No tengo que explicarle a nadie si nadie me entiende...

Blas tiene un vozarrón, eso está claro, y Álvaro... No me lo esperaba, el actor tiene mejor voz de lo que pensaba. Me encanta como nos vamos uniendo para cantar una canción. David se sube también y canta la siguiente estrofa:

Si tengo que vivir llorando de llorar se aprende...

Faltaría que apareciera Carlos, pero con lo cabezota que es, seguro que no se atreve. Vale, me retracto ahora mismo, acaba de subirse.

La gente piensa que estoy solo, pero tú estás aquí en mi mente...

Tiene una voz muy aguda. Con un poco de trabajo, podría ser muy buena. Vuelvo a mirar a la pareja, que no parece que vayan a dejar de mirarse, ni con agua ardiendo. Álvaro es el que canta la última estrofa antes del estribillo:

Y es que es tan grande lo que siento que así es suficiente...

Volvemos a cantar el estribillo, todos juntos. Sweet California, Rebeca y los chicos. Sí, sonamos muy bien todos juntos.

Soy tan observador que soy consciente de la cara que nos echa Anabel, mi nueva novia. Novia... Suena tan bien...

En fin, lo que iba diciendo, parece que en su cabeza ya se está montando todo un negocio. Con nosotros. Aunque no sé si quiero. Por el amor de Dios, Amelie se acaba de separar. ¿De verdad estoy dispuesto a comenzar otro grupo? Aunque esta vez sería boyband, todos cantamos muy bien y, que yo sepa, solo yo sé tocar instrumentos.

Sonrío cuando la canción acaba. Yo tenía pensado ver esto y marcharme, no acabar formando parte del espectáculo, pero no importa. Esto me hace feliz. Todos nos aplauden y veo demasiados móviles grabando. Esto se va a hacer viral.

Miro a la parejita, pero ya no están. Carlos se apoya en mi hombro, a pesar de ser más bajo.

—Son unos rastreros.

—¿Y eso? —Me río. Este chico es único.

—Llevo desde el principio siguiendo su telenovela, y ahora se esconden... Esto no quedará así.

Baja del escenario y habla con el cámara que graba lo que se emite por la pantalla gigante. Como es un organizador, consigue que le presten la cámara. Sale por detrás del escenario, cámara en mano. Esto no puede acabar bien.