Victory Box [Amphibia Crossover]

Un nuevo y fresco día se hacía presente en la gran ciudad de NewTopia, el sol salía como todos los días, y la mañana era la habitual dentro de la ciudad, con los anfibios empezando sus actividades, ya sea en trabajos o los estudiantes preparándose para un nuevo día en sus clases.

La atención se enfocaba en una en un edificio departamental bastante grande, en una de las ventanas que daba la vista a la calle, el sol se filtraba por la ventana que tenía unas persianas semi abiertas, dándole de lleno a la linda chica que descansaba tranquilamente en su cama.

Marrie Loud Boonchuy se encontraba durmiendo tranquilamente, luego de haberse quedado leyendo hasta tarde. La chica de tex oscura, y cabellos marrones pálidos con pecas en su rostro parecía inmutable ante su profundo sueño, sin importar que la luz del sol le diera directamente en su cara, la chica de trece años no parecía tener indicios de despertar.

No fue hasta que inesperadamente, la puerta de su habitación se abrió de golpe, despertándola de golpe, abriendo súbitamente los ojos por el fuerte golpe de su puerta con la pared. La causante de dicho alboroto era su madre, Anne Savisa Boonchuy, la mujer de ya treinta años, vestiada sencillamente con una camisa purpura, un pantalón holgado blanco y unas sandalias azules.

-¡Cariño, es hora de levantarse! – Anuncio la mujer apurada, de hecho, llevaba consigo lo que parecía ser una mezcla a la que le estaba revolviendo constantemente con un cucharon.

-¿Qué sucede, mamá? – Le pregunto Marrie sobándose los ojos con desgano.

-¿No lo recuerdas? Hoy te vas con tu padre y tus hermanas a su viaje, ya vamos algo tarde, así que apúrate, date una ducha en lo que te termino de preparar el desayuno – Anuncio Anne antes de regresar a la cocina.

Cual vampiro cliché que se levanta de su ataúd, Marrie se sentó en su cama, tomando su celular de la mesita al lado miro que ya iban a ser las once de la mañana. Recordando lo que su madre había dicho, con algo de pereza se quitó las sábanas de encima relevando su pijama de pantalón y camisa holgada oscura.

Sacando su ropa y tomando una toalla se fue directamente al baño, no sin antes toparse con una enérgica rana rosada, quien, al igual que su madre parecía con prisa.

-¡Buenos días, Marrie! – Saludo animadamente, la ya crecida rana vestida elegantemente y muy bien peinado, con el estuche de su violín a la mano mientras que con la otra llevaba un panqueque de grillos.

-Buenos días, tío Sprig... – Saludo por lo bajo, aun somnolienta. – ¿Ya te vas? – Le pregunto curiosa.

-Sip, voy tarde a mi clase de violín y hoy es una clase importante así que no puedo faltar, como sea, nada más me quería despedir antes de que te fueras con tu papá y tus hermanas – Dijo con un pulgar arriba.

-Eh, claro, pero solo me voy dos semanas, no es para tanto – Menciono.

-Quizá, pero igualmente, es bueno tener los modales de despedirse de la pequeña renacuaja de Anne, como sea, me saludas a tu papá y tus hermanas, ¡que se diviertan en esa NewTopia2! – Se despidió enérgicamente de la niña, quien le sonrió y también se despidió.

-Que también te vaya bien, tío Sprig, saludas de mi parte a Maddie si la ves y si no es mucha molestia, podrías por favor recordarle el libro que iba a prestarme – Se despidió y le pidió amablemente a la rana.

–Claro, yo le digo. En fin, ya me voy que mis estudiantes me esperan, ¡ya me voy, Anne, te veo al rato! – Anunció Sprig ya estando frente a la puerta.

-¡Sí, no te preocupes, ve tranquilo, amigo! – Le grito Anne devuelta, ya sin más tiempo que perder, la rana salió del departamento.

Recordando que ya debía de bañarse, Marrie se apresuró a ir al baño. Tras bañarse y regresar a su cuarto para cambiarse, su madre le aviso que el desayuno ya estaba servido, así que se apuró a cambiarse.

Ya estando cambiada a su conjunto habitual. Una camisa azul oscura con el estampado de un hongo con una carita de duda, al costado de su hombro, tenía otro estampado, esta vez la de una rana, su falda negra con detalles parecidos a plantas blancas, sus guantes largos hasta los codos y sin dedos negros, sus botas negras con azul y finalmente, el delineado oscuro al contorno de sus ojos, junto a su cola de caballo, aunque igualmente su cabello estaba sin peinar en lo más mínimo.

Ya estando lista, se apresuró a tomar su mochila y su maleta de ruedas, la cual llevo hasta la sala donde la dejo y se fue a la cocina. Su madre ya la estaba esperando, con sus huevos fritos con grillos fritos, acompañado por un buen jugo de arándano, la mujer de ancha cabellera parecía estar moldeando la masa mientras escuchaba la música en su más que novedoso celular.

Su departamento no era una mansión ni mucho menos, pero sí que tenía muy buen espacio para poder vivir y lo que más le encantaba a Anne, y fue su razón para comprarlo, fue que las paredes eran lo suficientemente gruesas para no escuchar a sus vecinos. Una maravilla de la arquitectura en su humilde opinión.

-Ya siéntate, cariño y come que nos vamos en veinte minutos – Haciéndole caso a su madre, se sentó, colgando su mochila en su silla, empezó a comer con tranquilidad.

-¿Qué tal amaneciste? – Pregunto su madre, aun centrada en su labor.

-Del susto – Respondió con sequedad.

-Jejeje perdón por eso, pero yo también apenas me había levantado, tú sabes, ayer estuve terminando de ver esa serie con Sprig que nos quedamos un poco más hasta tarde de lo habitual – Comento riendo. – Igual, fue bueno que te fueras a acostar temprano, así no irás cansada al viaje – Ante eso, Marrie miro a otro lado, evitando cruzar mirada con su madre. Ayer tuvo que tomar una decisión, si ver esa serie con ellos o terminar su libro, y ciertamente, su novela la había enganchado demasiado como para dejarla.

-Te quedaste hasta tarde leyendo, ¿verdad? – Le dijo su madre, a lo que casi se le va chueca la comida, mirando a su madre con una sonrisa nerviosa, vio que ella no parecía sorprendida. A veces, Marrie se sorprendía de lo rápido que podía leerla su propia madre.

-Sí...

-Bueno, ya podrás dormir una siesta en el camino si no encuentras vientos muy fuertes, total, la ciudad de Yunan tiene muy buen clima en esta época del año, así que ya te dormirás en el camino o ya llegando al hotel, uy, como me gustaría ir también, lástima que ahorita es cuando más clientes hay en el restaurante por el turismo – Dijo la mujer quejándose levemente. A ella le hubiera encantado poder ir también, pero su restaurante y su estabilidad económica era primero.

-¿Estarás bien manejando el restaurante tu sola, mamá? – Le pregunto su hija con timidez.

-No te preocupes por eso, estaré bien, total, ya tengo dos nuevos empleados que empezaran hoy, y espero que sean más competentes que Wally

-Hablando de Wally, ¿sabes a dónde se fue?, me dijo que me iba a prestar uno de esos libros que solo los de su familia tenían – Menciono Marrie por la rana azul.

-Probablemente este durmiendo debajo de un puente, desde que llego a NewTopia es lo que más le he visto hacer, pero igual, si lo llego a ver le recordare lo de tu libro ya para cuando regreses, nada más anótamelo para que no se me olvide, hija – Le pidió Anne mientras empezaba a dividir la maza en una charola.

-¿No dijiste que ibas a hacer las galletas temprano? – Le pregunto Marrie terminando su jugo.

-No te dije que me levante tarde, venía a las prisas, cuando me levante pensé que debían ser las nueve, pero me levante diez y veinte, así que me apure a hacer las galletas, hasta que me acorde de ti y pues te fui a despertar, menos mal Sprig fue el que me dijo la hora porque si no probablemente me habría quedado otro rato en cama – Contó Anne.

-Vale, vale, ¿pero no sería mejor ya dejar eso para la noche? – Volvió a preguntar la chica dejando su plato en el lavaba platos.

-Que va, regresar del trabajo para luego hacer galletas es cansado, prefiero ya tenerlas hechas para cuando regrese a casa y pueda descansar – Contesto mientras colocaba las chispas de chocolate.

-Sí tú lo dices, supongo que está bien – Dijo Marrie lavando su plato.

-Ya, ya, ya tú espérame un rato y ya nos vamos, en lo que te dejo y voy al mercado debería ser el tiempo suficiente para que se cocinen – Dijo mientras continuaba con su labor.

-De acuerdo, te espero, mamá – Con eso dicho y con su plato y vaso ya lavados, tomo su mochila y fue a recostarse en el sillón, de su mochila saco unos audífonos, se los puso, lo conecto a su celular que su madre le había heredado y coloco su playlist de música, mientras de su mochila sacaba un libro bastante grueso y empezaba a leer.

Mientras eso sucedía en la casa de los Boonchuy, ahora nos encontrábamos en otra parte de NewTopia, más concretamente en lo más cercano que había a una mansión en las partes más adineradas de la ciudad, con rejas custodiadas por guardias y de porte elegante.

Dentro se encontraban las que habitaban esa mansión. Dos rubias bastante similares físicamente entre sí. En primera teníamos a Sasha Waybright, una mujer de treinta años, vestida con un uniforme elegante color negro con bordados dorados, su inseparable esperada rosada al costado suyo siempre, tomando tranquilamente una taza de café.

-¿Emocionada para el viaje de hoy, mi niña? – Comento la rubia mayor a la rubia menor.

La que se encontraba desayunando al lado suyo era su hija, Samantha Loud Waybright, una chica muy parecida a su madre, tez blanca, trece años, de cabellos rubios tan pálidos que casi ni parecían rubios, vestida de manera muy simple a comparación de su madre, con una camisa de manga larga color violeta, una falda azul oscuro, unas zapatillas negras recién boleadas, con su cabello largo amarrado en una cola de caballo, pero cuidadosamente peinada para que un mechón de su cabello resaltara su rostro con sus pestañas delineadas.

Sentadas en un gran comedor sumamente elegante, lleno de múltiples tapices de bestias y rodeada de sirvientes sapos quienes miraban algo aburridos a las humanas.

-¡Claro que sí, mamá! – Respondió acorde con su respuesta, bastante emocionada, inclusive, aunque Sasha no le hubiera preguntado se le podía notar la emoción por la gran sonrisa que tenía consigo.

-Me alegro mucho – Dio otro sorbo a su café sin despegar la vista de su hija. – Y... – Continuo Sasha, pero se detuvo justo antes de hablar.

Su hija la miro.

-¿Y...? – Se pregunto extraña de que su madre no continuara hablando.

-¿Y qué es lo que harán estando allá? – Termino la oración la mujer.

-Emmm... no lo sé, a decir verdad, no me puse a investigar mucho acerca de la ciudad, solo quise sorprenderme ya estando allá – Dijo rascándose la mejilla. – ¿Tú ya has estado en Yunan? – Le pregunto a su madre.

-Unas cuantas veces, pero eso ya fue hace tres años, la última vez que fui todavía no había nada interesante más que la constante construcción y la comandante Yunan no parando de alardear de su nueva ciudad – Recordó rememorando cuando estuvo escuchando a Yunan por casi veinte minutos acerca de lo maravillosa que iba a ser la ciudad que se estaba construyendo a su nombre.

-Es muy tropical por lo que he oído – Comento.

-Sí que lo es, literalmente tienen una gran playa con aguas bastante claras, pero como te mencione, hace tres años que no he vuelto a pisar un pie ahí, así que no sé qué tan modernizada esta, solo me he limitado a creer en lo que tu padre me contó – Termino su café. – Ahora... lo que sí que no me quede con ganas de no indagar fue en qué clase de sitos había ahí, pensaba que a lo mejor ya habrías visto algo interesante, pero... viendo que no... ¡es un buen momento para decirte que lugares son buenos para ti! – Dijo mientras sacaba su celular último modelo. – Mira esto – Le dijo mientras le pasaba su celular.

-Mamá, este lugar es un sitió de juego de renacuajos – Comento mirando como en la pantalla del celular estaban fotos de lo que parecía ser un centro de juego para renacuajos con mucha seguridad. – Yo ya no soy una niña para ir a esa clase de lugares – Le dijo mientras le devolvía el celular.

-Sí, ya sé, pero sabes cómo me preocupa que te puedas lastimar cariño, tú no eres alguien muy fuerte que digamos y créeme que enloquecería si supiera que algo malo te ha sucedido – Dijo persuasivamente a su hija, la cual solo la miro con un pequeño ceño fruncido.

-No estaré sola mamá, recuerda que irán mis hermanas, y aunque aún fuera una niña, no sería un lugar al cual Marrie podría por lo de... bueno, su trauma – Sasha borro su sonrisa.

-Cierto, olvide que la niña de Anne también iría, eso complica un poco las cosas... – Susurro eso último para sí misma.

-¿Disculpa? – Pregunto al no haber oído muy bien lo que su madre dijo.

-¡Nada! Es solo que había olvidado que ella también iba a ir, pero bueno, igualmente, fue una recomendación de mi parte por ver que sitios serían un buen lugar para que te divirtieras, pero... mira este lugar al que puedes ir tú con tus hermanas, tan solo necesarias un traje de goma y... – Fue interrumpida por su propia hija.

-Mamá, ya no soy una niña, a parte que me gustaría mucho poder explorar y conocer el lugar por mí misma – Respondió decidida.

Viendo la decisión de su hija y sabiendo que nada la haría cambiar de opinión, no le quedo de otra más que resignarse.

-Está bien, ya sé que no eres una niña, pero estas creciendo tan rápido, aún recuerdo cuando eras una bebe tan frágil y tan pequeña a la que sentía que podía romper en cualquier momento – Dijo recordando lo pequeña y adorable que era su hija cuando era una recién nacida.

-Sí, mamá, pero ya crecí, ya no soy tan frágil como antes, ahora soy más fuerte – Ante esa declaración su madre la miro con un ojo alzado, casi juzgándola.

-Samantha, no puedes abrir un bote de pepinillos por ti sola – Recordó su madre.

Ante esa mirada y sus palabras, Samantha no pudo evitar desviar la mirada con un pequeño sonrojo.

-No es mi culpa que aprieten tan fuerte el frasco – Dijo sonrojada de la vergüenza, hasta que escucho como su madre le tomo una foto con una gran sonrisa.

-Ves, mi linda y adorable bebe aún sigue siendo tan linda como su madre – Dijo con una voz sumamente melosa, mientras miraba la nueva foto sacada a su hija.

-¡¿Mamá?! ¡Borra eso! – Declaro apenadísima Samantha, mirando como el resto de sirvientes pareció también enternecerse por esa expresión suya, provocándole más vergüenza y un mayor sonrojo.

-Nada de eso, ya encontré mi nuevo fondo de pantalla – Dijo precisamente colocando la nueva foto como fondo de pantalla.

-Bueno, de cualquier manera, ve por tus cosas que ya es hora de marcharnos a encontrarnos con tu padre – Dijo levantándose de la mesa y yendo hacía su habitación.

-Le retiro sus platos, mis señoras – Declaro un sapo sirviente, que se acercó justo cuando Sasha se marchó, pero antes de que pudiera recoger los platos, Samantha la detuvo.

-No te preocupes, Paz, te ayudo llevando los platos sucios – Dijo amablemente mientras tomaba los platos sucios.

-Oh, mi señora, aun insiste en ayudar cuando es mi trabajo hacer este tipo de cosas – Respondió la mucama con una sonrisa ante la amabilidad de la niña.

-No es nada, Paz, a parte, puedo llevar y lavar mis propias cosas, así por lo menos te quito algo del trabajo, y así no tengas que estar limpiando todo el tiempo – Respondió mientras caminaba hacía la cocina.

-Precisamente en eso consiste mi trabajo – Se rio la mucama mientras se llevaba el resto de platos sucios.

Nuevamente, en otro lado de NewTopia nos encontrábamos en una casa mucho más modesta que la mansión de Sasha, pero, aun así, bastante completa entre la parte más cercana al castillo del rey, dentro, se encontraba una muchacha llamada Megan Loud Wuu de trece años la cual estaba en lo que era el taller de la casa, donde había muchos artefactos, notas, libros, manuscritos entre muchas cosas más.

La chica en cuestión era de tez morena, cabellos grisáceos cortos, que llevaban un lindo broche verde pasto, pecas en el rostro y una gran sonrisa de emoción en su rostro. Vestida con una sudadera verde esmeralda, una falda gris, unos tenis naranjas con blanco, así como una bolsa con el estampado de una rana.

-Podría llevarme las gafas zoom... bueno, esas no, no tiene caso llevarme eso sí solo son para construir y ya dudo que papá me deje construir algo, no importa, mientras pueda tomar nota de la idea para que no se me olvide está bien... ahora... que más me podré llevar – Hablo en voz alta, la niña, mirando todo tipo de artefactos que ella misma había creado.

-A ti definitivamente te llevaré, Lokkie – Dijo mientras tomaba lo que parecía ser un robot del tamaño de un renacuajo, de cuerpo un tanto esquelético, con ojos de mosca, una barbilla cubierta con lo que parecía ser algún tipo de cubierta especial, con dos antenas saliendo de su cabeza.

Metiéndolo en su mochila, continúo revisando que más podría llevarse.

-Otra cosa que no puede faltar es mi munición de granadas mágicas, ya no puedo salir a ningún lado sin ellas – Dicho eso, se colocó dos cinturones cada uno con cuatro bolsas mágicas en cada hombro para más accesibilidad a usarlas.

-¡Oh! Que tampoco se me olvide mi herramienta multiusos – Dicho eso, saco algo similar a una navaja suiza, pero un tanto más grueso y la metió dentro de su bolsa.

En ese momento, su bolsa vibro, la abrió y miro que el celular que su madre le había heredado tenía un mensaje nuevo, curiosa, lo tomo y miro un mensaje de su madre quien le decía que mirara atrás.

-¿Mamá? – Se volteo y justamente, su madre, una mujer muy parecida a ella, vestida con una camisa de manga larga color verde jade, un chaleco azul verdoso, con un pantalón amarillo y unas zapatillas blancas.

-¡Me atrapaste! – Declaro fingiendo sorpresa.

-Pero sí me acabas de enviar mensaje, tú solista te delataste – Dijo extrañada.

-Jejeje, sí que cosas, ¿no? – Mención Marcy un poco nerviosa.

-Mamá, estas actuando más extraña de lo habitual – Dijo su hija.

-Bueno es que... la verdad es que quería ayudarte a ver qué cosas te podías llevar a tu viaje – Dijo con algo de timidez.

-Ah, no te preocupes por eso, yo misma las estoy escogiendo – Volvió a decir con sinceridad.

-Oh... ¿en serio? Bueno... pero quizá te hayas olvidado de alguna cosa, así que dos son mejor que uno, ¿no? – Volvió a comentar.

-Quizá, pero estoy segura que no he olvidado de ninguno de mis inventos, ya los he pensado todos y ya estoy empacándolos para el viaje – Esa respuesta tan sincera volvió a ser un golpe para la mujer.

-¿Estas segura de eso? – Volvió a preguntar a su hija, casi haciéndole ojos de cachorro triste.

-Sí, estoy segura – Respondió Megan confiada de su propia palabra.

-¿Interrumpo algo? – Pregunto otra voz al fondo, ambas miraron como en la puerta se encontraba recargado el padre de Megan y de sus otras dos hermanas.

Lincoln Marie Loud, un hombre de todavía veintinueve años, vestido con una sudadera blanca personalizada con bordes naranjas, una capucha y dos partes largas que salían de su parte trasera, consigo, también llevaba unas cuantas cosas en su cinturón, tales como un cuchillo, un estuche para guardar su celular, entre muchas cosas más, una camisa roja por debajo de la sudadera, un pantalón de mezclilla y unos tenis blancos con naranja.

-¡Papá! – Se acercó Megan entusiasmada. – Ven a ver las cosas que me llevaré al viaje – Dijo mientras mostraba todo lo que se llevaría, eso fue un golpe el doble de fuerte para Marcy quien se quedó fácilmente ignorada por su propia hija la cual, la paso de largo y fue directo con su padre.

-Eso está bien, aunque no sé porque las bolsas mágicas, si vamos ir de vacaciones a divertirnos como turistas, no ha combatir con alguien – Comento Lincoln entre risa.

-Siempre son necesarias, nunca sabes en qué momento las necesitaremos, papá – Dijo Megan.

-Bueno... ahí tienes un punto, tengo unas cicatrices que lo demuestran, pero igual, está bien lo que te llevaste, nada más ve a revisar si ya tienes toda tu ropa y demás cosas – Le pidió a su hija.

-De acuerdo papá, nada más no te tardes mucho besuqueándote con mamá – Dijo Megan marchándose, Lincoln solo negó con un suspiro y miro a la decaída Marcy.

-¿Qué tal te fue con nuestro torbellino? – Le pregunto a la mujer quien aún estaba decaída que solo se acercó a él para recargar su cabeza con su hombro.

-Igual que siempre... – Dijo en penumbra.

-Tranquila, ya Megan pasará más tiempo contigo, solo hay que esperar a la situación perfecta para eso, te paso conmigo, ¿recuerdas? – Miro como la mujer se sonrojaba levemente desviando la mirada.

-Sí... pero no fui la única, ni la primera en tomar esa situación perfecta – Dijo con un puchero.

-Sí, sí, sí y después de eso las tres se pusieron de acuerdo para forzar otra situación perfecta y muchos meses después nos convertimos en padres – Lincoln se rio animadamente, bromeando un poco con el asunto, mejorando el humor de Marcy.

-Ya... pero era eso o dejarte con ese sapo – Comento recordando viejos dramas amorosos.

-Y dale con eso... solo es una amiga, a parte que, aunque tengan raciocinio no deja de ser zoofilia, ¿sabes?, ninguno de nosotros en todo lo que hemos visto hemos visto que una rana este con un tritón – Comento.

-Técnicamente... – Fue detenida por Lincoln quien le puso un dedo en sus labios.

-No hace falta que me digas tus tecnicismos, amor – Dijo Lincoln ahorrándose cualquier clase de explicación de Marcy pudiera darle. – Como sea, ya es hora de irnos a reunirnos con las demás para irnos, ¿vienes? – Le pregunto.

-Claro, estoy libre por ahora y muy seguramente también vayan Anne y Sasha, platicar con ellas vendría bien – Dijo en un suspiro. – Voy a llamar a Megan para que ya se venga y a ver si consigo... algo con ella, lo que sea, pero algo – Con eso dicho marchó a buscar a su hija.

