CAP 4: [NINGUNA PISTA]
Por fin, luego de tantas horas de estrés, Liam pudo ver la luz a través del túnel, los rayos del Sol atravesaban las ventanas, iluminando levemente el lugar.
A pesar de que aún estaba un poco oscuro, la luz era suficiente, y para mejorar, las animatrónicas ya no se movían ni lo veían con odio.
Salió de la oficina, secándose el sudor por primera vez en la mañana, caminando a la salida.
Justo antes de irse de este lugar de mierda, vio el auto de Samara estacionarse, mientras él salía del local y la rubia de su auto, encontrándose.
— ¡OH! ¡BUENOS DÍAS LIAM! — saludó energéticamente con la mano, mientras corría hacia él...se veía como una niña pequeña
Remplazó su carrera con un caminar a prisa, luego lento, terminando con quedarse parada frente al chico, que no se veía nada, nada feliz.
— ¿Eh? ¿Qué sucede Liam? — la rubia preguntó, confundida, con la sensación de que alguien le daría una paliza justo en unos instantes
— Ja, sí, '¿Qué sucede' — imitó torpemente el tono agudo de Samara, sonriendo sarcásticamente, cambiando drásticamente su expresión a una de enojo - ¿¡QUÉ CARAJOS, SAMARA!? ¿¡POR QUÉ NO ME DIJISTE QUE ESAS COSAS INTENTARÍAN MATARME!?
Su repentino grito sacó de conversación a la chica, que se alejó un poco, luego remplazó su actitud alegre.
— ¿De qué hablas? — Samara se puso frente a él, levantando su tono, pero no al punto de gritar
— ¿De qué hablo? ¿¡DE QUÉ HABLO!? — señaló la entrada — ¡LA MORADA Y LA AMARILLA TRATARON DE MATARME! ¿¡ME ESTÁS ESCUCHANDO!? — estaba completamente fuera de sí
Podía ser un soldado en formación, pero eso fue por encima de cualquier cosa, sobre todo, porque es antinatural.
La rubia entrecerró los ojos, temiendo ahora que Liam fuera, no un idiota, sino un loco esquizofrénico, respiró hondo y suspiró, tomándolo suavemente del hombro.
— Mira, debes calmarte, ven, hablemos de esto — lo guió hacia el local, aprovechando que Liam estaba respirando agitadamente y reacomodando sus pensamientos, volviendo en sí lentamente.
Ambos entraron, dirigiéndose a la oficina, y una vez ahí, la rubia esperó a que el moreno estuviera más tranquilo.
Claro, no tardó mucho en darse cuenta del cristal fracturado, no obstante, antes de volverse loca, decidió esperar.
— ¿Mejor? — ella le preguntó, sonriéndole amablemente, aunque parecía una sonrisa algo forzada
— Sí, creo que sí — suspiró — Quizá puedes explicarte —
— ...Está bien — hizo una seña, restándole importancia a lo de antes, aceptando lo que supuso que fue el intento de disculpa de Liam — Pero dime, ¿Qué pasó? — miró sobre su hombro, el vidrio roto, con una expresión algo decaída — "Y yo que no quería reparar en gastos" —
Liam la miró, más relajado.
— Ya te lo dije, ellas me atacaron, la morada fue quien lo rompió — tomó un poco del whisky que Samara le había ofrecido para calmarse
— Veamos, cuéntamelo todo — le puso especial atención
Con esas simples palabras, Liam la miró, comenzando a contarle todo lo que pasó.
Mientras le contaba, la expresión confundida de la rubia se hacía más notable, a su vez que el pelinegro se veía a sí mismo patético, pues no había pasado demasiado ahora que lo pensaba, lo atribuyó solo a que fue el calor del momento.
— De acuerdo, esto es...extraño — la rubia rodó los ojos por toda la habitación, con una mano en su barbilla, indagando en sus recuerdos
Liam quiso gritarle, pero luego de que se le pasara el efecto del miedo, estaba muy cansado ahora para hacerlo.
— Sé que se mueven en la noche muy de vez en cuando, he investigado y es una función reflejo que se activa repentinamente — rascó su mejilla — Mmm, podría ser...mhm, no —
Pensó en varias posibilidades, mientras el chico la veía, él ya se estaba aburriendo, y parece que Samara se dio cuenta, mirando nerviosa a otro lado.
— Pe-Pero puedo investigar, solo ayúdame, ¿Sí? — riendo torpemente, le sugirió, mientras se ponía de pie y salía de la oficina, con Liam detrás de ella
El pelinegro se sintió...raro, no sabía si estar aliviado de que Samara no lo tomara por loco, o molesto de que la rubia no le diera ninguna respuesta al por qué fue atacado.
