Capítulo 25 ✔
Me paro frente al coche de Liam con profunda tristeza. Ese ha sido mi estado de ánimo estas últimas dos semanas.
Me pasé el tiempo haciendo los papeles de la residencia de mi madre y aprovechando el tiempo con Ángel, pero éste ya ha llegado a su fín. Mi hermano, Mark y Liam se van hoy al campus de su universidad y mi madre a la residencia.
Todos han notado que he estado más seria y callada de lo normal, pero, por suerte para mí, no han sospechado nada de que Collin haya vuelto. Nadie lo sospecharía nunca.
—Adiós, Steel, más te vale llamarme a menudo. —abrazo al pelirrojo.
—Te lo prometo, Torres —se separa—. Cuidaré muy bien al mono de tu hermano.
Sonrío levemente cuando Ángel protesta y despido a Liam con un apretón de manos.
Ela se despide ruidosamente de Mark, al igual que su madre. Su padre, como era de esperar, no está. Nunca está.
Lysander y Landon se despiden de Liam con un abrazo grupal. Los señores Ambrose están de viaje.
Yo trepo sobre Ángel como si fuera un koala y lo estrujo. Lo voy a echar muchísimo de menos.
—No me olvides. —le pido. Mi labio tiembla indicando que pronto lloraré.
—Nunca lo haría —me da un beso en la frente y me baja—. Te quiero aunque seas la de la mala genética en la familia.
—Y yo a ti aunque seas un idiota —aguanto las lágrimas.
Abrazo a mi madre y le doy un beso sin hablar nada. Siento que si hablo me voy a partir en mil pedazos y no seré capaz de recogerlos y juntarlos luego.
Finalmente, se suben al coche y se van rumbo a la universidad nueva. Mi madre va con ellos, se la van a llevar a su nueva residencia.
La señora Steel entra su casa y los demás nos quedamos ahí parados.
—¿Vecina favorita? —oigo a Landon llamarme con media sonrisa triste.
Rompo a llorar, incapaz de responder nada. Ahora que no me ven, puedo permitirme estallar sin problemas.
—Vaya... Mi sonrisa no suele provocar esa reacción. —protesta, sin saber muy bien cómo ayudar.
Corro hasta él para abrazarlo fuerte y él me corresponde, bastante sorprendido.
Cuando me separo transcurridos unos minutos, Ela se ha ido. Ella está muy afectada también. Lysander está mirando un punto fijo en el suelo.
—Laura, me voy. —Landon desaparece corriendo para dejarme sola con su hermano.
No sabes disimular, pequeño Landie.
En estas dos semanas, lo he evitado como si fuera la peste. No olvido la amenaza de Collin y su foto con Samantha. Además, las clases terminaron hace un tiempo así que ya no le debo tutorías. Estoy libre del trato.
Sus ojos se encuentran con los míos, está enfadado.
—Dijiste que tenía que demostrar que iba enserio, pero no he sido yo el que ha desparecido por... joder, ni siquiera sé cuánto, ¿dos semanas?
Hago el intento de hablar, pero Lysander me interrumpe.
—Te he llamado, te he mensageado e incluso te fui a buscar a tu casa, pero no has dado señales de vida, ¿tan pronto te aburriste de mí?
—No me he aburrido de ti, Lysander. Yo...
—¿Qué? ¿Tú qué? Ya sé que estabas ocupada con lo de Ángel y tu madre, pero tenías tiempo de verme, me estabas evitando. Lo sé, te conozco demasiado.
Y entonces hice la tontería más grande de mi vida.
—Collin ha vuelto a Shoreline.
Su expresión cambia radicalmente. Su enfado se transforma en preocupación y rabia hacia el susodicho.
—¿Qué? ¿Te ha tocado? ¿Te ha hecho daño? Te juro que...
—No, estoy bien pero... —me rompo por segunda vez hoy.
Lysander rápidamente me abraza y me aprieta contra su pecho.
—Tengo miedo. —susurro al cabo de un rato. Él me aparta un poco para mirarme a los ojos.
—Nada te va a pasar mientras yo esté, nada.
Asiento con la cabeza aunque sea mentira y me apoyo en su hombro. Pasamos un buen tiempo así hasta que él vuelve a hablar.
—Laura, quiero que lo nuestro sea real, que seamos algo ya.
—Pero, ¿qué hay de Samantha?
—Necesitaba ayuda para solucionar una pelea tonta con David.
—¿Me lo prometes? —hablo en un hilo de voz.
—Por supuesto que te lo prometo, Cereza. Quiero salir contigo y solamente contigo.
