CAP 1: [WELCOME TO RACCOON CITY...XD]
Un trío de amigos caminaba por las calles transitadas, en plena hora pico, pero charlando animadamente sobre algo.
— Demonios, ¿Ya escuchaste que habrá una nueva atracción en nuestro 'patio de diversiones'? — el primer chico, pelinegro, volteó para ver a sus amigos
— ¡POR SUPUESTO! Espero y sea tan sexy como las demás — esta vez, el segundo, un rubio, gritó de forma animada, ganándose un par de miradas de los transeúntes, que no tardaron nada en volver a sus vidas
— Con que haga algo interesante me basta — el último amigo, que era pelinegro, continuó con una pequeña sonrisa en su rostro, hablando de forma 'desinteresada'
— Vamos Dylan, ¡TEN MÁS ESPÍRITU! — el primero se rió energéticamente, esto le parecía algo muy bueno
— Disculpa —
La nueva voz atrajo la atención del grupo, que se giró para ver quién les hablaba, encontrando a un hombre de gran estatura y musculatura, joven, con el cabello largo negro, que no parecía amigable.
Estaba vestido con el característico verde militar, y traía una mochila de buen tamaño, además de un rostro serio, aunque también vieron su molestia por algo.
— ¿S-Sí? — el primer chico, asustado, preguntó, con un miedo intenso a que este sujeto le preguntara la hora
El recién llegado se le quedó mirando un rato, poniéndolo más nervioso, ¿Qué demonios quería? Si era un asalto ya se estaba tardando, igual, eran tres contra uno, podrían con él...¿Verdad?
— ¿Sabes dónde queda el cementerio? — era pregunta extraña, sin duda, pero el miedo no dejó que los chicos le tomaran mucha importancia
— Cla-Claro, e-es por allá — señaló la calle tras el hombre, que miró sobre su hombro — Cu-Cuatro calles y luego a la derecha, de-deberías verlo, jeje — se rió nerviosamente, rogando porque el sujeto se fuera
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— Gracias — fueron sus últimas palabras antes de darse la vuelta y andar por donde el asustado chico había apuntado
El trío de amigos se vio entre sí, retirándose rápidamente, hablando por lo bajo y mirando hacia atrás de forma ocasional, sin duda, este momento sería fácil de recordar como; 'El día que casi me asaltaron'
Por otro lado, el sujeto pelinegro seguía con su camino, desviando la mirada de vez en cuando para ver sus alrededores.
No tardó en notar cómo las personas evitaban ponerse en su camino, ya sea por miedo, incomodidad o prisa.
Le daba igual, una explicación sencilla sería por su apariencia de un veterano de guerra, incluso podría ser algo de respeto...como sea, había algo más que le causaba inquietud.
— "No reconozco estas calles" — ese pensamiento llegó a su mente, preocupándolo un poco
Esta pequeña ciudad había cambiado mucho desde que se fue, apenas reconocía algunos edificios antiguos, que estaban distintos también, principalmente la fachada.
Su caminata fue detenida por el semáforo de peatones en rojo, los autos pasaron.
Mientras esperaba, puso más atención a su alrededor, viendo el letrero de la calle.
— "Galton 13" — abrió un poco los ojos, moviendo sus ojos más hacia la izquierda del letrero, viendo una tienda de juguetes — "Señor Graidy" — ese nombre llegó a su cabeza, cambiando su expresión a una ligeramente más animada
Cambiando de objetivo momentáneamente, aprovechó el semáforo en rojo para cruzar la calle, con dirección al local, entrando en él.
— ¡BIENVENIDO A 'GRAIDY'S FAMILIES'! ¿¡EN QUÉ PUEDO AYUDARLE!? — su grito energético hizo que el chico sonriera levemente, viéndolo con calma
El hombre castaño, con algunas canas en su cabello, a pesar de ser algo mayor mantenía una energía digna de un niño hiperactivo, sonriente y en movimiento.
— Hola, señor Graidy, tan energético como siempre, ¿No? — se acercó al mostrador, dejando su mochila en el suelo
Por un momento, el señor Graidy ladeó la cabeza un poco, al mismo tiempo que alzaba una ceja, confundido.
