❁ Capítulo 33: El número uno

SeokJin

— ¿Lo escuchaste cariño? — la pregunta de NamJoon tras su escandalosa risa me sacó de mi trance por un momento, pero tras todo pronóstico, logré seguir con mi ejercicio rutinario. — ¡JiMin comenzó a dar a luz en vivo y en directo!

NamJoon seguía riendo y si no fuera porque mencionó a JiMin no hubiera dejado de lado mis ejercicios. Me levanté de la gran pelota y me dirigí hacia mi esposo, viendo así la explicación del presentador ante el escape de YoonGi y el inconveniente con el vídeo de JiMin.

— ¿Tú cómo vas? ¿Ya quieres ir al hospital? — me sonrió y acarició mi vientre. Dudé un poco ante su pregunta, pero finalmente negué.

— Podemos ir cuando el premio al mejor artista sea entregado. — le di un beso a mi esposo y me coloqué de pie para regresar a mis ejercicios.

— ¡Muchas gracias, amor! — NamJoon se emocionaba bastante con aquellas premiaciones y con sus días de descanso, por lo que prefería que disfrutara un momento más antes de salir rumbo al hospital.

Las contracciones eran ligeras, en mi caso, y hasta imperceptibles, pero eso no significaba que no sintiera una leve molestia. Los dolores habían empezado hoy por la mañana, pensé que era parte de los últimos meses, pues aún me faltaba algunas semanas para el parto, sin embargo, cuando comenzaron a presentarse cada quince minutos me dije que esta no era una falsa alarma. Para cuando se lo mencioné a NamJoon, alrededor de hace cinco horas atrás, este me propuso ir al hospital, pero sabía que deseaba ver las premiaciones, por lo que empecé con mis ejercicios y le dije que avisaría si es que el dolor aumentaba, y felizmente no lo hizo.

Me dirigí hacia mi pequeño e improvisado gimnasio, que se situaba en una esquina del salón principal, para continuar con lo que estaba haciendo, cuando NamJoon se colocó de pie y apagó la TV.

— Mejor vámonos, cariño, puedo ver aquellas premiaciones en cualquier otro momento, no como el nacimiento de mis bebés. — NamJoon me sonrió y yo hice lo mismo.

Mi esposo estaba alistando la maleta de nuestro bebés mientras yo buscaba algo lindo que colocarme. Habíamos empezado a prepararnos para ir al hospital hace unos quince minutos atrás y aún no sabía si colocarme la polera blanca que tenía a dos bebés diciendo "ya vamos a salir" o la polera rosada que tenía la misma caricatura.

— ¿Tú qué dices, cariño? — le mostré mis dos opciones a NamJoon y este escogió la rosada.

— El rosado siempre te ha caído muy bien, bebé.

Le mandé un beso y proseguí a cambiarme y colocarme las zapatillas. Una vez que estuvimos listo, con las pertenencias del bebé en una maleta y con las mías en otras dos maletas subimos al auto. NamJoon, a diferencia de muchos otros padres, manejó con sumo cuidado y yo, a diferencia de muchos otros, no lo golpee. Tampoco quería verme como un exagerado y psicópata.

— Cariño, quiero pasar por un café, ¿Crees aguantar?

— Solo si me compras un chocolate caliente y un muffin.

— Pero eso significa que tendremos que ir a la clínica de HoSeok, ya que según el mapa es la única que nos queda más cerca.

No le vi ningún inconveniente, sabía que incluso, podíamos encontrarnos con HoSeok y tal vez él avisaría a TaeHyung para que sepa sobre la llegada de sus hermanitos, así que asentí.

— Entonces es un trato. — reí y volví a asentir.

Pasamos por la cafetería más cercana y tras esperar unos minutos, recibimos nuestros pedidos.

— ¡Qué rayos! ¡Ese hombre es un idiota, mira cómo ha estacionado su auto! Y yo que pensé que esta clínica era de renombre, pero al parecer... — fue lo primero que dijo Nam al entrar al estacionamiento de la clínica y encontrarse con un auto mal estacionado que ocupada como tres espacios libres.