Levanto mi cabeza ligeramente y sonrío.
—¿Me estás pidiendo algo, estúpido?
—Sí, Cereza, te estoy pidiendo que seas mi novia.
Sonrío emocionada. Vaya momento más malo e inoportuno para pedírmelo, pero no me quejo. Imposible hacerlo cuando observo sus ojos brillar más que mil estrellas mientras me observa.
—Está bien, seré tu novia si tú eres mi novio, inoportuno.
Me mira raro.
—Esa frase es digna de Marie.
Ambos nos reímos a carcajadas hasta que paramos y nos miramos fijo. Me acerco a él lentamente mientras miro sus labios. Él está haciendo lo mismo.
Agarra mi cintura con sus brazos y elimina el espacio entre nosotros. Cuelo mis manos en su suave pelo mientras ladeo la cabeza para intensificar el beso.
Nunca me he sentido tan bien haciendo algo como besar a alguien. Me siento como si un zoológico estuviese bailando en mi estómago, mis labios hormiguean y mi cuerpo se siente palpitante.
Lysander se separa un centímetro para hablar.
—Mierda, Cereza, si sigues besándome así... No puedo prometerte ser bueno por mucho más tiempo. —Su voz suena ronca y eso me vuelve loca.
Voy a responder cuando veo a Ela observándonos con prismáticos desde su ventana. Le hago un gesto disimulado de que deje de espiar, pero parece no pillarlo. ¿Está loca o qué le pasa?
Lysander se acaba por dar cuenta y mira directo a la ventana de la pelirroja.
—Desastre pelirrojo a las tres en punto. —Murmuro con desgana.
Ela parece percatarse de que Lysander se ha dado cuenta y da un salto hacia atrás haciéndola desequilibrarse y caer al suelo. Después de eso, no se vuelve a asomar. Menos mal.
—¿Estará viva? —me pregunta Lysander, mirándome a mí de nuevo.
—Ni idea. —respondo, encogiendome de hombros. Él imita mi gesto, toma mi mano y, entrelazando nuestros dedos, empezamos a caminar hacia no sé dónde, pero tampoco me importa mientras esté con él.
En este momento, sólo somos Lysander y yo, no hay nada más. Ni problemas, ni Collin, ni mamá y mucho menos distanciamiento y universidades.
Mi mente vuela como si fuera una mariposa, así es el Efecto Lysander, adictivo, embriagante, intenso y arrollador.
—¿A dónde vamos? —pregunto al cabo de un rato.
—A mi casa, hace mucho frío como para estar en la calle, no quiero que mi novia pille un resfriado.
Sonrío amplio cuando escucho el apodo.
—Claro, seguro que es por el frío. —ironizo.
—Para una vez que intento ser caballeroso... ¿Acaso estás pensando en otra cosa, Cereza pervertida?
—Por supuesto que no —hablo más rápido de lo normal—. ¿En qué iba a estar pensado?
El rubio esboza una sonrisa divertida y niega con la cabeza.
—Eres una guerrera, Cereza.
—Y tú eres mi guerrero y nemesis. Te has portado muy mal conmigo.
—Bah, no ha sido para tanto —él me observa por unos instantes—. La guerra la has ganado tú, Laura.
—¿Qué?
—Me has vuelto loco en todos los sentidos —confiesa—, no podía dejar de pensar en ti. Por eso, has ganado magistralmente nuestra guerra. Yo me rindo.
Una lenta sonrisa se expande por mi cara.
—Acepto la tregua.
Entramos a la casa y ahí puedo quitarme mi chaqueta. Sus palabras me han dejado muda.
Subimos las escaleras para llegar a la habitación de Lysander.
—¿Landon no está?
—Se ha ido con Marie a pasear.
Alzo ambas cejas con sorpresa y confusión.
—¿Hablas enserio? —sonrío y doy un saltito cuando asiente— Mi pareja ship está saliendo justo ahora mismo!
Lysander me mira con diversión y, cuando menos me lo espero, me da un empujoncito haciendo que caiga sobre la cama.
Oh, no, el guerrero ha despertado, ahora toca combatirlo.
✔✔✔
¡Hola, guerreros! Quedan muy pocos capítulos, creo que cinco o seis. El horario de subir capítulo se ha ido a la sh*t así que subiré cuando me acuerde.
No hace falta que diga que el siguiente capítulo es lemmon. *sonrisa pervertida* Yo sé que estábais deseando.
¿Cuál es vuestro ship favorito? Os leo.
Hasta prontooo.
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