Reacciones


La partida fue más difícil de lo que pensó. Creyó que su tristeza y decepciones le facilitarían mucho las cosas, pero no ocurrió nada de eso.

Se esforzó por ocultarlo sus planes de Lincoln durante el mayor tiempo posible. Estaba segura de que, si su hermano llegaba a saber, intentaría disuadirla o sermonearla; pero no esperó que sus padres y sus hermanas opusieran resistencia.

A sus padres se los planteó directamente, y lo hizo ver como una pequeña gira de vacaciones en la que tendría la oportunidad de saber si sus sueños de ser una rockera tenían una base sólida, o no. Estaría de vuelta tras las vacaciones para continuar la escuela. Si no lograba triunfar, podría seguir sus estudios.

Creía que encontraría una respuesta muy positiva, debido a la laxa disciplina que ellos imponían sobre ellos. Pero para su sorpresa, se mostraron muy reticentes y suspicaces. Preguntaron toda clase de detalles sobre el grupo, las localidades que visitarían, los integrantes, sus padres y sus patrocinadores. Tuvo que explicarles una y otra vez todos los detalles, y tardó varios días en convencerlos. Estaba cada vez más exasperada al darse cuenta de que todo era mucho más complicado de lo que había creído; y cuando finalmente perdió la paciencia, sus padres le comentaron:

-Hija... Sabemos que esto te desconcierta, pero debes entender. Es cierto que hemos sido algo permisivos con ustedes, pero esto es distinto. Estarás lejos de casa, sola; con gente desconocida, y no podremos ayudarte inmediatamente, en caso de que algo salga mal.

Luna tuvo que reprimirse para no contestarles con algún sarcasmo o agudeza. En lugar de ello, utilizó hasta donde pudo las artes de convencimiento que había aprendido de su querido hermano. Se esforzó por mostrarse madura, convincente y comedida, hasta que consiguió hacerlos ceder y darle su bendición.

***

Con sus hermanas pasaron cosas parecidas. A las menores no pareció importarles mucho. De hecho, le sorprendió un poco encontrar una respuesta tan favorable de Lola, Lucy y Lynn. En especial, Lola le dijo que le parecía muy bien que por fin despegara para comenzar a hacer lo que realmente quería de la vida, y le expresó su deseo de poder hacer lo mismo en unos cuantos años.

Las mayores fueron mucho más reticentes. Lori se enteró por teléfono, y le dijo claramente que tenía serias dudas. Incluso Leni le dijo que sería una lástima que le ocurriera algo y ninguno de ellos estuviera allí para ayudarla. Pero ni siquiera ellas le pusieron las cosas tan difíciles como Luan, su compañera de cuarto y antigua confidente.

La comediante decidió hablar con ella cuando faltaban pocos días para su partida. Aprovechó una noche en la que Luna llegó tarde de ensayar, y ella estaba despierta practicando una de sus más difíciles rutinas.

- Luna... -comenzó vacilante, en un tono de tristeza que pocas veces la había visto- Sé que no hemos platicado mucho últimamente. Nos seguimos llevando bien pero... No lo sé. De alguna manera nos hemos distanciado. Ya no me cuentas lo que te preocupa, y ahora parecieras tenerle más confianza a Lincoln que a mí.

Luna quedó de piedra. Lo que decía Luan era cierto en muchas maneras. Desde que comenzó a acercarse a Lincoln, la relación con Luan se había vuelto distante. No se habían peleado, y aparentemente reaccionó bien cuando planteó la idea de irse de gira con el grupo que estaba formando. Pero ahora que recordaba, no le había dicho nada concreto, y no le había preguntado al respecto.

Abrió la boca para decir algo, pero Luan la detuvo con un gesto.

- Espera, déjame terminar. Es cierto que no hemos peleado y no hemos tenido ningún desacuerdo. Nuestra relación se enfrió. Así, nada más. Antes me contabas todo, y un buen día... ¡Pum! Se acabó toda la confianza.

- Luan... -comenzo Luna, mortificada. Pero la comediante volvió a marcarle el alto.