Al cabo de un rato los tres irían caminando tranquilamente entre las calles movidas de NewTopia encaminados hacía donde se iban a reunir con el resto de chicas. Lincoln estaba relajado, a decir verdad, se encontraba muy poco entusiasmado para lo que Marcy creía que iba a estar. Al contrario que Megan que está casi saltando de la emoción.

Ya los dos llevaban sus maletas y mochilas para el viaje, y estarían fuera dos semanas, por lo que, tenía el hogar completamente solo para hacer cualquier cosa, o así sería, si Marcy no tuviera que ir a trabajar en sus múltiples investigaciones, así como Anne debía mantener su restaurante y Sasha hacer cosas de militar. Era decepcionante, pero era lo que había, ya tendrían su momento de descanso ya fuese entre las tres, con sus hijas o con Lincoln.

-¡Hola Mar-Mar! – Una voz conocida rompió la burbuja de Marcy quien miro al frente y noto como Anne venía junto a Marrie.

-¡Hola, hermanita! – Y antes de que pudiera saludar a su mejor amiga, Megan corrió directamente hacía Marrie con una gran sonrisa en su rostro.

-Hola... ¡Megan! – Marrie se asustó un poco cuando Megan la levanto del suelo y empezó a dar vueltas que la marearon un poco. Luego de tres vueltas, la bajo.

-Perdón, perdón, ¡es solo que no puedo con la emoción! – Exclamo Megan.

-Sí, yo también – Respondió una aturdida Marrie.

-¿Qué, tú no me saludas? – Le menciono Anne a Megan amistosamente.

-¡Hola tía Anne, veo que por fin saliste a la calle con ropa linda! – Saludo y comento Megan con honestidad.

-Oh muchas gra... espera... ¿eso fue un cumplido? – Se pregunto Anne mirando a la niña.

-Claro que es un cumplido tía, se te debe de reconocer cuando por fin tienes un gusto en moda decente – Volvió a decir sin pelos en la lengua.

-¡Oye! ¿Eso no incluye mi vestido del sapo del año? – Volvió a preguntar.

-Claro que no, esa cosa parece trapo sucio – Volvió a decir Megan con sinceridad.

-¡Lincoln, Marcy dijeron que me veía hermosa con ese vestido! – Les increpo Anne avergonzada.

-¡Y sí lucías hermosa, Anna-Banana! – Se defendió Marcy nerviosa.

-¡Megan! – Le reclamo su papá, esta vez con Anne mirándolo directamente con la mirada entrecerrada.

-¿Qué? Saben que yo no digo mentiras – Dijo mientras se encogía de hombros y centraba su atención en Marrie con quien empezó a charlar.

-Ugh, no importa, igual ese vestido me gusta mucho, pero igual voy a tener que echarle una mirada a mis ropas – Dijo Anne en un suspiro.

-No hace falta, amor, sabes que te ves linda con todo lo que te pongas – Dijo Lincoln mientras le sonreía para mejorarle los ánimos.

-¡Que bien, porque si mi sentido de la moda no es tan malo como dicen, entonces no te molestara que también elija tus ropas, eh! – Le dijo Anne mirando inquisitivamente al albino.

-Claro, claro, no tengo problema, confió en tu gusto (No es como sí el mío fuera mejor) – Pensó eso último para sí mismo.

-Hey, Mar-Mar, cuando tengas tiempo me dices para ir a escogerle su ropa al conejito – Le dijo Anne a su amiga, quien sonrió.

-Claro, no hay problema y ya después me podrías ayudar en una investigación que tengo pendiente – Le menciono Marcy.

-¡A dónde van que no invitan! – Escucharon no muy lejos, volteando, encontrándose a Sasha junto con Samantha yendo directamente hacía ellos.

-¡Samy! – Exclamo Megan yendo directo a su hermana mayor.

-¡Megan! – Samantha también fue corriendo hacía su hermanita, y una vez estuvieron de frente se tomaron de las manos y empezaron a dar saltitos de la emoción.

-¡¿Ya estas lista para el viaje?! – Le pregunto Megan.

-¡Obvio! – Cuando pararon, Marrie se acercó a ambas con una pequeña y linda sonrisa en su rostro.

-Hola Samy – La saludo Marrie, a lo que Samantha la volteo a ver rápidamente y sin perder el tiempo la tomo de los cachetes enternecida.

-¡Ayyyy que linda te ves así! – Exclamo Samantha, a lo que Marrie se sonrojo avergonzada por como el resto de transeúntes que pasaban se les quedaban mirando.

-Nos están viendo, Samy – Le dijo Marrie a su hermana avergonzada de las miradas hacía ella.

-¡Ups, perdón!, ¿Cómo estas, hermanita? ¿Lista para el viaje? – Le dijo ya estando un poco más calmada.

-Bien, ya tengo todo, tampoco voy a llevar muchas cosas – Comento señalando a su mochila.

-Puras novelas llevaras seguro, yo por mi parte solo llevo mis inventos – Comento Megan mientras sus dos hermanas observaban su gran mochila.

-Sí, ya lo notamos, hasta te llevaras a Lokkie – Comento Samantha mirando al robot resaltando detrás del hombro de su hermana, junto a un montón de cosas en su mochila.

-¿Qué hay de ti? – Le pregunto Marrie a su hermana.

-Pues, un poco de todo, solo sé que el sitio a donde vamos es bastante tropical, así que traje cosas de playa, e incluso les traje trajes de baño a ustedes, porque bien sé que habrán olvidado empacar lo más importante para ir a la playa, ¿verdad? – Miro a ambas fijamente, a lo que sus dos hermanas procedieron a recordar todo lo que empacaron, incluso comprobándolo, solo para mirar avergonzadas.

-Jejeje... sí, gracias por el apoyo, hermana – Le agradeció Megan con un pequeño rubor en su rostro. Marrie solo asintió con el mismo rubor.

-Jajajaja no sé preocupen, chicas, solo que ya sé como son, es cosa de toda hermana mayor conocer a sus hermanitas – Dijo con una pequeña risa.

-¿Vas a un lugar como para estar tan elegante? – Le pregunto Anne a Sasha mirando como iba vestida, pero antes de que Sasha respondiera, Lincoln habló.

-Era lo que me comentaste ayer, que ibas a una fiesta muy importante en Ribbitvale, ¿no? – Comento Lincoln.

-Ay, Linky, como me encanta que recuerdes lo que siempre te cuento – Dijo Sasha juntando las manos, encantada. – Pero sí, es una fiesta donde asistirán todas las personas importantes de toda Amphibia, y como general del ejercito es mi deber ir... a parte que me dijeron que iban a servir helado sin ningún tipo de insecto, así que no me lo quería perder por nada en el mundo – Comento entusiasmada.

-¡¿Y a mi porqué no me invitaron, si yo también soy importante?! – Pregunto Anne ofendida, no era misterio para nadie que no viviera debajo de una roca que Anne había sido la persona de asesinar al tiránico Rey Andrias y a parte de ser muy conocida por toda Amphibia.

-No revisaras tus correos, ahí es donde llegan las invitaciones, vamos Anne, ir tanto a Warthood ya esta haciendo que olvides que eres una chica nacida en el siglo 21 – Dijo Sasha burlonamente.

Anne solo se molesto un poco por su comentario.

-No es mi culpa que tenga cosas más importantes que hacer, a parte, casi nunca me mandan nada a mi correo, ¿o a ti sí te mandan muchas cosas, Marcy? – Le pregunto mirando a su amiga.

-¿Bromeas? Mi correo siempre esta lleno de informes y cosas que debo revisar – Le contesto.

-Oh... ¿entonces a ti no te invitaron a esa fiesta? – Le volvió a preguntar.

-Sí lo hicieron, pero nah, no tengo ganas de ir a fiestas tan rimbombantes – Respondió restándole importancia.

-Eso es tan típico de ti, Marcy – Le dijo Sasha sin sorprenderse, era obvió cuál iba a ser la decisión de Marcy.

-Bueno, bellas damas, lamento interrumpirlas, pero se nos hace tarde a los viajeros – Les dijo Lincoln entrometiéndose en su conversación.

-Ahh... ¡vamos Linky, aun puedes ir conmigo a la fiesta! – Le dijo Sasha poniéndole ojos de perrito.

-¡O también podrías ayudarme con mi nueva investigación! – Dijo Marcy haciendo lo mismo.

-¿Y sí mejor nos quedamos todos mirando una serie? – Propuso Anne, haciendo lo mismo que sus amigas. – Vamos Linky, ya hace tiempo que no estamos pasando tiempo entre los cuatro por tus viajes – Le suplico Anne, y entre las tres estaban haciendo un efecto deseado en el albino quien desvió la mirada, nervioso.

-Lo sé, lo sé, pero aun tengo cosas que terminar y... – Sintió como era abrazado y volteando a su costado, vio como su hija menor lo abrazaba.

-¡Y una de esas cosas, es pasar tiempo con nosotras! – Interrumpió Megan abrazando a su padre con una sonrisa burlona.

-¡Ajá! Lo sentimos, pero ya reservamos a papá para la diversión en la playa – Se unió Samantha mirando burlona a su papá. Y viendo el pequeño lapso de silencio que se formó, ambas voltearon a ver a Marrie frunciendo ligeramente el ceño.

La chica solo se encontraba nerviosa, pero al ver a sus hermanas, dio un pequeño salto del susto y se cubrió atrás de su padre.

-S-Sí... nosotras vamos a di-divertirnos juntos con papi – Menciono Marrie apenando.

-(Joder, todo eso sonó horrible) – Pensaron los cuatro padres, curiosamente, e incluso algunos transeúntes mirando extrañados o hasta asqueados aquella escena.

-Eh... ¡claro que sí! Se los préstamos por ahora – Les comento Anne siguiéndoles el juego, tratando de olvidar lo mal que eso había sonado o por qué siquiera había sido tan malpensada de su parte, ya sabiendo que no lo decían con una mala intención. – ¿Verdad, chicas? – Les dio unos breves codazos a ambas.

-¡Por supuesto! Ellas también tienen que pasar tiempo con su papá – Dijo Sasha entendiendo lo que Anne quería decir.

-Es lo normal, nosotras no podemos ocupar todo el tiempo de su padre jejeje – Comento Marcy.

-Ya, no hacía falta que fueran tan condescendientes, que sabemos que eso no sonó bien, cochinas – comento Megan sin pelos en la lengua.

-¡Megan! – Le reclamaron Marcy y Lincoln, con su madre avergonzada, aunque dándose una palmada mentalmente por no esperarse una respuesta así, ya sabiendo como era su hija.

-Hey, ustedes lo malinterpretaron, nosotras no – Comento defendiéndose.

-¿Malinterpretar qué cosa? – Pregunto Marrie genuinamente inocente.

Ante eso Samantha y el resto de adultos miraron con la mirada entrecerrada a Megan, quien solo maldijo en su mente por haberla cagado.

-Como sea, ya volvamos al camino que se nos hace tarde y quiero llegar antes de las tres de la tarde para el buffet del hotel – Dijo Lincoln, y así, continuaron su recorrido.

Finalmente, llegaron a una pista de aterrizaje donde ahí se encontraba una gran ave marrón, vestida con la clásica armadura de NewTopia solo que en plateado. Lincoln se acercó al animal.

-Lamento hacerte esperar tanto, Cliff – Le menciono al ave acariciándola con una sonrisa. El ave hizo un sonido, restándole importancia.

Cliff como Lincoln lo había nombrado en honor al ave que alguna vez tuvo su hermana Lana en su mundo, Cliff había sido su acompañante en casi todas las aventuras que había tenido, desde que el Rey Andrias (mucho antes de su caída) se lo dio hace ya muchos años.

-Bueno, niñas despídanse de sus madres – Les dijo Lincoln mirando a sus hijas, quienes asintieron y fueron con sus respectivas madres.

-Nos vemos pronto mamá – Se despidió Samantha dándole un breve abrazo a su madre, quien se lo devolvió con una pequeña sonrisa.

-Nos vemos, hija mía, regresando me cuentas con lujo de detalles TODO lo que pasaron allá – Pidió Sasha, su hija solo rodó los ojos.

-De acuerdo, mamá – Simplemente acepto.

-Adiós mamá, procura no explotar la casa – Se despidió Megan con una sonrisa, mirando a su madre.

-Nos veremos en dos semanas, hija... y pues... – Se quedo mirando a su hija con los brazos extendidos.

-¿Qué ocurre? – Pregunto Megan confundida.

-Pues... mi abrazo de despedida – Dijo Marcy, haciendo más énfasis en querer su abrazo.

-Ay, mamá, tampoco es como si nos volviéramos a ver – Dijo Megan, pero viendo que su madre no cambiaba su gesto y hacía aun más enfusís en ello, solo suspiro. – Esta bien – Con eso dicho le dio un abrazo a su madre, quien la estrujo muy fuerte, contenta de la muestra de afecto de su hija.

-Cuídate mucho, mamá – Le dijo Marrie dándole un abrazo a su madre.

-Nos veremos pronto, mi vida. Recuerda que, si algo te sucede o te vuelve a pasar "eso", no dudes en llamarme, ¿de acuerdo? – Dijo Anne dándole un beso en la frente a su hija.

-Sí, está bien mamá – Marrie asintió con una pequeña sonrisa.

-Bueno, niñas, súbanse para irnos – Con eso dicho, las tres fueron hacía Cliff, subiendo primero sus cosas en los compartimientos que el ave tenía en sus costados, para luego subirse ellas.

-¿Y tú? ¿No te vas a despedir, guapetón? – Le dijo Anne poniéndose melosa con el albino y tras eso, Sasha y Marcy no tardaron en ponerse igual.

-Tranquilas, como creen que iba a irme sin despedirme de ustedes – Dijo mientras le daba un beso a Anne, para luego hacer lo mismo, con Sasha y finalmente con Marcy. – Nos vemos en dos semanas... y bueno, creo que les podré traer una sorpresa de allá – Les dijo mientras se subía a Cliff tomando el mando.

-Un llavero estaría bien para mi – Dijo Marcy mientras se despedía.

-A mi me traes un plato típico de allá que este bueno – Dijo Anne despidiéndose.

-Mientras regreses a mis brazos, es lo mejor que me puedes traer, mi amor – Menciono Sasha, ocasionándole un breve sonrojo a Lincoln.

-Jejeje... claro... ¡Bueno, se me cuidan!

-¡Adiós mamás! – Se despidieron las niñas mientras empezaban a emprender vuelo.

Dicho eso, Lincoln dio la indicación a Cliff parar irse, marchándose de ahí, siendo observado por las tres mujeres.

-¡Ay, me acabo de fijar que a Marrie se le pego una hoja al cabello! – Menciono Anne viendo ya partir a su hija.

-Ustedes en verdad tienen una especie de maldición con las hojas en el cabello, ¿sabes? – Comento Marcy mirando a su amiga.

-Tú también tienes una especie de maldición con incendiar tu capa o tu hija en hacer explotar algo – Menciono Anne.

-Eso se le llama progresar en ensayo y error, Anne – Se defendió Marcy.

-También llamado torpeza en cualquiera de los dos casos – Se burlo Sasha de sus amigas.

-¡Cállate Sasha! – Dijeron ambas al unisonó.

~0~0~0~

Ya estando en el aíre, las chicas continuaban charlando amenamente, hoy hacía un buen clima por lo que pudieron platicar tranquilamente y a la velocidad moderada a la que Cliff iba se podía conversar sin problema.

-¿Y qué tienen planeado hacer una vez lleguemos? – Pregunto Megan.

-Ir a la playa, obvió – Contesto Samantha.

-También leí que en Yunan tiene un nuevo tipo de helado, así que a mi me gustaría probarlo – Comento Marrie.

-¿Ah sí? ¿De qué sabor es? – Miro a su hermana curiosa.

-No lo sé, solo leí que era un sabor sumamente indescriptible y por eso me llamo la atención, ¿tú lo has probado, papá? – Pregunto mirando al albino, pues Lincoln ya había estado varias veces en Yunan.

Sin embargo, no recibió respuesta.

-¿Papá? – Extrañada por el silencio de su padre, Samantha volvió a llamarlo.

-¡Papá, te estamos hablando! – Le llamo Megan, haciendo que el albino reaccionase.

-¿Eh? ¿Qué sucede? – Pregunto mirando a sus hijas, desconcertado.

-Te estábamos preguntando cosas, pero parece que estas en la luna – Contesto Megan.

-Ay, lo siento, niñas, es solo que estaba pensando unas cosas, es todo – Respondió rascándose la nuca.

-Tienes algo que hacer en Yuna, ¿no? – Adivino Marrie, un tanto decaída al darse cuenta.

Lincoln permaneció un momento en silencio y suspiro.

-Sí... – Admitió.

-Pero no se supone que esto debía de ser un viaje vacacional en familia – Increpo Samantha, ligeramente molesta por eso. Era bien sabido que Lincoln siempre era alguien errante por toda amphibia es distintos trabajos los cuales nunca les explicaron, pero que respetaban, por eso tanto ellas como sus madres apreciaban cuando Lincoln podía estar con ellas.

-Lo sé, lo sé, yo fui el que propuso esto después de todo – Dijo Lincoln.

-¿Entonces qué es lo que te mantendrá ocupado? – Pregunto Megan.

Lincoln debatió unos momentos sobre sí debía contarles, pero al final decidió ceder, no servía de nada esconderlo y era mejor que se enterasen de una vez.

-Verán... como saben, Yunan es un nuevo territorio colonizado por la gente de amphibia, es aun muy desconocido la extensión de todo su territorio en zonas no exploradas, pero hace una semana, la exgeneral Yunan me llamo diciendo que habían encontrado tres templos de las expediciones del territorio, así que aproveche la situación de venir a Yunan para llevarlas a ustedes y de paso poder investigar los templos – Explico el albino.

-¿Son templos de valor arqueológicos? – Pregunto Samantha.

-En realidad... ya me informaron que son templos de los que te ponen a prueba con múltiples trampas y cosas ocultas

-¡Eso es genial! – Exclamo Megan entusiasmada. – ¿Me puedes llevar a verlas? – Pregunto a su padre.

-Absolutamente no

-¡Eh! ¡¿Por qué?!

-Porque son templos sumamente peligrosos, yo ya estoy acostumbrado y tengo experiencia para hacer esta clase de cosas, pero aun son muy peligrosas de recorrer, a parte que yo vine por dos razones: Para resolver esos templos y para pasar tiempo con ustedes, por su parte, ustedes chicas, solo tiene el segundo objetivo – Explico, pero esa explicación no dejo satisfecha a Megan.

-¡Pero yo también quiero ir, es una gran oportunidad para probar mis inventos! ¡Por favor, papá! – Suplico.

-Ya dije que no, son lugares muy peligrosos y aun no están explorados, precisamente por eso me llamaron – Megan solo cruzo los brazos y bufo molesta por esa decisión, su padre no era fácil de convencer como si lo era su madre, así que ya sabía de antemano que alegar no la iba a funcionar.

Marrie y Samantha se miraron incomodas y hasta desilusionadas, esperaban poder pasar mucho tiempo con su padre. Lincoln vio eso y suspiro.

-Escuchen chicas, yo sé que están molestas, créanme que yo también lo estaría al estar en su lugar, pero miren, yo lo que más quiero es poder pasar tiempo con mis hijas, así que una vez dejemos las cosas en el hotel y hayamos almorzado, iré de lleno a resolver esos templos, tengo planeado que los resolveré los tres en tan solo tres días, eso es todo lo que me tardare y una vez eso resuelto, el resto del viaje seré todo suyo, se los prometo – Les sonrió y les extendió el meñique a sus hijas.

Estas solo lo miraron, pero sabían que su padre no rompía sus promesas, así había sido siempre, y era una de las cosas que sus hijas más admiraban, así que eso mejoro un poco su humor.

-Esta bien, papá. Admito que estaba un poco decepcionada, pero entiendo que eso también es importante, por temas de colonización, históricos y todo eso, solo promete que luego de eso solo será diversión – Dijo mirando a su padre.

-Completamente de acuerdo, no hay objeción, corazón – Dijo mientras ambos entrelazaban sus meñiques.

-Estoy con Samy, solo vente con nosotros cuando vayamos a probar ese helado de sabor misterioso – Dijo Marrie extendiendo su pulgar.

-¡Claro que sí! – Dijo mientras entrelazaban sus pulgares, aunque, él ya había probado ese helado, pero para no romper el momento decidió mejor guardar el secreto.

-Megan... ¿entonces...? – A ella también le extendió el meñique con una suave sonrisa. Su hija lo miro por unos segundos, aun con su ceño fruncido, pero al cabo de un rato solo suspiro y se dio por vencida.

-Bien, solo que la próxima vez me ayudaras a probar mis inventos – Dijo mientras entrelazaban el meñique.

-Por supuesto, les prometo que no pasara de los tres días el resolver cada templo – Con eso dicho el viaje continuo hasta que arribaron a su destino.

~0~0~0~

La ciudad de Yunan, una nueva expansión para Amphibia, el cual se encontraba en otra tierra separada de la isla cruzando el océano, llamada "Yunan" en honor a su descubridora, la exgeneral de NewTopia, Yunan, la cual desde que Andrias cayó se había dedicado a explorar tierras las cuales Andrias nunca permitió explorar, así descubriendo este nuevo continente y fundando en la costa una ciudad de lo más moderna, la primera ciudad perteneciente a Amphibia que estaba lejos de la misma.

Al ritmo en el que iban volando les tomo tres horas y media ir volando en Cliff, el buen clima solo ayudo al viaje. Y entre charla de las tres hermanas con su padre, quien esta vez no estaba tan distraído. Ahora podían ver claramente la gran ciudad costera.

-¡Wow es mejor de lo que muestran! – Declaro Samantha impresionada por la bella ciudad.

Yunan, había sido sumamente costosa de construir, pero fue gracias a los antiguos robots de Andrias lo que acelero su construcción, y sin ningún lugareño que intentara defender su hogar, no tardo mucho para que la ciudad fuera creciendo, tanto en territorio como en habitantes que vinieron de toda parte de Amphibia con la emoción de ser parte de esta nueva ciudad.

-Bienvenidas sean a Yunan – Declaro Lincoln sobrevolando los cielos, si Lincoln pudiera describir Yunan con un lugar de su mundo, sin duda lo primero que diría es lo similar a Italia. Con sus diferencias, por supuesto, pero tenían construcciones y costumbres un tanto parecidas a las de allá... o al menos eso era lo que Leni luego le contaba en esas tantas veces que fue su modelo.

