cap. 1. Se acabó

Era estúpido enamorarse ¡Él lo sabía! No le había funcionado a su madre y como era de esperarse ¡No le funcionó a él!

-esa bien, entiendo....nos vemos después.

Ni siquiera le dió tiempo al rubio de hablar, Severus dió la vuelta y se fue de ahí.

No corrió, no hizo un escándalo, nada, no había necesidad. Lucius dijo que terminaban y eso era todo....para que reclamar.

El día lo paso entre clases y aguantando las bromas de los imbéciles Gryffindor, en la cena ignoro a Lucius, el cual le veía con un deje de lastima, terminó la comida y se encamino a su cuarto, poco le importo los cuchicheos y las miradas burlonas de las hermanas Black.

Dos años, por dos años fue pareja de Lucius Malfoy, increíble ¿No?

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Lucius Malfoy, el prefecto de Slytherin, uno de los chicos más populares y guapos de todo el colegio, un sangre pura con costumbres muy arraigadas sobre la superioridad de los de su clase...los sangre pura, entonces ¿Cómo terminó con un mestizo? Muy buena pregunta, ni Severus sabía la respuesta.

Su inicio no fue muy bueno, la verdad fue terrible, terminaron en una pelea verbal en la sala común de las serpientes. El mayor intento humillarlo por sus orígenes, pero el pequeño no se dejó intimidar y devolvía cada insulto con rapidez, perspicacia y una mordaz burla, cosa que sorprendió a todos los alumnos, en especial a los de mayor nivel ya que nunca, nadie, había confrontado al rubio, prácticamente era intocable, claro que a Severus eso le importaba un reverendo cacahuate, bastante mal la pasaba en su casa con un padre abusivo y una madre un tanto indiferente, como para todavía soportar insultos en el colegio, en su casa no podía defenderse pero ¡Aquí sí!

La verdad era una tortura estar en la sala común cuando estos dos se encontraban, las "indirectas" no tardaban en caer y en ocasiones aquellos que se encontraban en lugar y momento equivocado terminaban embarrados y podían llevarse la peor parte.

Hasta las vacaciones de invierno todo seguía igual, pero al regresar....

Lucius se la había pasado aburrido en su casa, de mal humor y agresivo, quien diría que extrañaría molestar y ser molestado por ese mestizo.

Cuando terminaron las vacaciones su humor cambio, prácticamente estallaba de felicidad, subió corriendo al tren y busco a su pequeño némesis vagón por vagón, Severus no estuvo, después se enteraría que pasó las vacaciones de Navidad en la escuela y no regreso a casa, se le hizo extraño pero bueno.

Tenía unas enormes ganas de abrazarlo cuando lo volvió a ver, pero se contuvo y solo dió un "cálido saludo", el cual no tardó en ser devuelto con la misma "amabilidad", nadie lo noto, salvó Lucius, pero una pequeña sonrisa adornaba la boca del moreno, también están feliz de volver a ver a ese idiota engreído.

Con el paso de los días su "relación" cambio un poco, seguían las peleas e insultos, solo que estos ya no estaban cargados de rabia y odió, era más bien su forma de...tratarse, incluso ahora podían sentarse en la sala y leer tranquilamente uno al lado del otro.

Esto fue bueno para los Slytherin, que ya no tenían que correr cada que los veían llegar, incluso ya se podían considerar algo así como camaradas o amigos. Severus ahora reía de las bromas tontas o absurdas de Lucius, le ayudaba en su clase de pociones (quien diría que este niño era tan bueno en esa materia, incluso mejor que el profesor Slughorn) y en ocasiones le preparaba un pie de manzana solo para el rubio ¿Cómo se colaba a la cocina y usaba los ingredientes sin que los elfos se enojaran? Era un misterio. Por su parte Lucius se había vuelto muy atento con él, le compraba ingredientes para sus pociones, libros e incluso un guardarropa ( le costó un huevo que los aceptará), también era muy sobreprotector, cuando los merodeadores le hacían una broma y eran descubiertos por el prefecto de Slytherin...bueno...digamos que las maldiciones no se hacían esperar, la verdad fue un milagro que no expulsarán a Lucius, la influencia de su familia pesaba mucho.