La entendió un poco, pues ella igual se veía confundida, incluso aunque no la veía directamente, podía oír los susurros que venían de ella, indagando en las posibilidades y descartando teorías.
Se dedicaron a ordenar el local antes de abrir, terminando en apenas 1 hora, pues Liam tenía prisa por recibir respuestas.
Él miró detrás de sí, la puerta, después vio a Samara, que estaba agachada recogiendo unas servilletas que se le habían caído.
No sabía que debería hacer, ahora que su miedo había disminuido gradualmente, tenía curiosidad, demasiada, y además, no tenía a donde ir, no quería probar suerte en otro lado sabiendo que fue relativamente fácil evitar a las animatrónicas.
Con esto en mente, decidió que probaría las aguas.
Ignorando magistralmente la vista del trasero de la rubia, remarcado en sus leggins negros, Liam tomó asiento, esperando ansioso por sus respuestas.
Sarama pareció notar su actitud, pues discretamente volteó a verlo, encontrando al chico mirando al techo, perdido.
Después de eso, él notó que la rubia se veía un poco más alegre, tal vez solo fue cosa suya.
Las horas pasaron y ya habían abierto, los clientes no llegaban, y si lo hacían, solo pedían algo rápido y se iban, la actividad era mayor a partir de las 7 de la tarde.
Mientras tanto, Liam veía las cámaras, adormecido, y Samara revisaba cuentas, se estaba impacientando.
— Bien, creo que ahora podemos ver...eso — se estiró un poco, para voltear a verlo con una sonrisa — Tranquilo, encontraremos la razón —
— Ya era hora — apagó el monitor y se puso de pie, mirando a la rubia, notando algo — ¿Eh? ¿Sigues con la misma ropa de ayer? — levantó una ceja
Samara se sonrojó, avergonzada, intentando taparse con sus brazos, ahora que la veía bien, ella estaba limpia, pero su ropa se veía un tanto húmeda, gracias a las zonas donde la humedad se concentraba más, Liam entendió que era sudor, probablemente por toda la actividad de ayer y esta mañana
— N-No tuve tiempo de lavar, esto es lo más limpio que tengo — no se atrevió a verlo a los ojos, estaba muy apenada
Era la jefa, por amor a dios, debía estar presentable, también tenía orgullo como mujer, entonces, estar así era un golpe en los huevos metafóricos para ella, y por último, estaba frente a un chico que podría ser su potencial pareja.
Como chica joven y con las hormonas al mil, este pensamiento la hizo el considerar irse, lavar su ropa, darse un segundo baño y volver con una vestimenta limpia...y apropiada, un top y unos leggins negros junto a unos tenis maltratados no era una presentación adecuada.
Liam salió de la habitación, con un interés tan grande como el de Hollywood representando correctamente a las minorías.
Samara fue tras él, relajándose un poco y poniendo como prioridad lo que había sucedido aquí en la madrugada.
— O-Okey, tendremos que ponerlas fuera de servicio — ella vio al trío sobre el escenario, que cantaban a los pocos que estaban ahí
— ¿Y cómo lo haremos? — Liam preguntó, era obvio que no quitarían a la atracción principal sabiendo que no tienen mucha gente
— ...¿Cuál dices que trató de atacarte? — si bien él dijo que intentó matarlo, Samara pensó que eso ya era exagerado...y no estaba en las condiciones financieras para lidiar con una demanda, o con la ley
— La morada...la amarilla parecía querer intentarlo — vio a ambas
— Son Bonnie y Chica — giró la cabeza para verlo, con una cara que molestó un poco al chico, lo miraba como si fuera de otro planeta — ¿No lo sabes? ¿Cómo? Se volvieron muy famosas...~Más o menos~ — susurró inconscientemente, pues conocía la historia real
— Estuve gran parte de mi corta vida desconectado del mundo, así que no, no lo sabía — eso interesó a la rubia
— ¿Desconectado? ¿Dónde estuviste? — ladeó la cabeza, curiosa
— Eso no importa, dime, ¿Qué haremos? — Liam evadió por completo la pregunta, no porque le causara conflicto, sino porque ya estaba impaciente
Samara se quedó callada por unos segundos, luego suspiró, anotando mentalmente su compromiso por descubrir quién era Liam.
— Bueno, sacaremos a Bonnie, solo a ella, la llevamos a partes y servicios, ahí veremos qué es lo que pudo suceder — Samara le explicó su idea, caminando hacia el cuarto mencionado, al lado del escenario — Tú ve por el diablito — subió lentamente al show, acercándose a la coneja
El pelinegro entró a 'Partes y servicios', buscando el 'vehículo' de transporte, viéndolo rápidamente, tomándolo y sacándolo, subiendo con la rubia al escenario.
