Parte 37.



Nota: Ahí un montón de referencias a distintas obras, espero no las encuentren (•<-) < es un guiño xd.

En algún lugar, Bell despertó. Su cuerpo doliéndole, y con todo tipo de preguntas.

Todo su alrededor era oscuro. Había luz hacia un solo lado. Facil, era una cueva en algún bosque.

Se desvio hacia su cuerpo y noto las innumerables cantidad de hiervas colocadas en todo su cuerpo.

Parecía que alguien había querido exorcizarlo o algo así.

Intento levantarse; sin embargo, cayo inmediatamente.

"Como termine aquí", se pregunto.

Estuvo así bastante tiempo hasta que, alguien movió las lianas de la entrada a la cueva y llego con un montón de agua en una hoja de palma que no esperarías que alguien pudiera cargar.

"Bell...?"

"S-señorita Aiz".

"Al fin despiertas", dijo Aiz calmada, llevando el agua.

"¿Por qué estas así? ¿Qué hago yo aquí? ¿Por qué no puedo moverme?".

*Mas preguntas, Mas preguntas y Mas preguntas*

"U-una pregunta - a la vez, por favor, Bell", dijo Aiz algo alterada y temerosa.

Bell espero un momento. Tomo un respiro y luego pregunto tranquilo: "¿Que haces en ropa interior?".

"Ayer llovía mucho".

"¿llovió...?".

"Estaba buscando cosas para traerlas a la cueva, y me moje".

*Bell sonrojado*, "T-te mojaste".

"Por todas partes", Le respondió Aiz, confundida por los altibajos de su voz, y el rubor en sus mejillas.

Bell, "Ahg", apartando la vista de su cuerpo y su figura. Luego de eso, abrió los ojos al otro lado de donde estaba Aiz con el agua y vio su traje en un palo colocado pegado a la pared de cueva.

"¿Aiz tu pusiste... t-tu ropa ahí?".

"Para que se seque".

"Eso tomara días si se encuentra dentro de la cuevaa(!)", grito Bell.

"Pero ahí muchos de esos monos fuera de aquí, se lo llevaran si me descuido al traer comida".

Bell la miro sorprendido. Había dicho monos, así que era algún lugar como un bosque o una selva o que sabía él...

"Dejemos eso de lado. ¿Qué ocurre aquí?"

"Te golpearon hasta que te desmayaste, luego te traje aquí".

"¿D-de verdad?".

"Si. Por eso te puse hojas medicinales y luego te traje aquí".

"Ah... hojas medicinales. Por eso estaban media rasgadas y pegadas..." *Sorprenderse*. Bell noto las hojas medicinales. Sintió que se estaba muriendo cuando noto que realmente le habían puesto muchas hojas venenosas alrededor de sus heridas.

*Casi se desmaya*.

"Donde te han dicho que esto es medicina...?".

"Riveria me mostro algo así hace un tiempo ya. ¿Ocurre algo malo?".

"Hmm... veras. Estas son plantas venenosas".

*Sorprendida*, "¡Quítatelas Bell, quítatelas!".

"..."

Luego de quitárselas, Bell le dijo a Aiz que afortunadamente, ella no le había hecho que se los trague mientras el estaba dormido.

*Susurrar*, "Necesitare más suerte para sobrevivir junto a Aiz".

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