Capitulo 11

Después de la batalla los semidioses se quedaron muy confundidos, no tenían ni idea de lo que estaba pasando.

Los inmortales habían mandado a todos los demás a sus cabañas a descansar, excepto la cabaña de Apolo que estaba atendiendo a todos los heridos, ellos habían ido a la playa intentando conseguir respuesta de La Secta

-- ¿Por qué Vacío se interesa tanto en ellos? -- preguntó Thaila

-- Tal vez le preocupa que lo venzan -- le contestó Frank dudoso.

-- ¿Por qué se interesó tanto en Tormenta y Tempestad? -- le pregunto Calipso.

-- Tal vez son los más fuertes -- contestó de nuevo Frank defendiendo su punto.

-- No lo creo, hay algo más. Mencionó algo de una maldición -- dijo Jason.

-- Es cierto, además ¿no les parecen extrañamente conocidas sus voces? – les preguntó Nico, a lo que todos asintieron – Pues, yo necesito respuestas. No puedo quedarme aquí parado suponiendo cosas.

-- ¿Qué piensas hacer? -- le preguntó Hazel algo preocupada por lo que se le estuviera ocurriendo a su hermano.

-- Espiarlos -- le contestó.

-- Espera ¿qué? -- le dijo Will sorprendido -- ¿los piensas espiar? Van a descubrirte Nico.

-- No me encontraran, los veré desde las sombras -- le aclaró.

-- Y si sales de las sombras por accidente -- lo regañó Will.

-- No pasará.

-- ¿Y si pasa?

-- No puedo quedarme aquí sin saber nada.

-- Pero no sabes lo que son capaces de hacer por ocultar sus secretos.

-- Se supone que nos están ayudando.

-- Sí, pero...

-- ¡Basta! Dejen de pelear -- los regañó Piper usando su encanto vocal para calmar a Will -- Apoyo a Nico, necesitamos repuestas y no las vamos a tener preguntándoles.

-- Lo vez, alguien me apoya -- le dijo Nico a Will.

-- Si vas a hacerlo te acompañare -- le dijo Will.

-- No, es más difícil ocultar a dos personas.

-- Okey, solo que no te descubran, por favor.

-- Lo intentare.

Sin más desapareció en un viaje sombra, llegó a la sala del barco de Tormenta y Tempestad, y se ocultó en las sombras.

Lo que vio en la sala, no habría podido creerlo si no lo hubiera visto. Ahora entendía de donde reconocía esas voces. Ahí acurrucados en el sillón de la sala, discutiendo sobre que no dejarían morir al otro, se encontraban ellos, a los que habían dado por muertos hace años, estaban ahí... Percy y Annabeth.

Nico fue a contarles a los demás, pero por a la sorpresa no se dio cuenta de que había tirado un cuadro.

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Percy y Annabeth corrieron a cubierta.

-- ¡Nos han visto sin capucha! – aviso Annabeth en cuanto llegó.

-- ¡¿Qué?! ¿Cómo? – les preguntó sorprendía Jazmín.

-- Nico, el hijo de Hades, nos ha estado viendo en las sombras. Estábamos distraídos y no lo notamos – les explicó Percy.

-- Pero solo los vieron, ¿no? – Les pregunto Maddi – No puede ser tan grave, no les han contado nada, ni siquiera pueden saber sus nombres ¿cierto?

-- En realidad... -- comenzó a explicar Percy nervioso – Los conocíamos de antes... Antes de Caos.

-- No puede ser en serio – dijo sorprendido Erick – Han pasado siglos.

-- Eso no importa ahora – desvió el tema Annabeth – El problema es que saben quiénes somos.

-- Deben intentar convencerlos de que han visto mal – les explicó Chris preocupado – Saben lo que pasa si desobedecemos a Caos.

Un escalofrío recorrió a los 8.

-- Vayan a hablar con ellos, están en la playa – les sugirió Jazmín.