En poco tiempo su "amistad" creció hasta que...una noche...

Digamos que todas las serpientes se quedaron sin ojos cuánto estos saltaron de sus cuencas y su quijada se fue al suelo al entrar en la sala común y encontrar a su prefecto, el poderoso y orgulloso Lucius Malfoy, comiéndose a besos a un chiquillo de primero, menor por cinco años, que estaba sentado en sus piernas e intentaba seguirle el ritmo de manera torpe y tierna.

¡Eso era ilegal! ¡Mundo mágico o muggle! ¡Lucius era un maldito pervertido de primera! Digo, solo véanlo.

Lo abrían acusado con el director...de no ser por la manera tan "amable" en que este par los amenazó y unas cuantas maldiciones, tan dolorosas como un cruciatus pero no ilegales, por lo que a las serpientes...¡Los felicitaron de todo corazón!

Así se formó la parejita más inusual y rara oculta para todo aquel que no fuera Slytherin, en el ámbito escolar eran muy cuidadosos, su relación más bien era la de un hermano mayor sobreprotector y un hermano menor celoso. Todo fue bien por dos años...

Hasta este día.

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Lucius lo había citado está mañana para hablar en el baño de prefectos.

Severus estaba muy emocionado, tenía una enorme noticia que darle.

Al terminar el año, en un mes, Lucius se graduaría y ya no se podrían ver, al menos no tan seguido, la verdad es que Severus esperaba que con lo que iba a decirle esto cambiará y estuvieran juntos por siempre...no fue así.

Lucius lo había citado para terminar con él, su padre, Abraxas Malfoy, llego a un acuerdo con la familia Black y el rubio termino siendo comprometido con Narcisa Black, una de sus compañeras.

Esto le dolió mucho a Severus, jamás imagino que pasará, sí, sabía de los matrimonios arreglados de los sangre pura pero...la verdad...tenía una ligera esperanza que Lucius se opusiera y luchará por lo suyo...que iluso.

- soy un Malfoy, un sangre pura y...yo...no puedo ignorar mi deber.

El jamás estaría por encima de su apellido y linaje, era un simple mestizo, algo que no valía en el mundo mágico, era normal que Lucius no lo escogería.

Severus no le dijo nada más, solo le dió buena suerte y lo felicito para después marcharse con la mirada baja.

Ahora, en la obscuridad de su habitación, rodeado por hechizos de silencio, llora, llora abrazando con fuerza su almohada, llora de rabia e impotencia, llora...de miedo, ahora que hará, como va a salir de este problema él solo.

Su mano se dirige a su plano vientre, parece que su sueño de que al final de año se marcharia con Lucius a su casa y serían felices se esfumó, ahora tenía que regresar a su "hogar", con una madre que dice amarlo, pero no tanto como a su marido, el cual  lo maltrata y humilla y si Severus quiere revelarse lo reprende y castiga, con un padre alcohólico y abusador que gusta de usarlo como saco de boxeo, el cual odia la magia y todo lo que concierne a ella...¡Pghmm!

El pelinegro muerde sus labios reteniendo la risa, pese a que las lágrimas siguen cayendo por sus ojos. No puede esperar a ver la cara de horror que Tobías pondrá al enterarse, que en este mundo mágico...¡Los hombres pueden quedar preñados! Son muy raros los casos, pero ocurren. Y ahora Severus, a sus escasos doce, casi trece años, está embarazado, de un chico mayor por cinco y que lo acaba de botar.

El miedo le gana y empieza a reír...¡Estaba jodido!

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Y hasta aquí este primer capítulo, ojalá les guste.

Créditos de las ilustraciones a sus respectivos autores.

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