❁ Capítulo 06: Miedo
Ji Min
— ¿No piensas regresar con YoonGi? — mis manos se detuvieron y los cinco chocolates que había comido hicieron de las suyas en mi estómago, entregándome un sabor agrio al paladar.
Devolví el chocolate, que estaba entre mis dedos, a su respectivo sitio en la caja y preferí ignorar la pregunta de Tae Hyung.
— Es un idiota. — dije de inmediato. — Quiere manejar mi vida, la de nuestro hijo e imponer su voluntad. Eso no se hace, Tae Hyung. — mis manos formaron un puño y era en estos momentos que quería tener un saco de boxeo delante mío para golpear a mi gusto y voluntad.
— Pero han estado juntos desde que se vieron en aquel programa de variedades.
— Yo nunca dije que terminaríamos o que lo hayamos hecho. — volví a coger el chocolate y en esta ocasión sí me lo comí, sin importar nada.
— No te comas todo, el padre de Ho Seok me los trajo de su viaje a Grecia y fueron especialmente para mí. Ni siquiera he permitido que Ho Seok los pruebe. — rápidamente apartó la caja de mi alcance. Tae Hyung, muchas veces, era envidioso, sin embargo, eso no le quitaba lo buena persona.
— ¿Cómo va tu relación con Seok Jin? — traté de cambiar de tema y al parecer lo logré, pues apenas mencioné el nombre de su "madrastra", él se puso serio y le dió un gran mordisco al chocolate.
— Es un idiota. Hace un mes que cenamos juntos y me confesó que estaba esperando mellizos, ¿Puedes creerlo? — asentí, aunque me arrepentí al instante, pues su ojos se abrieron en par y luego negó. — además está tratando de convencer a mi padre de hacer juntos los baby shower. ¡Por dios! Ese tipo siempre busca molestarme. — Y definitivamente, Tae Hyung era alguien muy caprichoso. Yo no le veía nada de malo a Seok Jin, al contrario, parecía muy agradable e incluso, tenía unos dotes muy peculiares en la cocina y en su futuro rol de madre. Para mí, era el chico perfecto para el padre de Tae, sin embargo, mi amigo no se encontraba feliz por eso, creo que nunca lo haría, pues seguía sin superar la pérdida de su verdadera madre.— ¡Es tan estúpido! Enserio lo es, piensa que me agrada, pero lo que no sabe es que lo odio...
— Exactamente... ¿Por qué lo odias? — estiré mi brazo hasta alcanzar la caja de chocolates y tomar uno. Necesitaba estar de buen humor para recibir un sermón de dos horas sobre el porqué deberíamos odiar a Seok Jin.
— ¿Odiarlo? ¿Es qué no te das cuenta, Ji Min? Ese chico lo hace a propósito. Busca enojarme con su actitud de niño bueno que ama a su hijastro, sin embargo, yo sé que él me odia tanto como yo lo odio a él. Lo sé. — volví a coger otro chocolate y seguí esperando por más, pero Tae Hyung al parecer terminó.
— Pues deberías aprender a llevarte bien con él, es tu madrastra y la madre de tus hermanos.
— ¡No es mi madrastra! ¡No es nada mío! — gritó y entonces ya no tenía nada qué hacer ahí o eso pensé al ver como mi amigo comenzaba a llorar, mientras abrazaba la caja de chocolates y estos se caían al suelo. — N-no e-estoy llorando por él, s-solo que l-las hormonas m-me tienen así. — asentí no tan convencido y tomé mi bolso de deporte del mesón.
— Tengo que ir a grabar con el programa. En esta ocasión visitaremos a MinHo. — mi sonrisa fue grande, pero la de Tae Hyung se borró hace mucho y en vez de eso, lágrimas se deslizaban por sus mejillas.
— M-mándale m-mi saludo. — asentí y entonces mi móvil comenzó a sonar. Supuse que era el productor por el tono de llamada que le había colocado.
— Nos vemos, saluda a Ho Seok de mi parte. — me di media vuelta a pesar de no escuchar una respuesta afirmativa y salí de la mansión de mi amigo.