Acercándose a un edificio con una "ave-puerto" aterrizaron justo ahí, donde ya unos cuantos tritones los estaban esperando.

-Ya puedes descansar amigo, gracias como siempre – Lincoln palmeo a Cliff quien pareció aliviado de haber llegado ya. Estaba más acostumbrado al peso de Lincoln y lo que este llevara y no al de tantas personas.

Bajando del ave, las tres chicas se estiraron contentas de estar en suelo firme.

-¡Uy, por fin, ya no aguantaba estar más en el aire! – Declaro Megan. Si a ella le hubiera dado la opción, hubiera preferido ir en barco a en aíre, se sentía más cómoda y así tampoco le daba nauseas cada que miraba la altura a la que estaban.

-¡Sr. Loud, nos complace ver que ya está aquí junto a sus hijas! – Dijo un tritón que se acerco al grupo.

Lincoln quien apenas estaba descendiendo del ave, saludo al grupo que venía a recibirlos.

-Hola, ¿qué tal? – Saludo tranquilamente. – Supongo que ustedes nos guiaran al hotel, ¿no es así? – Menciono mirando al grupo, que detrás de los mismos había un grupo de caracoles que llevaban un gran carruaje.

-Así es, Sr. Loud – Declaro. – Por favor, déjenos llevar su equipaje – Las chicas le dieron su equipaje al resto de tritones, que cargaron y subieron al carruaje.

De la misma manera, ellos también subieron. Así partiendo rumbo al hotel. El camino fue muy tranquilo, en especial cuando las chicas se encontraban apreciando la arquitectura de la ciudad que resultaba mucho más bonita que la propia NewTopia. No tardaron demasiado en llegar a un gran edificio que lucía de lujo.

Entrando al lugar, mientras los tritones llevaban su equipaje y en lo que Lincoln iba al mostrador sus hijas observaron el lugar.

-¡Wow! No esta nada mal, este es el segundo mejor hotel en el que he estado – Comento Samantha maravillada.

-¿Cuál es el primer lugar? – Pregunto Marrie curiosa, ella no había estado mucho en hoteles, solo algunas veces en las que viajaba con su madre, pero no era nada de otro mundo, ni se comparaban a todo este gran lugar.

-Hay un hotel en Ribbitvale que es otro nivel, si algún día vas lo sabrás, hermanita – Dijo Samantha mientras se sentaba en un sillón cercano.

-No me gusta los diseños excesivos de Ribbitvale, me parecen exagerados – Comento Megan, había ido unas cuantas al lugar más rico de toda Amphibia y no le había gustado casi nada.

-A mi tampoco, pero ese hotel es una obra de arte de la arquitectura, eso sí, su jabón del baño es pésimo – Lincoln se acercó a ellas con una llave en mano.

-Vamos a nuestra habitación chicas, ya llevaron nuestras cosas allá – Aviso Lincoln, las niñas obedecieron y siguieron a su padre. Se dirigieron hacía el ascensor, esperaron un poco a que bajara y entraron dentro, afortunadamente, estaba vació de extraños.

-¿A qué piso vamos? – Pregunto Marrie, con la infantil emoción de poder presionar el botón del ascensor.

-Presiona al último piso, hija – Dijo Lincoln con una sonrisa. De inmediato, la castaña presiono el botón del piso diez, el cual era el último piso.

El ascensor subió hasta el decimo piso, hasta que se detuvo en su destino. Abriendo sus puertas, los cuatro salieron de ahí, encontrándose con un amplio pasillo, donde eran pocas las habitaciones a su alrededor.

-¿Cuál es la nuestra? – Pregunto Samantha.

-La VIP – Respondió Lincoln, a lo que Samantha choco los cinco con Megan al enterarse de eso.

-No será un poco excesivo, digo, solo somos cuatro – Menciono Marrie, ella hubiera estado contenta con una habitación normal.

-Eso lo descubriremos cuando estemos dentro, que yo tampoco sé que tan grande es el cuarto VIP – Dijo Lincoln mientras buscaba dicha habitación.

Poco tiempo paso para que encontraran la habitación, la cual tenía dos grandes puertas, muy talladas de la figura de la exgeneral Yunan.

-Eso no me sorprende – Murmuro Lincoln para sí mismo mirando esos grabados de la propia Yunan. Ella y él llevaban una buena relación, eran buenos amigos, luego de todo el rollo de Andrias se habían encontrado unas cuantas veces en sus viajes por Amphibia, y conociendo el ego subido de Yunan luego de haber construido su propia ciudad, eso era lo de menos.

Abriendo la puerta y entrando, los cuatro pudieron deleitarse con el amplio cuarto, que llevaba muchas cosas incluidas, en primera podían ver que la habitación estaba dividida, investigando, vieron que habían cuatro grandes camas para cada uno, había un escritorio muy bien ordenado, con una silla elegante, mucho arte adornando el lugar, el cual era bastante amplio, tanto que si incluso hubieran venido con las madres de las niñas, aun habría sobrado espacio para todos, inclusive una fuente de chocolate estaba incluida.

-Sí... un poco grande para mi gusto – Menciono Marrie, claro que estaba impresionada por el lugar, pero que estuviera impresionada no significaba que estaba del todo convencida de la amplitud del lugar.

-¡Pido esa cama! – Dijo Megan corriendo hacía una de las camas y lanzándose encima. – Parece que estoy flotando en una nube – Comento sumamente cómoda con lo suave que era su cama.

-¡¿Ya vieron el baño?! ¡Tiene dos regaderas y un jacuzzi! – Exclamo Samantha con estrellitas en los ojos. Sin duda, ya sabía que hacer para relajarse un día que llegaran de divertirse fuera.

-Nada mal, Yunan, nada mal – Menciono Lincoln mirando la gran vista que tenía a toda la ciudad. Hasta él debía de admitir que se había acostumbrado a dormir en sitios algo incomodos frecuentemente y eso era que Yunan y él compartían, por eso le sorprendía tanto como había quedado la habitación VIP teniendo en cuenta que Yunan también era dueña de este hotel. – Quizá es aquí donde siempre lleva a Lady Olivia – Se rio un poco ante eso, le gustaba referirse a esas dos como las mamás de Marcy.

Dejo las cosas encima de su cama y empezó a sacar varias cosas. Marrie quien era la que más cerca estaba de él, lo vio sacar varias cosas que no pudo distinguir del todo bien, pero lo que si alcanzo a ver lo parecían ser gemas grises, no sabía muy bien de rocas como para saber que clase de mineral era ese, así que simplemente se encogió de hombros y dejo a su papá para ir a ver el baño junto a Samantha.

Al cabo de un rato, Lincoln las llamo a las tres.

-Muy bien chicas, vamos ir a comer al restaurante del hotel, que ya es hora – Dijo cargando consigo otra bolsa, era la que siempre usaba para sus trabajos y eso lo notaron las tres.

-Creí que íbamos a comer en algún restaurante de la zona – Menciono Samantha.

-Me hubiera encantado, pero esto es lo más cercano y así no pierdo tiempo y puedo ir de lleno a resolver el primer templo – Ante la mención del templo, la expresión de las tres se apago ligeramente, pero ya sabían de eso, así que solo les quedaba aceptarlo.

-De acuerdo, ahí vamos – Dijo Megan levantándose y siguiendo a su papá, las demás hicieron lo mismo y marcharon.

~0~0~0~

Dos días habían pasado desde que habían llegado a Yunan, pese a que Lincoln aun se mantenía en la labor de los templos, las tres chicas habían podido pasar perfectamente el tiempo en su ausencia.

Llegando de su ida a la piscina del hotel, las tres chicas regresaban a la habitación, aun con sus trajes de baño húmedos con toallas alrededor de sus cuerpos para secarse, las tres iban charlando amenamente cuando llegaron a la habitación.

-¿Vieron la cara de ese mesero? Me mato su expresión cuando le trajo otro pedido equivocado a Marrie luego de tres veces consecutivas de no acertar, ¡por dios que memoria de pez! – Comento Megan divertida, pese a que eso había resultado incomodo para la propia Marrie, principalmente por vergüenza, había sido culpa del sapo que insistía en que podía traer su pedido correcto.

-Déjalo en paz, Megan. Pudo haber tenido un día muy pesado y estaba muy cansado – Argumento Samantha, quien, a diferencia de su hermana, le daba más pena ese pobre sapo que otra cosa.

-Sí, ya no tienes porque defenderlo, si el regaño no se lo quitaste cuando llego el gerente – Le resto importancia a lo dicho por su hermana mayor.

-En su defensa, las tres cosas que me trajo estaban buenas, aunque... sigo sin entender como es que confundió mi limonada con otras bebidas – Comento Marrie, quien la primera vez que le trajeron algo que no era, no tuvo el suficiente coraje como para decirle que se había equivocado, su vergüenza se lo había impedido de nuevo.

-Bueno, ya, no vale la pena seguir hablando de eso, vamos a lo que vinimos, tomen sus celulares para ya ir al spa – Dijo Samantha queriendo cambiar el tema.

-Como tú digas – Estuvo de acuerdo Megan, quien fue en busca del suyo. Marrie solo asintió he hizo lo mismo, al igual que Samantha.

Una vez ya las tres tuvieron lo que vinieron a buscar. Se dispusieron a ir al spa. No obstante, notaron como súbitamente la entrada de la habitación se abrió, provocándoles un gran susto, pero antes de que alguna pudiera reaccionar o atacar a alguien vieron como su padre regresaba luego de que ayer no había regresado.

-¿Papá? – Preguntaron las tres al mismo tiempo.

-Ho...la... – Saludo débilmente con una sonrisa cansada.

Lincoln estaba hecho un verdadero desastre, lucía terrible, toda su ropa estaba sumamente sucia, llena de tierra o en su defecto quemada, su cabellera albina había pasado de un blanco claro a ser un gris bastante sucio, con grandes ojeras en su rostro, signo de que no pego sueño desde hacía mínimo un día se encontraba prácticamente arrastrando los pies.

-¡¿Papá, qué ocurrió?! – Pregunto Samantha acercándose junto a sus hermanas.

-Oh... no... te preocupes... solo que... por fin complete... el segundo templo... tan solo me tomo todo el día y toda la noche completarlo... ja ja ja... – Respondió con voz débil y ronca casi parecía un muerto de lo acabado que estaba, sin contar el fuerte olor a tierra que impregnaba a su alrededor.

-¿No dijiste que eran tres los templos que debías hacer? – Pregunto Megan mientras veía a su padre ir a su cama a paso zombie.

-Sí... pero estoy agotado... solo voy a dormir un rato y cuando despierte... iré... de... inmediato al tercer templo... es el que más cerca... me queda – En el momento que por fin pudo llegar a su cama simplemente se dejo caer a la suavidad del colchón.

-Solo... necesito... un poco de... – Sin llegar a completar su frase, cayo completamente rendido ante Morfeo, incluso tirando las cosas que llevaba consigo, en especial, una bolsa.

-Ni siquiera pudo llegar a su cama – Comento Megan mirando que su padre se había acostado en la cama de Marrie por error.

-No creo que vaya a despertar pronto – Comento Marrie, ya haciéndose a la idea de que iba a dormir en la cama de su padre, pues dudaba que el hombre despertara en lo que restaba del día.

-¿Deberíamos abrigarlo? – Menciono Samantha, una parte de ella quería poder dejar dormir a su padre tranquilo, pero otra como persona con un gran sentido de la higiene, le estaba poniendo nerviosa ver las blancas sabanas mancharse de tierra y suciedad, más cuando sabía que su padre no se iba a mover ni un centímetro de ahí.

-Mejor nada más le quitemos el abrigo y los tenis, lo tapemos con la otra sábana extra que ahí por ahí, tan solo deja uno... o muchos aromatizantes y la ventana abierta para que el olor a tierra no se quede – Dijo Marrie a su hermana mayor.

-Sí, tienes razón haré eso – Dijo mientras iba por esos dichosos aromatizantes, menos mal sí había traído unos cuantos.

Por su lado, Marrie le quito el abrigo a su padre y lo limpio un poco de la tierra, de paso podrían llevar su abrigo a la lavandería del hotel, ahí podrían lavarlo, ya nada más le quito los tenis y los calcetines a su padre, arrugando la nariz por el olor, se notaba que su padre no se había dado una buena ducha como correspondía.

-Ya tengo los aromatizantes – Informo Samantha, poniéndolos a los costados de la cama. – Solo espero que el olor de vainilla y canela pudiera vencer al de la tierra fresca – Comento dejando todo listo por su lado.

Megan por su lado, fue por la sabana extra, esperando a que sus hermanas terminaran para poder abrigar a su padre. Sin embargo, algo capto su atención, mirando al costado de la cama de su padre, ahí había una de las bolsas que se había caído, aunque era extraño, parecía brillar levemente, lo que sea que fuese el contenido que había dentro había picado la curiosidad de Megan.

-Megan, ya tápalo – Pidió Marrie una vez termino, haciendo reaccionar a Megan, quien hizo exactamente eso. En todo ese rato, su padre solo se había limitado a soltar leves ronquidos sin inmutarse por lo que sucedía a su alrededor.

-Bien, supongo que ahí lo dejaremos, ya cuando despierte pedimos algo a servicio a cuarto para todos... bueno, quizá algo propio a papá, tampoco se le ve que haya comido mientras trabajaba – Propuso Samantha.

-Me parece bien – Marrie estuvo de acuerdo.

-Bueno, vayamos al spa en lo mientras, dejemos a papá descansar – Dijo Samantha dando la vuelta. Marrie iba a hacer lo mismo, hasta que noto que Megan tenía algo entre manos.

-¿Megan, eso qué es? – Pregunto curiosa de la bolsa que Megan había recogido, también, llamando la atención de la rubia quien miro a su hermana menor.

Megan tenía en sus manos la bolsa que brillaba, sin responder al llamado de sus hermanas abrió la bolsa mirando su interior, de ahí saco tres gemas, la primera de ellas era de un color rojo brillante, la segunda era amarilla y la tercera grisácea.

Ante esas tan peculiares gemas, las otras dos Loud se aproximaron a su hermana a mirar.

-Son gemas preciosas – Dijo Marrie.

-Son un rubí, un citrino y creo que un diamante... aunque no estoy muy segura, hay algo en ellas que es... – Samantha no supo como terminar su oración.

-Distinto – Fue Megan la que a completo su frase, camino hacía su mochila de donde busco dentro y saco lo que parecía ser un escáner parecido a una tableta, poniendo el escáner en una mesa cercana, colocando las gemas sobre el aparato y activándolo.

-¿Eso no es de tu madre? – Pregunto Marrie, ella había visto muchas veces a la tía Marcy usarlo cada que iba a su casa.

-Este es mío, mi madre me lo regalo hace unos meses – Respondió pregunta.

-¿Y exactamente qué es lo que buscas escanear? – Pregunto la rubia con una ceja levantada.

-He visto piedras preciosas, mi mamá las analiza en sus ratos libres cuando esta muy aburrida y papá le trae algunas piedras exóticas, pero estas son distintas a las que yo haya visto, quiero saber exactamente lo que son – Dijo mirando a su hermana mayor.

No tardo mucho para que la maquina sonara con los resultados listos. De inmediato Megan retiro las gemas y observo la pantalla que esta vez mostraba los resultados del escaneo. Leyó con detenimiento la información obtenida y abrió los ojos con sorpresa.

-¡Estas no son gemas normales! Contienen una anormal energía, en especial la roja y la amarilla – Informo fascinada, a lo que la mayor miro lo que decía.

-Aquí también dice que la gris no contiene nada, es un cascaron vació, por así decirlo – Tomo la gema en cuestión y la observo con detenimiento.

-Quizá esto era lo que papá estaba investigando – Comento la del medio, a lo que sus dos hermanas la miraron, así que continuo. – Él dijo que debía de investigar unos templos antiguos, quizá esto fue lo que encontró – Dijo.

-Eso... es posible, pero... ¿entonces porque solo una de las gemas no contiene esa energía? – Volvió a preguntar Samantha pensativa.

Megan no dijo nada, solamente volvió a leer la información del escaneo. Leyendo más detenidamente y a gran velocidad, su mente hizo clic.

-¡Ya lo sé! – Exclamo y sus hermanas la miraron, ella les sonrió. – Papá no encontró estas piedras, él ya tenía las gemas consigo, si las gemas las hubiera encontrado recientemente el escaneo hubiera dictado un aproximado de antigüedad, aquí solo dice que fueron fabricadas recientemente, como mucho tienen una semana, aparte de eso, el escaneo indica que la estructura de las tres gemas es exactamente la misma, la única diferencia es que dos de las gemas contienen esa energía y la otra no – Explico.

-Entonces por eso es que papá quería ir a los templos, tres templos para tres gemas, lo que lleva a concluir que buscaba... recargar de energía las gemas o algo similar, sí lo que dices acerca de que papá ya tenía desde antes las gemas, según nos dijo antes, solo le queda un templo para terminar – Concluyo Samantha, entendiendo todo.

-¡Exactamente, hermana! – Felicito la de cabellos color ceniza.

-Papá ya completo dos de esos templos, viéndolo como esta ahora, se nota que hacer esos templos es muy peligroso, probablemente este lleno de trampas o en pruebas para demostrar tu valía o algo por el estilo – Agrego Marrie siguiendo el hilo de la conversación.

-Es casi seguro que haya trampas en esos templos – Dijo Megan.

-Recuerdo alguna vez mencionar al tío Grime hablar algo de unos templos antiguos en amphibia, pero al final menciono que esos templos habían sido destruidos durante la tiranía del Rey Andrias – Comento Samantha recordando aquella vez, generalmente no le gustaba escuchar conversaciones ajenas, pero ese día el tío Grime estaba un poco ebrio y conto muchas cosas interesantes.

-¿Están pensando lo mismo que yo? – Les pregunto la menor, emocionada.

-Me puedo hacer una idea – Murmuro Marrie.

-Probablemente en alguna cosa que nos meterá en problemas – Comento Samantha, frunciendo ligeramente el ceño.

-¡Oh vamos, chicas! Sé que esto es algo que Papá nos cumpliría que haría, y hoy es su último día para hacerlo, él no se ve para nada apto en estos instantes de terminar lo que empezó

-¿Y qué se supone qué esperas que hagamos? – Pregunto Marrie.

-Mi idea es que nosotras tres vayamos a resolver el tercer templo que le queda a papá, así él podrá descansar y pasar tiempo con nosotras – Dijo con emoción.

-Se oye como una muy mala idea – Dijo la rubia secamente.

-¡Por favor, hermana! Sé que entre las tres podemos realizar el templo sin problemas, papá estaba solo y dudo que despierte con ganas de seguir haciendo estos templos, si nosotras lo resolvemos, no solo le demostraremos que somos capaces de hacerlo, sino que también él podrá estar libre y quizá nos pueda contar a profundidad lo que quiere hacer con estas gemas, puede que incluso de los antiguos templos de amphibia que mencionas, Samy, ¿o qué tal tú, Marrie? ¿no te da curiosidad saber todo lo que hay detrás de esto? – Pregunto mirando socarronamente a su hermana mayor.

-La verdad... sí me da mucha curiosidad saber eso – Ante esa respuesta la rubia miro a su hermana. – Oye, sabes muy bien mi debilidad ante las historias interesantes, y todo esto despertó una muy fuerte curiosidad en mí – Se defendió. Samantha suspiro, claro que sabía eso, conocía a su hermanita, a ambas en realidad, sabía que no podría detenerlas, aunque despertara a papá y le contara todo el hombre no tendría ninguna fuerza para interponerse y no es que pudiera imponerse a fuerza bruta, primeras porque no le gustaba lastimar a sus hermanitas, y en segunda, porque de las tres ella era la más débil físicamente, con diferencia.

-Esta bien... sé que te pones muy terca, tampoco tengo ganas de estar discutiendo contigo, así que iremos, pero sí resulta mucho para nosotras regresamos, ¿entendido? – Miro a Megan inquisitivamente.

-Por supuesto, aunque tanto tú como yo sabemos que somos perfectamente capaces de lograr completar ese templo, con tu ingenio, la fuerza de Marrie y mis inventos será pan comido – Comento confiada de lo que decía.

-Esto es una pésima idea – Dijo la rubia al aíre.

Marrie solo se quedo callada, podía concordar con su hermana mayor a que esto no era precisamente la mejor de las ideas, pero no había marcha atrás.

-¡Bien! No perdamos más el tiempo, cambiémonos para irnos, papá ni siquiera notara que nos fuimos, iré a revisar si tiene algún tipo de mapa que nos lleve al tercer templo – Con ese aviso dado, fue como inicio la aventura de las tres.

~0~0~0~

-¡Creo que es por allá! – Grito Marrie apuntando hacía una parte del bosque.

Las tres se encontraban volando en Cliff, completamente cambiadas tal cual como habían llegado a Yunan, surcando los cielos en busca del tercer templo.

-¿Coincide con las coordenadas? – Pregunto Megan a su hermana quien era la que conducía y la que llevaba el mapa.

-Creo que sí, no perdemos nada revisando – Samantha le dio la indicación a Cliff de aterrizar, aunque con tanto bosque le resultaba complicado a la gran ave hacerlo, pero al final consiguió bajar por completo al suelo.

-Gracias Cliff – Agradeció Megan mientras se bajaba.

-Gracias – Marrie hizo lo mismo.

-Como siempre, un gran trabajo Cliff, solo espera a que regresemos, esperemos no tardarnos demasiado – Samantha bajo de la espalda del ave, la cual parecía pavonearse ante los halagos de las hijas de Lincoln.

-¿Ahora hacía dónde? – Pregunto Megan mientras recogía algunas cosas que se le habían caído de su mochila.

-Supongo que solo hay que seguir derecho – Menciono Marrie.

-Es lo que hay, así que andando – Samantha empezó a caminar de frente siendo seguida por sus hermanas. Aunque, la caminata de Samantha no era una segura y confiada como la de su madre, al contrarió se le podía notar el cuidado y la preocupación en su andar.

-Relájate hermana, aun no llegamos al templo – Le comento Megan para calmarla.

-¡Eso ya lo sé! Lo que me preocupa es los animales que pueda haber, recuerda que esto aun es tierra inexplorada, no puedo simplemente estar caminando, así como si nada cuando es probable que algo nos ataque – Explico, y ciertamente tenía un punto. Yunan se construyo con el riesgo de que hubiera posibles habitantes hostiles en el nuevo continente, pero hasta donde habían explorado no encontraron a nadie que no tratara de comerlos, igualmente, tampoco se había registrado todas las criaturas que habitaban el lugar.