— Ya baja del auto, NamJoon, tal vez solo ha tenido una emergencia y por eso lo ha dejado así.

Nam buscó un lugar para estacionarnos y tras hacerlo bajamos del auto y posteriormente nuestras maletas.

— ¿Trajiste los papeles de la clínica?

— Sí, aunque estoy seguro que van a recibirnos, no solo porque HoSeok es el esposo de mi hijo, también porque he traído dinero y-

— ¿Dónde está mi muffin, NamJoon? — miré a mi esposo y este maldijo por lo bajo.

— Está en el auto, pero podemos comprar otro en la cafetería de este lugar.

— La comida de hospital no es deliciosa. — hice una mueca de asco de tan solo recordar la vez que me fracturé la rodilla y tuve que estar hospitalizado por una semana.

— Entonces ordenaré comida, pero ya entremos.

— ¿Te molesta estar arrastrando las maletas, cierto? — NamJoon asintió y solo me quedó seguir avanzando, mientras disfrutaba de mi chocolate caliente.

[❁]

— Yo lo conozco a usted. — dijo la recepcionista apenas nos vio. — ¡Oh por dios! Ya te recuerdo, eres el modelo de ropa interior. — Sonreí y asentí. — ¿Y qué puedo hacer por ti, tesoro?

— Necesitamos una habitación, ha entrado en labor de parto hace unas horas y no hemos podido llegar a la clínica donde se llevaba sus controles

— ¿Estás en labor de parto? — me preguntó algo sorprendida, pues no parecía que lo estuviera.

— Sí, las contracciones son cada diez minutos, aunque el dolor no es intenso, así que puedo esperar una hora más si es que no tienen alguna habitación libre.

— Claro que no. — NamJoon dejó a un lado mis maletas y sacando su tarjeta de crédito. — Quiero una habitación ahora mismo, tendremos mellizos y se supone que no estaríamos en esta situación hasta dentro de unas semanas más, así que por favor haga lo posible. — le entregó la tarjeta a la recepcionista y esta sonrió.

— Claro que tenemos habitaciones disponibles, no es necesario que me ande sobornando. — la mujer nos sonrió, para luego regresarle la tarjeta a mi esposo.

La habitación que me entregaron era una de las más amplias y tenía un bonito color rosa.

— En un momento el doctor vendrá. — nos dijo la mujer. — por el momento coloquese la bata por favor.

NamJoon me ayudó a colocarme la bata, aunque no era necesario, y luego de unos minutos una enfermera ingresó en compañía de un doctor, este último comenzó a hacerme preguntas sobre mi embarazo y luego me pidió que mirara hacia un letrero que se ubicaba en la pared, al lado de la entrada.

— Del 1 al 10, ¿Cómo se siente? — preguntó, señalando las caritas y sus números que se ubicaba debajo.

La cara del número uno se veía sonriente y muy animado, mientras que de la número diez parecía que iba a explotar.

— Creo que el uno, ¿Cierto, cariño? — miré a NamJoon y este asintió.

— Tú siempre eres el número uno. — dijo mi esposo, ganándose un corto beso.

— Sí, definitivamente soy el número uno.

El doctor miró a la enfermera y esta parecía algo sorprendida, pero no entendía, pues ellos querían una respuesta y yo se las di.

— Muy bien... hay que ver qué tan dilatado está para empezar con el parto. — ahora el doctor parecía actuar un poco extraño, pero no dije nada.

— Iré por tu muffin, cariño. — NamJoon se mostró un tanto incómodo cuando el doctor me pidió abrir las piernas, pero no lo culpaba, este era el primer parto que iba a ver en vivo y directo (pues lamentablemente y por ser un idiota, no llegó a tiempo al parto de Taehyung) por lo que podía deducir que se sentía algo nervioso e incómodo.

— Oh, claro, cariño, ve, pero tráeme también una pizza y unos chocolates. — hice un puchero y NamJoon asintió, dejando un beso en mi frente para luego salir del lugar.

— Muy bien señor Kim, me sorprende decir esto, pero empezaremos con el parto. — asentí ante las palabras del doctor.

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