- No, sé que no es tu culpa. Mía tampoco, en realidad. No hemos tenido motivos de pelea ni de conversación en mucho tiempo, ¿cierto? Quizá yo me he metido demasiado en el negocio y mis rutinas y tú en las tuyas; no sé. Tal vez todo esto es normal y natural. Deberíamos aceptarlo así, pero me gustaría saber si yo te hice algo indebido... si yo te incomodé sin querer.

Luna intentó forzar una sonrisa, y miró el rostro atribulado de su hermana. Con las posibles excepciones de Lincoln y Lucy, nadie la conocía mejor en aquella casa. La había visto reir y llorar tantas veces, que le resultaba sencillo reconocer sus emociones. Sabía que estaba triste. Pero sobre todo, preocupada.

- Luan... -dijo, tomándola por los hombros-. No pasa nada, hermana. No me has hecho nada malo, y yo tampoco a ti. Es solo que... bueno. Mi vida se ha vuelto complicada últimamente. Estoy evaluando las cosas y, a veces, nuevas personas me dan nuevas perspectivas de lo que ocurre, ¿Sabes?

Luan suspiró. Luna apenas le sostenía la mirada, y sabía muy bien lo que eso significaba.

- Está bien. Al final, es muy bueno que tengas en quién confiar, sea yo o sea otro de nuestros hermanos. Porque, bueno... Aunque tengamos distintos intereses, creo que nos conocemos mejor que nadie. Sé que a veces te asaltan las inseguridades, y tiendes a desesperarte, desanimarte, y buscar salidas precipitadas.

Luna no dijo nada. Se limitó a mirar a su hermana con los ojos bien abiertos. Comenzó a ponerse muy nerviosa, a presentir lo que su hermana quería decirle.

- Al menos para mí, esto tiene todo el aspecto de una fuga, Luna. Quizá debí preguntar antes, pero, ¿qué es lo que ocurrió? ¿Acaso... Volviste a encontrarte con Sam?

Al escuchar el nombre, Luna estuvo a punto de suspirar de alivio. Pero no pudo evitar sonreír.

- No. No tiene nada que ver con Sam. Es solo que... Creo que es una gran oportunidad, Luan. ¡La posibilidad de comenzar a trabajar por mi sueño!

La comediante miró a su hermana detenidamente. Quizá porque eran compañeras de cuarto, siempre tuvo un cariño especial por ella. Ya esperaba que el asunto no tuviera que ver con Sam, pero eso no hizo más que aumentar su turbación. De modo que decidió ir al fondo de las cosas, y que ocurriera lo que tuviera que ocurrir.

- Qué bueno, Luna. Te juro que ya estaba preocupada y comenzaba a pensar cosas que quizá no debía, ¿sabes? No sé... Otra persona en tu vida. Alguna chica... O un chico que te rompió el corazón. Te he escuchado llorar en las noches, y mencionar a alguien muy cercano a nosotras... Tal vez no necesitas huir. Tal vez sólo necesitas alguien que te escuche... Y que pueda darte verdaderas soluciones...

Ese fue el momento de máxima tensión. Al terminar de hablar, Luan hizo un esfuerzo y clavó la mirada en su hermana.

Por un momento, Luna estuvo a punto de quebrarse. Sintió tanto miedo y asombro, que sus emociones casi la traicionaron. Sin embargo, en el último instante, consiguió controlarse y mostrarse indiferente a las insinuaciones de su hermana.

- Tengo varios amigos cercanos, Luan; y algunos de ellos irán a esa gira. Es gente que entiende muy bien lo que me está pasando. Además de hacer música con ellos y tratar de triunfar, creo que me irá muy bien el convivir con gente que no me genere estrés, ni conflictos. ¿Entiendes?

Luna salió de la habitación sin permitir que Luan le contestara. La comediante sacudió la cabeza, se mordió el labio inferior, y pensó:

-Ay, Luna. Ojalá no sea lo que pienso... ¡Quiera Dios que no lo sea!

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