-Mira, para que te sientas más segura deja que Lokkie vaya primero – Le propuso la menor, la mayor se detuvo mirando al pequeño robot en forma de mosca.

-¿Estas segura? Has reconstruido a Lokkie unas cincuenta veces desde que lo construiste – Megan solo negó con una sonrisa confiada.

-Esta vez es distinto, creo que ahora esta listo en su versión definitiva – Ante eso encendió al robot y lo coloco frente suyo. Tardo un poco en activarse, pero al final lo hizo y sus pequeñas alas artificiales se agitaron lo suficiente para hacerle volar bajo.

-ESPERANDO ORDENES – Dijo mecánicamente mientras su par de ojos brillaban en rojo.

-Guíanos hacía el templo, Lokkie, procura ir primero y avisarnos de cualquier cosa que intente devorarnos – Le ordeno su creadora.

-ENTENDIDO – Dijo, pero no se movió.

-¿Eh? ¿Sucede algo? – Pregunto Marrie confundida, el robot no había acatado la orden.

-¿Segura que está terminado? – Volvió a preguntar, Samantha.

-Claro que sí – Miro fijamente al robot. – Lokkie, ¿Por qué no te mueves? – Le pregunto directamente.

-NO HA DICHO LAS INDICACIONES DEL TEMPLO – Explico a lo que Megan se palmeo la cara.

-Cierto, lo olvide, tú solo sigue hacía el frente hasta que encontremos el templo – Ante las indicaciones los ojos del robot brillan aun más para dar media vuelta.

-ENTENDIDO – Menciono mientras avanzaba.

-¿Qué les dije? – Pregunto Megan con el pecho hinchado de orgullo.

-Esta chocando con un árbol – Le comento Marrie, a lo que el orgullo de Megan se desmorono, incrédula.

-¡¿Qué?! – Efectivamente, Lokkie se encontraba chocando una y otra vez contra un árbol. – ¡Cuando decía que fueras derecho, no lo decía tan literal! – Le grito molesta.

-¿Estas segura de que no necesitas usar de base a un Frobot para mejorar a Lokkie? – Samantha podría haberse burlado de su hermana, pero prefirió no hacerlo, aunque la sonrisa divertida que tenía denotaba que ya estaba más relajada.

-Nah, lo divertido es hacerlo por mí misma – Dijo mientras fruncia el ceño, ya pensando de antemano mejorar el procesador interno de Lokkie cuando estuviera de regreso en el hotel o en su defecto cuando regresara a su casa.

Tras ayudar al pobre robot a rodear el árbol, las tres continuaron caminando por unos minutos más, hasta que llegaron al templo.

El lugar era enorme y ancho, con musgo y arboles encima del mismo templo, con sus raíces perforando la estructura y la luz del sol filtrándose de entre las ramas de los árboles que ocultaban el templo. El cual estaba diseñado con una estructura muy fina, usando mucho el zigzag como principal diseño, con grandes esculturas de seres sin patas, muy largos enrollados a las columnas con sus mandíbulas abiertas amenazantemente mostrando como única dentadura sus colmillos.

-Wow... es precioso... – Dijo Samantha impresionada, todo este lugar estaba diseñado de una forma tan rara a lo que había visto en cualquier parte de Amphibia, sin duda era exótico.

-Creo que esas se les llama serpientes – Dijo Marrie mirando aquellas estatuas, tan impresionada como su hermana. – Leí de ellas en alguno de los libros de la tía Marcy de su mundo, digo, nuestro mundo, el mundo humano – Recordaba la descripción de esos seres, los llamaban reptiles.

-Sí, también recuerdo eso – Menciono Megan, mirando por si había alguna trampa de inicio.

-Cierto, también recuerdo que decía que las serpientes contienen veneno, posiblemente haya habido una civilización de las mismas como para construir todo esto, aunque me intriga saber como lo hicieron si no tienen brazos – Dijo, genuinamente curiosa ante esa incógnita.

-Magia, quizá – Respondió Marrie, era una opción viable.

-También pudieron haber construido alguna tecnología, si en amphibia están los frobot, que ellos se hubieran fabricado de alguna manera robots o seres que les construyeron todo esto – Teorizo Megan, interesada en ese tema.

-Sí es así, llevan mucho tiempo sin pisar este lugar, o bueno, arrastrarse por el lugar – Comento Marrie mientras tomaba una foto.

Las tres eran unas grandes lectoras, devoraban libros dependiendo su interés en el tema, aunque claro, ellas también tenían a sus padres para informarles más al respecto de lo que en teoría, debió ser su mundo de origen. Sin duda, las criaron con una educación más que competente y buena.

-ANALIZANDO LA ZONA DESCONOCIDA – Anuncio Lokkie examinando todo el lugar, todo eso le tomo cerca de cinco minutos solo para posicionarse frente a las tres chicas quienes esperaban a que el robot terminara su análisis.

-HEMOS LLEGADO AL TEMPLO – Volvió a anunciar, y eso casi provoca que las chicas se caigan por la obviedad de lo que acababa de anunciar.

-No me digas genio – Samantha no era sarcástica a menudo, pero algo así es imposible no ser sarcástico.

-¡Ugh! ¿Sabes qué?, no es necesaria tu ayuda por el momento Lokkie, así que inicia apagado – Ante esa orden.

-SERVICIO CUMPLIDO. APAGANDO... – Aterrizo en el suelo y se apagó.

-Me voy a arriesgar a lo que el templo pueda contener, ahora solo quiero desmantelar a este tonto y ver porque se caga tanto encima – Menciono una frustrada Megan, estaba segura de que esta vez había hecho todo perfecto, pero viendo el patético desempeño de su creación sería mejor regresarlo al taller.

-Tampoco es necesario que digas palabrotas, hermanita – Dijo Samantha jalándole el cachete a su hermana.

-¡Esta bien, solo suelta mi cachete! – Suplico, Marrie quien solo observaba la escena se rio divertida, aun en situaciones así se las arreglaban para siempre hacerla reír.

-Será mejor entrar al templo con cuidado, si Lokkie no va primero, sería prudente ir con cuidado en cada uno de nuestros pasos – Dijo Marrie, tomando la iniciativa, cosa que resultaba rara para sus dos hermanas, pero tampoco resultaba desagradable.

-Bien, vayamos alertas – Dijo Samantha. – Megan, ve primero – Volvió a decir.

-Claro, planeaba ir primera de todas formas – Dijo sin temor, así subieron las escaleras del templo en alerta por cada paso que daban. Una vez al final, entraron al templo que estaba inmensamente oscuro.

-¡No veo nada! – Dijo una temerosa Marrie, tal parecía si iniciativa se había apagado en cuanto entraron al templo.

De inmediato las tres sacaron sus celulares, activando sus respectivas linternas, apuntando hacía todos los sitios para conocer el interior.

Luego de inspeccionar por un buen rato el lugar, notaron como había símbolos grabados por encima de sus cabezas.

-Esto no parece ser lenguaje antiguo de amphibia, y ese es el único lenguaje antiguo que me sé – Comento Samantha consternada.

-¿Papá no tiene apuntes al respecto? – Pregunto Megan, pues a parte del mapa también se llevaron consigo el diario de apuntes que su padre usaba.

-Déjame checar – Marrie comenzó a buscar el diario de su albino padre en la mochila que Megan llevaba consigo. Tras un rato lo encontró y lo hojeo. – Creo que ya sé porque papá tardo tanto en completar los templos, primero tuvo que deducir su vocabulario – Observo como era los constantes apuntes de su padre, con rayones y correcciones en sus páginas, pero se detuvo en una, volvió a mirar aquellos símbolos y lo que estaba en el diario.

-¿Hay algo que nos ayude? – Pregunto Samantha.

-Sí, papá tiene muchas paginas deduciendo el significado de este vocabulario e hizo una especie de abecedario de esos símbolos precisamente – Comparo lo que había en el diario y así pudo deducir lo que esos símbolos significaban.

-Solo... los... grandes... alcanzaran... la victoria... – Leyó aquellos símbolos.

-Esperaba otra cosa más impactante que eso – La peli-gris dijo un poco decepcionada.

-Es lo único que dice – La castaña también se esperaba otra cosa.

-¿Tendrá alguna clase de significado oculto? – Se pregunto la rubia.

-Probablemente lo tenga, pero continuemos avanzando – Tal cual lo dijo la menor de las hermanas avanzaron alertas, sin percatarse que aquellos símbolos comenzaron a brillar en un peculiar color naranja.

De momento no habían encontrado ninguna trampa o lo que pudiera ser una trampa, todo estaba demasiado tranquilo, tampoco se habían vuelto a encontrar más símbolos en el camino, así que, en resumen, estaban perdidas.

-No esperaba que esto fuera tan largo – Comento la peli-gris ansiosa.

-Tampoco es como si pudiéramos ver con exactitud longitud o su anchura – Samantha se abrazo a sí misma por el frío. – Este lugar es demasiado frío, eso me gusta, pero me gustaría más no solo tener una camisa para abrigarme – Comento y no era la única que pensaba eso.

-Sigamos, en cualquier momento deberíamos encontrar algo – Marrie se froto las manos para generar más calor.

-Solo espero que sea pronto, me estoy... – Antes de terminar su oración sintió como pisaba algo raro. – ¿Y esto? – Antes de poder siquiera mirar lo que había pisado, el suelo tembló.

-¡¿Qué esta sucediendo?! – Grito la rubia preocupada.

-¡Creo que pise algo! – Dijo Megan alarmada.

-¡Mantengámonos juntas! – Les grito Marrie, pero antes de que pudieran decir algo más, el suelo se termino para las tres, quienes cayeron, cada una en lo que parecía ser una trampa, separándose.

Las pruebas habían iniciado.

~0~0~0~

Entre toda la oscuridad de aquella trampa sus gritos de terror se iban perdiendo cayendo únicamente en sus propios oídos, esa trampa de momento solo estaba resultando ser un tobogán sorprendentemente liso para el hecho de estar abandonado desde hace años, siguió durante un rato más, hasta que pudo ver la luz al final.

Una vez alcanzo el final se encontró con otra zona de afuera, cayendo de trasero tuvo la suerte de haber caído en un gran hongo que sirvió como amortiguador, incorporándose pocos segundos después.

Al momento de estar de pie la cabeza le dio vueltas, así que volvió a sentarse, al rato el mareo se detuvo y así pudo observar con detalle a los alrededores.

-¿Dónde estoy? – Se pregunto temerosa, lo que se encontró de primera instancia fue un pantano y a lo lejos un pueblo muy pequeño, observando más detenidamente noto que había una especie de muralla encerrando toda la zona de donde se encontraba hasta aquel pueblo.

-Esto no luce bien – Miro nuevamente por donde había entrado y noto que la abertura se cerró misteriosamente. – Ahora luce peor – Comento.

-Vale, vale, vale... cálmate Samy, solo cálmate, entrar en pánico no es lo indicado para esta clase de situaciones – Respiro hondo tratando de tranquilizarse. – Necesito tener la cabeza fría para saber como volver y encontrar a mis hermanitas, así que solo respira... – Se mantuvo así durante tres minutos hasta que considero que era suficiente.

-Bien, ahora tengo que encontrar una manera de volver al templo – Con eso empezó a buscar por los alrededores, tras un poco de búsqueda noto que había una gran puerta de regreso al templo. – ¿Tan rápido encontré la salida? – Se acercó con cuidado, mirándola en detalle era una puerta con unos grabados con lo que parecía ser una temática invernal y justo en el centro se encontró una cerradura.

-Por supuesto que no iba a ser tan fácil – Comento molesta. Ya tenía claro lo que debía de hacer, encontrar una llave, lo normal podría ser que la llave se encontrase oculta en los alrededores de la zona, aunque nada le aseguraba que realmente estuviera por ahí. Chasqueo la lengua, era la única alternativa que le quedaba.

-Es buscar la llave o esperar a que me rescaten, ya sea alguna de mis hermanas o incluso si papá se despierta y ve que le desobedecimos – La idea de que su padre viniera en su rescate era muy linda, pero poco probable, ahora solo le quedaba salvarse ella misma, posiblemente Megan y Marrie ya estaban lidiando con su propia prueba.

-Intuyo que debo ir hacía el pueblo, si tengo suerte podría haber alguien para ayudarme y si esta abandonado por lo menos podré inspeccionar – Camino hacía ese pueblo, iría a la segura, al ver que en efecto todo este templo esta plagado de trampas se podía esperar lo que sea.

Tardo algunos minutos en llegar hasta el pueblo, para su fortuna sí había gente, que para su infortuna no lucían nada bien.

-¿Pero qué es esto? – Dijo horrorizada, este lugar estaba poblado por sapos, sapos muy enfermos, tanto así que a algunos parecía que se les estaba cayendo la piel, a otros les faltaba extremidades y la peste que vino a su nariz casi la hace vomitar.

Soportando el fuerte sabor a bilis se obligo a sí misma a tragar, no era momento de estar tirando lo que había comido antes de venir al templo. Temblando ante aquella vista tan desoladora y terrible no dudo en ir hacía uno de los sapos que parecía estar recargado en una casa.

-¡¿Se encuentra bien, Señor?! – El sapo no reacciono a su llamado, al ver esto Samantha decidió darle un toque, así lo hizo y para su horror el sapo cayo al suelo, fue en ese momento que todas las moscas volaron, dejando al descubierto el cadáver en descomposición.

Se alejo con miedo, no queriendo ver el cuerpo y soportando con todas sus fuerzas para no vomitar, algunas lagrimas se escaparon de sus ojos y sus piernas no paraban de temblar.

Trago con fuerza y amargura la bilis y se alejo del cuerpo. Mirando todo el sitio, había muchos sapos que suplicaban ayuda, algunos mirándola directamente.

Toda esta situación era terrible. Samantha había salido más a su padre que a su madre, ella era muy empática y había aprendido de su padre que la gente se les debe de tratar con respeto y amabilidad si estos no habían hecho nada malo. La rubia no podía encontrar ninguna explicación de porque todos estos sapos se encontraban atrapados aquí, ni mucho menos porque estaban sometidos a esta tortura, pues esa era la palabra que mejor describía al pueblo.

Ella no podía quedarse a buscar la llave para luego dejar abandonados a todas estas personas, ellos también estaban atrapados en esta trampa, se sentía obligada a ayudarlos. Siempre había sido de esa manera, si veía a alguien con problemas lo ayudaba sin importar que, si podía apaciguar y resolver problemas sin usar la violencia lo haría sin dudarlo.

Apretando los puños, respiro hondo, primero debía de calmarse, el olor no ayudaba en esa tarea, pero si sentido del deber la estaba llamando en la ayuda de todas estas personas.

Ya estando mejor se dirigió hacía un grupo de sapos que lucían muy enfermos.

-¡¿Qué es lo que tienen chicos?!, ¡Me llamo Samantha y quiero ayudarlos! – Se apresuro a hablar, normalmente en una situación más tranquila no le hubiera costado hablar con otros, sin embargo, su voz parecía que iba a romperse en cualquier momento. ¡Debía de calmarse!

Los sapos la miraron y uno de ellos hablo.

-Agua... necesitamos agua... pero no... podemos movernos... – Al escuchar eso, Samantha asintió.

-¡De acuerdo, no se muevan de ahí...! ¡Digo! ¡espérenme ahí, por favor! – Sacudiendo su cabeza miro a algo en lo que poder transportar agua, su mirada se fijo en una gran cacerola llena de tierra. – Esto servirá – La tomo y fue corriendo hacía el pantano. Ya estando en la orilla sumergió la cacerola, limpiándola en el proceso, ya teniendo una buena cantidad de agua corrió devuelta con aquellos sapos, resbalándose con lodo soltó la cacerola regando toda el agua. Curiosamente, una de liana que salía del pantano ingreso nuevamente dentro del agua, pero Samantha no se percató de eso.

-¡Maldición! – Exclamo molesta, levantándose se resigno a que toda su ropa ahora estuviera toda enlodada, tomo la cacerola y la volvió a llenar de agua. Esta vez regreso con más cuidado de no resbalarse, llegando hasta los dos sapos.

-¡Aquí estoy! – Les aviso bastante cansada, al percatarse de su propio cansancio maldijo su pobre condición física. Ella no era alguien atlética, no porque no quisiera, pero desde muy niña su madre le contó que ella no podía hacer actividad física, pues su cuerpo era débil. Vivía todos los días con el temor de que si se atrevía a practicar algún deporte o ejercer un entrenamiento pudiera romperse los huesos. Eso le estaba pasando factura, maldición, ni siquiera había terminado de ayudar a estos dos sapos y ya estaba respirando con pesadez.

-Tiranos el agua encima... por favor... – Suplico el sapo, Samantha obedeció, al poco rato los sapos parecieron disfrutar estar húmedos.

-¡Me siento mucho mejor, gracias muchachita! – Le agradeció uno de los sapos quien pareció recuperarse mágicamente y ahora se encontraba de pie. Por un momento, Samantha se asusto al ver como se levanto de un salto, pero el alivio la golpeo al ver que sí había podido ayudar.

-No fue nada... siempre trato de ayudar, ahora... ¿qué sucedió con todo el pueblo? – Interrogo mirando el desdichado pueblo.

-Fue culpa del último invierno, todos los que ves fuimos los que pudimos sobrevivir esa dura etapa – Dijo secamente, no dio casi ningún detalle, eso lo pudo notar la rubia, miro la cara de ese sapo lucía inexpresiva.

-¿Entonces llevan así desde el invierno? – Pregunto. Algo no andaba del todo bien.

-Sí – Respondió rápidamente

-¿Y desde hace cuánto viven al lado del templo? – Miro atentamente el rostro del sapo quien no cambio.

-Todas nuestras vidas – Respondió secamente. Esa respuesta solo hizo extrañar más a Samantha, todo lo que le decía parecía muy irreal.

-¿A qué te refieres con...? – Antes de completar su pregunta fue interrumpida por el sapo.

-Toma esto en nuestro agradecimiento – Intervino el otro sapo extendiéndole el puño a la chica.

-No hace falta darme nada – Dijo un poco asustada.

-Solo tenlo – Dijo inexpresivo.

Sin tener otra opción, la Waybright miro lo que parecía ser la pieza de algo.

-Gracias... ¿Qué es? – Pregunto, no tenía idea de quera o su función.

-Es la parte de una llave – Respondió inexpresivo. Ante eso Samantha lo miro asombrada. Si lo que decía era verdad entonces posiblemente sería la llave que necesitaba.

-¿Sabes dónde están el resto de partes? – Le pregunto ansiosa.

-El resto del pueblo las tiene – La casi albina miro todo el sitio, cada persona que alcanzaba a ver parecía tener alguna clase de problemas, si los ayudaba a todos y si en verdad tenían el resto de partes de la llave, entonces así podría matar dos pájaros de un tiro, en principio podría ayudar a todo el pueblo, así conseguiría la llave, la armaría y podría no solo salir ella sino también todo el pueblo. Por muy extraños que se comportasen seguían siendo personas de carne y hueso... ¿verdad?

-Disculpen seño...res... – Cuando volteó a mirarlos para proponerle que la ayudasen, los sapos habían desaparecido. – ¿Dónde se fueron? – Se pregunto, esto cada vez era más extraño.

-Supongo que lo haré sola – Murmuro, no perdió más tiempo y fue hasta el siguiente sapo que se encontraba cerca de ella. Este parecía atorado en la tierra.

-¡Señora no se preocupe, yo la ayudare a salir de ahí! – Samantha sabía muy bien como identificar el sexo de cualquier sapo, no por nada había crecido rodeada de sapos en su hogar, a parte de los que trabajaban para su madre.

El sapo asintió sin decir nada, se encontraba completamente hundido del torso para abajo, incluido parte de sus brazos. Samantha se arremango su camisa, solo la podía sacar a pura fuerza.

-(Esto me va a agotar) – Pensó anticipándose el cansancio que la golpearía una vez terminase de ayudar a la señora. Tomándola de las axilas comenzó a sacarla, esforzándose con todas y cada una de sus fuerzas. Apretando los dientes con fuerza, esperando no arrancarle nada con sus uñas apretando contra su carne. La señora en verdad estaba atascada, no fue hasta que uno de sus pies resbalo y lucho por tomar aire.

-(¡Esto me va a costar demasiado!) – Pensó conmocionada.

Le tomo casi diez minutos enteros el poder sacar al sapo, tirándose al suelo para tratar de recuperar el aliento.

-Muchas gracias jovencita – Le agradeció la hembra dejándole otro trozo de la llave en su pecho antes de marcharse.

Sentía sus pulmones arder, cada vez era más que evidente su poca condición física, chasqueando la lengua como desearía que sus hermanas estuvieran aquí, con ellas el trabajo sería mucho más rápido, ellas eran muchísimo más fuertes que ella. Sin embargo, era la más dispuesta a ayudar a los demás, forzándose a sí misma a levantarse miro las dos piezas que tenía, para su consternación vio que no parecían embonar y por el tamaño de ambas estas dos solo sería en preámbulo para obtener el resto de piezas.

Mientras miraba las piezas en la palma de su mano noto que había algo en sus uñas al mirarlo de cerca sudo frío ya que eso parecía ser piel vieja.

-Cuando todo esto termine me voy a cortar las uñas – Se dijo así misma mientras se quitaba todos esos trozos de piel de las uñas.

Y así continúo ayudando a cada sapo que se le cruzaba enfrente, sin importar lo cansada que estaba, ella ayudo en todo lo que podía, hasta que por fin pudo conseguir todas y cada una de las piezas faltantes de la llave.

Notando que ya estaba atardeciendo, ahora solo le quedaba armar toda la llave, tomándose un momento para descansar se sintió mucho mejor, no solo ya tenía todo lo necesario para salir, sino que también había podido ayudar a todo el pueblo, se sentía muy feliz y muy cansada. Sin poder detenerse estuvo cabeceando, luchando por no quedarse dormida.

-No es... momento... de... ¡dormir! – Se grito antes de abofetearse, eso parecía evitar que cayera dormida, no podía quedarse dormida en estos instantes, aunque ya tuviera todo lo necesario, aún le quedaba buscar dentro del templo a sus hermanas, confiaba en que estaban bien, las conocía muy bien como para saber que podían cuidarse bien, ellas eran muy inteligentes, pero eso no le quitaba la preocupación que sentía por ellas, era la mayor después de todo.

