capitulo 6. una gran sorpresa
Los ojos grises de Lucius cambiaron a un rojo intenso, producto de la furia que sentía.
Narcisa chillo al sentir el fuerte golpe en su mejilla, el cual la mando al suelo.
-¡DRACO!
Lucius prácticamente empujaba a la gente de un lado a otro, buscando desesperadamente a su hijo.
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Trabajar en el ministerio era muy cansado, la vida de burócrata no era tan fácil como muchos pensaban, Lucius en ocasiones tenía que resolver los problemas en los que el ministro se metía y miren que eran muchos, que ese hombre no podía mantener la boca cerrada era más problemático que su hijo, el último problema fue un conflicto con los duendes de Gringotts, algo sobre quejas de parte de los magos en sus créditos y comisiones, la verdad es que Lucius, por increíble que parezca, respetaba mucho a algunas creaturas mágicas, algunas eran más viejas que los magos y por ende mas sabías, una de estas eran los duendes, si bien eran avaros y gruñones, cuando se trataba de negocios estos eran muy rectos y justos, por lo que le precian absurdas las críticas, pero el primer ministro no pensó eso y termino teniendo una pelea, pero cuando vio que estaba mal decidió mandar a Lucius a arreglar las cosas, aunque todos odiaban admitirlo el rubio tenía un don de palabra y carisma para esto, Lucius paso toda la mañana hablando con el gerente, llegando a un acuerdo y una disculpa de parte del primer ministro...Lucius la dió.
Salió muy cansado de ahí y con dolor de cabeza, lo único que quería era llegar a su casa, tomar una poción para la migraña y dormir un poco, si es que su hiperactivo hijo lo permitía.
En eso iba pensando mientras caminaba por el callejón cuando una voz captó su atención, la voz de una mujer.
-¿Narcisa?
Sonriendo se acercó a su esposa, si ella estaba ahí entonces su pequeño retoño también.
Cómo amaba a su hijo, se había convertido en su mundo, tan pequeño y frágil, tan parecido a él, Lucius intentaba ser el padre amable y cariñoso que nunca tuvo, no quería que su dragón sufriera lo que él y mucho menos que fuera tan infeliz en el amor como él, tal vez por ello lo consentía tanto.
Pero su sonrisa desapareció al ver a Narcisa tan preocupada.
-¡Draco! ¡¿Dónde estás?!
La mujer comenzaba a asustarse, no encontraba a su hijo por ningún lugar y ya llevaba casi una hora buscándolo, era tal su desesperación que estaba a nada de ordenar a los aurores que lo buscarán, si no lo encontraba y Lucius se enteraba la iba a despellejar.
Por desgracia su suerte iba de mal en peor.
-Narcisa
Brinco al sentir una mano en su espalda, al girarse el alma se le fue al suelo ¡¿Que hacía Lucius ahí?!
Enterarse que su retoño estaba perdido lo aterró, saber que se debía a un descuido de su mujer lo lleno de irá ¡¿Cómo pudo soltar a Draco?! ¡Es solo un bebé! ¡NO DEBES DEJARLO SÓLO!
Poco le importo el golpe que le dió a la rubia, estaba furioso, inmediatamente corrió dónde los aurores y les ordenó buscar a su bebé, mientras el miedo se apoderaba de él.
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-hay muchas tiendas, Papi.
-si
-¡Mami!
Severus y los niños habían llegado, el mayor caminaba cargando a Draco con una mano mientras sujetaba a su hijo con la otra, a su lado flotaba su bolso con los materiales adquiridos. Le ordenó al pequeño rubio estar atento por si veía a sus padres.
-vamos a ir al banco papi
-no Siam, esta vez no.
Continuaron avanzando, mirando al rededor, pero parecía que no había nadie, al menos nadie estaba buscando a un niño.
-demonios, ya es tarde y nos tenemos que ir.
-¡No papá! No podemos dejar a Draco solito.
-¿Solito?
Los ojos acuosos del bebé lo conmovieron, pese a su facha de tipo serio y desalmado Severus tenía un corazón de pollo, en especial con niños.
-no te espantes Draco, no te dejare solo.
Esto fue suficiente para que el bebé se calmara, caminaron un buen rato, Severus logro divisar un par de aurores se acercaría a ellos para pedir ayuda y...
-¡DRACO!
El grito de una mujer lo detuvo, unos metros adelante había una dama gritando el nombre del niño.
-¡Mamá!
A Narcisa le regreso el alma al cuerpo al ver a Draco ahí, ni siquiera se dió cuenta de quién lo cargaba, solo lo arrebato de esos brazos y lo acunó en los suyo, feliz, Lucius no la asesinaría.
Le tomo unos segundos pero el cerebro de Severus finalmente hizo Click, esa mujer era Narcisa Black, su antigua compañera del colegio y la esposa de...Lucius ¡Entonces ese niño!
¡¿Cómo no se dió cuenta?!
Rubió, piel blanca y ojos grises ¡Era una copia exacta de Lucius!
-¿Ella es tu mamá?
La voz de Siam rompió el silencio, Narcisa se giró a verles, también tardo unos segundos pero reconoció al mestizo ese, aunque no podía negar que con el paso del tiempo Severus se había puesto muy guapo, sus rasgos se habían definido y...
-lo encontré solito más para allá, estaba llorando.
Sus ojos azules se clavaron en el niño frente a ella, le recordó a Severus cuando era un niño, su viva imagen, aunque su nariz era más respingada y sus ojos...esos ojos...plateados, era iguales a los de...
De un tirón Severus alejo a su hijo, antes de que Narcisa lo tocará, como si su tacto fuera peligroso, coloco a su hijo tras él como manera de protección, antes de tomar su pequeña muñeca y salir de ahí a grandes zancadas.
¡Cuida mejor al niño!
Es lo único que grito.
-papi, espera, no me jales....¡Draco!
Siam no entendía lo que le pasaba a su padre, se giró a ver al pequeño rubio, que lloraba en los brazos de su madre y le pedía regresar. Las lágrimas bajaron por sus ojitos y solo atino a despedirse con la mano.
Narcisa estaba impactada, ese niño ¿Acaso ese niño? ¡No! ¡Era imposible!
Minutos después llegó Lucius, abrazo con fuerza a su hijo mientras llenaba su cara de besos. Ignorando por completo a su esposa se dirige a las escaleras que conectan con otro sector, mientras buscaba a Draco le pareció ver a alguien, una figura alta y delgada de cabello tan negro como la noche, solo fue un segundo y la sombra se perdió en el mar de gente, fue tan sublime que ni siquiera está seguro de que fuera él pero. Sus ojos grises miran al horizonte, solo ve a magos ir de un lado a otro, algunos vestidos de traje, otros con su túnica llamativa pero aquel que captó su atención no está, tal vez solo fue producto de su imaginación.
Papá
La suave voz de su hijo lo regresa a la realidad.
-vamos a casa Dragón, hoy fue suficiente para ti.
El niño le sonríe y se abraza a su cuello, es ahí donde Lucius nota un adorno extraño coronando el disfraz de su hijo.
-¿Y ésto?
Una especie de "ramo" cuelga del pelo de su hijo, pequeñas hojas y flores que parecen estar hechas de cristal.
Draco solo sonríe mientras lleva su mano al adornó para decir algo.
-Siam.
Es lo único que el pequeño dijo
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Que mala madre es Narcisa.😡
Pero ya encerio, Nunca le suelten la mano a un niño en la calle ni por un segundo, son tan rápidos como ratones y los accidentes parecen seguirlos. Lo digo porque yo con mi sobrino me llevo cada susto ya que le gusta correr😱
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