-- Supongo que no tenemos muchas opciones – se resignó Annabeth.

Ambos se pusieron sus capuchas.

– Deséenos suertes – les pidió Percy a sus compañeros mientras saltaba del barco.

-- ¿Por qué no solo usan el bote? – les preguntó Jazmín cuando vio que Annabeth se tiraba del barco como su novio.

-- No tenemos uno – le explicó Annabeth encogiéndose de hombros.

Los encapuchados pudieron ver que ninguno cayó en el agua, más bien se mantenían de pie como si siguieran pisando suelo.

-- ¡Exagerado! -- se burló Daniel.

Caminaron por toda la distancia que los separaba de la playa, la que era bastante porque les gustaba alejarse de los semidioses durante sus reuniones.

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Cuando los demás vieron llegar a Nico, parecía en shock.

-- ¿Qué es lo que has visto? ¿Te descubrieron? Te dije que no debías ir -- dijo Will rápidamente al verlo llegar.

-- No puede ser... pero por eso sus voces eran tan conocidas... son ellos, dioses... no puedo creerlo -- dijo Nico ignorando la pregunta.

-- ¿Pues a quiénes has visto, Nico? -- le preguntó Hazel.

-- A Tormenta y Tempestad... sin capucha.

-- Pues, ¿quiénes son para que te comportes así? -- le preguntó Jason.

-- Son... Percy y Annabeth -- contestó aún sin procesarlo del todo.

Todos se sorprendieron... Estaban vivos, después de tantos años, seguían vivos ¿Cómo es que terminaron volviéndose leyendas entre los mortales, escuchadas hasta por semidioses?

-- Nico, ¿estás seguro de que son ellos, no los confundiste? -- le preguntó Piper, sorprendida

-- Estoy seguro de lo que vi.

-- Dioses, no puedo creerlo... Siguen vivos -- dijo Piper.

-- ¿Por qué no nos lo dijeron? -- les preguntó Hazel.

-- Tal vez no podían -- le contestó Frank.

-- ¿Cómo es que del Tártaro terminaron con Caos? -- preguntó Jason.

-- No lo sé – dijo Thalia y después se volteó hacia el barco y pareció sorprendida -- Alguien se acerca desde el barco – todos voltearon y después de que se acercaran pudo identificar el color de sus capuchas -- Son ellos. Nico ¿estás seguro de que no te vieron?

-- Bueno... -- intentó pensar el susodicho.

-- Nico -- insistió Thalia.

-- No lo sé. Me fui rápido, no pude ver si me notaron – le explicó Nico.

-- No puede ser, Nico... -- dijo Will preocupado – Te dije que no era buena idea.

-- Es lo mejor – dijo Nico seguro – Así podemos intentar obtener respuestas. 

-- Semidioses – los llamó Tempestad algo molesto cuando llegaron a la playa – Debemos hablar.

-- Oh por favor, no sean tan formales, sabemos la verdad – les explico Thalia.

-- ¿Qué verdad? -- preguntó Tormenta molesta pero con un pequeño nerviosismo.

-- Oh, vamos, Percy y Annabeth, lo sabemos-- dijo Nico algo molesta por su actitud tan cortante.

Los encapuchados no se sorprendiendo ante su respuesta.

-- No sabemos quiénes son ellos, creo que nos están confundiendo -- dijo Tormenta, totalmente convencida.

-- Oh, dejen de actuar, yo los vi -- le dijo Nico, también molesto "¿Piensan como somos tan ideotas que nos con venderán así de fácil?" pensó. 

-- En realidad a eso venimos – les dijo Tempestad, volteó hacia Nico -- ¿Nos has estado espiando?

-- Tal vez -- le contestó algo nervioso por el tono tan molesto que usó.

-- ¿Y quién te dio derecho de hacerlo? -- le preguntó Tormenta igual de molesta y caminando hacia Nico.

-- Pues... Nadie -- contestó nervioso.

