Pedazos
Por poco echando fuego por los ojos y casi evaporando sus propias lágrimas, la gran heroína Lady Bug iba aterrizando en su balcón, destransformandose con un humor de los mil demonios.
En cuanto bajó a su habitación, lo primero que ubicaron sus azules fue aquella carta que yacía sobre su almohada parando en seco su coraje, intentando calmar su agitado ritmo cardiaco y tomándola con delicadeza al ver que tenía escrito el nombre que más la había hecho sufrir esos últimos días, casi mostrando en su boca una sonrisa.
Con calma en su actuar, tranquilamente la ojiazul tomó una aguja de tejer que tenía alado de su cama para después clavarla con brutalidad sobre la carta, repitiendo la acción aproximadamente 13 veces.
-¡ME DEJAS PLANTADA Y LO INTENTAS SOLUCIONAR CON UNA CARTA! ¡NO AGRESTE, NO. AAAAGH!
Gritó ya en un llanto histérico mientras con sus ojos cerrados rompía la carta frenéticamente. Los pocos kwamis que habían salido al escuchar los gritos, al analizar la situación huyeron a la caja de los miraculous mientras que Tikki miró todo con profunda preocupación.
-Marinette, basta.
Dijo la rojiza intentando pararla y quitarle la carta, siendo sin querer lanzada de un manotazo no intencional, haciendo que la ojiazul al ver lo que había hecho parara asustada.
-Perdona Tikki, ¿Estas bien? Sabes que no quería hacerlo.
Preguntó bajando su voz mientras limpiaba sus lágrimas, mirando como la pequeña había dado algunas vueltas por los aires.
-Marinette, sabes que soy inmortal e indestructible.
Le dijo mientras se reponía de las vueltas, acercándose a ella y mirando los trozos de papel en la superficie de la cama con negación.
-¿Por qué rompiste la carta? Que tal si decía que te quiere o que no pudo ir a la cita porque se le presentó algo.
Marinette negó y empujó con su mano algunos fragmentos.
-No creo que haya sido por eso... ¿o si?
Pero entonces miró la carta hecha pedazos y su curiosidad le ganó, cerrando sus ojos mientras lamentaba el haberse dejado llevar por su enojo, tomando una bocanada de aire y tomando algunos pedazos de papel con palabras medio entendibles, teniendo sus ojos aún acuosos.
"Amo" "en serio lamento" "nada cambia saber quiénes somos" "decepción" "te amé" "volví a enamorarme" "no" "de ti" "no es prudente" "Adrien.
Con tan solo mirar aquellas palabras, Marinette se abrazó a si misma haciéndose bolita encima de los papelitos, acurrucandose en su almohada y llorando silenciosamente.
-No me quiere y ni siquiera me lo dijo en persona.
Susurró mientras Tikki abrazaba su cabeza dando ligeras palmaditas, sintiendo como poco a poco más pequeños seres que salían de la caja de los miraculous se acercaban a abrazarla.
Marinette nunca había sido buena para los rompecabezas.
.
.
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La oscuridad aún prevalecía en esa mañana sabatina parisina, cuando un sentimoustro comenzó a hacer temblar el suelo, despertando a todos en el área limítrofe.
Claramente Lady Bug y Chat Noir llegaron al rescate, siendo una pelea tan corta como lo había sido de incomoda. Esa era su primera batalla conociendo ambos sus identidades civiles.
En cuanto la pelea acabó, el chico estiró su puño pero ella lo ignoró enredando su yoyo en el siguiente edificio, lista para irse.
-Espera, al menos dime ¿qué dices de la carta?
Le preguntó el héroe interponiendo su bara con el yoyo, haciendo que ella suspirara cansada, mirándolo con profundo dolor.
-Que quieres que diga, ya lo entendí, nuestros sentimientos son muy opuestos.
Le dijo volviendo a estirar su yoyo para irse, intentando no verse afectada. El chico pensó en quedarse en silencio, pero en cuanto la miró tomar vuelo para saltar, no supo cómo las palabras salieron de su boca.
-¿Entonces no me amas?
Preguntó titubeante observando como ella se detuvo y enrolló el yoyo en su cintura. Entonces giró y le miró limpiando una lágrima a la vez que su puchero inconsciente delataba que estaba devastada.
-¿Te atreves a preguntarlo cuando ya te lo confesé en la nota que dejé en tu lapicera? Por supuesto que te amo. Querías escucharlo en persona, bien, pero yo no quiero escuchar lo que decía esa carta.
Dijo con su voz entrecortada y sus ojos inundados de lágrimas mientras el ojiverde fruncia sus cejas completamente confundido.
-¿Qué nota?
Dijo de la nada haciendo que la azabache abriera los ojos con completa sorpresa, sintiendo deslizar las lágrimas que tenía acumuladas. En cambio el ojiverde parecía estar desesperado por la contestación.
-Marinette, habla ¡¿Qué nota?!
Continuara...
:0
Lo lamento, estaba viendo Anne with an E y no me pude resistir basarme un poco en el final :D
Pero bueno, puede que desaparezca un tiempo, aunque esperemos que eso no suceda, porque si eso pasa significa que habrá pasado algo terrible. Yo sola me entiendo, aunque aveces me gustaría no hacerlo.
En fin, disfruten.
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