❁ Capítulo 23: Cariñito

YoonGi

— Lamento que todo haya terminado de esta manera, espero que solucionen sus diferencias...

— ¡Ya vámonos, HoSeok, quiero hacer pipí y no puedo entrar nuevamente a la casa de JiMin, ya que este está enojado! — el grito fuera de lugar de TaeHyung no solo incomodó a HoSeok, sino también a mí.

— Lo siento nuevamente por eso y enserio espero que solucionen cualquier tipo de problema que tengan. — HoSeok me sonrió y al final hice lo ismo, apretando su mano cuando me la ofreció.

Cerré la puerta una vez que me despedí de manera correcta del esposo de TaeHyung y sin pensarlo dos veces me dirigí hacia la habitación principal.

Me tardé mucho en acabar con la fiesta y en convencer a mamá de que durmiera por esta noche en un hotel, pero al final lo hice y lo único que me faltaba era solucionar los diferencias con mi esposo.

— JiMin, cariño, tenemos que hablar. — susurré, dando leves golpes en la puerta. No quería irritarlo y que me lanzara una almohada, por lo que me encontraba rogando en mi interior para no ser golpeado o insultado. — Sé que debí decírtelo, pero ocurrió esto del riesgo de aborto y entonces...

— ¿Lo sabías desde ese momento? ¿Enserio lo supiste desde ese maldito momento? — y por fin abrió la puerta, pero claramente fue para retarme y regañarme por haberle escondido tal cosa.

— Lo siento, cariño, pero no tenía opción, hubieron muchos momentos en los que quise decirte, pero ocurría una cosa tras otra y me sentía totalmente un idiota si es que llegaba a alterarte aun más.

JiMin se alejó de la puerta, caminando directamente hacia el armario. Ya podía sentir el dolor de espalda que tendría mañana por haber dormido en el sofá.

— ¿Sabes algo? ¡Lárgate al extranjero y recibe tu maldito premio!

Y me equivoqué. JiMin no estaba sacando almohada o sábanas extras, en realidad estaba sacando toda mi ropa y la estaba lanzando al suelo.

— Hasta te voy a ayudar a empacar, maldito imbécil. — se veía exaltado y realmente aquello no era bueno, por lo que no dudes en detenerlo.

— Cariño, cálmate, es malo para el bebé que te encuentres así. — sostuve sus brazos con fuerza y aunque JiMin tenía mucha más fuerza que yo, se dejó hacer, pues al parecer entendió que sí estaba mal que se encontrara tan exaltado.

—N-no entiendo, YoonGi, ¿Por qué no me lo dijiste? — susurró, mostrando una faceta un tanto sensible y débil.

— Ya te lo dije, mi amor, fue por lo riesgoso que se volvió tu embarazo y principalmente porque temía este tipo de reacción.

JiMin asintió y se puso a llorar al final, para luego dejarse guiar hacia la cama.

— Primero regresar para el nacimiento de nuestra nena. — susurré, tratando de entregarle algo de confianza y tranquilidad.

— No te preocupes por eso, porque yo iré contigo. — la sonrisa en el rostro de JiMin fue suficiente para saber que se lo había tomado bastante enserio y que definitivamente sí iba a viajar conmigo.

Suspiré, porque muy dentro de mí sabía que esta sería una de sus reacciones si es que le decía la verdad.

— Ahora abrázame, que tengo sueño.

Cumplí su petición y simplemente me rendí, pues aunque quería darle la contra a mi esposo, este se iba a cerrar en sus ideas y no iba a permitirme ir a ninguna lugar.

Tal vez no fue la mejor opción casarme con alguien tan demandante como JiMin, pero no me arrepentia, pues todo de él me encantaba y todo lo que me había entregado era pura felicidad y amor, y eso incluía a nuestra nena.

[❁]

TaeHyung

— ¿Cómo es eso de que estás en el aeropuerto? ¡Estás loco! — grité pro teléfono, obteniendo un ronquido de molestia de parte de mi hombre precioso, quien tenía el día libre hoy. — ¡No puedes viajar, JiMin, sabes que tu embarazo tiene mucho riesgo!

— ¡TaeHyung! — gritó mi esposo, aunque no fue precisamente un grito, pues estaba aboca abajo y las almohadas amortiguaban su voz.

— JiMin, sé que en esta etapa queremos estar al lado de nuestros esposos más que nunca, pero tampoco te pases.

HoSeok volvió a quejarse e importándome sus pocas horas de sueño, lo patee, lo que provocó que cayera al suelo rotundamente y se quejara al instante.

— Y eso es para que aprendas a callarte cuando estoy en el teléfono. — le saqué la lengua a mi esposo, quien al instante se colocó de pie y se dirigió al cuarto de baño. — ¡Buen trasero, cariño! — grité al verlo solamente en ropa interior y con ese cuerpo tan hermoso.

Escuché un claro sonido de asco por medio del teléfono y reí.

— Yo no te dije nada cuando te encontré a ti y a YoonGi teniendo sexo en la alberca de su casa, así que mejor quédate callado.

JiMin me regañó por hablar de ese momento y estaba a solo un pelo de cambiarle de tema, pero en este preciso momento me encontraba más preocupado por su estado que por su vida sexual.

— ¡Tienes que regresar! — grité, ignorando cualquier tipo de regaño de mi amigo. — ¡Y no pienses en colgarme, que te juro que te voy a reventar el... ¿Hola? ¿Hola? Maldito desgraciado, te atreviste a colgarme.

Maldije por lo bajo y tiré mi celular lejos, viendo a HoSeok salir del cuarto de baño entre bostezos.

— ¡JiMin me colgó! — grité apenas vi que mi esposo se acostaba a mi lado. — ¿Puedes creerlo?

HoSeok asintió con la cabeza y ya me veía indignado por su falta de empatía conmigo. O sea, me preocupaba por mi amigo, por mi ahijada y por todo lo que concierne a su salud y el maldito me cuelga y para colmo, me apaga el celular.

HoSeok tenía todas las intenciones de seguir durmiendo, no solo su actuar lo demostraba, sino también esas ojeras profundas que se dejaba ver debajo de sus preciosos ojitos. Sabía que mi esposo estaba totalmente cansado, lo podía notar y estaba al tanto de eso, pues estos últimos días se había quedado de interno en el hospital.

— Cariño~ — ronronee, subiéndome encima de él, a lo que Hoseok gruñó, prácticamente se quejó. — no debí de comportarme así contigo, pero entiéndeme, estoy algo exaltado con esto de las hormonas.

Comencé a besar sus labios, a pesar de que sus ojitos estaban cerrados y aunque sabía que mi esposo estaba totalmente cansado, igual decidí tentar la suerte y mover mis caderas.

— y es precisamente por las hormonas que ahora tengo ganas de cariñitos...

— Tae, n-no tengo ganas. — susurró, pero a medida que más me movía, sentía su ropa interior alzarse.

— pero yo sí. — dije de inmediato, atrapando sus labios en un beso demandante que definitivamente fue el comienzo de nuestro "cariñito" mañanero.

Hasta logré olvidarme del asunto de JiMin.


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Regresé y en verdad siento mucho la demora :( no quise alargar tanto el tiempo de espera, pero así se dio y en verdad lo siento (nuevamente).

Y para que no digan que me volveré a desaparecer, les voy adelantando que tengo otro capítulo ya casi hecho. Solo tenganme un poco de paciencia.

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