capitulo 8. Hogwarts

Hogwarts, finalmente estaba ahí.

Draco estaba muy nervioso, aunque no lo aparentaba, antes de venir escucho a su padre mencionar algo sobre un divorcio, esto lo alteró mucho.

Los matrimonios mágicos generalmente duraban toda su vida, se amara la pareja o no, un divorcio ahí era mal visto, una vergüenza para la familia. Draco no creía que su padre llegaría a tanto...¿Oh, si?

*****

Los chicos aguardaban en la entrada, esperando para ingresar al gran salón y ser asignados a una casa, podía ver cómo se formaban los grupitos, algunos ya se conocían, ya sea por el ámbito social o económico, incluso él se encontraba apartado con dos chicos, una jovencita llamada Pansy Parkinson y Blaise Zabini. Sus padres trabajaban juntos y habían convivido un par de ocasiones.

-Estoy muy emocionado ¿En qué casa creen quedar?

-Es obvio que en Slytherin, toda mi familia a estado ahí, verdad Draco.

-Si, no dudo que quedaremos en Slytherin, lo llevamos en la sangre.

... entonces, es mejor mantenerlos vigilados, después de todo, de la casa de las serpientes solo salen magos obscuros.

Una cuarta voz se inmiscuyo en su plática, un chico de cabellos alborotados y anteojos les miraba con burla y algo de rencor.

Harry Potter, el hijo de James Potter el jefe de aurores en el ministerio, su padre le había metido en la cabeza que de la casa Slytherin solo brotaban magos traicioneros, prejuiciosos y peligrosos, incluso afirmaba que todos los delincuentes que detenía provenían de ahí, siendo apoyado por los tíos de Harry y su padrino, le advirtió a su hijo el tener cuidado con estos.

Esto enfado a Draco, estaba por reclamar cuando uno de los profesores apareció, una mujer de unos 40-45 años, con cabello cobrizo y un claro acento escosés.

-buenas noches chicos, soy la profesora Minerva MacGonagall, sean bienvenidos a Hogwarts, ahora por favor síganme.

Ingresaron al comedor, bajo la atenta mirada de los profesores y alumnos, Draco quedó fascinado con la estructura, mirando todo con curiosidad; cuatro largas mesas se encontraban a lo largo del lugar, cada una representando a una de las casas, al final el comedor de los profesores y antes de llegar a ellos una pequeña silla con un sombrero viejo sobre ella.
El rubio se sintió intimidado al sentir tantos ojos sobre el, los estudiantes les miraban sonriendo, algunos de manera amable otros maliciosa.

Giró la cabeza e intento concentrarse, veamos, ese estandarte que cuelga sobre la mesa en la esquina izquierda decorado con un cuervo negro debe ser la casa de Ravenclaw, su padre le dijo que los estudiantes de ahí son muy listos. La siguiente mesa tiene un tejón, esa debería ser Hufflepuff, adoran la naturaleza y cuidan muy bien las plantas. La siguiente mesa lo emocionó, su estandarte tenía una serpiente, lo que significa que era la mesa de Slytherin su futura casa y...

Los ojos del chico se abrieron asombrados, mientras las otras mesas contaban con una enorme cantidad de alumnos, la mesa de Slytherin no tenía tantos ¿Porque?

-¡Muchachos, sean bienvenidos a Hogwarts! Yo soy el profesor Albus Dumbledore, director de esta institución, me enorgullece saber que han sido aceptados en esta prestigiosa escuela de magia y hechicería y....(bla,bla,bla)

El director daba su discurso de bienvenida, dando indicaciones y reglas después procedió a presentar a sus profesores, la que los había recibido era la profesora en transformaciones, el que traía un turbante en la cabeza se llamaba Quirinus Quirrel impartiendo clases de defensa contra las artes obscuras y estudios muggle, la maestra gordita y vestida de amarillo era Pomona Sprout y daba clase de herbologia, el profesor (bajito) Filius Flitwick le enseñaría encantamientos. Draco fue grabando en su memoria cada uno de los nombres y asesorías, no quería dar una mala impresión en su primer día o faltar al respeto si se equivocaba de nombre.

Cuando fue el turno de un profesor en particular no pudo evitar sentirse...nervioso. El profesor Severus Snape, maestro en pociones y jefe de la casa Slytherin, un hombre alto, de piel blanca, cabello y ojos tan negros como la noche, a simple vista se veía imponente, recordándole un poco a su papá, el sería su jefe de casa.

La selección comenzó, los nuevos estudiantes eran llamados uno a uno para ser acomodados por el sombrero seleccionador.

Gritos de euforia, aplausos y silbidos cada que un estudiante era designado a una casa, sus nuevos compañeros lo recibían con palmadas y sonrisas.

No podía negarlo, estaba muy nervioso.

Pasaron diez minutos y se dió cuánta de que casi nadie, salvó Pansy, había sido enviado a Slytherin, y digamos que la reacción no fue muy buena, si bien sus nuevos compañeros aplaudieron, la reacción de los demás fue...casi como asco, incluso algunos profesores solo fingían aplaudir con una mueca en su cara.

Esto empezó a preocupar a Draco, su padre le había dicho que Slytherin era la casa más respetada, pero más bien parecía ser la más...odiada, incluso el director había hecho una mueca.

Draco Malfoy.

Fue su turno, camino a la silla con un poco de miedo, la maestra coloco el sombrero en su cabeza y este... hablo, le dijo que le recordaba mucho a su padre, por lo que era obvio cual sería su casa, esto lo lleno de alegría, pero lo que más le llamo la atención fue que le dijo que ahí iba a conocer a alguien muy especial.

¡Slytherin!

El grito hizo eco en todo el salón, como era de esperarse solo aplaudieron los de su mesa y algunos profesores, fue hasta la mesa y se sentó al lado de Pansy, la cual le abrazo con fuerza ya que temía ser la única nueva en esa casa.

Cuando Draco se sentó no tardó en sentirse observado, discretamente miro a sus nuevos compañeros, algunos le miraban alegres otros no tanto, pero fue casi al final de la mesa, alejado ligeramente de sus compañeros, que sus ojos se toparon con un par de ojos plateados muy parecidos a los suyos.

Un joven de 16 años le miraba fijamente, su piel era muy blanca, tenía el pelo largó, casi como su padre, de un negro intenso, sus labios rojos mostraban una sonrisa cálida, dirigida solo a él.

El chico susurro un Hola...y Draco no pudo evitar sonrojarse, ese chico era muy guapo, apenado y con las mejillas rojas bajo la cabeza, esto ocasionó una risa en Siam, su pequeño hermanito finalmente entraba a la escuela, esto sería divertido.

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Desde la mesa de profesores Severus observaba el comportamiento de su hijo y el pequeño Malfoy, no podía negar que Draco era la viva imagen de Lucius, soltó un suspiro y se sirvió un poco de vino, parece que tenía que prepararse, pues tarde o temprano volvería a ver a su antiguo amor.

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Y continuará 😊

Los niños ya crecieron ¿Que les espera ahora?

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