Ella estaba detrás de Bonnie, que, a diferencia de sus compañeras, se quedó estática, con los ojos cerrados y la cabeza hacia abajo.
— Bueno, ayúdame, por favor — Liam puso el carrito tras la coneja, con evidente desconfianza, subiéndola, no le fue difícil notar el peso que tenía cuando comenzó a bajar y entrar al cuarto
Luego de varios minutos de esfuerzo y trabajo en equipo, ambos lograron subir a la animatrónica a la mesa, acostada.
Samara trajo una laptop, junto a un cable.
Fue un tanto sorprendente para el chico ver como le quitó la cara a la morada, que poseía un exoesqueleto...era feo a madres, para qué mentir.
La rubia conectó el cable en la nuca del robot, levantándole la cabeza, con ayuda de Liam, mirando los cables.
— Se ve bien, entonces solo pudo haber sido alguna falla en su software — explicó en voz alta, sentándose en el suelo frente a la mesa y viendo su laptop
El soldado se sentó a su lado, mirando con curiosidad...no entendía nada, solo veía letras, números, líneas y muchas palabras o letras.
Las horas pasaron, y Liam fue por Chica, pues esto estaba tardando más de lo que pensó.
Hasta donde la rubia le explicó, tenía un programa para detectar algún error en el software, programa creado por el mismo que lo escribió, igual, podía pasarse cosas por alto, entonces ella lo revisó de forma manual en lo que el programa terminaba su análisis.
Liam le quitó la cara a la gallina...o el ave que sea, aunque ella seguía parada en el carrito, desactivada, esperando a que Bonnie saliera de la mesa para ocupar su lugar.
— Esto tomará tiempo — Samara, aburrida, le dijo, luego se giró para verlo — ¿Podrías ayudarme con el local? Ya sabes, vigila que no haya problemas...a mí no me gusta estar afuera
— Yo me encargo — Liam salió de partes y servicios, pensando en la razón del porqué le desagradaba, y era obvio
Se recostó en la pared, cruzando los brazos, mirando a las...2, 3...6 personas en el local, aunque al poco tiempo, uno de los que estaba en la barra se fue, ahora solo eran 3, 2 en la misma mesa, y uno solo.
Los 2 primeros eran una pareja, chico y chica, aunque ella no se veía muy contenta del lugar al que vinieron.
A Liam le causó gracia, quería gritarle lo estúpido que fue al traer a su novia a un putero.
Las horas pasaron y él no tardó mucho en aburrirse, los clientes se habían ido en poco tiempo, mientras que la animatrónica roja de la barra limpiaba los cubiertos usados, acabando rápido por la poca cantidad.
Fue gracias a su entrenamiento que se mantuvo despierto, esperando a que Samara terminara de revisar a las 2 animatrónicas.
Miró el reloj nuevamente, faltaba poco para las 2 de la tarde.
Justo después de ver el reloj, escuchó la puerta a su lado abrirse, mirando como la rubia asomaba la cabeza, buscando algo, o a alguien.
— ¿Terminaste? — el pelinegro le preguntó, con una voz algo aburrida y cansada
El oír su voz repentinamente asustó un poco a Samara, que giró la cabeza rápidamente para verlo, Liam juró que si lo hubiera hecho más rápido se hubiera roto el cuello.
— ¡LIAM! Diablos, me asustaste — limpió el sudor de su frente, suavizando su mirada — ¿Puedes ayudarme? — se devolvió a la habitación, sin esperar respuesta
El pelinegro suspiró, abriendo completamente la puerta y entrar, mirando como su jefa trataba de acomodar a la animatrónica conejo al diablito.
Liam se apresuró a llevarla al escenario, regresando por Chica, para repetirlo, y una vez terminaron, caminaron hacia la oficina.
— ¿Qué encontraste? —
Su pregunta quedó al aire, pues la rubia no respondió, murmurando por lo bajo y algo apresurada.
Como era más baja que Liam, él no se daba cuenta de que ella estaba caminando con prisa.
Decidió quedarse callado por ahora, parecía que Samara la estaba pasando mal pensando en lo que pudo suceder.
Entraron a la oficina, mientras la rubia tomaba asiento y girándose a la mesa administrativa, buscando algo entre los cajones.
— ~No tiene sentido~ — sacó una hoja de papel, usando una pluma para golpear el costado de su cabeza
— ¿Qué sucede? — se acercó un poco, curioso
— Es...muy raro, todo esto es una tontería — comenzó a anotar en la hoja — No hay daños externos o internos en el CPU, y tampoco hay algún error en su código...es...tan extraño, no tengo idea de cómo podría haber pasado eso de anoche...¿Puedes darme tiempo para investigar? — se volteó para verlo, con una expresión frustrada
El pelinegro la miró por unos segundos, suspirando.