— Disculpa, ¿Te conozco? — el castaño preguntó, con una preocupación por no recordar a alguien que lo conocía a él
— ...Vaya, supongo que sí cambié mucho...bueno, mhg — el recién llegado aclaró su garganta, suspirando largamente — Liam Palmer...¿Recuerda? —
El hombre castaño entrecerró los ojos, para luego abrirlos como platos, parecía haber visto a un fantasma.
— ¡LIAM! ¡CUÁNTO TIEMPO! — salió del mostrador, dándole un fuerte abrazo al chico — ¡MÍRATE! ¡HAS CRECIDO COMO NUNCA! — se alejó un poco viendo como el ahora identificado Liam, era más alto que él
— Seh, unos once años, ¿No? — sonrió un poco, correspondiendo el abrazo — ¿Y la señora Graidy? — miró a sus alrededores, buscando a la mujer
— Se quedó en casa, lo siento, ¡PERO EY! Me pregunto qué cara pondrá cuando sepa a quién me encontré — soltó una risa energética — Pero dime, ¿Qué te trae por aquí? Hace ya un tiempo que no venías...bastante — tomó dos sillas del local, ofreciéndole una a Liam, sentándose ambos
— Mmm, ¿Sabe que estuve en una escuela militar? — Graidy asintió, apenado — Pues mi querido general me mandó de vuelta a mi ciudad natal para tratar mis 'Problemas de ira' —
Aquello hizo que el castaño lo mirara con angustia, con su sonrisa siendo ya casi invisible.
— ¿Problemas de ira? Pero si siempre has sido muy tranquilo y amable —
— La 'B.A.S.E.' Te cambia...señor Graidy — miró al suelo, frunciendo el sueño — Como sea, eso no es importante...¿Sabe dónde están mis padres? — se recargó en su rodilla, acercándose más al hombre para oír mejor
— ...Lo siento, Liam, no sé nada, solo supe que se fueron de la ciudad ya hace 3 años — su mirada triste le dijo mucho al pelinegro, que solo volvió a ver el suelo
— Ya veo...gracias, nos vemos después — se puso de pie, tomando su mochila y caminando hacia la puerta
— ¿Ya te vas? ¿Por qué no te quedas otro poco? — el castaño, preocupado, se acercó a Liam, tal vez este chico frente a él no era el mismo niño que conoció, pero ayudarlo y escuchar sus problemas no le costaba nada...era algo que sus clientes más fieles apreciaban
— Me gustaría...pero aún tengo cosas que hacer, si me disculpa — agachó un poco la cabeza, antes de abrir la puerta y salir del local
— Cuídate, Liam — vio la puerta cerrándose, suspirando y regresando a su puesto — ~Seguro la pasó muy mal~ —
Liam estaba cerca de su destino, el Sol ya estaba cayendo en el horizonte, mientras él vio a lo lejos un cementerio.
Una vez estuvo suficientemente cerca para ver el nombre y comprobar que era el correcto, entró.
Buscó entre las tumbas, lo que le quitó un buen rato de tiempo, hasta que se detuvo frente a una tumba pobremente decorada, solo un par de flores ya marchitas en un jarrón, no pudo evitar leer el grabado.
Adam Palmer
"Gran padre, esposo y amigo, héroe de la nación
y un símbolo que brillará por siempre"
1934-2000
— ~Viejo...~ — se hincó en una rodilla, limpiando con la manga de su chaqueta el polvo de la tumba — No llegué a casa...señor —
Liam cerró los ojos, con un rostro inexpresivo hacia el suelo de piedra bajo la tumba.
No dijo nada más, abrió su mochila y rebuscó en ella, sacando una cantimplora con un grabado en inglés.
La miró un poco, acariciándola, para después dejarla frente a la piedra, poniéndose de pie, juntando sus piernas, firme, levantando su brazo derecho en el clásico saludo militar.
Permaneció así unos segundos, antes de volver al descanso y dar una vuelta a la derecha, tomando su mochila y caminando a la salida del cementerio.
