos de ciertas personas ¿vas a dejar que me hable así en frente de los niños ? –le reclamó Erika al rey.

–Pero vamos a ver, Erika no puedes llegar aquí a dar órdenes a nadie, y Greace considera el estado en que está ella –El Rey estaba molesto y confundido –Niños vayan a sus clases, el maestro debe haber llegado ya –terminó diciendo y los gemelos salieron corriendo de la habitación tropezándose entre ellos, pero Ashley le agarró la mano a su madre y suplicó.

–Papá déjame estar con ella hoy.

–Por favor Ashley, no me lo pongas más difícil, en cuanto termines la verás –contestó el Rey suspirando al final. La pequeña se marchó de mala gana y los dejó a los tres solos. Erika acarició el brazo de Chris y este se paralizó ante su contacto. Greace quiso matarla, pero sabía que lo hacía para molestarla.

–¿Me enseñas mi recámara o será en la de siempre? –Sí, definitivamente Greace estaba segura de que esta mujer había vuelto para joderle la vida, pero ella no se lo iba a poner muy fácil.

–Llamaré a alguien para que te acompañe ¿Greace, vienes un momento? –Chris caminó por el pasillo seguido de su esposa, se encontraron con una mucama y este le pide que acompañe a la "invitada", llegaron a su habitación y Greace cerró la puerta. Chris se sentó en la orilla de la cama y se agarró la cabeza con las manos. La reina estaba asustada, temía lo que pueda decirle, se sentó a su lado y él...

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