Miro con detenimiento todas las piezas, parecían un rompecabezas tridimensional, Megan era muy buena en estos, pero ella tampoco se quedaba atrás, desde que eran pequeñas les gustaba competir por ver quien armaba un rompecabezas más rápido, así que podía lidiar con esto.

-Veamos... creo que empezare con esta pieza – Murmurando para sí misma fue armando la llave, le tomo veinte minutos hacerlo, lo hubiera hecho en menor tiempo, sin embargo, el cansancio provoco que tardara más de lo acostumbrado, aún así, todo su esfuerzo rindió frutos, tenía en sus manos la gran llave para abrir la puerta del templo.

Inesperadamente se le fue arrebatada la llave.

-¡¿Qué?! – Miro a quién le había arrebatado la llave y lo primero que recibió fue una fuerte cachetada que la derribo al suelo.

-¡Ay! – Se quejo adolorida por el golpe, mirando a su atacante abrió los ojos incrédula. Era el cadáver del sapo que vio al entrar al pueblo, quien le sonreía burlonamente, detrás de él se encontraba todo el pueblo.

-¡Finalmente acabaste, dios me estaba muriendo del aburrimiento, mocosa! – Le dijo el sapo.

-Tú... tú... estabas muerto – Alcanzo a decir, el sapo solo se acercó y le mostro la parte de su rostro en descomposición.

-¡Claro que lo estoy! ¡Estoy muerto del aburrimiento, en verdad que eres lenta, ese cuerpecito tan delgado hizo las cosas muy lentas! – Se burlo mientras reía.

Samantha aun estaba incrédula, no lo podía creer, estaba segura de que ese sapo estaba muerto, no debería de haber un maquillaje así de bueno en un lugar como este. Miro al resto del pueblo quienes parecían burlarse de ella.

-¿Por qué me hacen esto? ¡Yo los ayude! – Les dijo herida, en serio se preocupo por ellos, en serio quiso ayudarlos y pensaba sacarlos a todos de ahí.

-¡Claro que nos ayudaste, hiciste todo el trabajo, niña! – Esta vez se burlo uno de los sapos de la multitud.

-¡No entiendo nada de esto! ¡¿Por qué están haciendo esto?! ¡Solo quiero ayudarlos! – Todo esto seguía pareciéndole irreal, incluso sus malditas expresiones de burla lucían forzados, lo podía notar en sus vacíos ojos.

-Awww eso es tan adorable... pero que mal, princesa, porque todos nosotros solo buscamos salir de aquí y dejarte abandonada en este odioso lugar – Respondió el sapo descompuesto.

-¡¿Si tanto querían salir entonces porque no armaron la llave y se largaron antes de que yo viniera?! – Les grito mientras tambaleante se ponía de pie.

-¿Por qué nos ayudaste si podías simplemente tomar nuestras piezas sin que pudiéramos poner resistencia, si hubieras hecho desde un principio ya te habrías marchado desde hace rato y no estarías agotada? – Le dijo devuelta. Samantha negó con fuerza, nada de lo que ellos estaban diciendo tenía sentido.

Ellos ya tenían las llaves, podrían haberse ayudado entre sí, de hecho, en más de una ocasión luego de que termino de ayudar a uno de los sapos le pidió que la ayudaran a resolver los problemas de los demás, pero nunca le hicieron caso, solo le dieron su pieza y se marcharon. Todo ese comportamiento era tan artificial, tan vació y frío. Estaban diciendo muchas incoherencias.

-¡Yo los ayude porque es lo correcto! – Les grito de vuelta con algunas lagrimas de frustración saliendo de sus ojos.

-Que tonta eres, para alcanzar tus objetivos lo único que importa es eso mismo, tu objetivo final, el tuyo era salir de aquí y preferiste ayudarnos, la bondad es solo indicio de debilidad, si tu objetivo solo requiere que lo tomes, lo tomas y ya sin importar a quien tengas que aplastar – Explico, con cada palabra que salía de su boca solo hacía hervir más su sangre.

De nuevo, ahí estaba la tonta Samantha Loud Waybright, siendo engañada de nuevo, su amabilidad y bondad jugándole en contra de nuevo. Si fuera su madre o su padre ya les habrían dado una paliza a todos estos idiotas, pero ella no era como sus padres, ella siempre se esforzó por resolver todo de forma pacífica, odiaba la violencia sin sentido. Ella misma se consideraba una pacifista que en más de una ocasión discutió con su madre al respecto. No obstante, la situación no se prestaba para las palabras, estaba claro que ninguno de ellos la escucharía, le habían apuñalado por la espalda y tanto ella como ellos sabían que no tenía las fuerzas para enfrentarse a uno de ellos. Estaba demasiado cansada.

-¡Disfruta de estar atrapada aquí! – Le dijo el sapo en descomposición antes de salir corriendo junto al resto del pueblo. Samantha se dispuso a seguirlos, pero sus piernas flaquearon y cayo de rodillas, frustrada por haber sido engañada.

Miro con impotencia hacía todo ese gran grupo de sapos traidores rodeando el pantano, se estaban por salir con la suya. Sin embargo, ocurrió algo que dejo impactada a la rubia. Del pantano surgió lo que parecía ser una criatura humanoide de casi cuatro metros de altura que con un ensordecedor rugido ataco al gran grupo. Surgiendo largas lianas que formaban como tentáculos tomo a muchos de los sapos quienes se dedicaron a huir de la criatura.

Vio como el sapo descompuesto fue tomado por la gran criatura, ni siquiera estando en los brazos de aquella criatura dejo de poner esa irritante sonrisa, no grito en lo absoluto y la criatura lo aplasto con sus manos salpicándose de un líquido negro.

Eso hizo reaccionar a Samantha, vio como los restos metálicos de aquel sapo caían al suelo y entre ellos alcanzo a distinguir la llave. Ahora lo entendía, por eso se comportaban tan extraño, no eran sapos de verdad, eran robots. Se levanto con dificultad. Vislumbro como el resto de sapos trataban de tomar la llave, pero aquella criatura solo se dedicaba a destrozarlos, ni pareció darse cuenta de la llave por la que los sapos trataban de obtener. ¡Era su oportunidad!

Con dificultad comenzó a correr, sus pies le ardían y estaba muy cansada, pero se negaba a quedarse ahí, estaba determinada a escapar de ahí, así que corrió. El pantano se lleno de restos metálicos, circuitos y lo que suponía que era petróleo. Esquivando como podía las lianas que parecían ir hacía ella, pero que terminaban atrapando a otro robot.

Como pudo se escabullo, la llave estaba justo por debajo de la criatura, tenía que encontrar el momento indicado para tomarla y de ahí salir corriendo con todas sus fuerzas hasta la puerta.

Esperando el momento indicado para que la criatura volteara a otro lado, así lo hizo y esa fue su oportunidad, corrió todo lo que podía y tras hacer una barrida evitando ser pisada fue que tomo la llame y sin perder el tiempo corrió hacía la puerta.

Su respiración acelerada y sus fuertes latidos era lo único que podía escuchar, de nuevo, sintió ganas de vomitar, como pudo resistió aquellas ganas, volteó a ver a la criatura y por eso fue que no se percato de la piedra con la que tropezó.

Cayendo pesadamente al suelo trato de incorporarse, pero su estomago no lo pudo soportar más y por fin vomito. El terrible sabor de la bilis inundo todo su paladar, quemando su garganta y salpicándole las manos, por lo menos, aun llevaba consigo la llave.

Tras vomitar todo su desayuno, respiro con fuerza, sintiéndose del asco. Una fuerte pisada detrás suyo fue lo que hizo que parara de respirar y se congelara, si alguien la viera muy seguramente la describiría como un fantasma lleno de mugre.

Volteando con temor, se encontró cara a cara con los grandes ojos blancos de la criatura mirándola fijamente. Había acabado con todos los robots y ahora se encontraba frente a frente.

Samanta estaba petrificada, sentándose por el temor de tener a la imponente criatura frente suyo. El monstruo solo la miro, ya no con la furia con la que ataco a todos los falsos sapos, sino que lo hizo con curiosidad.

Retrocedió cuando miro el gran dedo de la criatura dirigirse hacía ella, pero inevitablemente la alcanzo y no le quedo de otra más que quedarse quieta. Su corazón latía a mil por hora, estaba acabada. El monstruo permaneció con su dedo, sintiendo el latido del corazón de Samantha. Para la sorpresa de esta última, el monstruo quito su dedo, hizo un leve asentimiento y con un sonido adorable que no tenía comparación a aquel rugido de hace un rato. Se levanto y se dirigió nuevamente dentro del pantano.

Samantha solo miro impactada, calmándose poco a poco se dio cuenta rápidamente de lo sucedido. Ese monstruo solo odiaba a los robots, eso le quedo más que claro a la Loud. Levantándose rápidamente sin querer descubrir más de la criatura se propuso a irse, hasta que algo la agarró del pie.

Era el primer sapo al que ayudo, aquel al que le tiro agua, se encontraba partido a la mitad y se había arrastrado hasta ella.

-Ayu...da... – Pidió inexpresivo. Samantha solo miro enfurecida y miro devuelta al pantano.

-¡Oye te falto uno! – Aviso zafándose del agarre a su pierna, la criatura se asomo y cuando vio al robot que quedaba gruño, tan solo estiro una de sus lianas hasta tomarlo y llevarlo dentro del pantano, desapareciendo ambos.

Sin perder el tiempo, Samantha salió corriendo directamente hacía la puerta, ingresando la llave y desbloqueándola, está brillo en naranja y se abrió. De inmediato entro y la puerta se cerró. Lo primero que vio del otro lado fue oscuridad, hasta que una fosforescente luz naranja ilumino el pasillo.

Tragando saliva, saco su celular e ilumino más el lugar. Caminando un poco encontró lo que parecía ser un centro de maquinas muy antiguo, le recordaba levemente a las fabricas de producción de los frobots, solo que aquí había muchos planos con anotaciones en un lenguaje que no podía entender, mirándolos mejor, se parecían mucho a los símbolos que vieron al inicio.

-No puedo leerlos – Megan se había quedado con la libreta de Lincoln, por lo que no tenía forma de saber lo que decían. No obstante, podía darse una idea de lo que iban, ya que eran unos planos representando claramente el diseño de los sapos robots, incluso había dibujos de aquella criatura que pareció ser lo único orgánico.

-Que prueba de mierda... – Normalmente ella era una chica muy bien hablada, y no decía groserías, pero no había otra forma de describir lo que acababa de vivir.

Era claro que todo esto se construyo con el objetivo de probar a quien entrara, y eso le repugnaba, ya que por lo que vio con esos sapos la intención de la prueba simplemente ignorar el sufrimiento de los demás para concentrarte en tus objetivos. Así lo había dicho aquel sapo, pero por lo que podía ver, la prueba y esos robots parecieron averiarse por su forma de actuar, no se creía que para lo compleja que estaba resultando todos estos planos el funcionamiento de esas cosas haya resultado tan deficiente, más todo este cuarto de maquinas estaba envuelto en polvo.

-Fui muy tonta al no darme cuenta desde antes – Se dijo a sí misma, las señales de que algo no había estado bien eran obvias, pero decidió ignorarlas. Suspiro pesadamente. – Solo queda seguir para buscar a Marrie y Megan, pero... necesito un descanso – Dijo sin poder soportarlo más sentándose para relajarse.

Fueron unos momentos en tranquilidad, aun con el frío que estaba haciendo. Estuvo así por cinco minutos, se levanto lista para continuar su búsqueda.

-Hora de encontrar a... – Fue cortada a la mitad cuando una garra fue puesta en su boca, pronto, otras garras la tomaron de las extremidades y la arrastraron entre inútiles forcejeos de la rubia.

La primera prueba había concluido.

~0~0~0~

Esta situación no era una a la que Megan esperaba encontrarse. Estaba más que segura que podría encargarse junto con sus hermanas de cualquier prueba que este viejo templo le pusiera, no esperaba haberse separado de sus hermanas luego de caer en una trampa.

Ahora se encontraba en una habitación muy cerrada, la habitación estaba repleta de garabatos que no se asemejaban a los símbolos de antes, recordó el diario de su padre, eso le podría ayudar, sacándolo de su mochila lo abrió en busca de algo que le pudiera servir. Mirando nuevamente toda la habitación se dedico a inspeccionar todo el lugar.

Lo único que podía destacar de dicha habitación era una base de concreto, de la cual parecía fluir una energía anaranjada. Acercándose con cuidado pudo apreciar que en dicha base había tres cosas, dos botones cada uno con un símbolo por encima y en el centro una pantalla.

De primeras antes de tocar nada busco leyó atentamente la libreta de su padre hasta que encontró el significado de los dos símbolos. El primero significaba "libre", el segundo significaba "esclavo". Sin entender muy bien eso se aventuro a tocar la pantalla. No sucedió nada. Pasaron unos segundos y de pronto la pantalla encendió y ahí fue donde la tenue iluminación del lugar encendió por completo con un fuerte naranja.

Los botones también se iluminaron, el de libertad de rojo y el de esclavitud de azul. Fue cuando la pantalla mostro más símbolos, no le dio tiempo para buscar lo que quería decir cuando mostro otra escena.

Eran dos tritones, uno lucía más elegante y otro un campesino, fue cuando miro frente a la base, estaba frente un vidrio que daba con otra habitación, en ella observo a los mismos tritones que en la pantalla, ambos inexpresivos mirando fijamente al centro.

-¿Qué es todo esto? – Se pregunto la peligris. – Seguramente sea una de las pruebas del templo – Fue la única conclusión a la que pudo llegar, primero habían caído en aquella trampa, separándolas, y ahora se encontraba en lo que parecía ser alguna clase de prueba.

-Si esta es mi prueba eso quiere decir que Marrie y Samy también están en la suya, debo darme prisa, no puedo asegurar que a ellas les haya tocado una prueba con la que puedan manejar solas – No es que no confiara en sus hermanas, pero conocía que pruebas físicas para Samy serían su perdición o una prueba de matemáticas para Marrie lo mismo.

-¡Muy bien, prueba voy a patearte el trasero en tiempo record! – Exclamo señalando al techo con una sonrisa confiada. – Ahora primero debo de saber en qué consiste mi prueba – Murmuro mirando la pantalla.

Primero observo detenidamente a los dos tritones por la pantalla, picándole a la imagen del que parecía campesino, salió lo que parecía ser una base de información.

-Veamos... – Observo el diario, tardo un poco en traducir lo que tenía frente suyo. – No puedo pronunciar tu nombre amigo, pero te diré Bob, ahora... Bob es acusado de difamación contra el rey, violencia contra los guerreros... y... daño a las cosechas – Era una descripción de los crímenes de Bob. Tras eso miro al Bob que tenía a través del vidrio.

-¡Hey amigo! ¡¿Me escuchas?! – Lo llamo, pero Bob siguió sin inmutarse. – No sé si este lugar es aprueba de sonido... o sí solo me está ignorando – Entrecerró su mirada contra Bob, él seguía con esa inexpresividad. – ¿Siquiera esta vivo? – Se pregunto, en ese momento decidió utilizar nuevamente a Lokkie.

-Okey, Lokkie, tienes otra oportunidad de brillar y al menos nada más estaré yo para que no me dejes en ridículo – Le hablo al pequeño robot. Lo encendió.

-ESPERANDO NUEVAS ORDENES – Hablo mientras comenzaba a volar.

-Necesito que escanees a esos dos tritones de ahí, y antes de que vayas a chocar contra el vidrió hazlo desde aquí – Lokkie te integrado consigo un potente escáner lo suficientemente potente como para distinguir su luz en kilómetros y lo suficientemente poderoso como para traspasar agua, vidrios e incluso fuego.

-ENTENDIDO. ESCANEANDO... – Así escaneo tanto a Bob como al otro tritón. Momento en el que Megan recordó que todavía no había nombrado al otro.

-Supongo que te llamare Juan – Dijo mirando al tritón elegante, con solo ver lo complicado que era llamar a Bob con su verdadero nombre en su traducción prefería ponerle otros nombres más sencillos.

-ANALISIS COMPLETADO. RESULTADO: MAQUINARIA TRITONOIDE DETECTADA. CYBORGS DE APRÓXIMADAMENTE QUINIENTOS AÑOS DE ANTIGÜEDAD. ESTÁN AVERIADOS – Finalizo el análisis, a lo que Megan asintió.

-Vale, son máquinas, eso explica su falta de reacción. Entiendo... esta prueba consiste en ser un juez, verificar los crímenes que estos dos han cometido y darles una sentencia... ¡es aplicar justicia! – Una gran sonrisa se formo en sus labios, esta era la prueba indicada para ella. Ella era una amante de los superhéroes y de la justicia, así que podría perfectamente deducir quien de ellos debía pagar por sus crímenes. Miro al techo y noto que había un símbolo plasmado.

-No había visto esto – Volviendo a buscar en el diario miro tradujo. – Elección – Fue lo único que decía. Eso apoyo su deducción.

-Ya tengo todo claro, ahora... – Fue interrumpida.

-ESPERANDO NUEVAS ORDENES – Exclamo Lokkie, cortándole el rollo a Megan.

-Es suficiente Lokkie, cumpliste bien tu servicio – Le dijo a la máquina, esta vez sí que era útil, justo cuando no estaban sus hermanas para verlo, genial...

-SERVICIO CUMPLIDO. APAGANDO... – Aterrizo en el suelo y Megan lo volvió a guardar.

-Veamos lo que tú has hecho Juan – Miro la descripción del tritón y lo tradujo. – Juan es acusado de matricidio, acoso a la noble... Pepita [Otro sobrenombre] y es gran amigo de la familia... ugh, nombres y apellidos rancios... como sea, es todo lo que dice – Murmuro con el ceño fruncido, comparando a ambos le parecía más asqueroso Juan, Bob tampoco era un santo, era una decisión difícil.

Analizo ambos casos, era obvió que debía de elegir a uno de los dos, uno quedaría en libertad y el otro en esclavitud. Megan frunció más el ceño, ambos deberían de ser encarcelados, ambos habían cometido crímenes y merecían pagar por ellos, pero la prueba la obligaba a escoger.

-Supongo que te dejaré libre a ti, Bob – Realmente quería probar exactamente lo que la prueba quería que hiciera, así que, para experimentar un poco, oprimió el botón de libertad.

De inmediato, Juan cayo hacía el vació mientras Bob fue trasladado a otro lado. La pantalla se ilumino en rojo mientras que una gran equis cubría toda la pantalla.

-Falle – Dijo seria, tras unos momentos más, surgieron otro par de tritones, uno más viejo y otro más joven. La pantalla mostro a ambos tritones.

Megan se puso a analizar lo que había ocurrido, recordando las descripciones de los anteriores tritones, recordó el dato extra que estaba en la descripción de Juan, era amigo de una familia importante. Bob por el contrario era acusado de ir contra un supuesto rey.

No le tomo mucho tiempo descifrara lo que la prueba quería que hiciera, dejar en libertad a todo a quien beneficiara al rey de alguna forma, suponía que aquella familia de la que Juan era amigo podría ayudar al reinado del supuesto rey. No había dudas, su deducción anterior estaba errónea, no se trataba de una prueba para aplicar justicia... ¡sino una para implicar injusticia!

Arrugo la cara en disgusto. Hacer eso... obligarla a hacer la injusticia era algo que ella despreciaba con cada fibra de su ser. Megan había crecido toda su vida fascinada por todas las historias de superhéroes que su papá le mostraba en su celular. Le encantaba la idea de hacer lo correcto, su padre y su madre la habían educado como una buena persona, se había dado cuenta de la cantidad de injusticias que había en NewTopia, soñaba con una sociedad justa, donde la gente pudiera vivir sus vidas a salvo. Añoraba a todos esos héroes en traje o en voluntad que trataban de ayudar al mundo, vencer a los malos y así crear un mundo mejor.

No obstante, la peligris no era tonta, sabía que el mundo no era simplemente blanco y negro, todo era gris, de nuevo, eso se lo hizo ver tanto las series que veía con su padre y su propio padre se lo demostró en más de una ocasión. La verdad también era una parte fundamental de su ideología, una sociedad justa debía de ser honesta en todo momento, por eso nunca mentía, podía ocultar cosas, pero no mentiría al respecto. Eso lo respetaban sus padres, pues le tenían la confianza de que no estuviera haciendo nada malo. Megan lo agradecía, en verdad lo hacía, por eso siempre se esforzaba en crear inventos que le ayudasen a detener el crimen, como una superheroína.

Por eso mismo, con toda su línea de valores marcada desde hace años, le parecía no solo despreciable el hecho de tener que cometer todas estas injusticias para beneficio de solo unos pocos o de solo uno, era sencillamente imperdonable, era veneno puro. Aún, aunque esos dos a quienes estaba juzgando no estuvieran vivos o cometerían los crímenes que se decía que hicieron, era claro que esta prueba estaba hecha para enseñar, propagar y difundir la injusticia, era una prueba para crear un tirano.

Miro a los dos nuevos tritones, al más viejo lo llamo Lee y al más joven lo llamo Cloud. Miro los crímenes de ambos. Eran más cortos sus crímenes, Cloud solo había vandalizado un lugar y Lee transportaba bienes a sus propiedades.

Cerro los ojos, sabía a quien debía escoger, pero realmente se negaba a eso, así que dijo en libertad a Cloud, de nuevo, la pantalla se puso roja y esta vez marco dos equis en toda la pantalla.

-Malditos... – Los maldijo apretando los puños, ella se tomaba muy en serio el hecho de siempre tener sus valores inquebrantables y odiaba hacer esta prueba. Sin embargo, a parte de ser una defensora de la justicia y la verdad, ella era una intelectual, sabía que no podía seguir fallando. Por norma general al tercer intento fallido era un game over, cabía la posibilidad de que tuviera más intentos, pero eso ya sería arriesgarse demasiado y sí fallaba no podría salir y encontrar a sus hermanas para irse devuelta al hotel. Definitivamente esta prueba había matado por completo todas sus ganas de continuar, sin contar el hecho de que sus hermanas podrían estar lastimadas.

Los siguientes tritones vinieron, esta vez dos hembras, una muy hermosa y arreglada y la otra obesa y sucia a la primera la nombro Elizabeth y a la segunda la llamo Shui. Leyendo la descripción de ambos, Elizabeth había matado a su hermana, pero estaba comprometida con otro tritón, Shui por el otro lado, había ocultado a otros fugitivos del reino. Apretando los puños y cerrando los ojos, apretó el botón para condenar a Shui.

Para su infinito disgusto la pantalla se volvió verde y una palomita remarco todo el recuadro.

