¿Qué has hecho QUÉ?

No había forma de esconderlo, tampoco de dejarlo así, para Lincoln no había salida y el palpitar de su corazón le impedía pensar, no dejaba de verlo, le intrigaba de maneras no gratas, por lo tanto, lo único que sus neuronas florecientes de la adolescencia le rogaba hacer era dejar de pensar en cualquier cosa que no fuera correr.

Sus piernas temblorosas se comenzaron a mover y los gritos ahogados de miedo no pararon por más que su mano presionaba con fuerza su boca maldiciendo una y otra vez su existencia.

–Mierda, mierda, mierda... MIERDA.–

Mareado y empapado en su propio agobio incesante dejó caer su torso de manera desmedida mientras que su cabeza se adentraba en aquel pedazo de marfil bien formado, regurgitaba una y otra vez los alimentos que alguna vez formaron parte de su digestión.

Sin dudarlo dos veces cerró la puerta, pues, ante la desgracia solo queda una sola palabra "discreción", si algo se debía tener en la casa Loud, es confianza, pero... ¿cómo tenerla? cuando un solo murmullo incisivo resuena en las paredes delgadas de aquella casa vieja se convierte en síntoma de sospecha.

–Si solo una de ellas lo sabe... No se que podría ser de mi.–

Un golpeteo en la puerta del baño asustó al joven, que, dudoso preguntó –¿Qué  s-s-sucede?– la voz temblorosa ahogó una vez más sus ganas de llorar, sin temple alguno la manija de la puerta comenzó a moverse bruscamente junto a un incesante gritó desesperado –ABRE LA MALDITA PUERTA NIÑO– una voz femenina pero con dominancia le obligo a abrir el pestillo de la puerta para dar paso a la mayor de todas las hermanas Loud –¿Qué escondes?– preguntó sin titubear en ningún instante, para Lincoln el mundo se hizo pequeño, cualquier movimiento en falso y todo se iría por el caño –De que hablas... Solo soy yo, yo y... y mi otro yo ¡si! Eso, mi otro yo, ya sabes, conversaciones a solas hermanita.– Las piernas le traicionaron de nuevo, y no solo eso, –Vamos Linc, no puedes engañarme, piernas de gelatina, sonrisa desfigurada y sudor excesivo... vamos, no me fio en nada de lo que dices, ¿Estás dispuesto a cantar? O me obligarán tus extremidades a darles un buen masaje con mi "Pretzel exprés"– dijo mirando fijamente a los ojos del chico, que sin duda alguna estaba deseando volver el estómago otra vez.

–¡¿QUÉ HAS HECHO QUÉ?!– gritó eufórica por toda la habitación, que vemos, es la del chico –Baja la voz tonta, no quiero más problemas con esto, ya de por si siento que me muero con cada segundo que pasa– dijo mordiendo fuertemente la oreja de su antiguo peluche, manía que solía tener hasta hace algunos años –Y deberías ¿Cómo dejaste que pasara idiota?– dijo lanzando un reloj alarma de la mesita de noche de su hermano –¡¿Qué como deje que pasará?! Si supiera como paso juro por lo más sagrado que lo impediría– gritó esquivando aquel objeto, Lori estaba con una gran cara de enfado –Y... ¿Cómo lo tomó ella?– por mucha intriga que tenga una persona, no cambia el hecho de que aquella rubia cambió drásticamente de humor, cosa que no pasó desapercibido por el chico, pero tenía problemas más importantes que resolver –No lo sé... ella no estaba cuando lo encontré– un silencio incómodo se formó entre los dos hermanos –pero, eso significa que te excluye a ti... ¿No?– intentó relajarse pero la mirada de su hermano estaba aún preocupada –Puede ser... pero no ayuda en nada saber que...– se detuvo en silencio un buen tiempo dejando intrigada a la mayor –¿Saber qué?– interrogó preocupada, no respondía, Lori termino por gritar una vez más –¿SABER QUÉ LINCOLN?– Volvía a preguntar temerosa ante la mirada de enojo y preocupación del peliblanco que respondió al instante –¡LO COMPARTÍ CON TODAS! ¿Está bien? Lo comparti con todas... no me enorgullece, ¿pero que querías que hiciera? Una a una lo pidieron y no fue sólo una vez, día y noche estaban en mi puerta para pedirlo amables y amenazantes todas por igual.– decía deshecho aquel chico que comenzaba a sentir aquel cosquilleo en la nariz y el desesperante nudo en la garganta –No importa lo que ellas dijeran tonto, siempre lo hablam– fue abruptamente interrumpida por las carcajadas irónicas del peliblanco, que a juicio de cualquier médico, dirían que había perdido la razón –Jajajay por favor, no te hagas la inocente que no te queda para nada Lori, tu hiciste lo mismo, lo peor fue que al menos yo si confiaba en ti... "Es seguro" dijiste, ¿acaso te interesó si quiera la protección  en algún momento?, Nooo, todo era diversión para ti.– volvió el silencio incómodo, lo único diferente era la mirada de odio en los dos hermanos –¿Cómo te atreves? ¡TU ESTABAS AHI!, eres tan responsable como yo...– no solo estaba enojada, estaba dolida de aquella mirada incriminatoria de su hermano –Hasta dónde se... tu podrías ser mi sospechosa número uno– Lori trato de tomar aliento, la discusión se estaba tornando algo acalorada y no quería que fuera a mayores –Mira... puedes estar tranquilo, no tengo nada que ver ¿Bien?– por fin la tensión se desvaneció, la mayor se acercó al peliblanco que nervioso trato de escapar de aquellos brazos que se extendían –Lo siento, se que soy muy drástica, pero es una situación muy inquietante ¿entiendes?, debes estar muy preocupado... mira, puedo ayudarte ¿si? Pero para eso tenemos que saber quién fue... y pronto, o las consecuencias a largo plazo serán muy malas... para todos.– Lincoln sentía aquel abrazo cálido y lleno de empatia, aunque muy extraño viniendo de la persona que hasta hace sólo unos minutos le lanzó un reloj a la cabeza.

–Lo siento hermanita, no quería gritar, pero esto es muy serio, ¿podrías por favor ayudarme? De verdad que no puedo pensar en lo que dirán las demás apenas se enteren... ¿Me van a odiar Lori?– unos ojos llorosos de color turquesa volvieron la mirada hacia la mayor, que, sintiéndose muy culpable abrazo al peliblanco con fuerza –¿Tú me vas a odiar Lori?– aquello fue lo última gota que derramó el vaso de lágrimas, saltándose a llorar desconsolado en los brazos de su hermana.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top