❁ Capítulo 09: Llorón

Tae Hyung

— ¿Cómo está el doctor más guapo de todo el mundo? — grité, a pesar de que en un hospital o clínica estaba prohibido hacerlo, al momento de entrar al consultorio de Ho Seok.

Cerré la puerta del consultorio una vez estuve dentro y al voltear, me encontré con un anciano sentado en la camilla, el pobre hombre estaba sin camisa y se cubría con ambas manos el pecho.

— L-lo siento tanto.— susurré, dándome una media vuelta de nuevo.

— Y-yo pagué mi dinero para ser atendido, no para...

— Ya tengo sus resultados, señor Shin.— Ho Seok abrió la puerta y al verme, se extrañó, pero al ver al señor Shin, rápidamente frunció su ceño y me miró mal.

Tuve que encogerme y desviar la mirada para evitar ser reprochado. Sabía que había hecho mal y la mirada pesada de Ho Seok sobre mí era más que suficiente para decirlo y saberlo.

— ¿Qué te dije sobre no avisarme de tus visitas? — Ho Seok se dejó caer en la silla frente a mí antes de dejar dos botellas de agua en la mesa.

— Sé que no debí, pero...

— ¿Pero qué, TaeHyung? — dijo con severidad. Nuevamente me encogí.— Sabes que mi trabajo es importante y que todos esos pacientes que tengo que atender de seis de la mañana a once de la noche pagan su dinero para atenderse y esperan que por lo menos, sea considerado con ellos y trate de estar al cien por ciento con cada uno de sus casos.

— Pero tu padre me dijo que los podría visitar. — HoSeok entrecerró sus ojos y bajó la cabeza poco después de haberme escuchado. — No quiero que te enojes conmigo, mi amor.— tomé su mano por encima de la mesa y la acaricié, tratando de lograr que olvide mi pequeña travesura.

No bastó más de cinco caricias en su mano para que él levantara la mirada y sonriera.

— Está bien, no puedo enojarme con ustedes.— me sonrió y eso fue suficiente para saber que todo estaba saldado.— pero tienes que tomar las dos botellas de agua antes de ir a la consulta con la obstetra.

Asentí, a pesar de que odiara la idea de tomar agua para estas situaciones.

No pasó más de una hora antes de que terminara las dos botellas de agua y junto a Ho Seok, camináramos hacia mi cita con la doctora Yang. Ella era la obstetra encargada de llevar mi embarazo y aunque muchas veces decía odiar venir a un hospital/clínica, ahora mismo lo único que sentía era emoción y ganas de regresar cada semana, pues además de que aquella mujer era muy buena en su trabajo, también laboraba en la clínica de la familia Jung, por lo que siempre podía visitar a Ho Seok o quedar con él para que estuviera presente en cada ecografía o consulta, tal y como ahora.

— ¿Qué tan pesado te sientes ahora? — preguntó Ho Seok mientras mantenía su vista en una revista que había cogido de una repisa de la sala de espera. Él estaba tan concentrado y perdido en su lectura que no me importó contestarle. — Cariño, aquí dice que las personas embarazadas son las que más gases se tiran... — y esa es la razón por las que no le contestó a Ho Seok, prácticamente siempre se olvida del tema anterior cuando encuentra otro más interesante.

— Eso no es cierto.— contesté con clara molestia.

— Claro que sí, se dice que es porque el bebé aprisiona mucho el intestino y el estómago de su madre, por lo que la digestión se dificulta, en especial a fines del embarazo. — me crucé de brazos y miré mi vientre un poco más hinchado.

— Pues no voy a pasar por lo mismo.— fui claro, mientras miraba al frente, a otra mujer que parecía tener casi nueve meses, pero que se veía de lo más cómoda con su gran vientre.

— También habla sobre la molestía en el pecho.— me sonroje de inmediato y decidí quitarle aquella revista a mi esposo. Ho Seok me miró mal, pero al último sonrió, mirando directamente mi pecho. — No llegué a leer mucho, pero ten por seguro que te van a crecer un poquito.

Estaba seguro de que quería lanzarle la revista en su cabeza, pero cuando pensaba hacerlo, la doctora salió y me pidió que entrara.

— Te salvaste de esta, pero ten por seguro que a la próxima no te voy a dejar venir.— tiré la revista en el centro de la mesa y me adentré al consultorio.

— Al parecer hay problemas en el paraíso.— se burló la doctora, viéndonos entrar uno detrás del otro.

— Tae Hyung está molesto por la idea de alimentar a nuestro bebé.

En esta ocasión sí lo golpeé y en respuesta pude escuchar una risita de parte de mi esposo, incluso la doctora Yang se había reído un poco.

