Narrador Pov's

Enji al instante se puso en posición de pelea ante el Alfa delante suyo.

Enji:¿¿Qué diablos hicistes ahora!?.–Bramó furioso.

Ryo:Nada importante.–Sonrió inocente,para después fijar su único ojo visible al pequeño cachorro.

Hotaro se encogió en su lugar,sus manos temblaban y se sentía pequeño, demasiado pequeño,no se atrevía a levantar la mirada por el miedo que le hacía sentir aquel Alfa.

Enji sintio como su cuello se sentía apretado,como si lo estuvieran ahorcando.
Rápidamente sujetó su cuello,queriendo apartar lo que lo estuviera ahorcando,pero no había nada.
No sentía nada alrededor de su cuello.

No podía pronunciar nada.

¿Qué diablos?.

Ryo:Veo que haz crecido mucho,Hotaro-Chan.–Expreso con una sonrisa hacia el cachorro.

Hotaro miró al albino de reojo para después mirar el suelo.

Hotaro:Gracias...padre.–Murmuró bajamente,abrazando más fuerte su mochila.

Enji:¿Q-qué...?.–Cuestiono a duras penas mientras se quedaba sin oxígeno lentamente.

Hotaro miró a su madre y sus ojos se abrieron en shock.

Hotaro:¡Mamá!.–Soltó alertado viendo como una maldición de segundo grado estaba alrededor del cuello de Enji,ahorcando a su madre.

Hotaro movió su mano y la pequeña maldición fue explotada al instante.

Enji cayó de rodillas,tomando bocanadas de aire con fuerza.

Hotaro:¿Estás bien?.–Cuestiono preocupado mientras tomaba el brazo de su madre,para que se pusiera de pie.

Ryo:Eres lo suficientemente fuerte para poder matar a una maldición de segundo grado tu solo,eso es increíble.–Expreso fascinado acercándose a su cachorro.–Tienes un futuro brillante,cachorro.–Expreso orgulloso,con una suave sonrisa.

Hotaro tragó saliva,no dignandose a voltear a ver a su padre.

Le tenía miedo.

La última vez casi muere cuando su padre lo lanzó a un grupo de maldiciones.

Si no fuera que el director Yaga de la Jujutsu High de Tokio lo encontró,pudo haber muerto.

Estuvo en cama durante 1 mes enteró,sin poder moverse bien porque sus huesos y extremidades casi eran devoradas por las maldiciones.

Enji abrazó a su cachorro,pegándolo a su cuerpo y miró de manera feroz al Alfa.

Enji:Aléjate de mi hijo.–Ordenó mostrando sus dientes.

El Alfa sonrió con un rubor en sus mejillas.

Ryo:Protector y agresivo a la vez...eso me encanta de ti.–Expreso sonando enamorado,pero después borró su sonrisa y tomó del mentón al pelirrojo.–Te estás encariñando mucho con el cachorro,pronto morirás y lo sabes,te vas quedar solo,sin alguien a tu lado,asi que no te encariñes mucho con el cachorro.–Expreso de manera fría.

Helando a Hotaro,el cual quería llorar del miedo.

No,su madre no se quedaría solo.

¡No lo permitiría!.

De pronto una maldición atacó a Ryo,el cual fue mandado a volar.

Un payaso con apariencia macabra apareció,todo su ser tenía únicamente dos colores,blanco y negro.
Su nariz era una nariz de cono con los mismos detalles,blanco negro.
Sus largos brazos,sus garras en sus manos y sus dientes afilados era lo que lo distinguían más.

Hotaro:¡Acabalo,Jack!.–Ordenó señalando a su padre.

Laughing Jack,una maldición de primer grado que acompaña a Hotaro desde los 4 años,no dudó en correr detrás de Ryo,el cual corrió mientras reía de una manera desquiciada.

Hotaro se separó de su madre y le miró.

Hotaro:¿Estás bien,mamá?.–Cuestiono angustiado.

Enji tenía la mirada algo perdida.

Las palabras de Ryo le habían afectado.

Su hijo era un mitad hechicero,podia pelear y ver maldiciones.
Tenía control sobre ellas.

Sabía que su hijo algún día terminaría siendo un hechicero.

Los hechiceros arriegan la vida,como lo hacen los héroes,pero a comparación de los héroes,los hechiceros no son admirados,nadie sabe lo que hacen.

Nadie sabe lo que arriesgan.

Nadie sabe lo que sufren día trás día.

No saben lo mal de la cabeza que pueden estar al estar viviendo lo que viven y el control que tienen para no volverse locos.

Los héroes mueren y son recordados y amados aún muertos.

Los hechiceros mueren y nadie lo sabe,mueren solos y de maneras desagradables y macabras.

Hotaro algún dia podría morir de tal manera.

