Capítulo 21 ✔

Estoy sentada en mi sofá con Ela. Hoy no tenemos clases porque es fiesta así que hemos quedado para vernos. Falta muy poco para que termine el año y siento que voy a llorar cuando Ángel, Mark y Liam se vayan a la universidad.

Yo estoy sentada como una persona normal y Ela está desparramada, con sus piernas sobre mí, su brazo colgando fuera del sofá y su pelo rojo cayendo por todos lados. Tiene su portátil sobre ella.

—Ela, ¿puedes sentarte bien y dejar tu portátil? ¡No me haces caso! —exclamo dramáticamente.

—Hmm.

Su breve respuesta termina con mi escasa paciencia y arranco el portátil de sus piernas. Sus ojos se abren como platos y se incorpora rápido.

—¿Qué te pasa? —la miro raro— Estás viendo porno?

—¿Porno? ¿En serio?

Dirigo mi vista al ordenador para ver que es lo que la tiene tan asustada. Y es... ¡un blog!

—Ela... —la emoción se filtra en mi voz— ¿Tienes un blog?

Ella me bufa.

Antes de que me lo quite, leo el nombre de blog. Ginger's.

Claro, Ginger por el color de su pelo.

—Sí... pero lo uso muy poco y no me gusta.

Bajo para ver los post que sube, me giro hacia ella y la miro interrogante.

—Has subido cuatro post hoy y por el número de likes y seguidores, yo juraría que te encanta.

—Vale, es cierto. Me encanta redactar noticias y tonterías en ese blog. Quiero ser periodista.

Ahogo una exclamación de sorpresa y emoción.

—¡Eso es fantástico! Vas a ser muy exitosa, Ela.

Ella sonríe mientras apaga el portátil y agarra una bolsa de palomitas para que empecemos a tragar.

—¿Quién sabe lo del blog? —ella se sonroja hasta parecer un tomate andante.

—Ángel.

Como no, mi querido hermanito.

Seguimos hablando de cualquier cosa y tengo toda su atención hasta que Ángel se despierta por el jaleo que armamos. Ahora su atención está, en parte, en el mono de mi hermano y, por supuesto, él no le quita ojo a la pelirroja.

Los dejo solos con la excusa de que voy a ducharme, pero en realidad me voy a colar en casa de Lysander.

Abro la ventana y bajo hasta las escaleras que unen nuestras habitaciones. Me acerco a su ventana para verlo y como no, está durmiendo. Entro y camino hasta su cama.

—Lysander. —le susurro para que no se asuste.

Él abre sus increíbles ojos verdosos y, sin darme tiempo a pensar, extiende sus brazos hacia mí y me tira a la cama con él. Suelto un grito pequeño por la sorpresa y me quedo petrificada cuando me abraza y me usa de almohada.

Su calor corporal hace que no sienta nada de frío y, a la vez, me hace percatarme de que... no lleva pijama. Sólo lleva unos boxers que hacen que lo sienta todo.

Ayuda.

Tomo una bocanada de aire cuando mueve su mano y ésta se queda rozando uno de mis senos.

—L-lysander estás... —no me salen las palabras.

Él sólo se levanta para ponerse sobre mí. Esta vez, está más despierto que nunca. Y no me refiero precisamente a su sistema nervioso. Mi pobre corazón palpita muy fuerte dentro de mi pecho, tanto que pienso que se va a salir de ahí.

—Laura, ¿no sabes lo peligroso que es entrar en la cama de un adolescente hormonal por la mañana temprano? —su voz es ronca, sus ojos oscurecidos.

—N-no sé, pensaba q-que ibas a estar despierto. —tartamudeo como estúpida. Mis ojos van a sus labios y veo que él está mirando los míos.

—Ahora estoy muy despierto, créeme.

Sonrío cuando pillo el doble sentido de su frase, pero frunzo el ceño cuando cierra los ojos y respira fuerte.

—¿Qué estás haciendo? —contengo una carcajada. Cuando oye mi voz, abre sus ojos de nuevo.

—Tratando de no mirarte porque eso es un peligro. Eres un peligro para mí, Laura.

Su confesión me deja muda. A lo mejor tiene un tigre como mascota que se llama Laura y yo me estoy confundiendo.

—¿Estás hablando conmigo?

—No hay nadie más en esta habitación.

—Y, ¿por qué iba a ser peligrosa?

—Porque me haces sentir, me sacas del muro que he construido a mi alrededor y eso es puro peligro.

—¿El guerrero se ha enamorado de su objetivo? —trato de usar tono de broma, pero no me sale, esto es muy serio para mí.

—Sí, el guerrero es muy estúpido y se ha enamorado perdidamente de su objetivo.

Sus palabras y su mirada me dejan sin aliento de nuevo. Es como si estuviera en un sueño, uno muy real.

Cuando voy a responder, la puerta de la habitación se abre de golpe. Lysander y yo giramos la cabeza con pereza, seguro que es Landon.

—¿Mamá? ¿Por qué no llamas a la puerta? —gruñe con enfado.

La señora Ambrose es la persona que ha abierto la puerta. Sus hombros están tensos y sus labios están tan apretados que se están poniendo pálidos.

Mentiría si dijera que no estoy asustada.

—¡Lysander Ambrose! ¿Se puede saber cómo metes en tu cama a esta... A esta sucia camarera? —me mira con tanto asco que siento las lágrimas cerca de mis ojos.

—Dios, mamá...

—¡Cada día tomas peores decisiones! —su estruendosa voz suena en toda la habitación— ¡Primero, quieres correr y luego metes a la sucia aquí! Vas a ser un muerto de hambre como ella.

Antes de que Lysander empiece a pensar mal de mí, me levanto y salgo corriendo hacia las escaleras de la ventana. Lo oigo gritar mi nombre, pero no le hago caso, no quiero ver a nadie ahora mismo.

Estoy muy asustada.

La señora Ambrose es la peor persona del mundo. La odio, más de lo que he detestado a nadie nunca.

Cierro la persiana y la puerta de mi habitación por si alguien viene y me tiro a la cama como si fuera una colchoneta. No puedo contener más las lágrimas así que opto por dejarlas salir.

Desde pequeña, siempre he pensado que llorar es una buena forma de drenar las emociones, de dejarlo salir todo para poder sentirte mejor luego. Por eso, siempre que me encuentro mal, me voy a un sitio solitario y lloro hasta quedarme sin lágrimas. Esto pasaba más cuando la muerte de mi padre era reciente, ahora sólo lloro en momentos determinados como este.

Por lo visto, la señora Ambrose no me quiere cerca de sus hijos, pero no la voy a dejar que gane. Estoy enamorada de uno de ellos y los otros dos son mis amigos así que nada podrá impedirme que los vea.

Esto es la guerra, señora Ambrose.

***

¡Hola, guerreros! Hoy es... ¡Viernes de QELG!

Espero que os guste el capítulo.
Estamos cerca de revelar algunos secretos que aún no han salido a la luz. Secretos grandes.
Hasta prontooo.

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