— No le haga caso, doctora.— le saqué la lengua a Ho Seok y aunque a él le pareciera un acto muy infantil, para mí seguía siendo un método de defensa.

La doctora nuevamente rio antes de pasar a leer mi historial y revisar mi avance por la computadora.

— Tu padre no deja de molestarme cada fin de semana, Ho Seok. Está muy emocionado con la idea de ser abuelo que siempre me pide mantenerlo al tanto de todo lo que ocurre con su futuro nieto.

— Mi padre está loco.— susurró mi esposo, recibiendo un golpe de mi parte, pues mi suegro era el que más me consentía, además de que siempre me halagaba e insistía en que yo era el correcto para su hijo.

— ¿Tomaste dos botellas de agua antes de venir? — preguntó ella, a lo que asentí orgulloso. — Me alegra mucho Tae Hyung, porque necesitamos ver al bebé y descartar cualquier problema o cambio de posición, ahora que se está comenzando a mover con más facilidad.

Asentí y caminé hacia la camilla una vez que ella me lo indicó. Ho Seok me siguió de cerca y cada vez que lo veía con su uniforme y bata de doctor solo me daban ganas de ir a casa y encerrarnos por un tiempo... Sí, definitivamente tenía las hormonas locas.

El gel fue aplicado y aunque tuviera un tiempo en esto, aún seguía sin acostumbrarme a la sensación de frío que dejaba ese gel azul.

La doctora comenzó a mover de un lado a otro el transductor y cuando vimos a nuestro bebé no pude evitar sonreír. Ahí estaba mi angelito o angelita, tranquilamente en el lugar de protección que había creado para él o ella, mientras su dedo se encontraba dentro de su boca. Sí, se encontraba chupando su dedo.

— ¿E-stá chupando su dedo? — preguntó Ho Seok, a lo que la doctora asintió.

— Es algo normal, no se preocupen. Él o ella solo quiere tranquilizarse.

Ho Seok asintió y manteniendo su sonrisa, se quedó mirando la pantalla.

— ¿Quieren saber si es hombre o mujer? — preguntó nuevamente la doctora Yang. Estaba seguro de que Ho Seok sí quería, pero habíamos quedado hace unos meses atrás en que todo sería una sorpresa.

— No, esperaremos hasta que nazca.— Ho Seok contestó y cuando lo miré no pude estar más agradecido, pues su promesa estaba siendo cumplida, a pesar de que muy en el fondo quería saber si tendríamos una princesa o un príncipe.

La doctora nos entregó dos fotos de nuestro bebé una vez que terminó de descartar algún problema y nos aconsejó que llevemos clases para padres primerizos, pues a pesar de que teníamos todo el amor del mundo que dar, era necesario prepararnos para la llegada de nuestro bebé.

— ¿Le darás uno a tu padre? — le pregunté a Ho Seok mientras íbamos de camino hacia su consultorio. Por ahora no tenía muchas citas, por lo que podíamos estar una hora juntos hasta de que regrese a su trabajo.

Mi esposo estaba con la cabeza gacha o mejor dicho, se encontraba demasiado concentrado en la foto que nos habian entregado que ni siquiera se preocupó por mirar hacia adelante o por prestarme la debida atención.

— Ho Seok, tienes que entregarle una foto a tu padre. Él va a querer ver cómo su nieto se chupa el dedo.— sonreí de solo imaginar la sonrisa en el rostro del señor Jung. — ¿Ho Seok? — pregunté al no hallar una respuesta concreta. Él levantó la mirada y solo eso bastó para saber que se encontraba llorando. — Eres un llorón. — dije de inmediato al verlo tan sensible y admirando la ecografía de nuestro hijo.

— N-no te burles.— dijo entre hipidos, mientras trataba de limpiar sus lágrimas. Yo solo reí en respuesta y negué, mientras sacaba mi celular para tomarle una foto. Estaba seguro de que nuestro bebé iba a querer ver a su padre todo desprotegido y en medio del llanto. — N-no tomes fotos.— Ho Seok cubrió el lente de la cámara con su mano y por más que quise tomarle un foto, él me lo impidió.

Ese día no pude tener una foto, pero en mi memoria iba a quedar el llanto de mi esposo y aunque me hubiera gustado decir que se veía totalmente ridículo llorando, no podía, realmente no podía hacerlo, pues incluso llorando Ho Seok seguía siendo guapo.



↪Nota del autor:

Iba a hacer maratón, bueno, sigo tratando, pero no creo que lo termine.

Igualmente gracias por todo su apoyo ♥

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