— "Entonces mamá se fue" — pensó mientras caminaba por las calles casi vacías, sin un rumbo específico — "Tiene sentido, si papá murió, le sería difícil mantenerse a ella y a mi hermano sola" —
La noche ya estaba haciéndose notar, por lo que las luces de los edificios lo deslumbraron un poco.
Fue un largo camino hacia ningún lado, dando vueltas por gran parte de la ciudad, ahora, que la gente escaseaba en las calles, Liam buscó algún parque donde dormir.
— "Mmm, este lugar me suena de algo" — aunque no había ningún parque aquí, un gran letrero con luces neón llamó su atención
Aunque no vio lo que decía, pues estaba de espaldas a él, algo en su memoria hizo clic, y emprendió camino hacia el lugar.
Saltó un pequeño muro de arbustos, de no más de un metro de alto, en lo que parecía ser la parte trasera del local, con unos contenedores de basura, algunos vagabundos o posibles borrachos tirados en el piso.
Los ignoró por completo, caminando por el lado izquierdo del restaurante, arrastrando su mano derecha por la pared, con múltiples pensamientos rondando en su cabeza.
— Maldita pizzería de mierda — gruñó, molesto, pero no del todo, un sentimiento nostálgico era ocultado con esta actitud
No se molestó en ver lo que decía aquel letrero neón una vez que llegó a la parte de enfrente, con un estacionamiento justo delante.
Abrió las puertas del lugar, esperando ver a dos viejos conocidos no humanos.
Levantó la mirada, quedándose quieto por lo que veía.
— ~¿Qu-Qué carajos... — antes de continuar su susurro, continuó viendo su entorno — ...es esto?~ —
Justo frente a él, a varios metros, había un escenario de unos 4 o 5 metros de largo, encima de él, 3...animales...antropomórficos que posaban de forma sensual.
La café cantaba, fijando su mirada en Liam, guiñándole un ojo y volviendo a cantar para el resto de personas.
La amarilla la acompañaba, con una especie de pastelito en su mano izquierda, saludando.
Por último, la morada tenía una guitarra eléctrica, sujetándola en poses que hacían resaltar su trasero.
La canción de la café y la amarilla recién empezaba por lo que veía, y le pareció...una porquería.
https://youtu.be/0SEAIAFy8T4
Mientras el trío de animalitos sexys cantaba, Liam vio al lado derecho, encontrando muchas mesas redondas, con varios hombres y algunas mujeres, la mayoría viendo el show, mientras el resto hablaba entre sí.
Volteó a ver el lado izquierdo, encontrado la clásica barra de bartender, una chica con un traje bastante bien hecho de zorro rojo era quien atendía, ofreciendo las bebidas a quienes estaban sentados del otro lado de la barra.
Mil y un coqueteos venían de un par de hombres, aunque la mujer no reaccionaba de ninguna manera, teniendo una sonrisa medio tranquila y medio coqueta en su rostro.
— ~Necesito uno~ — se acercó a la barra, dejando la mochila sobre sus pies...no se fiaba para nada — El más fuerte que tengas — fue lo único que dijo mientras gruñía
— ¡DE INMEDIATO! — la chica habló de forma animada, girándose para tomar una de las botellas más altas, parándose de puntitas, dándole al pelinegro una gran vista de su culo, de no ser porque él estaba demasiado ocupado buscando dinero en su billetera
Su bebida no tardó demasiado, servida en un pequeño vaso de cristal, tomándolo rápidamente.
— Ghh — golpeó el vaso contra la barra, sin fuerza suficiente para romperlo, realmente no le cayó muy bien — ¿Cu-Cuánto es? — la miró con molestia, su desagrado era aún más visible
— ...10 dólares... — se quedó pasmada, viéndolo
Liam notó algo raro en esta 'mujer', sin embargo, le entregó el dinero antes de preguntar cualquier cosa.