— ...Está bien —
No estaba satisfecho, pero entendía que ella no tenía ni la más mínima idea de qué podría ser la causa de que lo hayan atacado.
— Gracias — sonrió un poco resignada, pensando en que no podría dormir esta noche
El chico tomó su mochila, sentándose sobre ella.
La tarde había llegado, y como el día anterior, Liam le estaba ayudando a recoger las mesas.
— No hubo muchos clientes hoy — dijo algo desanimada, a pesar de tener a esas 4 animatrónicas, ya no parecían ser relevantes
— Tranquila, seguro que mañana será un mejor día — le dio ánimos, poniendo la última silla sobre su respectiva mesa — ¿Qué te parece si vas a casa? Será bueno para ti dormir —
Para sorpresa de la rubia, Liam estaba siendo muy amable con ella en estos momentos, nada que ver con el chico de anoche, o para no ir tan lejos, el chico de la mañana, que le gritó como un maniático.
— ¿Seguro? Aún faltan 2 horas, ¿Y qué hay con eso de las animatrónicas? — ladeó la cabeza, sonriendo ligeramente, este chico estaba lleno de sorpresas
— Puedo esperar, estoy bien entrenado, ¿Sabes? —
Ante eso, Samara no pudo evitar recordar lo que le había dicho.
— Oye, ya dime, ¿Dónde estuviste? — recogió sus cosas, alistándose para irse, esperando escuchar aunque sea una parte de la historia
— Estuve en la B.A.S.E — dijo lentamente las últimas 4 letras
Con esa información, la rubia abrió los ojos, volteándose para verlo
— Espera, ¿B.A.S.E? ¿Qué no es esa escuela militar polémica? ¿En la que 'torturan' psicológicamente a los estudiantes? —
Ahora fue con la que ella dijo que Liam la miró fijamente, levantando una ceja, curioso.
— ¿Tortura? ¿De dónde salió ese rumor? —
— Hubo un estudiante que cuando salió de ahí...parecía más muerto que vivo, fue noticia top por unos días hasta acabar como el resto — dijo, con algo de pena por ese pobre diablo
— Mmm, creo que decir, 'tortura' ya es demasiado, lo más seguro es que fuera de primer año, algunos no lo soportan —
Dijo sin más, encogiéndose de hombros y tomando asiento en la silla, poniendo los brazos detrás de su cabeza y recostándose en ellos.
Samara quería saber más, pero entendía que con esa posición, Liam no le diría casi nada, o de plano, nada.
— Bien, ten cuidado esta noche, resiste hasta mañana, haré lo que pueda, ¿Okey? — estaba preocupada por él, sabiendo que ambas animatrónicas trataron de atacarlo, no duda que también intenten matarlo
No podía hacer mucho, las animatrónicas no parecían tener problemas, no tenía el capital para llamar a alguien que las desarmara y rearmara sin cobrarle una fortuna, y claro, dejando de lado que eso no garantiza que funcionen igual.
Era por eso mismo que tampoco le daba algún arma para defenderse, destruir a la atracción principal la llevaría a la ruina total, y luego a la calle.
— ...Lo tendré — estaba más tranquilo ahora, parecía que esas animatrónicas venían y luego se iban, si jugaba bien sus cartas, sería sencillo esperar hasta mañana
Ahora mismo, con algo de tiempo, quería dormir un poco, solo lo suficiente para resistir la noche en su máximo estado...más o menos.
Sin más por decir, Samara se fue, deseándole lo mejor al chico, tal vez era agresivo, o muy grosero para ella, pero sin duda, era bueno, no le gustaría que muriera...tampoco tener un cadáver.
Liam nuevamente se quedó solo, recostándose en sus brazos, para cerrar los ojos y dormir un poco.
Esperaba despertarse antes de que llegara la media noche, y era muy arriesgado, pues fácilmente podría pasarse de hora, no obstante, valdría la pena, no había comido casi nada, y podría desmayarse, por muy estúpido que suene, el sueño, le ayudaría un poco como mínimo.
Se quedó dormido al poco tiempo, rogando porque su cuerpo descansara lo suficiente.
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BUENO, HASTA AQUÍ EL CUARTO CAPÍTULO, ESPERO Y LES ESTÉ GUSTANDO. RECUERDEN USAR CONDÓN, CEPILLARSE SUS DIENTES, OBEDECER A SU GFA Y NO ROBAR. A MI NO ME QUEDA NADA MÁS QUE DECIR MÁS QUE ADIÓS, ASÍ QUE...
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