-Esto va a ser muy tortuoso, ya... ¡al diablo, acabaré lo más rápido que pueda para salir de aquí! – Declaro y tal cual lo hizo, continuo y continúo juzgando a otros tritones, pero para su agonía interna, no parecía haber un límite a cumplir, tanto así que, en más de una ocasión harta de todo, lanzo una de sus bolsas mágicas hacía la ventana, pero para su sorpresa, la explosión no le hizo un rasguño.

Así pasaron horas enteras en las que Megan se vio obligada a continuar juzgando injustamente a todos estos tritones robots. Harta se tomo los mechones de cabello jalándoselos bruscamente, estaba cansada y muy furiosa con toda esta prueba.

-¡¿Cuándo acaba esto?! – Grito mientras golpeaba la pantalla que resistió sin mucho esfuerzo su golpe. – ¡Por Emiya, esto no tiene fin! – Exclamo cansada, inclusive algunas lagrimas traicioneras bajaron de sus ojos de la pura frustración.

-¡Me largo de aquí! – Declaro, tomando su mochila, saco cuatro de sus granadas de mano y colocándolas en una de las paredes a los costados, cubriéndose hizo detonar las granadas que explotaron en un fuerte verde. Para su fortuna cuando el polvo y la nube verde de humo se fue medio disipando, noto que justo acertó a la primera escogiendo esa pared que daba a otro pasillo.

-Debí haber hecho eso desde hace rato – Dijo al aíre, sin perder tiempo fue corriendo hacía aquel pasillo, pero en el momento de cruzarlo lo primero que la recibió fue unas afiladas garras que la tomaron bruscamente de la garganta, levantándola y estrellándola contra la pared. Ante ese golpe Megan expulso todo el aíre de sus pulmones y con el golpe su cabeza dio demasiadas vueltas.

-¿Qu..ié...n? – Alcanzo a decir mirando a su atacante antes de caer completamente inconsciente. El atacante no estaba solo así que tomaron el cuerpo inconsciente de la chica y salieron de ahí

La segunda prueba había concluido.

~0~0~0~

Marrie rodó por el suelo luego de terminar de caer por el tobogán. Tosiendo por el polvo que se levanto con su caída miro donde se encontraba temerosa.

Era un lugar enorme y bastante oscuro, sacando su celular, ilumino todo el lugar, era realmente enorme, lleno de dibujos de lo que podía intuir que eran batallas, no... guerras. Trago saliva, no le gustaba nada lo que estaba viendo, investigando más observo muchas estatuas colocadas en los costados, parecían alguna clase de gladiadores, con dos piernas y dos manos que terminaban en afiladas garras que sostenían alguna clase de arma, cubiertos por lo que parecía ser una pechera dejando caer una larga cola, y su rostro... era muy similar a las serpientes que vieron al inicio, cuello largo, grandes colmillos y ojos afiliados. Sip, definitivamente era alguna clase de guerrero antropomórfico serpiente.

-Quiero irme a casa... – Tembló, no solo de miedo, sino de frío, este lugar estaba helado. Buscando alguna salida miro por encima de aquellas estatuas y se encontró con otras, solo que estas no poseían piernas, tan solo el torso y llevaban todas arcos, listas para disparar. Esto cada vez le gustaba mucho menos a Marrie.

Miro hasta el fondo, ahí se encontró una fuente, caían de dos cascadas hacía una fuente cristalina, era lo único que parecía estar iluminado por dentro. Asomándose, vio que la fuente aparentemente tenía una profundidad extensa.

-¿Y ahora qué debo hacer? – Se pregunto a sí misma, no veía ni símbolos ni nada más, ilumino el techo, no encontró mucho, salvo lo que parecía ser dos compuertas enormes que se encontraban cerradas, por lo demás solo había más dibujos de guerra.

Se abrazo a si misma, el corazón le latía muy fuerte, estaba asustada, la habían separado de sus hermanas, y ahora se encontraba encerrada en un lugar aterrador sin saber que hacer. Ya había inspeccionado todo el lugar y no parecía que hubiera una salida y sí la había estaba muy oculta como para haberla pasado desapercibida.

-¿Qué hago? – Se repitió nerviosa, algo debía de hacer, estaba segura, pero no sabía el que. Era desesperante, pero sí no lo resolvía ella tendría que esperar a que...

El sonido pesado a su alrededor la hizo congelarse, podía escuchar muchas pisadas pesadas, el movimiento de armas raspándose entre sí. Volteando lentamente se encontró con una pesadilla real.

Todas las estatuas que se encontraban en el piso parecieron cobrar vida, brillando entre líneas naranjas, las observo moverse peligrosamente entre sí, ellos la observaron, fueron solo unos segundos, pero esos segundos para la castaña fueron horas, esos fríos y reptilianos ojos le hacían temblar profundamente.

Tras unos agobiantes segundos, todas las estatuas salieron corriendo disparadas hacía donde había llegado, escalaron la pared aferrando sus poderosas garras, una vez estuvieron hasta arriba otras escotillas similares a las que tenía arriba suyo se abrieron permitiéndole a los gladiadores salir, cerrándose una vez todos salieran.

Marrie sudó frío, se percato que había estado conteniendo la respiración todo este tiempo, tosió y lucho por recobrar el aíre, cayendo de rodillas sintiéndolas temblar. Era tan aterrador.

Le tomo un rato poder calmarse, abrió los ojos, esas cosas ahora estaban sueltas por todo el templo, ¿qué ocurriría si se topasen con sus hermanas? ¿las atacarían?

La sola idea le daba escalofríos, su temor pronto fue alcanzado por su preocupación, posiblemente Megan podría con algunos con todos sus inventos, ella siempre fue muy fuerte, pero no tan fuerte... como...

Sacudió la cabeza. Samantha era muy inteligente, podría llegar a ocultarse o a despistarlos, pero ella era muy débil, no podría luchar y sería fácilmente vencida, ella era una pacifista, no le gustaba pelear, aun sí ella fuera muy fan de los deportes, dudaba que eso le ayudase contra esas cosas.

Sintió muchas nauseas, quería vomitar, trataba de resistir, odiaba vomitar, odiaba tanto sentirse tan inútil, siempre había sido de esa manera... solo una carga, un peligro, todas lo sabían, ella era más fuerte con diferencia, pero era una cobarde, no tenía la valentía de Megan de encarar a quien fuese ni tampoco tenía la suficiente confianza en sí misma como para sentir que puede ayudar a otros, no como Samy.

Con un sabor amargo trago el vomito que bajo cual acido por su garganta, apretó los puños, estaba entrando en pánico. Su cabeza empezó a dar vueltas, su consciencia luchaba por permanecer en el mundo real, pero su subconsciente la trataba de poner a dormir.

¡No era el momento de desmayarse! Pero lo que colmo su calma fue ver como el pasillo comenzó a iluminarse... pero no de forma automática, era debido a otra cosa, a una poderosa y fosforescente luz azul marino. Sabía lo que eso significaba...

-¡NOOOOOOOOOO! – Coloco su frente contra el suelo, podía ver como un mechón de su cabello era completamente azul, se negaba a usarlos, no quería, no lo soportaba, se miro las manos y por un momento las vio cubiertas de sangre. Estaba alucinando, su mente estaba torturándola de nuevo, sus acciones... su pasado.

-Ayúdenme... – Alcanzo a suplicar en un sollozo, antes de desmayarse.

Los recuerdos regresaron a su cabeza, casi como una película que recapitulaba su vida. Siempre fue una niña muy tímida, le costaba ser tan social como su madre o su padre, sobre todo su madre, quien tenía un don de hacerse amiga de quien quisiera en poco tiempo. Era un talento que realmente le envidiaba, deseaba poder ser más como su madre.

Era una sensación artificial, ella lo sabía, había leído tantos libros y en muchos podía reflejarse. La niña llena de defectos que añoraba ser alguien más, ese era su rol, ella admiraba a sus padres, eran sus ídolos, adoraba a sus hermanas, eran sus mejores amigas... de las muy pocas que tenía, le encantaba poder estar con el tío Sprig o con la tía Polly, que el abuelo HopHop le leyera una historia o interpretara un papel.

Amaba las historias, le fascinaba la cantidad de cosas que se le podían ocurrir a una persona, es gracias a estos que tenía su interacción con el mundo al que no se atrevía a saltar. Una persona decidida y valiente, lo encontraba en una historia, una persona deprimida también, su vida desde muy pequeña había consistido en ver las historias de otros. Nunca en querer tener la su propia historia. Porque era demasiado débil y tímida como para pedirle la hora a una rana.

Desde su más tierna infancia había vivida en Warthwood, con toda la familia Plantar, con su padre que la visitaba muy a menudo, era feliz. Su madre la amaba, su padre la amaba, todos a su alrededor la querían. Todos... menos ella, con cada historia que veía o leía había por lo general una chica que era reservada, triste, y con una monótona vida que al final lograba salir adelante, tener amigos, tener a alguien especial, formar un vínculo con otros ajenos a ti. En otras historias fracasaba y se resignaba a vivir miserable por el resto de su vida, siendo una cobarde hasta que se cansase de vivir.

Odio tanto darse cuenta lo identificada que se sentía con esa clase de personajes. Hablaba mucho con sus padres al respecto, ellos siempre fueron muy comprensivos, siempre la apoyaron y le dieron su amor. Quería demostrarles que podía conseguirlo, que podía tener su propia aventura, que podía conseguir amigos, que podía tener valor...

Cuando quiso intentarlo de verdad, cuando fue al parque de renacuajos, se esforzó por encajar, se sintió aliviada de ver que no querían apartarla, ella era humana y ellos renacuajos, pero uno de ellos, Samson... él... era un niño molesto, tan molesto que lo hacía insoportable, siempre jugando pesado con ella. Sabía que debió haber tenido paciencia, o haberle pedido que la dejara, pero no tuvo el valor y se limitó a aguantar por el resto del día.

Pero cada vez que Samson se acercaba a ella la molestaba de alguna manera, eran realmente estupideces, nada grave, solo un niño siendo pesado y ya... era eso... un niño. Ella también era una niña, una niña que no interactuaba con nadie fuera de su familia, una niña que era demasiado tímida, inexperta manejando sus propias emociones.

Un día simplemente exploto, tomo a Samson con ambas manos y lo reventó como una uva. Todo fue muy confuso, estaba demasiado enojada, tanto que su cabello se volvió azul y fue tan rápida que Samson no pudo reaccionar hasta que fue muy tarde, se volvió muy fuerte y él simplemente no pudo hacer más que mirar atemorizado.

Se encontró empapada de la sangre del niño, fue la voz horrorizada de su madre lo que la hizo volver a realidad, en cuando vio lo que había hecho se dio cuenta que su rol paso de ser la de la chica tímida a la de un monstruo. No había otra manera de describirse a sí misma.

Ese fue el peor día de su corta vida. El arrepentimiento, la culpa, la tristeza, el horror, el asco, todas esas emociones condensadas en un coctel dentro de su interior. Entendía porque todo el pueblo luego de eso la odio, lo entendía perfectamente, ella se odiaba más que a ningún otro.

Su madre y el tío Sprig la llevaron a NewTopia, dijeron que a partir de ese día sería mi hogar, y que nunca volverían a Warthwood, podía identificar muy bien lo mucho que le dolía a su madre decir eso, le dolió mucho más cuando tuvo que despedirse de la tía Polly y abuelo HopHop. Pronto su padre los alcanzo en el camino, recordar como la abrazo, la hizo sentir bien, como se disculpaba por no haber estado, él no tenía la culpa de nada, solo ella era la culpable... solo ella fue la asesina.

Eso indudablemente la había marcado de por vida, pronto su madre y su padre le enseñaron a defenderse, le enseñaron que ese pelo azul eran poderes, entro en pánico cuando su madre se transformo para mostrarle. Ellos querían ayudarla, querían que aprendiera a controlarse, y lo intento... se esforzó mucho, demasiado, pero... simplemente no lo soportaba, odiaba estar enojada, siempre que estaba enojada esos malditos poderes surgían.

Por eso se negó a querer aprender a usarlos, todo aquel que lo sabía siempre tenía especial cuidado a la hora de tratar a alguien, lo notaba, no los culpaba, estaba igual, ya no podía acercarse a ningún renacuajo por un profundo temor a que lo que sucedió ese día volviera a ocurrir.

Un día, su madre la llevo de visita con sus mejores amigas, eran unas señoritas muy hermosas, y ellas llevaban a sus propias hijas que también eran muy bonitas, no como ella que se sentía fea. Primero hablo con las señoritas un rato, le hicieron preguntas y luego fueron a hablar con su mami, fueron muy amables, tanto como lo era su familia.

En cuanto menos lo note tenía a las otras dos niñas enfrente mío, sentí nervios, mucho miedo, no había vuelto a hablar con alguien más de mi edad desde ese día, pero ellas dos también fueron tan amables, recordaba como fue que tras una incomoda presentación, la rubia le dio un abrazo corto. Me congelé, no quise moverme, pero ella corto el abrazo y se disculpo avergonzada. Las siguientes palabras que diría las recordaría el resto de mi vida.

¡Me alegra mucho conocer a mi otra hermanita!

Pronto llego la otra y me dio otro abrazo, y también dijo una frase que se quedaría permanentemente en mi memoria.

¡Si tienes problemas me dices y yo te ayudare en lo que sea, hermana mayor!

No recuerdo cuando fue que me puse a llorar, ni tampoco cuando me encontraba en los brazos de mi madre, solo podía escuchar mi llanto y las voces preocupadas de mis aparentemente nuevas hermanas.

Desde ese día siempre me buscaban, pasamos mucho tiempo juntas, yo no sabía lo fácil que me encariñaba con las personas hasta que las conocí. Mis medias hermanas, fue un poco complicado digerirlo, pero si mi mamá o mis nuevas tías no tuvieron problema en aceptarlo y vivir con ello, yo también hice lo mismo, total eso no hacía que dejara de amar a mi papá.

Deseaba poder ser más como mis hermanas, ellas no eran perfectas, lo podía ver. Samantha siempre fue demasiado amable e ingenua para su propio bien y Megan resultaba demasiado sincera en muchas ocasiones, tanto, así como para lastimarla a ella o Samy con sus palabras. Pero las amaba, no había hecho absolutamente nada para ganar a la estupenda familia que tenía, ¿cómo alguien tan patética y débil como ella podía estar con las mejores personas?

No lo entendía...

¡Marrie!

Quien sabe cuanto tiempo había permanecido dormida...

¡Marrie!

¿La estaban llamando?

¡Marrie despierta!

Esa voz... ¡era de Samantha!

¡Despierta hermana!

Esa era Megan... sus hermanas la estaban llamando... ¡necesitaban su ayuda!

Marrie abrió los ojos de golpe, respirando con pesadez se levanto bruscamente, mala idea, su cabeza dio vueltas.

-¡Estas despierta! ¡¿Te encuentras bien?! – Escucho la voz de Samantha por encima suyo. Levanto la mirada y justo donde habían estado cerradas esas dos compuertas ahora se encontraba abiertas dejando salir unas enormes estatuas de serpientes que se miraban entre sí. En sus fauces se encontraban sus hermanas, una en cada serpiente, aprisionadas a través de un mecanismo que estaba unido con las bocas de las serpientes. Cosa curiosa era que Megan estaba aprisionada con todo y su gran mochila que de alguna manera resistía la presión.

-¡¿Qué esta sucediendo?! – Les pregunto poniéndose de pie.

-¡Esos tipos nos dejaron inconscientes y nos trajeron hasta aquí! – Le contó la rubia preocupada. – ¿Tú estás bien? ¿No te paso nada? – Volvió a preguntar.

-¡Estoy bien! ¡¿Qué te paso a ti?! – Estaba completamente sucia, ni podía imaginar como Samy se sentía, pues era la persona más higiénica que había conocido en su vida.

-¡Larga historia! – Le respondió.

-¡Dejen de charlar, que tenemos un problema! – Les grito Megan asustada. No podía mover sus brazos, y no importaba cuando pataleara era inútil, tener la mochila no le ayudaba en nada, solo hacía más pesada su captura.

-¡Okey, debo de bajarlas! – Les grito, pero no tenía idea de cómo hacerlo.

-Déjame intentar tirar mi mochila, ahí tengo mi gancho para subir, usar a Lokkie o... ¡espera, Lokkie! – El pequeño robot aun sobresalía de la mochila. – ¡Actívate! – El robot encendió y voló.

-ESPERANDO ORDENES – Pronuncio.

-¡Libéranos a mí y a Samy! – Ordeno. – (¡Es tu hora de lucirte frente al público, Lokkie!) – Pensó, ligeramente emocionada, esta era otra oportunidad del pequeño robot para salvar el día.

-ENTENDIDO. ACTIVANDO LA...– Fue completamente interrumpido cuando una flecha atravesó la cabeza del robot cayendo al suelo.

-¡OH VAMOS, NO ME JODAS! – Exclamo desesperada, el cuerpo de Lokkie cayo justo en los pies de Marrie, quien aterrada volteo su mirada hacía la estatua de los arqueros, se encontraban igual que aquellos gladiadores antropomórficos, había cobrado vida y estaban apuntando hacía su dirección.

-(Esto no puede estar peor) – Pensaron las tres al mismo tiempo, pero el templo probo que podía hacerlo peor cuando del techo cayeron las dichosas estatuas que sisearon amenazantes.

-¡Ellos no! – Marrie retrocedió un paso, todos ellos la estaban mirando fijamente.

-¡Marrie, concéntrate en ellos, son tu mayor preocupación, nosotras estamos bien, tú concéntrate en sobrevivir! – De no haber sido por la situación hubieran sido sarcásticas, incluso la propia Samantha lo hubiera sido de haber intercambiado papeles, pero, nuevamente, el templo demostró ser un verdadero cabrón cuando las serpientes en las que la menor y la mayor de los Loud estaban atrapadas empezó a cerrarse lentamente.

-¡Olvida lo que dije sí somos tu mayor preocupación! – Exclamo la rubia aterrada, las fauces poco a poco se iban cerrando. Marrie miro eso desesperada. Mala idea, en ese descuido uno de los gladiadores se acerco rápidamente, la tomo de los hombros y la lanzo hacía el resto de estatuas.

-¡Marrie! – Gritaron ambas al ver a su hermana siendo lanzada.

La castaña se levantó, miro como ahora todas las estatuas habían formado un círculo, incluso los arqueros estaban apuntando hacia ella. Era una situación extremadamente complicada. Levantándose se puso en guardia, vio como el que la lanzo dio unos pasos y le lanzo una lanza.

-¿Qué...? – No le dio tiempo de procesar aquel acto cuando ese mismo que le lanzo la lanza la ataco de inmediato con su espada. Marrie se defendió con la lanza, pero las estocadas no se hicieron esperar, pese a que podía seguirle el ritmo e igualarles en fuerza, el gladiador atacaba con ferocidad, ella solo se dedicaba a evitar que la mataran. Solo uno de los dos estaba peleando de verdad.

-¡Pelea Marrie pelea! – Suplico Megan, claramente tenían un tiempo para intentar escapar. Su mente iba a mil por hora intentando idear una forma de escapar y ayudar a Marrie.

-¡Eso intento! – Dijo ella mientras se defendía de otro corte de su rival.

-¡Megan, intenta tirarle uno de tus inventos a Marrie, rompe tu mochila! – Le grito Samantha, ella desde su vista podía ver como la mochila de la peligris estaba al borde de reventar.

-¡Bien! – Hizo caso a su hermana, y como pudo comenzó a patear la parte trasera de su mochila con la esperanza de que uno de sus inventos cayese. – ¡Ugh! ¡No consigo tirar nada! – Exclamo frustrada, la presión iba en aumento.

-¡Entonces deja que esta trampa reviente la mochila, está muy cerca de desgarrarse! ¡aguanta Marrie! – Le grito a su hermanita quien solo asintió mientras esquivaba otro corte que casi la decapita.

Así continúo pasando, Marrie seguía sin atacar a su rival, este se mantenía implacable con sus ataques, y cada vez más había más presión a las otras dos Loud.

-¡Ya...casi...! – Exclamo dolorosamente Megan, la mochila ayudaba a enlentecer un poco el mecanismo de las fauces, pero cuando su mochila se desgarrase habría tiempo muy contando tanto para ella como para Samantha.

-¡Marrie trata de venir hacía nosotras, sino no podrás tomar lo que sea que vaya a caer de la mochila de Megan! – Aviso la rubia.

-¡Eso intento! – Grito Marrie quien empujo a su atacante para tomar distancia, salió corriendo, ella era muy rápido, razón por la que el gladiador no la alcanzo con facilidad, pronto llego al límite del círculo, no obstante, el resto de gladiadores le frenaban el paso, no querían que saliera del círculo.

Los arqueros en ningún momento la perdieron de vista, la apuntaban no importa donde se moviera, se detuvo en seco, temerosa de los arqueros, otra mala idea, pues no pasaron ni cinco segundos cuando su contrincante por fin la alcanzo y casi la parte a la mitad de un tajo. De no ser porque alcanzo a reaccionar para agacharse. En ese momento vio la abertura y sin perder tiempo, atravesó al gladiador en el pecho con su lanza.

Este se quedó inmóvil por unos momentos hasta que se apagó y se desmorono en pequeñas rocas. Respiro pesadamente, se había librado de él, ahora solo debía de esquivar el circulo para recoger lo que sea que fuera a caer.

Su pensamiento fue interrumpido cuando recibió una patada al costado que la empujo lejos e hizo que soltara su arma. Gruñendo por el dolor miro como otro de los gladiadores se había hecho presente para combatir contra ella.

Justo en ese momento la mochila de Megan ya no aguanto más y se desgarro.

-¡Ahora Marrie! – Gritaron sus hermanas luchando por llevar oxigeno a sus pulmones. La castaña miro con ansiedad como los inventos caían y para su mala suerte la gran mayoría cayo dentro de la fuente hasta hundirse, el invento más cercano que cayo cerca del circulo era una especie de mango de espada.

Otra patada la hizo regresar al combate, su espalda golpeo el concreto, apretó los dientes. Levanto su mirada, el gladiador se acercaba hacía ella, todo parecía alentarse, vio como detrás sus hermanas se les acababa el tiempo.

Samantha había caído inconsciente presa de la presión y Megan no estaba muy lejos, su tiempo se estaba acabando, si no hacía algo ya sus hermanas iban a morir aplastadas.

Otro golpe, aquel gladiador luchaba simplemente con sus propios puños, no llevaba un arma consigo. Apretó los puños, frustrada. Era tan inútil, no podía hacer nada, era muy débil... y sus hermanas iban a pagar por su debilidad.