— Toma — le entregó el dinero indicado — Dime, ¿Qué le pasó a este lugar? — la fulminó con la mirada, intentando intimidarla para que soltara la información deseada
— Clasificado — mantuvo su expresión, mientras era llamada por otro hombre, que pedía otro whisky — ¡DE INMEDIATO! — repitió, con exactamente el mismo tono y animosidad
Liam ahora lo comprendía, pero era extraño.
— Oye — trató de llamar a la mujer roja, que lo ignoró completamente, molestándolo — ¡EY! — movió su mano de lado a lado, tratando de llamar su atención
— Cálmate niño, no te hará caso, ¿Qué no lo sabes? — el hombre a su lado se rió de él, viéndolo como un bicho raro
— ¿Por qué no? — molesto, dispuesto a saltar sobre la barra y golpear a la bartender, estaba demasiado estresado a este punto
Ante la duda, el sujeto dejó de reírse, mirándolo confundido, ahora sin duda lo veía como un fenómeno
— ¿De qué año eres? Son robots — regresó a ver su trago ya servido, no queriendo continuar la conversación con este rarito
Liam gruñó, no obstante, regresó a ver a la chica, quieta en su lugar, no parecía estar respirando, con esa sonrisa que lo estaba fastidiando, ahora todo tenía sentido.
— ¿Dónde encuentro al dueño? — preguntó, dispuesto a saber qué diablos había pasado aquí...además, no tenía nada más interesante que hacer
La bartender lo miró, acercándose mientras se recargaba en la barra, dejando ver gran parte de su escote, viéndolo coquetamente.
— ~La puede encontrar en la oficina de seguridad~ — volvió a ponerse recta, de forma repentina — ¿Quiere que lo lleve? — amablemente, preguntó
— ...Sí — entrecerró los ojos, deseando hasta con el último gramo de su cuerpo el romperle algún circuito...lo único que verdaderamente le detenía era la idea de pagar por los daños, no tenía tanto dinero
Sin decir nada, la mujer caminó fuera de la barra, dando vuelta en un pasillo, que estaba bastante vacío.
Liam tomó su mochila y la siguió hasta ponerse a su par, en este momento de silencio, escuchó claramente el sonido robótico de la chica roja al caminar.
— "Puta madre" — no pudo evitar pensar, fue por varias cosas, enojo, sorpresa, desagrado y otro par de emociones
El pelinegro vio un hueco rectangular en el lado derecho, dónde la chica zorro se detuvo, viendo al interior.
— Señorita Samara, alguien desea verla — con la misma expresión, dijo, para después caminar de regreso
Liam la vio irse, suspirando con más tranquilidad, ese ruido molesto se alejaba lentamente.
Cuando volvió a ver al frente, encontró a una mujer, ahora sí, humana, viéndolo con curiosidad, aunque tenía unas ojeras, mantenía una pequeña sonrisa alegre, Liam supuso que ella era Samara
— ¿Sí? ¿En qué puedo ayudarle? — tomó asiento en uno de los bancos al lado de la puerta, viéndolo por unos segundos, adquiriendo un diminuto rubor
(Sin las orejas ni la cola XD)
— ...¿Qué carajos te dieron tus padres de comer? — levantó una ceja, viéndola de arriba abajo
— ¿Uh? ¿A qué viene esa pregunta? — cuestionó
— Olvídalo — se paró frente a Samara — ¿No se supone que esto es 'Freadbear's Family Dinner'? — se puso algo serio ante su pregunta
La rubia se quedó callada un momento, viéndolo como si estuviera teniendo un debate interno, luego, suspiró.
— Ahora es 'Freddy's Anime Pizza' — tomó su cabeza, sobando sus costados
— ...¿Qué pasó? — ante sus palabras, Samara volvió a suspirar
— Hubo un problema de crisis tras un...incidente, así que el antiguo dueño desechó a los animatrónicos de Freadbear's, y construyó a las que ves ahora mismo — volteó a ver el pasillo, la canción había terminado y las 2 animatrónicas se movían por las mesas, tomando órdenes, mientras la café permanecía en el escenario
— ¿Por qué? — su voz molesta hizo que la rubia se hiciera un poco para atrás, nunca había tenido un cliente como este, era nueva tratando con gente agresiva
— D-Dinero — miró a otro lado, tratando de evitar esa mirada llena de odio — C-Cómo puedes ver, no hay mucho dinero — se giró para ver el interior de su 'oficina', que al mismo tiempo era la sala de seguridad
Liam comprendió, suspirando con fastidio y desviando su cabeza con dirección al suelo.