El taxi que pedí no tardó en llegar, por lo que en menos de unos diez minutos, ya me encontraba delante de la empresa y posteriormente delante de las cámaras con ropa deportiva, que probablemente disimulaba bien mi embarazo.
Tomé el micrófono cuando nos encontramos delante del departamento de MinHo, un actor a quien también había entrenado para unas cuantas películas y que ahora, dos años después, veríamos si cumplía con su dieta.
— Salimos al aire en 1... 2... estamos al aire. — dijo uno de los camarógrafos que me seguía.
— ¡Y estamos aquí para demostrar que tan bien le va a Choi MinHo con la dieta que le obligamos a seguir dos años atrás y que ahora descubriremos si la sigue empleando! — sonreí y di suaves golpes en la puerta, esperando respuesta alguna, pero no había nada.
Seguí tocando, sonriendo de vez en cuando a la cámara, pues esto no estaba previsto durante el programa. Se suponía que le avisarían a MinHo sobre la visita.
Toque la puerta unas dos veces más hasta escuchar pasos que se acercaban cada vez más. Sonreí, pero aquel gesto desapareció de mi rostro al ver el aspecto de MinHo. Él siempre había sido una persona que amaba el deporte, fue uno de mis mejores alumnos y el que más se esforzaba por interpretar los personajes que le entregaban. No entendía por qué se encontraba semidesnudo, con una barba de al parecer dos semanas, cerveza en mano y... su vientre plano, ya no tenía un vientre tan plano y tonificado como antes.
— ¿Qué es esto? ¿Qué sucedió aquí? — susurré al entrar a su departamento, pues él apenas nos vió, se adentró nuevamente sin importarle dejar la puerta abierta.
Todo el departamento estaba en desorden, pero lo que llamaba mi atención eran esas envolturas de snacks, frituras... comida chatarra en general. Todo apestaba.
— Esto podría destruir su carrera. — escuché murmurar a uno de los camarógrafos. Sin embargo continué avanzando, hasta llegar a la sala de estar y ver que yacía sentado en el sofá, al frente de la TV que nisiquiera parecía ofrecer un programa educativo.
— ¡Choi Minho, levántate! — grité, llamando la atención de todos en la sala, incluso del puerco que yacía revolcándose en su inmundicia.
— ¿Ji Min? ¿Qué haces aquí? — negué con la cabeza y entregándole el micrófono a un camarógrafo, me dirigí hacia la cocina. Tomé cualquier recipiente y lo llené de agua, regresé y le eché de esta a MinHo. Él rápidamente soltó la lata de cerveza y al parecer reaccionó.
— ¡Levántate y comienza a hacer abdominales! ¡Esta no es la vida que te ofrecí, tampoco la que te ganaste!... incluso tienes... — observé su barriga abultada y negué. — lo haremos juntos. — susurré, buscando un espacio limpio en el suelo y al encontrarlo, me acosté, esperando algún tipo de reacción de su parte.
MinHo me miró y tras un suspiro, se levantó, sacudió las gotas de agua de su cabello y se acostó a mi lado. Esta era mi mejor parte, el hacer ejercicios estaba en mi sangre. Amaba hacerlo, me encantaba correr, hacer abdominales, entrenar y por sobre todo, boxear y no importaba si estaba embarazado, de igual manera podía seguir haciendo ejercicios, según me recomendó el doctor.
— Muy bien, empecemos con 3 de 40. Tú puedes hacerlo.
MinHo me siguió, apenas comencé. Íbamos bien, hasta que en el quinto abdominal, un fuerte dolor invadió mi vientre y entonces todos se detuvieron.
Comencé a gritar, pues el dolor se extendía por mis piernas y comencé a sentir miedo. No podía pasarme de nuevo, mucho menos estando lejos de YoonGi.
MinHo me despojó de las casacas y se quedó estático al ver mi vientre abultado. Su rostro, que también parecía demostrar temor, me hizo sentir muy chiquito y culpable de lo que podría pasarle a mi bebé.
↪Nota del autor:
Regresé, pero este es el último capítulo que tengo escrito, por lo que no volveré a actualizar en un buen tiempo :')
Espero que disfruten de los Grammy y que los vean. Yo también espero verlos :')❤
Imagen en multimedia:
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