Solo y sin ser recordado,nada más por aquellos que lo conocen,pero nadie sabrá lo que ha hecho,nadie sabrá por lo que se sacrificó,nadie sabrá lo que sufrió solo para proteger a los no-hechiceros de las malditas maldiciones.

Y Enji algún día morirá,solo y sin amor.

Nadie lo amará,nadie lo recordará,nadie lo admirará por lo que ha hecho.

Ni siquiera sus hijos lo harán.

Las lágrimas corrían por las mejillas de Enji.

No estaba bien.

No se sentía bien.

La voz de Hotaro sonaba lejana.

Podía oírlo gritar,llorar.

Pero lo escuchaba muy lejano.

Enji no estaba bien.

Su cuerpo se sentía pesado.

Su mirada estaba borrosa.

Estaba mal de la cabeza.

Tanto estrés,tanto dolor,tanto despreció,tanto cansancio.

Todo recaía sobre él.

Y todo se volvió negro para Enji.

Hotaro:¡Mamá!.–Gritó entre lágrimas mientras abrazaba la cabeza de su madre,tratando de soportar su peso y detrás volvía Jack malherido.–¡Jack ayúdame por favor!.–Pidió mirando a su maldición.

La maldición de payaso se acercó y cargó a Enji.

Hotaro se asomó por la oficina de la directora,viendo horrorizado como la directora estaba siendo devorada por unas maldiciones,sus ojos estaban de fuera siendo uno de ellos devorado y su mandibula estaba demasiado abierta y destrozada,su ropa destrozada y siendo devorada del torso.

Hotaro sintió ganas de vomitar,pero aguantó las ganas,se acercó y tomó el teléfono y comenzó a marcar una numeración.

Las maldiciones de cuarto y tercer grado intentaron atacarle,pero Hotaro movió su mano y la pequeña multitud fueron explotadas.

?:¿Bueno?.–La voz de un hombre contestó.

Hotaro:T-tio Tsunagu.–Llamó con la voz titubeante.

Tsunagu:¿Hotaro?.–Cuestiono preocupado escuchando el titubeó del menor.

Hotaro nunca tartamudeaba,a menos de que sintiera miedo o estuviera llorando.

Hotaro:¡Padre v-vino a la escuela y mató a la directora y m-mamá se desmayó!.–Explico entre lágrimas mientras temblaba.

Preocupado y asustado.

No estaba acostumbrado a ésto.

Tenia miedo.

No sabía que pudo hacerle su padre a su madre.

Su madre estaba inconciente y no sabía lo que tenía.

Su padre escapó y posiblemente todavía esté cerca.

Y posiblemente haya dejado maldiciones por ahí.

Además de que su amigo Jack estaba también malherido.

Hotaro solo era un niño.

No sabía que hacer más que llamar a su tío y padrino,Best Jeanist.

Tsunagu:¡Voy para allá y llevaré refuerzos!.–Indicó con seriedad mientras se levantaba y colgaba.

Hotaro dejó el teléfono en la mesa y salió.

Viendo como había una maldición delante de Jack.

La maldición tenía la cara al revés y tenía como diez ojos y una boca en el estómago.

Hotaro tembló.

Era una maldición de primer grado.

Hotaro podía enfrentarse a una maldición de segundo grado.

Pero nunca había enfrentado una de primer grado.

Vió como Jack apretaba a Enji.

Listo para dejarlo y pelear o listo para escapar.

Hotaro:¡Corre Jack!.–Ordenó mientras usaba su fuego contra la maldición.

Jack obedeció,sacando a Enji del lugar lanzándose por la ventana y corriendo lejos.

Hotaro fue golpeado y mandado a volar.

Todo pasó tan rápido.

Una bella mujer se puso delante de Hotaro.

Una chica de cabello azul claro con un hacha en la mano.

X:Creo que llegué a tiempo.–Expreso la joven Alfa con una sonrisa.–No te preocupes niño,descansa si quieres.–Expreso con una sonrisa mirando al pequeño peli-blanco,el cual se miraba sorprendido.

Unos cuervos entraron por la ventana y atacaron a la maldición,la cual los mato al instante.

X:Ups,lo siento chicos.–Se disculpó con una sonrisa hacía los cuervos muertos.

Para después lanzarse y atacar a la maldición de primer grado.

Partiendola a la mitad,matándola como si no fuera la gran cosa.

Hasta que aparecieron más maldiciónes de primer y segundo grado.

La peli-azul miró a las maldiciones y sonrió levemente,recargando su hacha en su hombro.

X:Más maldiciones,más dinero.–Expreso mientras caminaba tranquilamente hacia las maldiciones.

Hotaro(💭):Las mujeres si que pueden dar miedo.–Pensó asombrado viendo como la mujer atacaba de manera elegante pero su sonrisa demostraba lo contenta que estaba por el dinero que llegaría después de ésto.

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