Samara lo vio, aún ligeramente asustada, pero este chico se veía afligido, era guapo, ella no lo negaba, y como adulta joven no pudo evitar pensar en un escenario donde él la invitaba a salir.
— ¿Qué pasó con Freadbear? — recordó a la atracción principal, a la que solía ver cuando venía en el pasado
La rubia no dijo nada, tratando de buscar algo para desviar el tema, aunque para su fortuna, fue el propio Liam quién lo hizo.
— ¿Y por qué tienes esas ojeras? ¿Eres universitaria? — levantó una ceja
— ¿E-Eh? No, no, es solo que tengo mucho trabajo, debo ver que el lugar se mantenga a flote con lo que puedo y también vigilo que todo esté bien por las tardes, de hecho, en un rato tengo que cerrar — sobó su entrecejo, solo pensarlo la agotaba
— ¿Qué no tienes personal? — volvió a preguntar
— No tengo suficiente dinero para pagarles lo que vale trabajar en un lugar así — suspiró derrotada — Ahora vuelvo — se levantó, caminando al interior de la oficina mientras el chico se recargaba en la pared
Liam vio la silla acolchonada en la que Samara se sentó, se veía más cómoda que una banca en el parque al aire libre.
— "Peor es nada" — pensó resignado, tal vez podría pasar una noche en un hotel de mala reputación solo para ahorrarse un dinero, pero era mejor ahorrarlo todo y dormir cómodamente
Atención a todos los clientes, cerraremos en 10 minutos, revisen sus pertenencias, paguen sus platillos y terminen los que aún no acaban o pídanlos para llevar, no habrá tolerancia para quienes se reúsen a seguir las instrucciones
Repito, cerraremos en 10 minutos, las animatrónicas dejarán de dar servicio
Samara habló por un micrófono en la oficina de seguridad, su voz resonó en gran parte del local, Liam vio a lo lejos como las mesas a su vista se iban vaciando progresivamente.
En poco tiempo, la rubia volvió con él, aunque se giró para caminar hacia la sala principal.
— Oye, Samara — la mencionada volteó sobre su hombro para verlo, confundida — ...¿No te gustaría tener a alguien que te ayude? — se recompuso, acercándose a la mujer joven, que se puso nerviosa por la diferencia de altura
— ¿De qu-qué hablas? — algo inquieta, devolvió la pregunta
— ...Podría ser tu empleado —
Samara se le quedó viendo, como si estuviera jugándole una broma,
— Pero te lo dije...no tengo dinero para pagarte —
— Si me dejas dormir aquí, por mí está bien — se encogió de hombros, ahora menos molesto
Sin darse cuenta, Samara lo abrazó con fuerza, casi parecía que iba a llorar.
— ¡GRACIAS! ¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS! —
La rubia tardó un rato en separarse de él, viéndolo con alegría, como si fuera un ángel caído del cielo.
Lo que más sorprendió a Liam...fue lo desesperada que ella parecía para ponerse así.
— Umm, sé que oficialmente no te he contratado, pero... — jugó con su cabello, algo nerviosa — ¿Podrías ayudarme a recoger el lugar? — sonrió tímidamente
— ...Está bien — Liam caminó al lado de una alegre chica que parecía haber recuperado la energía que perdió desde hace mucho, mucho tiempo
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ESTE CAP TERMINA AQUÍ, ESPERO Y LES HAYA GUSTADO E INTERESADO, NOS VEREMOS EN LA PRÓXIMA. RECUERDEN USAR CONDÓN, CEPILLARSE SUS DIENTES, OBEDECER A SU GFA Y NO ROBAR. A MI NO ME QUEDA NADA MÁS QUE DECIR MÁS QUE ADIÓS, ASÍ QUE...
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