No...

No lo permitiría...

Apretó tan fuerte sus manos que sus uñas se encajaron contra sus palmas hasta hacerlas sangrar.

-Quiero salvarlas – Se dijo suavemente. El gladiador estaba detrás de ella.

-¡Quiero salvarlas! – Se repitió más decidida. Preparo otro golpe justo en la cabeza de la chica.

-¡QUIERO SALVARLAS! – Grito con todas sus fuerzas, determinada y llena de ira, su cabello se volvió azul de golpe y levantándose a una velocidad sin precedentes destrozo la cabeza del gladiador de un golpe.

Los demás no reaccionaron a la muerte de su compañero, solo uno de ellos salió corriendo contra la recientemente peli azul, pero como su compañero fue destrozado de un simple puñetazo. Pero Marrie no espero a que la siguiente estatua la atacara y como un rayo corrió hacía aquel mango de espada. Sin problemas paso por los dos gladiadores que le bloquearon el camino con una simple embestida. Al salir del círculo, los arqueros no se hicieron esperar y dispararon hacía Marrie.

Antes de que las flechas llegaran, Marrie había tomado aquel mango, el cual presiono un botón, inmediatamente una afilada espada surgió, lisa y blanca con ligeros diseños en blanco que al momento de estar en brazos de la Boonchuy se ilumino en un azul oscuro.

Con la nueva arma en su poder bloqueo con la misma todas las flechas a una gran velocidad. Los gladiadores sisearon amenazantes y se dejaron de formalidades y todos corrieron para matar a Marrie.

La morena también cargo contra ellos, destrozándolos de una sola estocada, cualquiera que la atáquese sería rápidamente partido en dos por su espada, sin tener la oportunidad de atacarla devuelta, y sí uno tenía la suerte de bloquear su estocada fue en vano pues la fuerza bruta de Marrie era abismalmente superior por lo que sus defensas eran fácilmente abatidas. Fueron como mucho quince segundos y en esos quince segundos Marrie ya había destrozado a todos y cada uno de los gladiadores.

Otra flecha fue hacía ella, la peli azul solo ladeo la cabeza a un lado esquivando la flecha, aun quedaban los arqueros, así que yendo primero por los de la pared izquierda. En un segundo había dado un fuerte salto, haciendo que los arqueros dispararan contra ella, pero antes de llegar a su objetivo, Marrie balanceo su espada con tal inercia y fuerza que provocó una fuerte ráfaga de viento a presión que destrozo toda la pared con los arqueros incluidos.

Cayendo al suelo, no perdió ni un segundo corriendo hacía la otra pared, esta vez solo dio un gran salto pegándose a la pared y lanzó su espada en línea recta contra los arqueros, perforando a todos y cada uno.

Un gruñido de agonía salió de los labios de Megan quien ya no aguantaba más presión. Sin perder tiempo, Marrie, aun pegada a la pared sirvió de impulso fue directo hacía la cabeza de la primera serpiente la cual tenía a Megan. De un golpe destrozo la cabeza y mientras caía tomo a su hermana, destrozando el mecanismo que la estaba aplastando, tomándola en su hombro dio otro gran salto a la otra cabeza, con una patada descendente partió la cabeza que también cayo, destrozo el mecanismo y tomo a su rubia hermana, saltando antes de que la cabeza cayera al suelo destrozando parte de la fuente.

Dejo a sus hermanas en el suelo, verificándose de que estuviera vivas. Con un suspiro de alivio comprobó que aun respiraban. Había logrado salvar a sus hermanas, puso sus manos en los pechos de cada una causando de inmediato que ambas se quejaran de dolor. Podía sentir sus heridas, sus costillas estaban fracturadas, inconscientemente llevo sus manos a ambas con cuidado, cerro los ojos por un momento y su energía recorrió todo su cuerpo hasta llegar a la palma de sus manos, de ahí sintió como su energía se traspasaba a las heridas de sus hermanas.

Una sensación de calidez la abrazo, pudo sentir ese fuego en sus hermanas, así como ellas pudieron sentir su fuego. Abrió nuevamente los ojos, vio como ambas respiraban mejor y todo rastro de dolor se esfumo.

Sonrió con lagrimas cayendo de sus mejillas. Estaba feliz, no, feliz se quedaba corto a la sensación que estaba sintiendo en estos momentos.

Poco a poco noto como sus hermanas iban despertaban, abriendo lentamente sus ojos y siendo lo primero que vislumbraran.

Se apartaron asustada de ella, eso borro su sonrisa, pudo ver el miedo en la mirada de ambas, ellas conocían de su poder, toda su familia lo hacía y ellas no eran la excepción, pero nunca antes las había visto mirarla de esa manera, con miedo. Bajo la mirada mientras su cabello iba regresando a su color habitual.

Las dos chicas poco a poco se calmaron y miraron como su hermana regresaba a la normalidad, viéndola con esa mirada apagada y decaída se acercaron a ella y en silencio la abrazaron. Ella les devolvió el abrazo, su animo mejoro un poco gracias a ese gesto.

Sin embargo, sintieron un temblor que las hizo levantarse alarmadas, y notaron como una compuerta secreta se abrió frente a ellas, de ahí surgió lo que parecía ser un tipo de estatua que sostenía una piedra partida a la mitad, justo con un orificio exacto similar a una gema.

Por encima de la estatua, se elevo un holograma con unos símbolos, un mensaje hacía ellas.

-¿Qué es lo que dice? – Pregunto Marrie.

Megan saco el diario de su padre de la mochila, afortunadamente lo había colocado en otro bolsillo de la mochila, uno el cual se salvo de ser desgarrado. Hojeando se dispuso a traducir ese mensaje.

-El camino a la victoria es siempre el más claro – Leyo Megan aquel holograma. Quedaron en silencio, sin poderlo creer, había completado el templo, esa revelación hizo que Samantha reaccionara y recordara algo importante.

-¡Las gemas! – Aviso, a lo que Megan reacciono, casi se daba una palmada a sí misma cuando vio que sí metió la bolsa con las gemas en otro bolsillo que no se desgarro.

Tomando la bolsa y sacando la gema gris, Marrie la tomo y bajo la mirada de sus hermanas la coloco en aquella piedra. Pronto, vieron como una energía anaranjada recorría toda la estatua hasta llegar a la gema que brillo con fuerza provocando que desviaran la mirada. Pronto el brillo bajo su intensidad y cuando volvieron a mirar encontraron que ahora el gris de la gema se había convertido en un fuerte naranja. Tomando la gema de vuelta, las tres miraron el fruto de todo su esfuerzo... totalmente insatisfechas.

Cada una había pasado por una tortura, no solo física sino psicológica, todo este lugar había resultado una autentica pesadilla a la que apenas había salido vivas de ahí. Guardaron nuevamente la gema en la bolsa.

-No quiero volver a este lugar nunca más en mi vida – Declaro Marrie consternada.

-Yo tampoco – Fue apoyada por Samantha. Megan permaneció en silencio, analizando todo lo vivido.

-Este templo... es algún centro de acondicionamiento de tiranos, que solo buscan alcanzar su propia victoria a costa de los demás – Pudo deducir Megan, tras todo lo que habían experimentado era evidente, y el poder recargar la gema era el premio que se obtenía al completar todo.

-Solo larguemos ya de aquí – Dijo una cansada Samantha, ni siquiera le dieron ganas de preguntarle a Megan acerca de esa conclusión, total ni le interesaba y estaba segura de que terminaría pensando igual.

-Sí... vámonos – Secundo Marrie y así las tres se dispusieron a irse, hasta que Megan se detuvo.

-¿Qué sucede? – Pregunto Marrie extrañada.

-Quiero recuperar mis inventos – Dijo mirando la fuente.

-¡¿Es en serio?! – Le pregunto una exhausta Samantha.

-Lo siento, se disculpo y fue a tratar de recuperarlos. Luego de ello, como pudieron hicieron un nudo a la mochila y salieron de ahí a través de la pared destrozada.

~0~0~0~

Lincoln abría lentamente los ojos con una agradable sonrisa pintada en su rostro. Moviéndose ligeramente, noto como ya era de noche, estirándose encendió la lampara al lado de su cama, aunque extrañado noto que el diseño de la lampara era distinta, pese a que solo había estado dos noches en el hotel, el único detalle que recordaba con exactitud de su "cuarto" era el diseño de la lampara y esta era distinta.

Incorporándose, noto como aun tenía sus ropas, no todas, pero sí que ya no tenía todo ese peso encima, miro el lugar y noto que esta no era su cama, volviendo su mirada hacía otro lado vio la maleta de Marrie. No le tomo mucho atar cabos. Se había dormido en la cama de su hija en lugar de la suya.

Miro la cama, sus blancas sabanas ahora no tenían mucho de blanco, saliendo de cama se estiro, escuchando como sus huesos crujían soltando un suspiro de alivio.

-(Debo limpiar eso) – Pensó, quizá era muy tarde para lavarla, pero por lo menos la sacudió. Arrugando su nariz pronto se encontró con su propia peste.

-(También debo tomar un baño) – Afortunadamente nunca era muy tarde para una ducha, así que sin pensárselo mucho se dirigió al baño.

No tenía idea de que hora era, pero posiblemente tampoco era tan noche, posiblemente sus hijas estaban cenando en el restaurante del hotel o en su defecto dormidas.

Para el albino, tomar una ducha caliente era la mejor sensación posible para relajarse, lo había hecho durante muchos tiempos luego de muchas aventuras y siempre conseguía el efecto de desestresarlo, agregándole haber tomado un sueño luego de no pegar el ojo durante veinticuatro horas no hacía más que agregarle más puntos positivos. Lo único que le faltaba era una gran cena, su estomago lo exigía, pero aun estando hambriento se dio el lujo de tomar una larga ducha, hubiera usado la tina de no ser que eso le tomaba algo de tiempo y no estaba de humor de esperar ni cinco minutos para refrescarse.

Al salir del baño con su bata se sintió casi como un hombre nuevo, mirándose al espejo vio como su blanca cabellera volvía a la normalidad, aunque el hombre de vez en cuando estornudaba varias veces, solo esperaba no agarrar una infección nasal luego de todo el polvo que llevo encima durante horas.

Sacando de su maleta su simple pijama, camisa sin mangas y unos shorts, el mejor conjunto para dormir y en general pasar todo el verano. Su estomago volvió a rugir, ansioso de alimentarse, recordando que Samantha había traído consigo barras de proteína decidió ir a tomar una, así calmaría un poco su hambre.

Tras devorar la barra en tan solo dos mordidas fue a mirar el reloj del cuarto, marcaban las nueve y media de la noche. Eso estaba bien, sus hijas probablemente estarían cenando abajo, aunque desconocía a que horas cerraba el buffet del hotel, las otras dos veces pidieron servicio al cuarto.

Poniéndose sus chanclas se dispuso a bajar para ir a comer algo más completo, el ruido de la puerta abriéndose capto su atención, debían ser sus hijas.

-¡Ah niñas! ¿Ya regresaron de... cenar? – Sí fueron sus hijas a las que encontró ingresando a la habitación. No obstante, su confusión solo empezó cuando las miro, estaban hechas un desastre. Cubiertas completamente de polvo y tierra, podía ver incluso algunos raspones en Samantha y en Marrie, Megan era la más intacta, pero por la expresión de las tres se notaba que no estaban bien, se veían consternadas, frustradas, temerosas y muy cansadas.

De inmediato su instinto paterno no se hizo esperar y se acercó a las tres.

-¡¿Se encuentran bien?! ¡¿qué les ocurrió?! – Esas siempre son las preguntas que cualquier padre dice al ver a sus hijos luego de verlos de manera lamentable.

Ninguna la contesto, en cambio, solo lo miraron. Suspiraron sincronizadas y sin decir nada más, Megan saco una bolsa, su bolsa, luego de su otro bolsillo saco una gema anaranjada y la metió dentro de la bolsa.

En ese momento la sorpresa petrifico a Lincoln, esas gemas... eran las gemas que él había traído consigo, eran las gemas a las que había recargado en los templos.

-Regáñanos por la mañana, por favor, ¿sí?, ahora solo queremos dormir – Dijo Megan en voz baja, hasta en su voz se notaba el cansancio, incluso se escuchaba rasposa y solo le dio la bolsa.

-Perdón por causar problemas, papá... – Susurro Samantha no queriendo mirar a su padre a la cara.

Marrie ni siquiera dijo nada, las tres arrastraron los pies hacía sus respectivas camas, aunque Marrie fue a la cama de su padre en lugar de la suya, solo ella sabía sí lo había hecho para estar pareja con su padre o solo porque no se dio cuenta.

Sin embargo... lo que ninguna noto es que Lincoln aún se mantenía impactado mirando la brillante bolsa, un escalofrío bajo por su espalda lo que lo termino de hacer reaccionar, no dijo nada, saco las gemas de la bolsa, las miro atentamente, casi podía sentir el poder de las tres juntas en la palma de su mano.

Volvió a meter las gemas en la bolsa y fue a buscar a sus hijas, no en busca de respuestas, no era difícil saber que lo habían desobedecido y habían hecho el templo ellas.

Miro primero a Samantha, ella alcanzo a desvestirse quedando nada más en su ropa interior, habiéndose metido dentro de las sábanas, tirando a un lado su rompa extremadamente enlodada, mientras que ella se encontraba completamente rendida al sueño, de las tres, ella era la que más cansada lucía.

Luego miro a Megan, ella solo dejo caer la mochila desgarrada con sus inventos, se quito la sudadera y sus tenis, se acostó sin siquiera acobijarse, se podía notar que ella aun no se dormía, pero no iba a tomarle mucho tiempo para que cayera dormida.

Finalmente fue a mirar a Marrie, quien solo estaba sentada en su cama mirando su regazo en completo silencio, Lincoln desde su perspectiva no podía ver el rostro de su hija, pero se notaba que no se sentía bien. Se le formo un nudo en la garganta de ver a todas sus hijas así.

Lo normal en un padre hubiera sido ir a reconfortarla, pero Lincoln tuvo otro pensamiento en mente, uno que lo obligo a ignorar a su hija y tomar en silencio su mochila. Llevándola a la cama de Marrie la abrió y busco dentro, sacando lo que parecía ser una caja musical.

Esta caja tenía diseños de serpientes marcados en plata y lo que se podía notar era los tres huecos que tenía en la parte superior. Con otro escalofrío bajando por su columna, por un momento, sintió como la gran mano del rey Andrias lo tomaba del cuello, un sudor frío bajo de su frente al recordar eso.

Sin perder más tiempo, con la caja y la bolsa en manos, salió de la habitación en silencio. Subió las escaleras hasta estar en la azota, no había nadie, perfecto.

Estando en el centro tomo la bolsa y de ahí saco las gemas, metiéndolas dentro de la caja musical, pronto sintió como el poder de las gemas recorría la caja.

-Tantos años... para tenerte en mis manos de nuevo... – Dijo mirando a la caja.

Tantos años en los que había pasado buscando una manera de regresar a su hogar, a su mundo, con su familia. Tantos años buscando sin descanso una alternativa para la Calamity Box.

Todos esos años en los que fracaso estrepitosamente, ni siquiera con la ayuda de Marcy, de Anne, de Sasha, de cualquier ser viviente en amphibia había podido encontrar una solución a su problema, la Calamity Box había resultado única, un artilugio extremadamente complejo para viajar entre mundos. Su único boleto de regreso a casa, para él, para las chicas...

Llevaba tantos... años... sin poder olvidar.

Recordó los frobots, a las chicas, a los sapos, los tritones, las ranas, el sonido del metal chocando entre sí, las explosiones, la batalla, la sangre...

Andrias dirigiéndose como una bestia iracunda hacía él. Protegiendo con su vida la caja, mirando como Sasha también iba hacía él, la isla donde se había ocultado de todos para mantener la Calamity Box a salvo y así descubrir como usarla para volver a casa, se convirtió en una guerra campal todos con un simple objetivo, capturarlo... o mejor dicho arrebatarle la caja... su caja.

Sus manos temblaron mientras trabajaba con la nueva caja. Sus memorias recordando una y otra vez lo sucedido... la última vez que la sostuvo en sus manos, aun cuando Andrias casi lo empala, nunca soltó la caja, pero cuando lo tomo del cuello y lo estrello contra el suelo con tanta fuerza que sintió como cada hueso de su cuerpo se fracturaba.

Recordó el sonoro crack de aquella vez, ahí fue donde soltó la caja, su mente tambaleando entre la consciencia y la inconsciencia, desesperación pura fue lo que sentía en aquellos momentos. De nuevo le estaban arrebatando todo, de no ser por las chicas Andrias le habría aplastado la cabeza como a un tomate.

La sensación cobriza en su paladar vino a su memoria, todo mientras la caja brillaba con fuerza, acto seguido presiono otros mecanismos y entrecerró los ojos para no quedarse ciego por la luz.

Pero ya no había tiempo, la isla se estaba viniendo abajo, él no podía moverse, lo único que veía era la caja al borde de caer a los feroces remolinos que rodeaban la isla...

Pronto la luz disminuyo su intensidad permitiéndole a Lincoln mirar un portal... que poco a poco iba aclarando a donde llevaba...

Escucho los gritos de Andrias... de Anne, pero no tenía la fuerza para mirarlos, solo podía limitarse a mirar la caja, inmóvil. Sintió como el suelo cerca de él se desmoronaba, pronto él también caería, lo que más desesperación le hizo sentir no fue el presentir que iba a morir, sino fue ver como la caja iba a caer. Su único boleto de regreso... para regresar con su familia... para salir de una vez de este conflicto, recordaba como las lagrimas de frustración bajaban patéticamente de su rostro y al poco tiempo la visión de uno de sus ojos se tiño de rojo. Se estaba desangrando...

El interior del portar revelo... el callejón de una ciudad... una ciudad moderna... no la reconoció, ¿quién iba a reconocer una ciudad por un callejón?, sus pies no se movieron, aun seguía sin creer lo que estaba frente a él. Lo que hizo que su corazón se detuviera por un segundo fue ver como alguien cruzaba el callejón despreocupadamente... ¡un humano!

Pronto el suelo se derrumbo y él cayo hacía su muerte, no sin perder de vista como la caja estaba a nada de caer. Pero... de pronto dejo de caer, sintió como algo lo agarraba de la pierna. A duras penas vio como Sprig lo atrapo con su lengua, siendo sostenido por Sasha que a su vez era sostenida por Marcy y que también era sostenida por Anne, en su pinta azul, luchando por no dejarlo caer.

Las lagrimas de felicidad no se hicieron de esperar. ¡Lo había conseguido! ¡Podía volver a su mundo!

En un desesperado intento miro como la caja caía hacía los remolinos hasta hacerse añicos. Palabras incoherentes salieron de su boca al ver como su pase de regreso se destruía.

Ese día... lo salvaron a él en lugar de la caja. Claro que estuvo agradecido con las chicas por eso, y fue gracias a ese gesto que por fin pudieron ir en la dirección correcta para su peculiar relación o relaciones. No obstante, algo dentro de él no podía dejar de pensar en que debía de haber otra forma de volver.

Y finalmente... la había encontrado... esta era... ¡la Victory Box!

Tras tantos años de búsqueda sin descanso, lo había conseguido... debería de estar feliz... pero... no lo estaba, su anterior felicidad y emoción parecieron haberse esfumado por completo. El portal de regreso a su mundo lo tenía frente suya, ¿por qué? ¿por qué no se movía para cruzarlo? ¿por qué sus piernas no le respondían? ¿Por qué sentía que le faltaba el aíre?

-Mierda... – Tembló con fuerza, la respuesta a sus preguntas parecía tan clara que se negaba a creerla. La imagen devastada de sus hijas volvía a su memoria.

Todo el viaje que había hecho durante casi dos décadas se estaba yendo al drenaje solo porque no podía cruzar aquel portal.

La sola idea de que sus hijas estuvieran de esa manera le hacía temblar el corazón. Los templos que había terminado antes eran horribles, solo conllevaba a pruebas descorazonadas, sin piedad, con frialdad, solo para alcanzar una supuesta gloria. Era repulsivo ese modo de pensar, las serpientes que seguramente construyeron todo eso eran radicalmente opuestas a lo que alguna vez fueron los templos de amphibia. Seguramente el templo que ellas completaron no fue la excepción, ellas eran unas niñas, eran muy inteligentes, pero es en esa edad que es cuando eres consciente de la otra cara que la vida podía mostrarte.

Ellas lo necesitaban... por supuesto que lo sabía...

¡Pero mi familia en la tierra también me necesita!

Exclamo otra vocecita en su cabeza, picando profundamente en su cerebro, esa voz era una que le incitaba a volver, solo gritaba que entrara al portal. Sin embargo, Lincoln ya no era un crío desesperado en otro mundo, había crecido, y por primera vez en un largo tiempo... se cuestionó.

¿Realmente sus hermanas lo necesitaban?

Según él y Marcy habían teorizado había una especie de dualidad entre el tiempo de la tierra con el de amphibia, según su deducción no pasaba había diferencia entre el tiempo entre ambos mundos. Es decir, el tiempo continuaba de la misma manera, no importa en cual dimensión estuvieses.

Lincoln no era un jovencito, ya tenía tres hijas de trece años cada una, y él era el hermano de en medio de su gran familia, era obvió que todas sus hermanas habían crecido, Lily ya debería de ser una joven adulta y Lori ya se aproximaba a los cuarenta años, ellas ya no eran las que recordaba habían madurado y cambiado, eso siendo optimista de suponer sí es que alguna no hubiera fallecido.

Ellas para este punto, en la tierra habría estado casi veinte años desaparecido. Se miro las manos, ¿realmente lo necesitaban?

La pregunta volvió, Lily ni siquiera debería de recordarlo, y las demás... son lo suficientemente listas como para poder seguir adelante... sin él...

Apretó los puños, frustrado, ¡¿entonces por qué él no había podido hacer lo mismo?!

Mirando sus brazos al descubierto pudo ver las cicatrices que había acumulado en todas sus aventuras, la gran mayoría resultaron por ayudar a sus tres amantes.

Muchos momentos llegaron a su mente junto a ellas, ya fuese individualmente con cada una o en grupo. Ellas también habían cambiado, ya no eran las mismas niñas inmaduras, Anne dejo de ser esa chica sin voluntad y crédula, Sasha dejo de ser... a medias esa manipuladora con hambre de poder, Marcy dejo de ser la chica que huía de sus problemas lastimando a otros. Ahora eran mejores... mucho mejores que él.

