Hoy no tengo que ir al recinto donde se celebra el festival, lo que es para mí una sensación agridulce. Por un lado, quiero ir por si me encuentro a la chica pelirroja del otro día. Por el otro, prefiero quedarme en casa, tranquilo.

Si esa chica y yo nos conociéramos, seguro que saldría mal. Mis últimas dos relaciones han sido un desastre: Rebeca y Naomi. Y con Naomi aún no he terminado. Pero no la soporto, y estoy con ella por mi mánager. Tener novia me hace más interesante, según él. Tonterías.

Respecto a Rebeca... Me acuerdo haberla visto tropezarse con sus propios tacones y me pareció adorable. Se disculpó (o eso me pareció) con el chico al que se agarró y luego empezó a besarse con otro tío. Acababa de conocerla y era imposible que me gustara, pero sentí verdadero asco al verlos besarse. Celos, lo llaman algunos.

Tuve suerte, la verdad. No estuvo casi nada con ese chico durante la noche. Me di cuenta de cómo bebía, por lo que vi mi oportunidad. Me acerqué a ella y me presenté. Ella parecía feliz de estar conmigo, así que no dijo nada cuando propuse acompañarla fuera para que se despejara y que "su novio no la viera así". Muy ingenua.

Nos sentamos en un banco y empezó a cantar la canción de Bob Esponja por lo bajo, muy alegre. Acaricié la palma de su mano con mi dedo pulgar, muy concentrado. Ella me miró y se acercó más a mí.

La besé yo, pero ella me correspondió enseguida, lanzando un gemido muy tierno. Aquello me encendió aún más. Y no sabéis lo mucho que me arrepiento.

Nos besamos con pasión un buen rato, probablemente ella lo olvidaría por la mañana y yo me llevaría el recuerdo de sus labios. Pero no salió como esperábamos.

—¿Pero qué haces, gilipollas? —Nos separamos rápidamente. La primera vez que veía la cara de Blas Cantó, su novio.

Lo sé. Fui un idiota. Me enrollé con una tía que tenía novio. Ellos rompieron. Ella no quiso saber nada de mí. No volvimos a vernos, hasta que tropezamos el otro día.

A Blas sí lo volví a ver. Primero fue en la tele. Acababa de empezar con Naomi y a ella le encantaba ese programa... Tu Cara Me Suena. Cuando vi su cara en la pantalla y anunciaron que después de haber ganado la primera edición, tomaría el puesto de jurado..., no tuve palabras.

La siguiente vez fue en persona. Ambos cantábamos en el especial Nochevieja de la 1. No hablamos, pero su mirada lo decía todo. La había cagado a lo grande.