Fui un idiota

Han pasado las décadas, y Fairy Tail sigue igual, todos disfrutamos como si no hubiera mañana, yo soy feliz... a quién engaño mi sonrisa es falsa, no siento alegría, estoy seguro que estoy empezando a ver en blanco y negro a causa del dolor que siente mi pecho.

Las noches son una maldita agonía, siempre soñando con ella y su sonrisa, para que después me mirase no con odio, tampoco con rencor, sino con tristeza y decepción.

Recuerdo que con 14 años destrocé el corazón de una niña de 12 años, esas palabras resuenan en mi cabeza -Simple, es excesivamente cargante, me estresa cada vez que me dice "Gray-Sama", está loca y...- y luego veo a la hermosa Juvia siglo después.

Me esforcé tanto para que sonriese, para que me sonriese como antes, quería desesperadamente me dijese "Gray-Sama", pero los recuerdos de Lucy me afectaron y sentí que no podía estar cerca de Juvia porque sería traicionar a Lucy.

-Lo siento Juvia, pero no puedo volver a verte... cuando te veo recuerdo a Natsu y lo que le hiso a Lucy-

¿Por qué fui tan frío? Yo sabía cuan sola estaba, yo era el único ser con quien hablaba...

-Ya no se que sentir al ver a un Demonio, los odio y por eso no puedo verte, temo hacerte daño-

¿Por qué le dije esa mentira?

-Juvia lo comprende, a Juvia tampoco le agradan los Demonios-

-¿No te agradan?-

Juvia, ¿Tanto te odiabas?

-¿Por qué me agradarían? Somos crueles, nos fascina ver el sufrimiento ajeno, y sin mencionar que disfrutamos dañar a cualquier ser vivo...-

No Juvia, tu no eres así, tu eres diferente al resto, tu eres la excepción.

-Juvia...-

-Eso fue lo que pensé por siglos, y lo sigo pensando, pero abrí los ojos y me di cuenta que hay seres peores que los Demonios, seres que adoran lastimar los  corazones ajenos a través de las palabras-

¿Peores que los Demonios? ¿Quién podría ser peor que ellos?

-¿A qué te refieres?-

-A nada, es algo que aprendí en este bosque... Gray-Sama es mejor que se vaya, Fairy Tail lo espera-

De esa manera comprendí que yo era para ella peor que cualquier Demonio.

-Adiós-

A veces comienza a caer nieve en Fairy Tail cuando la recuerdo, siento que tengo una maldición, me estoy transformando en Juvia...

-Hasta cuando seguirás llorando como un mocoso- Me dijo Makarov serio, él tenía razón, he estado llorando como un bebé, pero no puedo hacer nada, ya la perdí y si voy lastimaré a todos.

-Qué pasó con ese niño de 8 años que llegó a nuestro Reino porque no deseaba ser como su padre, ese niño que no piensa en el resto y va hacia su objetivo- Continuó Makarov con el ceño fruncido.

-Ese niño cabeza dura que a pesar de que su familia no quería que tuviese un amigo que fuese Demonio los ignoró...- Dijo esta vez Mavis-Sama con una pequeña sonrisa.

-Fairy Tail siempre será tu familia, y si sientes algo por ella ve inmediatamente- Me ordenó Mavis-Sama.

-Pero ella no me querrá volver a ver, la lastimé demasiado- Dije observando a los dos Dioses desesperado por saber que debía hacer.

-Ve, ella te está esperando en el bosque- Dijo Mavis-Sama sonriéndome, ¿esperándome? ¿Por qué me esperaría?

-Sabes, ya me tienes harto de tus inseguridades no eres un adolescente- Dijo Makarov soltando un suspiro para luego arrojarme a la Tierra el muy idiota.

¿Qué haré cuándo me la encuentre? ¿Le diré estos sentimientos que no imaginé tener alguna vez? Si lo haré, no seré un cobarde, debo comportarme como el Dios que soy y si me rechaza seguiré intentándolo, porque yo la amo... ¿La amo?