Era el único que siguió buscando una manera de volver, Anne se había rendido, con ella, Sasha le siguió y Marcy también. Todas tenían una vida en este mundo, habían formado un vinculo con la gente de aquí... así como él lo había hecho.

Extrañaba mucho a su familia, esa sensación de melancolía lo había cegado durante tanto tiempo como para no ver el claro hecho de que él ya tenía su propia familia, no solo sus hijas, sino también aquel trío de mujeres que habían conquistado su corazón y que de alguna forma bizarra decidieron compartirlo, todos los amigos que había hecho a lo largo de su viaje.

El albino no había cambiado de su antiguo yo desesperado, desconfiado y egoísta. Ya era un adulto, alguien reconocido en toda amphibia, tenía tres hermosas chicas que siempre velaban por él, que lo cuidaban y lo apoyaban, aunque estuviera siendo un terco cabeza hueca. Ellas nunca le cerraron la puerta, ellas lo amaban, incluso sus niñas a quienes no veía con tanta frecuencia al estar tan ocupado lo idolatraban, lo adoraban y querían.

Una sonrisa se formo en su rostro cuando recordó como alguna vez Megan le dijo que él era su héroe favorito, de como Samantha le decía que quería ser tan amable como él, Marrie le pedía que le contara todas sus aventuras con esa ilusión y admiración hacía él.

Mientras tanto... él solo pensaba en regresar a su hogar... no... su exhogar...

Cerro el portal en silencio. Era momento de dejar de pensar así, él ya tenía un hogar, siempre lo tuvo frente a sus narices, la tierra ya no era su hogar, porque ahí ya no lo necesitaban... aquí... todo el mundo lo necesitaba y en este momento sus hijas lo necesitaban más que nunca.

-Maldición... necesito ir con un terapeuta o un psicólogo al volver a NewTopia – Sonrió débilmente, probablemente si hubiera hecho eso después de la caída de Andrias no habría perdido tanto tiempo. – Lo siento mucho... chicas... mamá... papá... abuelo... mis amigos... todos ustedes han seguido con sus vidas para que yo venga a arruinarles todo... lamento ser tan egoísta siempre... – Pequeñas lagrimas bajaron de su rostro, su voz se estaba quebrando. – Ustedes aprendieron a seguir adelante... mis... chicas... también lo hicieron... y... es momento de que yo lo haga... Adiós... los quiero a todos ustedes – Soltó la caja mientras se cubría el rostro para llorar.

Sin duda si alguien lo viera le resultaría patético...

Estuvo así durante dos minutos, tratando de calmarse, no era momento de llorar, ya lloraría como bebe cuando le contase todo a las chicas... pero ahora... él debía de ser fuerte e ir con sus hijas, ellas lo necesitaban más que él ahora.

Limpiándose las lágrimas, tomo la caja y regreso a la habitación, mientras lo hacía, sintió los hombros muy livianos y de repente, pudo respirar mejor, se sintió tan bien que hasta suspiro.

-Definitivamente mañana iré al spa – Murmuro para sí mismo y salió del tejado.

~0~0~0~

Las vacaciones habían concluido y se encontraban volando de regreso a NewTopia en una extraña tranquilidad. Para Marrie todo esto resultaba... curioso, de alguna manera, sentía que algo había cambiado en las dos semanas en Yunan. Quitando la desagradable experiencia de aquel templo.

Ella esperaba no tener que volver a usar sus poderes nunca más, ella anhelaba que eso ocurriese, le repugnaba el usarlos, apenas fue y capaz de usarlo sin matar a nadie y nada más porque eran estatuas la que la atacaban, sin embargo, aunque le desagradase de no haber sido por eso sus hermanas no continuarían respirando. Eso bien se lo hizo entender su papá luego de que la consolase.

No era la primera vez que su padre veía su propia debilidad, él, su madre, y el resto de los Plantar la apoyaron en sus momentos más oscuros y fue muy reconfortante ver que eso no cambiaría con el pasar del tiempo. Lloro en silencio entre el cálido abrazo de su padre, y volvió a llorar cuando en la mañana siguiente él la abrazo junto a sus otras dos hermanas, el hecho de que sus otras dos hermanas también lloraran en aquel abrazo lo hizo más especial para Marrie.

Para la castaña, sus hermanas resultaban un apoyo imprescindible en su vida, siempre admiro la gran amabilidad de Samantha, ella era un rayo de luz en su vida, Megan resultaba en un gran confort, una sensación de seguridad siempre se hacía presente cada que estaba con ella, admiraba su gran valentía para encarar las cosas de frente. Claro que reconocía que esas dos grandes cualidades de sus hermanas también resultaban en un arma de doble filo, aun con esos defectos Marrie amaba mucho a sus hermanas.

Su padre tampoco se quedo fuera de esa admiración, y tras lo ocurrido después del templo sentía que su vínculo se había fortalecido, incluso, era capaz de notar un cambio en él. Era como un aíre diferente, su tono, su rostro, había algo que cambio, estaba segura de que no solo ella se dio cuenta de eso.

No hablaron de aquel cambio, al menos, todavía no lo hacían, y aun le quedaba cumplir con su castigo por desobedecerle, se lo merecía y no tuvo problema en aceptarlo. Ayudar a Polly con las cosechas de este año hasta que hayamos vendido todo, tener experiencia en eso le ayudaría bastante, pero estaba segura que a la que le iba a costar más sería a Samantha, eso sí, Megan se llevo el castigo más duro, no poder crear más inventos o modificar los que ya tenía, para alguien como Megan eso resultaba tortuoso. No obstante, ella misma fue la que pidió que así fuese, pues de entre las tres ella fue la que más culpa tuvo.

Lo peor del asunto fue que su papá nunca les contó el funcionamiento de esas gemas o para qué las querría, solo las guardo por el resto de las vacaciones y nunca más las saco. Por lo menos, el resto de las vacaciones resultaron muy divertidas.

La Boonchuy observo como la gran ciudad se alcanzaba a distinguir a lo lejos. Miro a sus hermanas, Samantha estaba jugando con la consola de Megan mientras esta última leía como podía una de las novelas que le había prestado. Se le podía ver en el rostro lo mucho que le costaba poder leer con el viento soplando hasta que por fin se dio por vencida.

Miro a su padre, su gran espalda con un aura de tranquilidad que hasta le daba un poco de envidia. Dio un suspiro silencio, todo este viaje había acabado, cada una se iría con sus madres y probablemente papá se fuese a trabajar a otro lado.

Aterrizaron en el mismo lugar de donde partieron la vez pasada, donde justamente sus madres ya los estaban esperando.

-¡Bienvenidos de vuelta! – Exclamaron las tres muy contentas por su regreso. Las niñas bajaron de Cliff siendo inmediatamente abrazadas por su respectiva madre.

-¿Mamá, qué traes puesto? – Pregunto Marrie mirando a su madre con una ceja levantada. Lincoln solo abrió los ojos sorprendidos, él conocía ese atuendo y no solo el de Anne, sino también el de Sasha y Marcy.

La mujer sonrió con ligera pena.

-Bueno, este es un antiguo outfit que llevaba cuando era más joven, y como dijeron que debía de cambiar un poco mis atuendos, así que junto con las chicas decidimos volver a probar estos atuendos, me queda un poco ajustado, pero como no crecí más luego de los diez y seis años me sigue quedando – Explico. Aquel outfit lo llevo durante su adolescencia, sobre todo cuando salía con Lincoln, en realidad, lo que llevaban puesto Marcy y Sasha también lo usaban a la hora de ir en una cita con el albino.

El atuendo de Anne consistía en una chaqueta deportiva con rosa y blanco con bordes purpuras, una camisa blanca con la frase: "I Love Cats", con la figura de un gato por encima, unos shorts de mezclilla, por debajo unas mallas que llegaban hasta un poco por debajo de las rodillas y unos tenis rosados con blanco. Claro está que, aunque ya no creció más de altura sí creció más en cuanto a otros aspectos femeninos y ese atuendo lo hacía resaltar muy bien [Sasha y Marcy del mismo modo].

-Para revivir un poco de juventud – Marcy se rio por lo bajo mientras continuaba dándole un maternal abrazo a Megan, aún cuando esta trataba de liberarse de su fuerte agarre.

El de Marcy consistía en una chaqueta negra con una blusa verde con cinturón incluido, un pantalón de mezclilla y unos zapatos café.

-¿Tú qué opinas cariño? ¿Te parece que tu madre a regresado a su juventud? – Le pregunto Sasha a su hija.

-¡Te ves estupenda, mamá! – Halago Samantha mirando el muy bonito conjunto que su madre llevaba puesto.

El de Sasha consistía en una chaqueta beige, un top naranja cubriendo su pecho dejando al descubierto su estómago, una falda café con cinturón, unas mayas largas y unos tacones azul claro. Con una pulsera oscura en su mano izquierda, unos aretes verdes y con el cabello en una cola de caballo dejando un mechón peinado.

-Se ven tan hermosas desde la última vez que se las vi usando esa ropa – Intervino Lincoln con un gran cumplido para las tres y antes de que alguna le dijera algo Lincoln tomo de la cintura a Sasha [Quien era la más cercana a él] y le dio un corto pero amoroso beso. Aquel acto sorprendió a todas, nuevamente actuando antes de que alguna le dijera algo, Lincoln fue hacía Marcy e hizo lo mismo. Finalizando con Anne quien reacciono y pudo aplazar más su besa al rodear sus brazos sobre el cuello del albino.

-Estoy de regreso en casa – Mención Lincoln con una sonrisa de genuina felicidad, el hombre se sentía como si hubiera pasado años sin verlas.

Ante estas acciones, las tres mujeres del albino lo miraron inquisitivamente.

-¿Quién eres y qué le hiciste a Linky? – Pregunto sarcásticamente Anne aun teniendo en sus brazos al albino quien solo rio. – Digo, sí siempre nos vas a dar un beso cada que nos vayamos, no me molesta en lo absoluto – Volvió a comentar con una sonrisa.

-Podríamos probarlo de nuevo, solo fingimos de nuevo nuestro reencuentro, ¿quieres, conejito? – Se acerco Sasha a abrazarlo también juguetonamente.

-Apruebo ese experimento – Marcy también se unió a la fiesta mirando entusiasmada al albino, casi parecía que regresaba a ser esa torpe adolescente enamorada.

Lincoln solo sonrió ante la mirada un tanto extrañada de sus hijas. No les extrañaba lo melosas y cariñosas que se ponían sus madres con su padre, eso era algo a lo que estaba acostumbrado, solo que las acciones de su padre eran inusuales, generalmente él no era tan cariñoso como si lo eran sus madres.

-¿Qué les parece si las invito a comer a todas?, un regreso en familia suena bien, ¿no? – Propuso sin responder a nada de lo que las mujeres le habían dicho.

-Sucedió algo, ¿verdad? – Teorizo Sasha mirándolo fijamente. Lincoln solo se puso nervioso de golpe.

-¿Q-Qué? – Pregunto haciéndose el tonto.

-Sip, definitivamente paso algo – Apoyo Marcy mirando con una ceja levantada.

-¿Las niñas causaron problemas o fuiste tú? – Incluso las pequeñas Loud se pusieron nerviosas cuando Anne les dirigió una mirada juzgadora, solo desviaron la mirada y fueron a bajar sus maletas, cosa que aumento la sospecha en la Boonchuy.

-Sí, sí, pasaron muchas cosas, muchos juegos y mucha diversión, vayamos a comer y ya les hablare en detalle de cómo fue todo, ¿está bien? – Calmo Lincoln, las tres lo miraron y aceptaron.

-De acuerdo, igual tengo hambre – Comento Sasha mientras ayudaba a Samantha a bajar su maleta. Las demás hicieron lo mismo.

Ya estando en un restaurante comieron tranquilamente mientras las hijas contaban lo sucedido en el viaje, evitando mencionar todo lo referente al templo. Eso lo podían ver claramente sus madres que simplemente se limitaron a escuchar a sus retoños.

Lincoln había permanecido en silencio, pensativo, cosa que cada vez extrañaba a sus mujeres y hasta a sus propias hijas, únicamente que ninguna se atrevía a preguntar al respecto.

-Eso suena como un viaje maravilloso – Comento Marcy, feliz de que las niñas se hubieran divertido.

-La próxima vez nosotras también iremos, quiero ver que tal esta su spa – Menciono Anne quien se quedo con las ganas de ir al spa del hotel donde estuvieron.

-Bastante interesante, no puedo esperar a terminar mi trabajo para tomarme mis vacaciones, aun me queda una semana laboral – Se quejo Sasha, quien ya estaba cansada del papeleo. Con la era de paz no había demasiadas cosas que los militares tuvieran que hacer.

-Ay sí, yo necesito contratar urgentemente a otro mesero, tuve que despedir al que tenía porque era un holgazán, ni siquiera pude preparar algo para comer cuando Polly vino de visita – Anne también se quejó.

-¡¿La tía Polly vino de visita?! – Pregunto Marrie a su madre.

-Sí que vino, fue por algo relacionado al transporte de su cosecha, aparentemente había tenido problemas de transportar todos los vegetales por un problema de insectos que secuestro todos sus camiones de carga, así que vino aquí a comprar un repelente super potente – Explico.

-También vino a pedirme si le podía fabricar una gran raqueta eléctrica – Agrego Marcy.

-¿Y se la diste? – Pregunto Megan curiosa.

-Claro, ¿por qué no?, ella también es mi amiga – Le resto importancia, aun con la risa diabólica que Polly pego cuando la probo por primera vez.

La conversación continua con tranquilidad, hasta que Lincoln volvió a hablar.

-Tengo algo importante que decirle... a todas – Con eso la conversación se detuvo abruptamente.

-¿Qué sucede, Linky? – Pregunto Sasha inquisitivamente.

Lincoln se tomo su tiempo, respiro hondo y suspiro, formo una suave sonrisa y las miro a todas.

-Se acabaron mis días de explorador – Dejo caer y todas lo miraron impactadas, continuo. – Así que... no más viajes, ni nada, a partir de hoy me quedare a vivir aquí con todas ustedes – Termino.

-¡¿ES EN SERIO?! – Gritaron sus hijas levantándose de la emoción mirándolo con estrellitas en sus ojos.

Asintió. – Sí, ya he tenido suficientes investigaciones, muchos viajes, ahora solo quiero estar con mi familia como debí haber hecho hace tiempo – Con esa declaración las tres niñas chillaron y abrazaron con fuerza a su padre, fue un momento muy bello y feliz para la familia, sin importarles [o ignorantes] toda la atención que estaban captando del resto de clientes, pero cuando miraron a las tres mujeres pararon.

-¿Chicas? – Pregunto Lincoln preocupado.

-¿Mamá? – De la misma manera que su padre, las tres chicas preguntaron al unisonó.

Las tres mujeres no dijeron nada, solo se tomaron de las manos, se levantaron y chillaron el doble de fuerte de lo que sus hijas lo habían hecho, se encontraban llorando de la pura emoción dando saltos de alegría por la noticia.

Ante esa reacción Lincoln se avergonzó más, ellas debieron esperar mucho tiempo para que se dignara a estar con ellas. Sin embargo, fue rápidamente tacleado por las tres mujeres quienes prácticamente se lo comieron a besos.

Tras una asfixiante, pero placentera sesión de besos, las tres mujeres se levantaron y abrazaron a sus hijas con mucha fuerza, también dándoles de besos, su emoción era desbordaba por todo su cuerpo, sus hijas eran incapaces de luchar contra la propia emoción de sus madres, pero de igual manera se dejaron querer.

-Diablos señoritas... – Dijo recobrando el aliento con una sonrisa de tonto.

Tras un rato más de que las chicas se calmaran volvieron a sentarse, tranquilamente, a hablar.

-¿Y con quién te vas a quedar papá? – Pregunto la rubia.

-No lo sé, honestamente me siento mal de escoger quedarme con solo una de ustedes, y tampoco estoy muy seguro si estar de casa en casa sea una rutina que me guste – Respondió, honestamente todo el viaje de regreso se la había pasado pensando en como dar la noticia y también como explicarles a las chicas acerca de la Victory Box.

-No hay necesidad de preocuparse por eso – Calmo Marcy con una sonrisa que era respaldada por sus dos mejores amigas.

-¿A qué te refieres, ma? – Pregunto Megan.

-Hija, sabíamos que algún día este día iba a suceder, tarde o temprano, así que desde hace años que entre las tres compramos una casa lo suficientemente grande para que toda la familia viva juntos – Explico a lo que sus hijas y el albino la miraron sorprendidos.

-¿Es en serio? – Ellas asintieron orgullosas. – ¿Y qué les pasara a sus casas? – Miro a Anne. – ¿Qué ocurrirá con tu departamento con Sprig? – Pregunto.

-No te preocupes por eso, en primer lugar, el departamento es de Sprig, y él me había dicho que planeaba mudarse con Sol desde hace tiempo – Respondió.

-¿Pero qué no Sol y Maddie vivían juntas? – Anne sonrió socarronamente.

-Me corrijo... planeaba mudarse con Sol y Maddie, los tres juntitos y solos – Con eso alzo las cejas sugerentemente, Lincoln no lo entendió hasta que por fin lo hizo y sintió como si un balde de agua fría le cayera encima.

-Wow... ahora entiendo a lo que se refería cuando me dijo que yo era su ejemplo a seguir – Se rio recordando ese momento, madre mía, que bizarras relaciones tenía, ¿Qué diría su familia si supiera? Probablemente armarían un escándalo, lo que sí llegaba a temer era si las familias de sus chicas algún día se llegaban a enterar.

-Total, ahora ellas pueden mudarse al departamento con Sprig, ya ellos verán, pero con nosotras no hay ningún problema, ¿verdad, rol de canela? – Le pregunto a Marrie, la cual asintió y se avergonzó que su madre usara ese apodo cariñoso en frente a tantas personas, no es que su familia no supiera de ese apodo, pero aun seguían llamando la atención de los que estaban en el restaurante.

-¿Y qué hay de ti Marcy? – Vio como la susodicha sonreía.

-Recuerda que ahí también vive Lady Olivia y también Yunan se queda ahí cada que visita la ciudad, estará bien, lo único algo laborioso será pasar todo mi laboratorio y el taller de Megan a la nueva casa y ya.

-¡Genial! – Exclamo Megan chocando los cinco con Marrie.

Lincoln volteó a ver a Sasha, pero antes de que preguntara, la mujer levanto su palma callándolo.

-Con nosotras tampoco hay problema, total puedo vender la mansión a alguien y así obtengo algo de plata extra, solo traería a mis mucamas y mayordomos a la nueva casa y así aceleraríamos las cosas – Declaro y Samantha asintió de acuerdo.

-Bueno... creo que podrías dejar de lado a las mucamas y mayordomos – Dijo Lincoln a lo que la rubia lo miro curiosa y con un ligero ceño fruncido.

-¿A qué te refieres?

-Pues... digo que no hace falta, si quieren yo puedo encargarme de las tareas del hogar, si es que están de acuerdo, claro – Dijo ligeramente nervioso, ese era el primer paso de su plan para así acostumbrarse a la vida de padre y seudo esposo de tiempo completo.

-Ohhhh, eso es tan lindo, de acuerdo, si eso conlleva a que me prepares todo lo que me gusta y tenerte siempre a nuestro lado me basta – Acepto Sasha con una risita.

-Solo otra cosa, hay algunas cosas más de las que quiero contarles, pero eso en privado – Agrego Lincoln, sus hijas suponían que era acerca de las gemas, los templos y su desobediencia.

-Bien, de todas maneras, te íbamos a hacer que nos contaras todo, incluidas ustedes mis niñas – Dijo mirando con una sonrisa algo malévola a las chicas quienes tragaron saliva.

-Debería cocinar algo delicioso para la ocasión – Comento Anne entusiasmada.

-Te ayudare con eso – Se apresuro a decir Lincoln.

-¡Mejor aún! – Sonrió pícaramente al albino.

-Me encanta lo rápido que estas tomando tu papel en la familia, hombre de hogar – Comento Marcy juguetonamente, Lincoln solo rio ligeramente avergonzado mientras se rascaba una mejilla.

-¿Cuándo nos mudaríamos? – Pregunto Samantha entusiasmada.

-Supongo que tardara como mucho una semana instalar todo – Calculo Marrie.

-Solo por favor hagan las paredes gruesas, no quiero escucharlos a los cuatro teniendo relaciones

-¡MEGAN! – Le llamaron la atención sus dos padres quienes enrojecieron de la pena.

-¿Qué? Solo digo lo que estamos pensando – Tanto Marrie como Samantha desviaron la mirada, avergonzadas, Megan tampoco mentía, a ninguna le daban ganas de escuchar a sus padres gemir.

-Tomare tu palabra – Dijo una sonrojada Sasha.

-Sin duda va a ser una casa de locos – Bromeo Anne quien se rio con un sonrojo por el comentario tan descarado de Megan.

Casa de locos... escuchar esas tres palabras puso una sonrisa en el rostro de Lincoln.

-Sí... definitivamente lo será... – Como en los viejos tiempos.

~0~

LPTM POR FIN PUDE TERMINAR ESTO.

Madre mía, esta vez me superé a mí mismo, abatí mi record, 29 k, bendito sean los que lean todo esto del tirón.

En fin, en primeras, decirles que estos OC no son por completo creación mía, los diseños y nombres son del usuario de Twitter @MURMAIDER28, yo solo les di un lore y un one-shot porque un día me tope con sus diseños y le pregunte si podía hacer algo con ellas, y total, eso fue hace meses y hasta diciembre pude cumplir con mi palabra xD

También debo mencionarles que hice las fichas de las tres para que las conozcan mejor, para ver las fichas completas de las tres chicas, deben ir en mi Twitter, donde estarán fijadas a la hora de publicar este shot y de que lleguen hasta mis notas finales, por supuesto.

También debo avisarles que esta será mi última actualización del año, lamentablemente ya no me dio tiempo de hacer un nuevo cap del hilcoln, este shot me tomo mucho más tiempo del que esperaba. Así que esa actualización será hasta enero.

En cuanto al siguiente shot de esta colección, aviso de antemano que ya no haré lo de las votaciones y ya decidiré yo lo próximo que haré, de todas maneras, les aviso que el siguiente shot será: Family Sin Stories: Lolacoln (Luego de este, será la continuación de otro shot... y no es Luz de Luna... ese será la tercera actualización planeada para esta colección ;3)

Ya solo me queda desearles a todos que tengan felices fiestas y salud para ustedes *marcy corazón*

Sin nada más que comentar, se despide Dark-Mask-Uzumaki.

Bye~

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