-- ¿Por qué nos estabas espiando? -- le preguntó aún más molesto Tempestad.

-- Quería... Más bien... Necesitaba respuestas, -- le contestó Nico nervioso, pero tomó coraje y continuó  -- porque ustedes no nos dicen nada, por si no lo saben, sí servimos para algo. En realidad, aún me pregunto por qué nos protegen si parece que no les importamos.

-- Sí, es verdad, estamos aquí porque Caos nos lo ha ordenado. Porque Vacío gobernando sería algo muy malo y debemos detenerlo ¡Si ustedes mueren sería daño colateral! ¡En realidad no nos importan! -- le dijo Tormenta muy molesta.

-- ¿Crees que nosotros queríamos venir? Porque no, no queríamos -- les dijo Tempestad igual de molesto que su compañera -- ¡Hemos pasado siglos alejándonos de todo esto! ¡La mayoría nos hemos unido a Caos con la esperanza de no volver a saber de los dioses! Protegemos a los mortales, Vacío amenaza a los mortales, ¡por eso estamos aquí! Y si sirven para algo ¿por qué tuvimos que venir?

-- Ahora, si no les molesta, tenemos que ir a ver cómo ganar su guerra -- les dijo Tormenta.

Ambos comenzaron a caminar hacia el agua para regresar al barco, pero una mano tomó a Tormenta de la muñeca con fuerza haciéndola parar. Era Thalia.

-- Por favor, Annabeth, sé que lo que dicen no es en serio, solo regresa con nosotros, regresa conmigo. -- le dijo Thalia sonriendo.

-- Por última vez, ¡no sé quién es Annabeth! -- le dijo Tormenta molesta para luego zafarse de su agarre -- ¡Y no me vuelvas a tocar!

Volvieron de la misma forma que habían llegado y los semidioses se quedaron ahí, parados, aún más confundidos que antes

-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

-- ¿Qué ha pasado? – le preguntó Jazmín en cuanto subieron al barco

-- Creo que no los hemos convencido – le explicó Percy suspirando.

-- Será mejor que piensen como hacerlo – les dijo Chris.

-- ¿Y si no lo hacemos? – les preguntó Annabeth dirigiéndose mayormente a Percy – Ellos lo han descubierto, nosotros no se lo hemos dicho, sólo no los desmentidos.

-- Aun así, deben procurar no interactuar con ellos – les comentó Maddi.

-- Sí, supongo que estará bien – dijo Percy y Annabeth asintió – No será muy difícil.

-- Lo mejor será que nos concentremos un problema a la vez – les dijo Erick – Mientras resolvían eso, Chris y yo trajimos un par de libros de hechizo.

-- ¿Cómo los trajeron tan rápido? – les preguntó sorprendida Annabeth al ver un montón de libros en una esquina del barco

-- Con magia – le aclaró Erick.

-- ¿Hicieron magia en mi barco? – preguntó Percy algo asustado a lo que a sintieron – Espero que no hayan dañado a la hermosa Salvation.

A los chicos les pareció algo graciosa la reacción de Percy, pero Annabeth suspiro:

-- A veces me pongo celosa de este pedazo de madera

Los demás rieron, excepto Percy, quien pareció ofendido. 

-- Ésta bien, pues hay que empezar – dijo Jazmín, al cesar las risas

Y todos tomaron un libro y comenzaron a leer, no sin antes escuchar a los gemelos quejarse y ser regañados por Annabeth.

Después de un rato, cuando ya estaba atardeciendo y todos se encontraban agotados de tanto leer, Maddi soltó grito ahogado de sorpresa.

-- ¡Creo que tengo algo! – les explicó a los demás, contenta.

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Bueno, nuevo capítulo.

Efectivamente, era Nico de metiche.

El próximo capítulo será un flashback. 

Ya saben, comenten si les gusta la historia, voten.

Pueden comentarme aquí de que país son. Sería interesante saberlo. 

Sin más que decir. 

Los quiero 🖤. Bye. 

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