Yo si amo a Juvia, su sonrisa, sus ojos que iluminan la oscuridad, incluso adoro lo empalagosa que puede ser, la amo aunque es un Demonio.

Caminé desesperadamente por el bosque en su búsqueda llovía torrencial, mi Juvia estaba cerca, por sentir esa aura deprimente, tenía que apurarme, mi corazón me dolía, cada vez estaba más cerca de ella, unos pasos más y la vi, vi como esos ojos no azules, tampoco rojos, si no negros lloraban al verme.

¿Lloraba? Ella nunca había llorado al ver mi rostro, Juvia lo siento...

-Juvia...- Fue lo único que pude decir, verla tan rota provocaba que me doliese el pecho.

-Gray-Sama...- Dijo mientras le caían las lágrimas.

Me dijo Gray-Sama, todavía tengo al menos un gota de oportunidad, pero no se como lograr llegar a ella, ¿Cómo podré lograr que me perdone?

-¡Fui un idiota!, yo pensé solo en mi- Dije con sinceridad.

-Juvia, se que no merezco tu perdón, pero te diré una cosa... ¡haré lo que sea para que me perdones!- Dije desesperado, ella solamente me observaba.

-Juvia ¿Por qué debería perdonarlo Gray-Sama?- Dijo seria con el ceño fruncido, -No tiene sentido que haya venido a este bosque después de años para que yo aceptase y de nuevo se largarse al cielo-

Esas palabras me mataron, tenía razón ¿Por qué perdonarme? Fui un idiota, la herí, no merezco su perdón, pero porque soy un cabeza dura dije sin vacilar -Porque tu me amas y yo te amo-

Mi preciada Juvia abrió los ojos para luego convertirse de nuevo en el hermoso azul que tanto me gusta.

-¿Cómo se que no es mentira lo que dice?- Dijo tiritando, ella debería saber que soy sincero, yo no jugaría de esa manera con ella.

-Simple- Me acerqué a ella y la besé, siempre me pregunté a que sabían sus labios, y ahora al fin lo se, fresas.

-Gray-Sama, esa fue una buena manera de demostrarlo...- Dijo Juvia roja como un tomate.

Sonreí ante sus palabras, pero ese beso me dejó gusto a poco, así que de nuevo la comencé a besar, pero esta vez el beso fue un "poco" más apasionado, a quien engaño fue el mejor beso que he tenido  en mi vida, pero algo extraño pasó... dejo de llover, el sol de primavera apareció iluminando el bosque. Juvia comenzó a llorar de felicidad, la pobre nunca había visto el sol, el hermoso cielo azul , ver su rostro hiso que me enamorase más de ella. 

De la nada comenzó a arderme el brazo, inmediatamente me lo revisé y vi la marca de compañeros, Juvia Lockser... todo este tiempo fue ella y no me percaté, si seré imbécil aunque siempre la he amado, al menos mi corazón siempre lo supo.

Juvia al parecer no se había dado cuenta, estaba concentrada observando el cielo como si fuese lo más majestuoso que haya visto, era tan adorable y era mía... 

-Juvia ve tu brazo- Dije sonriéndole, Juvia extrañada lo observó y quedo con la boca abierta.

-Al parecer somos...- No alcancé a terminar porque se tiró encima mio.

-Compañeros, lo que significa que ahora es de Juvia- Dijo sonriéndome maliciosa, estoy seguro que estaba rojo como un tomate.

-Y tu eres mía- Dije sonriéndole de vuelta, esa chica como la amo.

-No era necesaria la marca, desde el día en que Juvia habló con usted por primera vez, ella ya era suya- Al decir eso comencé a besarla de nuevo como si fuese un lobo hambriento, para mi desgracia la falta de oxigeno hiso que nos separásemos.  

-Juvia te amo- Dije convirtiéndome de nuevo en un tomate, ¿por qué me es tan difícil decir esas dos palabras? 

-Juvia también lo ama Gray-Sama- Dijo con una sonrisa que brillaba como mil soles, esa sonrisa que solo era dirigida para mi.

No tienes ni idea de cuanto te amo mi chica de la lluvia.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top